SINOPSIS: Hace ocho años y a ocho años luz de distancia, murió una estrella. Esta noche, una supernova de alta energía finalmente llegará a la Tierra. El cielo brillará cuando esa nueva estrella florezca y, dentro de un año, todos los adultos mayores de trece años estarán muertos. Sus cromosomas habrán quedado irreversiblemente dañados.
Así comienza la cuenta regresiva hacia un nuevo mundo sin adultos.
Los padres son ahora aprendices de sus hijos, e intentan transmitir el conocimiento que estos necesitarán para mantener el mundo en funcionamiento. Pero es posible que la última generación no quiera dar continuidad al legado de sus progenitores. Aunque imaginan un futuro mejor, tal vez no puedan escapar de los oscuros instintos de la humanidad.
El gran maestro Cixin Liu nos invita a interpretar esta novela como una fábula sobre el avance de las nuevas generaciones por un mundo incomprensible para sus mayores, y sobre el propio estado de la humanidad, que navega sola e infantilizada en el universo, sin un manual de usuario que la guíe.
RESEÑA: Cixin Liu se ha convertido en uno de los nombres con mayor repercusión en la ciencia ficción mundial gracias a su fascinante y llamativa trilogía de los Tres Cuerpos. El premiado autor chino regresa ahora en español pero con la que fue
una de sus primeras novelas, escrita mucho antes que
El problema de los tres cuerpos y sus
dos geniales continuaciones. Y eso es
algo que se nota bastante durante la lectura de La era de la supernova. Si, por suerte el lector vuelve a encontrarse con
ese Liu que es capaz de sorprender por la originalidad y frescura de sus planteamientos o tramas, pero por desgracia
el interés de su desarrollo no logra mantenerse durante toda la historia de la novela, que acabe desinflándose desde su ecuador hasta su tramo final.
Pero pasemos a hablar con más detalle de lo que se encuentra el aficionado a la ciencia ficción en esta obra de Cixin Liu. La era de la supernova nos planta en un mundo que, de la noche a la mañana, se encuentra haciendo frente a la dura realidad de que su población adulta está condenada a muerte por culpa de un catastrófico evento cósmico. La explosión de una lejana y desconocida estrella que se convierte en supernova hace que su radiación dañe los genes de todos los mayores de trece años, lo que supone que morirán sin remedio en menos de año. Esto obliga a todos los gobiernos del mundo a replantearse el futuro de la raza humana, y tendrán que preparar a toda prisa a los niños para hacerse cargo de las distintas sociedades del mundo.
Con esta sugestiva propuesta Liu nos presenta a un grupo de diversos niños de China, entre los que destacan los amigos Huahua, Gafitas, Xiaomeng y Gang, que sin ser conscientes de ello han sido elegidos para heredar los deberes y responsabilidades de sus progenitores. No tardarán en descubrir el terrible destino que aguarda a todos sus mayores, y que el mundo próximamente estará en manos de los más pequeños, que tendrán que prepararse para que ser capaces de sobrevivir por si mismos.
Con una presentación ágil y directa Liu nos mete rápidamente en el meollo de la historia. Sin duda este primer tramo de la obra es lo mejor de toda la novela, tanto por su interesante propuesta como por la rapidez y sencillez con la que se despliega ante el lector. Mientras vemos como el mundo de los mayores delegan sus responsabilidades y conocimientos en los que heredarán esta nueva Tierra también se nos adelantan los peligros a los que presumiblemente tendrán que hacer frente. Muchos de estos elementos se nos presentan durante la trama de la obra intercalando breves entrevistas o fragmentos de libros ficticios que nos permiten conocer más detalles de los perturbadores sucesos de esta “era de la supernova” (la cronología que el evento obliga a usar); al mismo tiempo Liu juego con el lector incluye guiños metarreferenciales que alcanza su cima el epílogo que cierra la obra, donde el propio autor chino hace acto de presencia de refilón.
Como es habitual en la prosa de Liu sus personajes son definidos por trazos básicos y sencillos, que apenas dejan huella en el lector. El punto fuerte de su ciencia ficción siguen siendo sus ideas base y su desarrollo. Por eso logra sorprender al lector explayándose sobre el cambio de paradigma que marca la llegada de los infantes al poder, generando un nuevo impulso para hacer funcionar la economía y los métodos productivos en este mundo ‘infantilizado’ y que trastoca totalmente la interacción social de los distintos países. Es así que de una forma casi natural el juego y la diversión por la diversión se convierten en los únicos incentivos capaces de motivar a los niños para mantener en marcha la sociedad. Por supuesto esto hace que la realidad mundial se enmarañe de formas tan diversas como alocadas, y con las que Liu nos muestra la visión china de otros países del mundo.
También aprovecha Liu para replicar a su particular manera la “guerra fría” que hay en nuestro mundo real entre China y EE. UU., pero que en su novela los niños llevarán hasta sus más alocadas y perturbadoras consecuencias. Como no podía ser de otra manera siendo obra de una autor chino, son los niños de su país los que son capaces de demostrar una mayor capacidad empatía y visión de futuro, frente a la banalidad, frialdad e inconsciencia (o directamente sociopatía) con la que son presentados los niños estadounidenses.
Si que hay que concederle a Liu que sabe sacarle buen provecho a la idealizada manera en la que los adultos contemplamos en ocasiones a los niños, imaginados siempre como seres puros e inocentes que tenderán a la paz y la armonía; sin embargo, la impulsividad y el atolondramiento infantil, buscando solo la mera diversión, demostrarán todo su peligro en La era de la supernova lanzando al mundo a una brutal espiral de caos y violencia. Y aunque aquí Liu lanza su guiño casi inevitable a El señor de las moscas, lo cierto es que el horror infantil que nos presenta el escritor chino (a pesar de su dimensión global y a los terribles ‘juguetes’ con los que lo desarrolla) no llega a alcanzar el nivel de estremecimiento que nos causaba William Golding en su magnífica novela.
La era de la supernova es una novela que se inicia de forma trepidante con un interesante y original planteamiento del siempre imaginativo Cixin Liu, pero que por desgracia no mantiene su impulso durante toda la novela. El llamativo arranque inicial de un mundo puesto en manos de los menores de trece años se acaba empantanando en una historia que se desinfla bastante al alcanzar su ecuador. Con personajes sencillos, dibujados con apenas unos trazos, que sirven para que Liu despliegue el gran conflicto social, político y económico que significa poner todo un mundo en manos de simples niños. Por desgracia desde el ecuador de la novela, La era de la supernova toma vericuetos que hacen que el lector pierda parte de su interés, y que desemboca en un desenlace (o dos desenlaces diferentes, según se mire) que parece un añadido apresurado, y en el que se pueden percibir muchas de las ideas e impulsos que más adelante Liu desarrollaría de forma mucho más satisfactoria y fascinante en su trilogía de los Tres Cuerpos.
FICHA
La era de la supernova
Cixin Liu
Nova
Traducción de Javier Altayó
Tapa blanda con solapas, 496 páginas