SINOPSIS: Quentin Coldwater, un joven brillante pero desdichado, vive obsesionado
con las novelas de fantasía de su infancia, que transcurrían en un país
mágico llamado Fillory. Para su sorpresa, logra ser admitido en una muy
secreta y exclusiva Universidad de Magia en Nueva York, donde recibirá
una rigurosa educación sobre los arcanos de la moderna hechicería. Tras
graduarse, él y sus amigos harán un descubrimiento asombroso: Fillory es
real, aunque no exactamente como imaginaron en sus sueños de infancia…
RESEÑA:
Aunque en un principio la premisa "joven que va a una exclusiva escuela
de magia a instruirse en los conocimientos arcanos" os pueda sonar a algo
que ya habéis leído o visto en el cine, os aseguro que basta con pasar
unas pocas páginas de Los magos para borrar de un plumazo todos estos
prejucios. Lev Grossman le da una vuelta de tuerca a esta trama y nos
presenta una de las historias más adultas, inteligentes y oscuras sobre
lo que realmente pasaría si la magia existiera en nuestro
mundo actual. Porque, seamos honrados, si las personas somos envidiosas, inseguras, vengativas y llenas de prejuicios... ¿como evitar que la magia empeore estos sentimientos?
Por eso el
escritor norteamericano ha optado por un desarrollo adulto de este un
poco manido 'what if...', donde los personajes se comportan como
personas reales con problemas reales, y cometen multitud de errores... a
veces demasiados (como en la vida real). La novela de Grossman es una
historia sobre el crecimiento, sobre descubrir las responsabilidades propias de una vida adulta y sobre lo decepcionante que es a veces el
mundo real.
El joven
Quentin Coldwater lleva una vida apática en el actual Brooklyn, con unos
padres que no soporta y una relación de amor-odio con sus amigos James y
Julia. Todo cambia cuando es seleccionado para una entrevista de
trabajo que tiene un final inesperado y que le permite descubrir un
mundo totalmente nuevo: el de la Universidad de magia Brakebills, un
lugar oculto para el restos de las personas. Allí empezará a estudiar magia,
apartado de su vida anterior, pero pronto comprendará que nada es como esperaba.
Cuando Quentin no está asistiendo a clases se dedica a matar el tiempo con sus nuevos compañeros magos entre borracheras y sus primeros flirteos con el sexo y el amor. Grossman, sin ser demasiado explícito, tampoco se corta a la hora de hablarnos de las principales preocupaciones de los jóvenes que habitan Brakebills, demasiado alejadas de otras novelas 'mágicas' al uso. Además todo está narrado con una pizca de ironía y bastante sentido del humor, lo que hace que se gane al lector inteligente con gran rapidez. En este juego entran también los abundantes guiños y referencias (no siempre eligiosos) a Narnia, El Señor de los Anillos o Harry Potter.
Otro de los grandes puntos a favor de la novela es que su
protagonista (al contrario que muchos otros 'aprendices de mago' de los
últimos años) no es ningún 'Gary Stu' al uso: habrá momentos en que
Quentyn os caerá bien, pero también otros en os parecerá un redomado estúpido o
egoista, y cometerá multitud de errores a lo largo de su vida que serán decisivos en su aprendizaje. Lo mismo se puede decir de todos los secundarios, algunos bastante importantes en la trama, como Alice, Eliot, Penny, Janet o Josh: el que no es un borracho esnob es una chica llena de inseguridades que con lo compensa buscando sexo a todas horas.
Pero esto no es todo, porque Los magos
mezcla de una forma absolumante maravillosa y natural el realismo
descarnado con la fantasía más apabullante. Algunos momentos son dignos del mismo Jorge Luis Borges, como el laberinto formado por setos con forma de animales que vagan a su antojo y la biblioteca poblada por 'libros voladores'. Y es que el protagonista se mueve continuamente entre el apático mundo real, el mágico de la universidad y el ficticio de la novelas de Fillory.
Estas últimas son una saga de cinco novelas juveniles escritas por un tal Christopher Plover que narran como en el Reino Unido de principios del siglo XX los hermanos Chatwin descubren la forma de entrar en un mundo mágico (Fillory), poblado de todo tipo de criaturas fantásticas. Alli viven todo tipo de aventuras y son nombrados reyes. ¿Os suena? El eco de Narnia resuena por la creación del ficticio Plover, pero como los protagonistas de esta historia descubrirán nada es nunca lo que parece ni siquiera en Fillory.
El último tramo de la novela quizá marque un cambio narrativo demasiado
sorpresivo para algunos lectores, pero reconozco que a mi me ha gustado
tanto o más como la primera parte. Como no podía ser de otra manera en
una historia fantástica escrita en el siglo XXI, el relato toma un
cierto tono grimdark, brutal y descarnado, donde la idealización de cualquier mundo fantástico cede bajo la presión de lo peor de la naturaleza humana.
Y es que Grossman nos habla de lo que significa madurar, y del choque que se suele producir entre los sueños de la adolescencia y la dura realidad del día a día. Lo que quieres lograr y lo que acabas consiguiendo no es siempre lo mismo, y Quentyn Coldwater tendrá que enfrentarse a un mundo que no es como esperaba... Para el protagonista de Los magos solo el mundo ficiticio de Fillory ofrece una redención, y eso se agarra sobre todo cuando su vida se encuentra en su punto más bajo. Sin embargo, ni siquiera la evasión acabará mostrándose como una salida válida a los problemas.
En conclusión, con Los magos tenemos un historia que nos presenta a unos personajes realistas, llenos de claroscuros, que demuestran que si la magia existiera de verdad no nos ayudaría a escapar de nuestros demonios interiores. En el choque entre fantasía y realidad, lo que sale peor parada es la naturaleza humana, porque Grossman nos recuerda que no podemos escapar de lo que somos. Quizá Los magos sea una historia demasiado pesimista, pero como está narrada con honestidad y con un poco de ironía seguro que hará que el lector se replantee bastantes cosas sobre qué es lo que buscamos en la vida.
VALORACIÓN 10/10
FICHA
Los magos
Lev Grossman
Ediciones B
490 páginas
10,95 euros