SINOPSIS: En los confines del universo, la Legión, un sistema de naves-mundo que se van pudriendo poco a poco, se desplaza por los intersticios de las estrellas. Parece que nada es capaz de detener la agonía de esos mundos, en los que durante siglos dos familias han estado luchando por la supremacía, y se pone en marcha un plan desesperado.
Zan no recuerda quién es. Recupera la conciencia entre personas que dicen ser su familia y le aseguran que tiene en sus manos la salvación, porque solo ella es capaz de abordar el Mokshi, esa misteriosa nave-mundo abandonada que puede sacarlas de la Legión.
Zan tendrá que elegir de qué lado está en una campaña genocida que la llevará desde los límites de la Legión hasta el vientre mismo del mundo.
Una space opera sobre un amor trágico, la venganza y la guerra.
RESEÑA: Kameron Hurley tiene ya una más que destacable producción literaria tanto en fantasía como en ciencia ficción, y gracias al sello Runas al fin podemos disfrutar en español de la obra de esta premiada autora norteamericana. Si algo tenía claro después de disfrutar como un enano con
The Mirror Empire y su continuación
Empire Ascendant, es que las tramas de Hurley están repletas de ideas llamativas y planteamientos sorprendentes, sobre todo a la hora de presentar sus personajes. Su space opera
Las estrellas son Legión también sienta sus bases sobra estas características, dejándonos una
historia que atrapa al lector por los
misterios que envuelven a sus protagonistas, por lo decadente y ajeno de su ambientación, y por
la profunda humanidad que envuelve los
sentimientos de cada uno
de sus personajes.
Las estrellas son Legión nos presenta a
Zan, una guerrera sin memoria que despierta para descubrir que es la principal arma de una
lucha interminable entre clanes enfrentados. Las Katazyrna y las Bhavaja llevan siglos luchando por el control de la Legión, un gigantesco sistema formado por naves-mundo que orbitan en el espacio. La pieza clave de esta sangrienta partida es la nave-mundo Mokshi, un lugar al que solo Zan parece ser capaz de llegar y lo que la convierte en una codiciada aliada para el final de la guerra.
La novela nos pone en el punto de vista de Zan,
un punto de vista muy limitado porque ella misma ha perdido la memoria y
apenas recuerda nada de su pasado. ¿Cuánto de lo que le dicen las personas que la rodean es cierto? ¿Cuánto pura manipulación para tenerla controlada? Un juego de
engaños, recuerdos borrosos y falsas sensaciones se apodera de la mente de Zan, que tendrá que descubrir por si misma cual es su pasado y que es lo que pretendía la primera vez que perdió sus recuerdos. Clave en este proceso será
Jayd, hija de la implacable Lord Katazyrna y que parece una aliada de Zan... parece.
¿Cómo estar segura de quienes son tus aliadas y quiénes tus enemigas cuando no recuerdas nada?
Conforme la obra avance también nos pondremos en la piel de la propia
Jayd, la otra gran protagonista de la novela. Una mujer en principio más fría y calculadora, pero que conforme ahondemos más en sus pensamientos nos ayudará a reconstruir el puzzle del pasado de Zan, e ir desentrañando lo que ocurre actualmente en la Legión. Así acabaremos descubriendo
una compleja lucha de intereses y de facciones en el corazón de este gigantesco enjambre de naves, donde todas luchan por la supervivencia a costa del resto, y donde la estructura social y de castas constriñe de una forma muy estricta las relaciones. Tanto Zan como Jayd tendrán que abrirse paso por estas procelosas aguas,
en busca de la humanidad que quede en ellas... o que sean capaces de salvar para el futuro de la Legión.
Por supuesto gran parte del atractivo de la obra recae sobre su
poderosa y llamativa ambientación. Hurley nos presenta una guerra entre
sociedades donde todos sus miembros son mujeres (si, de ahí que alguien tratara de burlarse (?) de la obra tildándola de 'Lesbianas en el Espacio'). Si en su trilogía fantástica
Worldbreaker Saga apuesta por sociedades matriarcales, en
Las estrellas son Legión nos sorprende con estas sociedades espaciales donde
los hombres directamente no existen. Cada nave-mundo se perpetua indefinidamente de una forma que el lector deberá descubrir junto con Zan, y llegaremos a ser testigos del
despiadado equilibrio necesario para que convivan
creación y destrucción, para mantener
la vida y la muerte en un ciclo interminable. Todo ello nos lleva hasta el papel de las mujeres como dadoras de vida, y los complejos sentimientos que generan la maternidad, tratados de una manera realmente fascinante y cercana.
También me gustaría destacar
la extraña fusión tecnológica de estas sociedades, digna de los momentos más repulsivos de David Cronenberg. Las enormes naves-mundo de Hurley son una
mezcla de elementos tecnológicos y elementos biológicos, que resultan al mismo tiempo
sorprendentes y repugnantes (una idea que la autora ya había explorado antes en los Templos que aparecen en su trilogía fantástica
Worldbreaker Saga, pero sin llegar al nivel de corrupción que encontramos en esta novela).
Las estrellas son Legión nos mete en una historia de
supervivencia y autoconocimiento, donde sus dos protagonistas principales tendrán que descubrir el
misterio que se oculta en el corazón del sistema de naves-mundo de la Legión. Con una
ambientación sugerente, que mezcla de una forma sorprendente y repulsiva lo biológico y lo tecnológico, Hurley nos lanza a una despiadada odisea externa e interna. La novela nos llega con una
magnífica traducción a cargo de Alexander Páez, que hace que durante su lectura uno se olvide de que está leyendo una traducción, y que permite disfrutar cada uno de sus sorprendentes giros. Aunque puede haber algún momento en el tramo medio de la novela donde la acción se estanca algo, los
personajes siguen manteniendo la suficiente
fuerza y dinamismo para mantener al lector en la brecha hasta
descubrir como encajan cada una de las piezas que dan forma al enigma de la Legión.
Traducción de Alexander Páez
Rústica con solapas, 352 páginas