SINOPSIS: Muerte, Juicio, Infierno y Gloria. Éstas
son Las Cuatro Postrimerías. Pero ha llegado la Quinta. Tenéis que conocer a
Tomas Cale.
Thomas Cale ha aceptado su destino. De vuelta en el
Santuario de los Redentores, ha oído al padre Militante afirmar que la
humanidad, la peor obra de Dios, su mayor error, debe ser destruida. Y está
dispuesto a convertirse en ejecutor de ese fin.
Sin embargo, puede ser que Thomas Cale sólo esté
simulando haber aceptado su papel de Ángel de la Muerte. Puede que ese joven
que pasa del amor más arrebatado al odio más intenso en un abrir de ojos, que
cambia la amabilidad por la extrema violencia en una milésima de segundo, no
pueda acatar las órdenes de los Redentores ni aun creyendo obedecerles. Porque
está en manos de Cale la aniquilación del mundo, pero ¿conoce él mismo lo que
esconde su alma?
RESEÑA: Las cuatro postrimerías es la continuación
de la trilogía iniciada con La mano izquierda de Dios, y Paul Hoffman continúa
la historia inmediatamente después de los sucesos finales de la primera novela:
Thomas Cale regresa detenido al Santuario del que tanto le costó escapar, entregado por
su propia amada. Solo sus amigos Henri el Impreciso, Kleist e IdrisPukke le siguen el
rastro para intentar salvarlo de los fanáticos redentores. Lo que no sospechan
es que para los redentores Cale es ahora una especie de mesías apocalíptico que
acabara de una vez por todas con el mayor error de Dios: la humanidad.
Si en la primera parte de la trilogía lo único que
movía a Thomas Cale era su intención de escapar de las garras de los redentores,
en esta segunda parte el joven regresa al Santuario de Shotover con todas sus
esperanzas destruidas y cada vez más pesimista. La fe de los redentores lo ha
alzado como el encargado de llevar a cabo la obra de Dios en la tierra, en este
caso una obra bastante siniestra (la destrucción de toda la raza humana para
que el Creador ponga punto final a la historia). O al menos eso es lo que
espera el apocalíptico Padre Bosco.
Y es que el gran protagonista en esta nueva etapa
es Bosco, que sabe aprovecharse de la falta de motivaciones de Cale para poco a
poco arrastrarlo a su lado… aunque a lo largo de toda la novela dudemos
continuamente si Bosco ha conseguido lo que se proponía o es Cale quien le está
bailando el agua para sus propios intereses.
La extraña relación que establecen Cale y Bosco es
la que marca el desarrollo de toda la novela. Si antes el redentor era quien tenía todo
el poder, el ascenso de Cale a “Ira de Dios encarnado” ha desequilibrado la balanza
de poderes, y el joven e inteligente pícaro se aprovechará de ello para lograr sus propios objetivos.
Por otra parte, está el odio que Thomas Cale alberga ahora
hacia su ex amada Arbell Materazzi. Esto añade más oscuridad al ya de por sí
despiadado personaje de Cale, centrado más que nunca es su propia
supervivencia.
En esta segunda parte de la trilogía hay mucha más acción que en
su predecesora, en especial enfocada en varias batallas de los ejércitos de los
redentores contra algunos de sus enemigos menores. No en vano Cale acepta su
papel como líder militar y no solo el cerebro táctico que elabora estrategias,
a la cabeza de las fuerzas armadas del Ahorcado Redentor. Eso sí, el joven
también busca siempre su propio beneficio porque sigue sin confiar plenamente
en las intenciones de Bosco.
Henri el Impreciso y Kleist continúan apareciendo
como secundarios en esta novela, aunque es Kleist el que tiene más protagonismo
jugando por libre. Su encuentro con la sociedad de los cleptos depara grandes
momentos de humor e ironía al explicarnos las particularidades de este grupo
étnico caracterizado por la cobardía y el latrocinio. Aun así he echado de
menos una mayor participación en la trama de IdrisPukke, que en el libro
anterior dio grandes momentos. Espero que Hoffman lo compense en la tercera parte,
porque el ingenio de este tunante vividor aporta un interesante punto de vista
a la trama.
La única pega que le veo a Las cuatro prostrimerías es
que Paul Hoffman no tiene la maestría de otros autores del género para narrar
grandes y complejas batallas (como Joe Abercrombie, Brandon Sanderson o Steven Erikson).
Esto hace que el lector no comprenda correctamente lo que sucede y se sienta un
poco perdido en medio de tantos movimientos tácticos, elementos geográficos y
grupos de soldados luchando. Asimismo el escritor también desaprovecha ciertos
momentos de tensión creados por las posibles muertes de personajes importantes
despachándolo con excesivo apresuramiento, cuando podrían haber dado para mucho
más en el tramo final de la novela.
Como en la entrega anterior este segundo volumen
también tiene un ‘cierre en falso’, dejando todas las tramas en el punto álgido
para arrancar con fuerza en la novela que cierre la trilogía, Batir de alas.
Viendo como han quedado colocadas las piezas para la última jugada, la tercera
parte promete llegar llena de sorpresas.
FICHA:
Las cuatro postrimerías
Paul Hoffman
La esfera de los libros
405 páginas
17 euros
la apunto para mi chico que le gustan más estos libros que a mi jijijiji
ResponderEliminarEs una trilogía entretenida, esta es la segunda parte, empieza con este libro http://caballerodelarbolsonriente.blogspot.com.es/2014/07/resena-la-mano-izquierda-de-dios-de.html
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