-El corazón de un hombre es cosa pequeña, pero contiene enormes deseos. No es lo bastante voluminoso para servir de cena a un perro, pero es demasiado grande para que el mundo entero pueda saciarlo. El hombre no perdona nada que esté vivo: mata para alimentarse, mata para vestirse, mata para adornarse, mata para atacar, mata por defenderse, mata por divertirse, mata por el gusto de matar... Al cordero le saca las entrañas y hacer resonar su harpa con ellas; al lobo le extrae su diente más mortífero para pulir hermosas obras de arte.
Bosco en Las cuatro postrimerías, de Paul Hoffman.
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