Las inmesidades del espacio siempre han parecido un lugar frío y vacío en Star Wars... o eso creíamos hasta el último episodio de la serie Rebels. Si, vale que de vez en cuando uno tiene un encuentro desagradable en un asteroide como le ocurría a Han, Leia y compañía en el Halcón Milenario en El Imperio contraataca, pero lo habitual es que en un viaje en nave espacial no te cruces con nada que no sean otras naves. Por esa razón la tripulación del Espíritu se lleva una sorpresa de las grandes cuando de camino en su nueva misión se topan con toda una manada de gigantescos purrgils.
Estas criaturas que parecen ballenas espaciales ponen de los nervios a Hera (más adelante sabremos que sus miedos se deben a los numerosos accidentes que causan en el hiperespacio); sin embargo, Ezra siente una extraña conexión con los animales.
¿Y en qué clase de misión están nuestro grupo de rebeldes? Pues en una de reaprovisionamiento, porque la flota se encuentra muy justa de combustible (tanto que el Espíritu vuela con el depósito casi vacio). Su intención es encontrar un asteroide donde el Gremio Minero refina Clouzon-36 para el Imperio Galáctico y robarles. Un plan redondo...
...hasta que dos cazas TIE les interceptan. Como el Espíritu tiene que administrar su energía hasta la última gota, sus cañones no pueden disparar todos lo que necesitan. Aun así, con algo de esfuerzo consiguen deshacerse de los dos molestos cazas. Gracias a su diseño tan llamativo nos enteramos que no pertenecen al Imperio, si no que forman parte de la 'protección privada' de la instalación minera.
Aunque a Hera no le hace mucha gracia navegar acompañada de la manada de purrgils no le queda más remedio que aceptarlos como escolta porque pronto descubren que llevan la misma ruta. Escondidos entre lo gigantescos animales se acercan hasta el asteriode donde el Gremio Minero se dedica a refinar el combustible. Como el Espíritu no puede acercarse más, Kanan decide que el día se ha quedado perfecto para un plan de locos: saltar desde la nave hasta el asteroide. Para ello se lleva a Ezra, Sabine y Chopper, que le ayudarán a asegurar el combustible.
Estas criaturas que parecen ballenas espaciales ponen de los nervios a Hera (más adelante sabremos que sus miedos se deben a los numerosos accidentes que causan en el hiperespacio); sin embargo, Ezra siente una extraña conexión con los animales.
¿Y en qué clase de misión están nuestro grupo de rebeldes? Pues en una de reaprovisionamiento, porque la flota se encuentra muy justa de combustible (tanto que el Espíritu vuela con el depósito casi vacio). Su intención es encontrar un asteroide donde el Gremio Minero refina Clouzon-36 para el Imperio Galáctico y robarles. Un plan redondo...
...hasta que dos cazas TIE les interceptan. Como el Espíritu tiene que administrar su energía hasta la última gota, sus cañones no pueden disparar todos lo que necesitan. Aun así, con algo de esfuerzo consiguen deshacerse de los dos molestos cazas. Gracias a su diseño tan llamativo nos enteramos que no pertenecen al Imperio, si no que forman parte de la 'protección privada' de la instalación minera.
Aunque a Hera no le hace mucha gracia navegar acompañada de la manada de purrgils no le queda más remedio que aceptarlos como escolta porque pronto descubren que llevan la misma ruta. Escondidos entre lo gigantescos animales se acercan hasta el asteriode donde el Gremio Minero se dedica a refinar el combustible. Como el Espíritu no puede acercarse más, Kanan decide que el día se ha quedado perfecto para un plan de locos: saltar desde la nave hasta el asteroide. Para ello se lleva a Ezra, Sabine y Chopper, que le ayudarán a asegurar el combustible.
Desde luego el descenso en picado de nuestros tres héroes es el gran momento del capítulo, acompañados de la manada de purrgils. Ya en tierra tienen que deshacerse de algunos de los miembros de la intalación minera encargados de proteger el Clouzon-36. Mientras la tripulación del Espíritu se encarga del repostaje de la nave, Ezra no le quita ojo a los purrgil y así descubre que las criaturas han ido hasta el asteroide para alimentarse del combustible.
Sin embargo, los mineros rodianos se dan cuenta del intento de robo de los rebeldes y hacen despegar a sus dos TIE restantes, poniendo en peligro la misión de nuestros héroes. De hecho Ezra cae haste el pozo del combustible y Kanan se encuentra en un duro aprieto haciendo frente a los cazas.
La situación se salva gracias a la conexión que el joven padawan ha establecido con los purrgils. Ezra tiene una "conversación" con el lider de la manada y encabeza a los animales en un contraataque que se deshace de los TIE y acaba con el jefe de la explotación minera en las fauces de una de las criaturas.
De esta manera el Espíritu termina su reaprovisionamiento y consigue combustible para el resto de la flota rebelde. El episodio termina con Kanan felicitando a su aprendiz, Hera reconociendo que finalmente los purrgils han sido unos buenos aliados y toda la tripulación descubriendo que las gigantescas criaturas son capaces de viajar por el hiperespacio.
Sin embargo, los mineros rodianos se dan cuenta del intento de robo de los rebeldes y hacen despegar a sus dos TIE restantes, poniendo en peligro la misión de nuestros héroes. De hecho Ezra cae haste el pozo del combustible y Kanan se encuentra en un duro aprieto haciendo frente a los cazas.
La situación se salva gracias a la conexión que el joven padawan ha establecido con los purrgils. Ezra tiene una "conversación" con el lider de la manada y encabeza a los animales en un contraataque que se deshace de los TIE y acaba con el jefe de la explotación minera en las fauces de una de las criaturas.
De esta manera el Espíritu termina su reaprovisionamiento y consigue combustible para el resto de la flota rebelde. El episodio termina con Kanan felicitando a su aprendiz, Hera reconociendo que finalmente los purrgils han sido unos buenos aliados y toda la tripulación descubriendo que las gigantescas criaturas son capaces de viajar por el hiperespacio.
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