¿Pero no estaban extingidos todos los Lasat de la galaxia? (Bueno, todos menos el gruñón de Zeb Orrelios). Eso es lo que creíamos todos, hasta el propio Zeb, pero en Legends of the Lasat (Leyendas de los Lasat) hemos descubierto que el 'trabajo' del agente Kallus y el Imperio Galáctico en Lasan no fue tan efectivo como pensaban. El decimotercer capítulo se inicia con nuestro grupo de rebeldes que ha recibido el soplo de la llegada de unos refugiados perseguidos por el Imperio. Su intención es salvarlos, pero cuando llegan ya han sido rodeados por los stormtroopers.
Es entonces cuando salta la sorpresa: los dos refugiados son Lasat. Zeb se lanza en defensa de sus compatriotas, al tiempo que descubrimos quién es la fuente de información de Ezra. Así es como volvemos a encontrarnos con el incorregible Hondo Ohnaka, que una vez más busca su propio beneficio (y aporta el personaje cómico de rigor).
Mientras tanto conocemos un poco a los dos Lasat, viejos conocidos de Zeb: Gron, que sirvió a las órdenes de nuestro rebelde, y Chava la Sabia, que está segura de que su encuentro en ese momento no es casualidad. Pero las tropas imperiales están tras ellos y no pueden detenerse a celebrar el reencuentro. De camino al Espíritu, los rebeldes se libran de los stormtroopers gracias a "otro rescate por Hondo Ohnaka", aunque este último acaba preso del Imperio.
Una vez en el espacio, Zeb se entera de que sus compatriotas están en busca de Lirasan. ¿Y qué es esto? Pues un mítico lugar donde los Lasat podrían empezar de cero. Aunque Zeb se muestra bastante excéptico, los otros dos Lasat confían el Ashla (una forma más de definir a la Fuerza, según explica Kanan) para que los lleve a su destino.
Es entonces cuando nos enteramos del porqué de la actitud descreída de Zeb: como miembro de la Guardia de Honor de Lasat luchó por la familia real de su planeta, pero fue incapaz de protegerlos. Desde entonces siente que le ha fallado a su pueblo, y es por eso que no soporta tener que estar cerca de sus compatriotas. Sin embargo, el optimista Ezra le recuerda que ahora tiene la opción de hacer las cosas bien en esta ocasión, así que el grandullón se muestra más cooperante.
Chava la Sabia, confiando en una antigua profecía lasat, realiza con ayuda de Zeb un extraño ritual que le señala el rumbo a Lirasan... que se encuentra en lo profundo de las regiones sin cartografriar de la galaxia (curiosamente, las mismas regiones donde un remanente imperial se reorganizará como Primera Orden y construirá la Base Starkiller).
Los rebeldes parten en busca de Lirasan, solo para toparse con una gigantesca anomalía estelar que les corta el paso y con el Agente Kallus que llega tras ellos. Zeb ya está totalmente convencido de que su suerte y la de su gente está en sus manos, y utilizando su arco-rifle logra activar la hipervelocidad a través de una ruta segura. Este es sin duda el momento más impresionante del episodio, tanto por el espectacular escenario donde trascurre como por la grandiosa banda sonora que acompaña la escena. Una vez más, la serie de animación de Dave Filoni sorprende por el gran nivel que alcanza su narrativa audiovisual.
Finalmente el Espíritu logra llegar así hasta un sistema estelar donde Zeb deja a Chava la Sabia y Gron... junto con toda una nueva población de Lasat. Si, otro deus ex-machina más para salvar a todo un pueblo de la extinción, pero al parecer Lirasan es el planeta desde donde se expandieron en un principio su raza. Zeb se muestra esperanzado de que esto signifique un futuro más optimista para los Lasat, y se compromete a mostrarle el camino a Lirasan a cualquier compatriota superviviente que se cruce en su camino.
Es entonces cuando salta la sorpresa: los dos refugiados son Lasat. Zeb se lanza en defensa de sus compatriotas, al tiempo que descubrimos quién es la fuente de información de Ezra. Así es como volvemos a encontrarnos con el incorregible Hondo Ohnaka, que una vez más busca su propio beneficio (y aporta el personaje cómico de rigor).
Mientras tanto conocemos un poco a los dos Lasat, viejos conocidos de Zeb: Gron, que sirvió a las órdenes de nuestro rebelde, y Chava la Sabia, que está segura de que su encuentro en ese momento no es casualidad. Pero las tropas imperiales están tras ellos y no pueden detenerse a celebrar el reencuentro. De camino al Espíritu, los rebeldes se libran de los stormtroopers gracias a "otro rescate por Hondo Ohnaka", aunque este último acaba preso del Imperio.
Una vez en el espacio, Zeb se entera de que sus compatriotas están en busca de Lirasan. ¿Y qué es esto? Pues un mítico lugar donde los Lasat podrían empezar de cero. Aunque Zeb se muestra bastante excéptico, los otros dos Lasat confían el Ashla (una forma más de definir a la Fuerza, según explica Kanan) para que los lleve a su destino.
Es entonces cuando nos enteramos del porqué de la actitud descreída de Zeb: como miembro de la Guardia de Honor de Lasat luchó por la familia real de su planeta, pero fue incapaz de protegerlos. Desde entonces siente que le ha fallado a su pueblo, y es por eso que no soporta tener que estar cerca de sus compatriotas. Sin embargo, el optimista Ezra le recuerda que ahora tiene la opción de hacer las cosas bien en esta ocasión, así que el grandullón se muestra más cooperante.
Chava la Sabia, confiando en una antigua profecía lasat, realiza con ayuda de Zeb un extraño ritual que le señala el rumbo a Lirasan... que se encuentra en lo profundo de las regiones sin cartografriar de la galaxia (curiosamente, las mismas regiones donde un remanente imperial se reorganizará como Primera Orden y construirá la Base Starkiller).
Los rebeldes parten en busca de Lirasan, solo para toparse con una gigantesca anomalía estelar que les corta el paso y con el Agente Kallus que llega tras ellos. Zeb ya está totalmente convencido de que su suerte y la de su gente está en sus manos, y utilizando su arco-rifle logra activar la hipervelocidad a través de una ruta segura. Este es sin duda el momento más impresionante del episodio, tanto por el espectacular escenario donde trascurre como por la grandiosa banda sonora que acompaña la escena. Una vez más, la serie de animación de Dave Filoni sorprende por el gran nivel que alcanza su narrativa audiovisual.
Finalmente el Espíritu logra llegar así hasta un sistema estelar donde Zeb deja a Chava la Sabia y Gron... junto con toda una nueva población de Lasat. Si, otro deus ex-machina más para salvar a todo un pueblo de la extinción, pero al parecer Lirasan es el planeta desde donde se expandieron en un principio su raza. Zeb se muestra esperanzado de que esto signifique un futuro más optimista para los Lasat, y se compromete a mostrarle el camino a Lirasan a cualquier compatriota superviviente que se cruce en su camino.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario