lunes, 8 de abril de 2024

Reseña: La espada de hiedra, de Tasha Suri

SINOPSIS: Malini está decidida a reclamar el trono que la profecía del dios sin nombre le ha ofrecido. Pero incluso con la fuerza de la ira en su corazón y un ejército de hombres leales a su lado, derrocar a su hermano será una lucha brutal y sangrienta. A pesar de que aún no comprende la magnitud de su poder, las aguas inmortales fluyen a través de la sangre de Priya, sacerdotisa nacida tres veces y mayor del templo de Ahiranya. Su sueño es ver al país libre del gobierno venenoso de Parijatdvipa y de la podredumbre, una enfermedad que se extiende lentamente entre todos los seres vivos. Malini y Priya han elegido caminos separados. Pero sus almas siguen tan entrelazadas como sus destinos y pronto se darán cuenta de que unirse es la única forma de salvar al reino de aquellos que preferirían verlo arder.


RESEÑA: La trilogía Reinos en llamas es la saga con la que Tasha Suri se ha dado a conocer de forma masiva al mundo de la literatura fantástica, con una de esas obras que apuesta por abrir la puerta a nuevas ambientaciones. Alejándose de los mundos medievalizantes occidentales, en su saga nos encontramos con un Imperio de una evidente inspiración hindú, cargado de los sabores, tradiciones, creencias, costumbres y colores propios de la antigua India. Todo ello regado con una potente magia vegetal y un trasfondo donde se exploran las consecuencias del colonialismo y el imperialismo más brutales.
En mi reseña de El trono de jazmín ya os hablé por extenso de esta obra que le valió a la autora el premio World Fantasy a mejor novela en 2022. Una novela donde se entremezclaba la magia vegetal, las luchas político-religiosas y una trama amorosa alrededor de las que gira la compleja relación entre sus dos protagonistas principales. Os recomiendo mi reseña anterior si todavía no habéis empezado la trilogía porque a partir de aquí encontraréis revelaciones del desenlace de la primera entrega. Avisados estáis, así que sigo.
Soy emperatriz, el mundo yace a mis pies y mi corazón es una puerta cerrada. Tengo que ser alguien por encima de los sentimientos mortales… forjada en el fuego y la profecía hasta ser más que carne, huesos y anhelos”.
En La espada de hiedra tenemos una continuación que logra ampliar y profundizar tanto el mundo imaginado por Suri como en los desafíos que enfrentan sus distintos personajes centrales, que son llevados al límite. Malini se ha convertido ya nominalmente en emperatriz de Parijatdvipa pero tiene que continuar la lucha contra el ejército de su hermano para derrocarlo del trono imperial. Por eso tiene que acabar la guerra cuanto antes, para evitar que cualquier derrota siembre las dudas sobre su posición, especialmente inestable como mujer y tercera hija en la sucesión.
Por su parte, en Ahiranya la sacerdotisa Priya se ha convertido en guardiana de su tierra liberada y restauradora de las viejas tradiciones religiosas en el templo. Junto con Bhumika tratan de recuperar la magia vegetal de los yaksas, manteniendo a raya a los antiguos rebeldes (que ahora son sus aliados) y manteniendo los lazos de alianza con Malini y el imperio de Parijatdvipa que los subyugó. Todo ello un entorno de lo más complejo que se volverá todavía mucho más inestable con el retorno de una amenaza ancestral, profundamente relacionada con el mal de la podredumbre.
Tasha Suri construye un relato sobre el poder y como este subyuga el alma de las personas, obligadas a tomar rumbos que no querrían por mantenerse en él o para poder usarlo como forma de proteger a los que están consigo. Malini, Priya o Bhumika son mujeres cuyas posiciones de liderazgo se ven asediadas bien por las dudas de sus teóricos aliados (Malini es incapaz de dormir tranquila por ser una mujer entronizada en una posición pensada para un hombre), o por las dificultades de lograr encauzar a los más radicales (Priya y Bhumika son constantemente asediadas por los que consideran que deben romper todos los lazos con sus antiguos subyugadores).
¿Qué temes tú, que me nombraste y me diste la oportunidad de apoderarme de mi corona? ¿Nos temes a mí y a mis decisiones? ¿Temes aquello en lo que me convertiré? ¿O temes aquello en lo que se convertirán los hombres como tú?
Tanto Ahiranya como Parijatdvipa se encuentran en una posición inestable, que hace que tengan que lidiar con aliados nominales que empiezan a flaquear o directamente traman en su contra. Esta segunda novela, pues, profundiza en las dificultades que enfrentan Malini y Priya por separado, en sus respectivas posiciones como líderes, pero también en su difícil relación íntima. Y es que el lazo amoroso entre ambas se ve obligada a evolucionar, por sus posiciones de poder y por lo que les exigen sus respectivos seguidores. Durante la trama se juega hábilmente con las dudas que surgen en ambas, que se ven lastradas por lo que parece una conexión que se mueve entre la atracción del puro deseo y la conveniencia mutua del beneficio (político y militar) que su interacción amorosa trae para sus respectivos pueblos.
Algo que me ha fascina de cómo se nos presenta toda la trama es que la autora no tiene miedo a alejarse de sus enfoques principales o centrales. Y es que una de las grandes habilidades narrativas de Suri es saber darle una riqueza de perspectivas a su historia, que la hace tanto más ágil como mucho más interesante para el lector. Así la novela sigue ampliando nuestro panorama de este conflicto a varias bandas gracias al inteligente uso de los distintos puntos de vista menores, muchos de ellos de un solo capítulo, para dejarnos descubrir como se ramifica la historia en sus numerosas ambientaciones y desde diversos ojos. Asistiremos así, desde las diversas capas sociales de este gran imperio multicultural, a la sangrienta guerra civil de Parijatdvipa con este imperio que se devora a si mismo o al resurgimiento del peligroso poder mágico ancestral de Ahiranya.
Y así aprendías que el mundo con el que habías soñado era más de lo mismo. Podredumbre, tiranos y los ojos siempre abiertos, alerta, en busca de peligro. Así eran las cosas”.
Porque en esta segunda entrega también se ahonda mucho más en el misterio de los yaksas, los antiguos dioses vegetales de Ahiranya, por lo que iremos descubriendo más sobre lo que significan sus peligrosos dones mágicos o de donde proceden estas divinidades de ramas, hojas y semillas. La amenaza de los yaksas y de la extensión de la podredumbre sigue siendo parte central de la saga, con importantes revelaciones que sirven para potenciar su trasfondo mágico y que hacen que se trastoquen los planes y creencias de los devotos “tres veces nacidos” en las aguas inmortales.
Tasha Suri es una de esas autoras que se toma su tiempo para ir desarrollando la trama, para ir plantando (si me permitís el juego de palabras) las semillas que brotarán en el momento oportuno para potenciar su historia. Y desde luego consigue siempre mantener al lector pendiente de sus personajes, potenciando lo que este sabe pero sus protagonistas desconocen, aumentando así la tensión y el interés narrativo. Todo ello desemboca en un tramo final que es lo mejor de la obra, excelentemente construido y guiando a todos sus personajes principales a desenlaces tan poderosos como emocionantes. La espada de hiedra, como buena segunda entrega que se precie, nos deja la trama en todo lo alto y a la espera de la conclusión de la trilogía que llegará este noviembre en inglés con el título de The Lotus Empire. Esperemos que Gamón Fantasy no nos dejé aguardando mucho para disfrutarla en español, porque Tasha Suri está construyendo una saga que atrapa al lector entre sus ramas y raíces sin remedio.
El hermano que recuerdo jamás destruía a placer. Siempre se convencía de que había un motivo para la crueldad que infligía. Se daba una excusa. Así pues, ¿cuál es tu excusa?


EN CONCLUSIÓN
La segunda novela de los Reinos en llamas de Tasha Suri es una excelente continuación, que ofrece más de lo que la primera ya nos presentaba. Personajes interesantes y una ambientación que gracias a su sabor y colorido asiático se vuelve sumamente refrescante para el lector habitual de fantasía. Sus protagonistas principales son mujeres obligadas a enfrentar las dificultades del poder y los desafíos de manejar a aliados inestables. Suri juega de forma magistral entremezclando los tejemanejes políticos y bélicos, con las complejas relaciones entre el antiguo Imperio opresor y el recién liberado Ahiranya, luchando por recuperar sus tradiciones. Pero también se profundiza en el terreno íntimo y personal con la igualmente compleja relación entre Malini y Priya, cuya atracción se vuelve imposible de evitar pero que se ven encadenadas por sus posiciones de poder y lo que sus sociedades opuestas esperan de ellas. Además, en esta continuación aumenta la relevancia y las revelaciones relacionadas con la magia vegetal y las antiguas divinidades yaksas, profundizando tanto en sus orígenes como en sus intenciones. Todo ello hará que cambien de forma radical las expectativas e intenciones de diversos personajes, así como el equilibrio de poderes existente en los Reinos en llamas. Una segunda entrega que se despide con un excelente tramo final, dejándonos con un planteamiento realmente potente para esperar el último volumen de la trilogía: The Lotus Empire.


VALORACIÓN

FICHA
La espada de hiedra (Reinos en llamas, 2)
Tasha Suri
Gamón Fantasy
Traducción de Jesús Jiménez Cañadas
Tapa blanda con solapas, 552 páginas
20,90 euros (también disponible en ebook)


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