SINOPSIS: Ladrones, magia peligrosa y un arma construida con el poder de destruir dioses en esta segunda novela de la aclamada serie de fantasía épica de Gareth Hanrahan, The Black Iron Legacy.
Entra en una ciudad de capiteles y sombras...
El "milagro de los canales" cambió el paisaje de Guerdon para siempre. Seis meses después de su creación, la laberíntica Ciudad Nueva se ha convertido en un refugio para criminales y refugiados. Los rumores de una nueva arma devastadora enterrada debajo de las calles se han propagado, un arma con el poder de destruir a un dios. Mientras Guerdon se esfuerza por permanecer neutral, dos de las facciones más poderosas de la Guerra Divina envían agentes a la ciudad para encontrarla.
A medida que aumentan las tensiones y los ejércitos se reúnen en las fronteras, ¿cuánto tiempo podrá Guerdon mantener a raya a sus enemigos?
RESEÑA: El debut en la fantasía de Gareth Hanrahan con su novela The Gutter Prayer [mi reseña] fue sin duda una de las publicaciones más entretenidas del año pasado. Con el inicio de su trilogía The Black Iron Legacy, el autor irlandés nos llevó a una oscura y milenaria urbe donde conviven las tecnologías más modernas, las luchas sociales, una alquimia científica, una poderosa magia y unos dioses ancestrales a los que había que mantener a raya. Con un evidente tono rolero, grandes dosis de imaginación, mucha acción y unos protagonistas principales que se ganan al lector desde la primera página, la historia que transcurría en la sugestiva ciudad de Guerdon se convirtió en la puerta de entrada a un universo fantástico tan seductor como bien construido.
Afortunadamente en español tenemos la suerte de disfrutar de esta fascinante saga gracias Gamón Fantasy, una saga que a principios de 2020 publicaba en inglés su segunda entrega: The Shadow Saint. Se suele decir que segundas partes nunca fueron buenas salvo honrosas excepciones, por lo que podemos afirmar que Hanrahan se ha marcado su particular "Imperio Contraataca" o su propio "Aliens" con esta nueva entrega de Black Iron Legacy. Y es que el autor retoma la historia unos diez meses después de los sucesos de The Gutter Prayer para mostrarnos las consecuencias de dichos eventos, al mismo tiempo que logra expandir de una manera soberbia lo que conocemos de este mundo donde los dioses pisan la tierra cuando obtienen la suficiente fuerza de sus adoradores y devotos.
Hanrahan usa los excelentes cimientos de la primera novela para desarrollar en esta segunda tanto a los personajes como su particular universo, expandiendo lo que conocemos de sus civilizaciones y sus divinidades. Y es que ahora la Guerra de los Dioses está cada vez más cerca de las puertas de Guerdon, con el expansionista Imperio de Ishmere en camino hacia el norte, para subyugar a aquellos que no adoran a sus implacables divinidades. Sólo el decadente Imperio de Haith parece ser capaz de interponerse en su camino… y entre ambos poderes se halla Guerdon como inestable ciudad neutral del conflicto donde se han infiltrado los espías y agentes secretos de ambas potencias para tratar de descubrir el secreto del arma “matadioses” que podría cambiar para siempre el rumbo de la contienda.
Uno de ellos es el esquivo Sanhada Baradhin, también conocido como el agente X84, un espía al servicio del pujante Ishmere, aunque al mismo tiempo parece mantener su propia agenda oculta. Junto con Emlin (un niño “santo” devoto del dios araña), es enviado a Guerdon para medir las fortalezas y debilidades de la urbe ante la posible conquista, por lo que ambo tendrán que infiltrarse en una ciudad donde los devotos de los dioses son perseguidos y confinados en una fortaleza impenetrable.
En el bando contrario nos encontramos con Terevant, hijo segundo de la influyente familia Erevesic del decadente Imperio de Haith. Tras un desastroso papel en la Guerra de los Dioses el joven soldado es convocado a Guerdon, donde su exitoso hermano mayor ejerce como embajador. Allí tendrá que hacer frente a su desazón y sus propias inseguridades ante una vida errática y decepcionante, cayendo en el centro de la tupida telaraña de intrigas, intereses, envidias y dobles juegos que se está tejiendo en Guerdon entre las tres facciones en conflicto. Terevant además nos irá mostrando los entresijos de Haith, una cultura muy particular ya que su divinidad principal es la mismísima muerte y las diversas castas de su sociedad luchan por mantener un estatus privilegiado que les permita continuar su existencia (aunque de formas muy poco convencionales).
La última trama argumental está protagonizada por la encantadora, casi siempre titubeante pero finalmente lanzada Eladora Duttin, que vuelve a gozar de un importante rol gracias debido a su conexión con los terribles Dioses del Acero Oscuro y con las fuerzas que ahora gobierna Guerdon. Ante la llegada de numerosos refugiados que huyen de la guerra, la ciudad se lanzarán a una campaña electoral que puede cambiar la balanza del equilibrio de poderes. Eladora tratará de ayudar a la integración de los nuevos habitantes de Guerdon, al tiempo que trata de descubrir las pistas que la permitan salvar a su ciudad de la amenaza de la guerra total.
En esta segunda entrega gana enorme protagonismo la Ciudad Nueva, la parte de Guerdon surgida tras los sucesos del final The Gutter Prayer (en los que no ahondaré para no estropear nada a los que no han empezado la saga) donde los refugiados de la guerra tratan de rehacer ahora sus vidas; pero sobre todo Hanrahan convierte la novela en un juego de espías y agentes secretos donde nada ni nadie es lo que parece. Y es que si en la primera novela predominaban las luchas de poder de las bandas callejeras, los bajos fondos, y los gremios de ladrones y asesinos, esto ha sido sustituido ahora por la partida jugada en las sombras por los agentes encubiertos de los imperios enfrentados de Haith e Ishmere.
Sin duda el personaje más fascinante de esta segunda novela es el del espía Sanhada, o X84 o Alic, un hombre habituado a cambiar entre distintas personalidades para ajustarse a lo que su papel de espía en las sombras le exija. Un personaje que irá desvelando su pasado poco a poco, y del que el lector irá conociendo sus interioridades y secretos, que son muchos y jugosos. Sin embargo, no será hasta el desenlace de la novela cuando todas las piezas encajen plenamente y el lector pueda tomar plena conciencia de la historia de Sanhada.
Por supuesto, todo esto se entrelaza con lo que ya conocemos de los Dioses del Acero Oscuro, la guerra de las divinidades y la lucha de Guerdon por mantenerse al margen del conflicto, con Eladora en un destacado primer plano. Si ya en la primera entrega la joven erudita era una sorpresa constante que se ganaba al lector, ahora logra seguir evolucionando mientras hace frente al peso de su legado y trata de dominar los secretos de la magia y la alquimia. Su humanidad, y su mezcla de indecisión y entereza, que la hace seguir adelante entre traiciones, engaños, bombas, monstruos alquímicos y el poder desatado de los dioses logra convertirla en un verdadero descubrimiento para el amante de la fantasía bien construida.
El gran ritmo de la novela logra irse acelerando conforme avanza la trama hasta llegar al explosivo tramo final, repleto de acción y revelaciones, creando una situación sumamente jugosa para lo que nos esperará en el desenlace de la trilogía. Y es que el autor irlandés nos deja con las miel en los labios con la última escena del libro, un magnífico 'cliffhanger' para mantenernos pendientes de la tercera novela que está escribiendo actualmente Hanrahan y que (esperemos) llegue a las librerías para principios de 2021.
Hanrahan usa los excelentes cimientos de la primera novela para desarrollar en esta segunda tanto a los personajes como su particular universo, expandiendo lo que conocemos de sus civilizaciones y sus divinidades. Y es que ahora la Guerra de los Dioses está cada vez más cerca de las puertas de Guerdon, con el expansionista Imperio de Ishmere en camino hacia el norte, para subyugar a aquellos que no adoran a sus implacables divinidades. Sólo el decadente Imperio de Haith parece ser capaz de interponerse en su camino… y entre ambos poderes se halla Guerdon como inestable ciudad neutral del conflicto donde se han infiltrado los espías y agentes secretos de ambas potencias para tratar de descubrir el secreto del arma “matadioses” que podría cambiar para siempre el rumbo de la contienda.
Uno de ellos es el esquivo Sanhada Baradhin, también conocido como el agente X84, un espía al servicio del pujante Ishmere, aunque al mismo tiempo parece mantener su propia agenda oculta. Junto con Emlin (un niño “santo” devoto del dios araña), es enviado a Guerdon para medir las fortalezas y debilidades de la urbe ante la posible conquista, por lo que ambo tendrán que infiltrarse en una ciudad donde los devotos de los dioses son perseguidos y confinados en una fortaleza impenetrable.
En el bando contrario nos encontramos con Terevant, hijo segundo de la influyente familia Erevesic del decadente Imperio de Haith. Tras un desastroso papel en la Guerra de los Dioses el joven soldado es convocado a Guerdon, donde su exitoso hermano mayor ejerce como embajador. Allí tendrá que hacer frente a su desazón y sus propias inseguridades ante una vida errática y decepcionante, cayendo en el centro de la tupida telaraña de intrigas, intereses, envidias y dobles juegos que se está tejiendo en Guerdon entre las tres facciones en conflicto. Terevant además nos irá mostrando los entresijos de Haith, una cultura muy particular ya que su divinidad principal es la mismísima muerte y las diversas castas de su sociedad luchan por mantener un estatus privilegiado que les permita continuar su existencia (aunque de formas muy poco convencionales).
La última trama argumental está protagonizada por la encantadora, casi siempre titubeante pero finalmente lanzada Eladora Duttin, que vuelve a gozar de un importante rol gracias debido a su conexión con los terribles Dioses del Acero Oscuro y con las fuerzas que ahora gobierna Guerdon. Ante la llegada de numerosos refugiados que huyen de la guerra, la ciudad se lanzarán a una campaña electoral que puede cambiar la balanza del equilibrio de poderes. Eladora tratará de ayudar a la integración de los nuevos habitantes de Guerdon, al tiempo que trata de descubrir las pistas que la permitan salvar a su ciudad de la amenaza de la guerra total.
En esta segunda entrega gana enorme protagonismo la Ciudad Nueva, la parte de Guerdon surgida tras los sucesos del final The Gutter Prayer (en los que no ahondaré para no estropear nada a los que no han empezado la saga) donde los refugiados de la guerra tratan de rehacer ahora sus vidas; pero sobre todo Hanrahan convierte la novela en un juego de espías y agentes secretos donde nada ni nadie es lo que parece. Y es que si en la primera novela predominaban las luchas de poder de las bandas callejeras, los bajos fondos, y los gremios de ladrones y asesinos, esto ha sido sustituido ahora por la partida jugada en las sombras por los agentes encubiertos de los imperios enfrentados de Haith e Ishmere.
Sin duda el personaje más fascinante de esta segunda novela es el del espía Sanhada, o X84 o Alic, un hombre habituado a cambiar entre distintas personalidades para ajustarse a lo que su papel de espía en las sombras le exija. Un personaje que irá desvelando su pasado poco a poco, y del que el lector irá conociendo sus interioridades y secretos, que son muchos y jugosos. Sin embargo, no será hasta el desenlace de la novela cuando todas las piezas encajen plenamente y el lector pueda tomar plena conciencia de la historia de Sanhada.
Por supuesto, todo esto se entrelaza con lo que ya conocemos de los Dioses del Acero Oscuro, la guerra de las divinidades y la lucha de Guerdon por mantenerse al margen del conflicto, con Eladora en un destacado primer plano. Si ya en la primera entrega la joven erudita era una sorpresa constante que se ganaba al lector, ahora logra seguir evolucionando mientras hace frente al peso de su legado y trata de dominar los secretos de la magia y la alquimia. Su humanidad, y su mezcla de indecisión y entereza, que la hace seguir adelante entre traiciones, engaños, bombas, monstruos alquímicos y el poder desatado de los dioses logra convertirla en un verdadero descubrimiento para el amante de la fantasía bien construida.
El gran ritmo de la novela logra irse acelerando conforme avanza la trama hasta llegar al explosivo tramo final, repleto de acción y revelaciones, creando una situación sumamente jugosa para lo que nos esperará en el desenlace de la trilogía. Y es que el autor irlandés nos deja con las miel en los labios con la última escena del libro, un magnífico 'cliffhanger' para mantenernos pendientes de la tercera novela que está escribiendo actualmente Hanrahan y que (esperemos) llegue a las librerías para principios de 2021.
The Shadow Saint es una excelente continuación que expande y consolida el universo imaginado por Gareth Hanrahan en su primera entrega de The Black Iron Legacy. La Guerra de los Dioses llega ahora a las mismas puertas de Guerdon, donde espías y agentes secretos luchan por un arma que podría ser clave para alzarse con la victoria definitiva. Con algunos de los personajes que conocimos en la primera novelas y bastantes caras nuevas que sirven para expandir la magnitud del conflicto divino, Hanrahan construye una entretenida historia de engaños, intrigas y conspiraciones en la sombra donde los protagonistas tendrán que jugar a los detectives. Eladora por su parte tiene que hacer frente al oscuro legado de su familia, mientras trata de salvar a su ciudad de lo peor de la guerra divina, y eso significa que tendrá que desprenderse de todos sus miedos e inseguridades. Una magnífica segunda entrega ambientada en esta fascinante urbe que mezcla las tecnologías más modernas, los misterios alquímicos y la amenaza de los implacables dioses encarnados, y con un desenlace que deja las apuestas en todo lo alto para una conclusión de la trilogía The Black Iron Legacy que esperemos que no tarde en anunciarse.
VALORACIÓN
FICHA
Los santos de sombra (El Legado del Hierro Negro, 2)
Gareth Hanrahan
Gamón Fantasy
Traducción de David Tejera
Tapa dura con sobrecubierta, 592 páginas
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