SINOPSIS: La épica conclusión de Ilión, la historia de la guerra de Troya reconstruida por uno de los grandes maestros de la ciencia ficción moderna.
Continúa la guerra de Troya protagonizada por inmortales posthumanos en lo más alto del monte Olimpo de Marte. La vengativa batalla de Aquiles y la alianza de los dioses griegos y troyanos con unos robots del espacio jupiterino -decididos a prevenir una catástrofe que destruiría el universo- han provocado una guerra civil entre dioses que podría mandar todo lo existente entre la Tierra y el cielo directo al infierno. Paralelamente, los últimos humanos de la Tierra, entre ellos Ada y Daeman, se preparan para una batalla perdida contra los brutales ataques de los Voynix, determinados a aniquilarlos.
Olympo combina el asedio de Troya con nanotecnología, física cuántica, política y religión, pero también referencias a Shakespeare y Proust. El resultado es un nuevo clásico imprescindible en la trayectoria de Dan Simmons, uno de los autores más originales que la ciencia ficción ha dado en las últimas décadas.
RESEÑA: La bilogía formada por Ilión y Olympo es una atrevida propuesta de uno de los grandes autores de la ciencia ficción moderna. Si con su impresionante tetralogía de Hyperion Dan Simmons nos dejó una de las lecturas imprescindibles del género, y una narración tan imaginativa como seductora, en esta futurista recreación de la Ilíada homérica el autor norteamericano no se queda atrás. Eso sí, quizá su arranque sea mucho más exigente y cuesta arriba, y en su primera parte Dan Simmons lanzaba al lector a la historia casi sin paracaídas, dejándole el arduo trabajo de tratar de ensamblar numerosas piezas cuyos contornos no parecen coincidir.
Y es que ¿cómo puede uno meter en el mismo saco la historia de un estudioso de la Ilíada resucitado para revivir día a día los sucesos del conflicto narrado por Homero con una Tierra casi deshabitada de lo que parece el futuro? ¿Dónde encajan los dioses y semidioses que habitan en el templo olímpico de Marte con los moravecs (droides semiorgánicos) jupiterinos, los poderosos posthumanos, los últimos humanos de las Tierra o los misteriosos voynix? Ilión era una adictiva mezcla que exigía que el lector avanzara aún a costa de los enigmas sin respuesta con lo que iba tropezando capítulo a capítulo. Es cierto que su desenlace de la obra aclaraba algunos de ellos, pero todavía quedaban mucho (tenéis mi reseña de Ilión aquí).
Pero pasemos ahora a este Olympo, que tiene la misión de concluir y solucionar los enigmas planteados en Ilión. En esta reseña, y por razones obvias, hay spoilers importantes del final de la entrega anterior así que estáis advertidos.
Han pasado 9 meses desde que aqueos y troyanos unieran fuerzas para lanzarse a su guerra contra los dioses del Olimpo (en Marte), pero su inestable alianza no tardará en tambalearse de nuevo debido a la desconfianza mutua. Thomas Hockenberry, el escólico que manipuló a ambos bandos para azuzarlos contra los dioses, vive una existencia mucho más tranquila que no tardará en complicarse cuando esta extraña Ilíada ‘paralela’ se salga totalmente de madre, tomando un rumbo imprevisto para dioses, semidioses y mortales.
Mientras tanto los curiosos moravecs tratan de desentrañar el enigma que se oculta tras los poderes divinos de los posthumanos, y todas las pistas apuntan en dirección a la Tierra. Para evitar una convergencia cuántica que podría poner en riesgo la existencia de la misma realidad, preparan una misión para viajar hasta el planeta natal de Shakespeare y Proust… lo que por supuesto significa que allá irán también Mahnmut y Ophu.
Al mismo tiempo en la Tierra, la menguante población de humanos se enfrenta a la amenaza de la extinción luchando contra las fuerzas implacables de los misteriosos voynix. Los antes serviciales droides ahora están masacrando a los poco miles de humanos que viven en el planeta; en Ardis Hall solo Ada, Harman y Daeman (junto con la ayuda de Odiseo, ahora transmutado en Nadie) son capaces de organizar una mermada resistencia. La llegada del terrible Setebos los obligará a lanzarse a la búsqueda de una forma de contrarrestar una imparable marea que avanza en su contra.
Con estas tres tramas principales, que se entrecruzan ahora con mucho más libertad que en la primera novela, Simmons hace avanzar al lector en un mundo que sigue asombrando a cada paso. La odisea compartida de humanos, posthumanos, moravecs, aqueos y troyanos se desarrolla a un ritmo trepidante, sin apenas dejar un respiro al lector. Esto, junto con la llegada las tan esperadas respuestas permite al lector ir encajando las dispersas piezas del enigma de este extraño y perturbador futuro.
En cuanto a los roles principales de este segundo tomo, el lector sigue empatizando con las penalidades y aventuras de Harman, Daeman, Hockenberry y Mahnmut, que son los grandes protagonistas de la acción, y a los que ahora hay que añadir a una Ada con un papel mucho más decisivo y combativo, con la joven decidida a luchar sin descanso por el futuro de su pueblo. También se aúpa al podio de protagonistas principales Aquiles, con su propia trama en la que se lanza en una despiadada cruzada que hará correr la sangre en el Olimpo y que sirve a Simmons para sacar a la palestra jugosa información sobre los posthumanos. Esta última trama (así como todas las relacionadas con los personajes aqueos o troyanos) también le permite al escritor jugar con la comicidad de las situaciones, enfrentando a los personajes sacados del pasado remoto de la Ilíada con el extraño mundo tecnificado de los posthumanos.
Pero es en la Tierra donde se juega la partida más importante, con los humanos luchando por descubrir la pieza clave que les permita sobrevivir a los voynix y a Setebos. Tanto Harman como Daeman se dejarán la piel para lograr que sus congéneres tengan una opción de supervivencia, y aunque tengan que arriesgarse a enfrentarse a aquello que más temen (ya sea la lucha con el horrendo Caliban o la alternativa de no volver a encontrarse nunca más con su amada Ada). Ambos personajes se alzan como los grandes héroes de la historia, más que los desalmados guerreros de la antigüedad homérica, para dejar atrás sus miedos y sacrificarlo todo por su nuevo mundo.
Olympo logra desentrañar los numerosos enigmas planteados por la anterior entrega, completando una extraña pero fascinante odisea en el futuro. La raza humana aprende a luchar por su supervivencia, descubriendo el pasado que los ha convertido en lo que ahora son, al tiempo que les abre las puertas a la oportunidad de volver a alzarse como una civilización con todas las de la ley. Pero si hay una raza que se gana el corazón del lector en estas dos novelas esos son los extraños moravecs, que se convierten en los grandes defensores de lo mejor de la humanidad y que logran ponernos sin reservas del lado de estos androides semiorgánicos que en su interior guardan la prueba de los logros de la humanidad. Aunque es cierto que el desenlace de la novela deja un par de hilos argumentales algo libres (Setebos *ejem, ejem*), en conjunto Simmons consigue desentrañar bastante bien el perturbador (pero fascinante) tapiz que ha ido tejiendo a lo largo de las dos novelas. Una extraña odisea que nos lleva desde el pasado remoto de la Ilíada hasta las fronteras más remotas de nuestro futuro, solo para demostrar que los seres sintientes (ya sean humanos, moravecs o posthumanos) nos merecemos una segunda oportunidad.
Y es que ¿cómo puede uno meter en el mismo saco la historia de un estudioso de la Ilíada resucitado para revivir día a día los sucesos del conflicto narrado por Homero con una Tierra casi deshabitada de lo que parece el futuro? ¿Dónde encajan los dioses y semidioses que habitan en el templo olímpico de Marte con los moravecs (droides semiorgánicos) jupiterinos, los poderosos posthumanos, los últimos humanos de las Tierra o los misteriosos voynix? Ilión era una adictiva mezcla que exigía que el lector avanzara aún a costa de los enigmas sin respuesta con lo que iba tropezando capítulo a capítulo. Es cierto que su desenlace de la obra aclaraba algunos de ellos, pero todavía quedaban mucho (tenéis mi reseña de Ilión aquí).
Pero pasemos ahora a este Olympo, que tiene la misión de concluir y solucionar los enigmas planteados en Ilión. En esta reseña, y por razones obvias, hay spoilers importantes del final de la entrega anterior así que estáis advertidos.
Han pasado 9 meses desde que aqueos y troyanos unieran fuerzas para lanzarse a su guerra contra los dioses del Olimpo (en Marte), pero su inestable alianza no tardará en tambalearse de nuevo debido a la desconfianza mutua. Thomas Hockenberry, el escólico que manipuló a ambos bandos para azuzarlos contra los dioses, vive una existencia mucho más tranquila que no tardará en complicarse cuando esta extraña Ilíada ‘paralela’ se salga totalmente de madre, tomando un rumbo imprevisto para dioses, semidioses y mortales.
Mientras tanto los curiosos moravecs tratan de desentrañar el enigma que se oculta tras los poderes divinos de los posthumanos, y todas las pistas apuntan en dirección a la Tierra. Para evitar una convergencia cuántica que podría poner en riesgo la existencia de la misma realidad, preparan una misión para viajar hasta el planeta natal de Shakespeare y Proust… lo que por supuesto significa que allá irán también Mahnmut y Ophu.
Al mismo tiempo en la Tierra, la menguante población de humanos se enfrenta a la amenaza de la extinción luchando contra las fuerzas implacables de los misteriosos voynix. Los antes serviciales droides ahora están masacrando a los poco miles de humanos que viven en el planeta; en Ardis Hall solo Ada, Harman y Daeman (junto con la ayuda de Odiseo, ahora transmutado en Nadie) son capaces de organizar una mermada resistencia. La llegada del terrible Setebos los obligará a lanzarse a la búsqueda de una forma de contrarrestar una imparable marea que avanza en su contra.
Con estas tres tramas principales, que se entrecruzan ahora con mucho más libertad que en la primera novela, Simmons hace avanzar al lector en un mundo que sigue asombrando a cada paso. La odisea compartida de humanos, posthumanos, moravecs, aqueos y troyanos se desarrolla a un ritmo trepidante, sin apenas dejar un respiro al lector. Esto, junto con la llegada las tan esperadas respuestas permite al lector ir encajando las dispersas piezas del enigma de este extraño y perturbador futuro.
En cuanto a los roles principales de este segundo tomo, el lector sigue empatizando con las penalidades y aventuras de Harman, Daeman, Hockenberry y Mahnmut, que son los grandes protagonistas de la acción, y a los que ahora hay que añadir a una Ada con un papel mucho más decisivo y combativo, con la joven decidida a luchar sin descanso por el futuro de su pueblo. También se aúpa al podio de protagonistas principales Aquiles, con su propia trama en la que se lanza en una despiadada cruzada que hará correr la sangre en el Olimpo y que sirve a Simmons para sacar a la palestra jugosa información sobre los posthumanos. Esta última trama (así como todas las relacionadas con los personajes aqueos o troyanos) también le permite al escritor jugar con la comicidad de las situaciones, enfrentando a los personajes sacados del pasado remoto de la Ilíada con el extraño mundo tecnificado de los posthumanos.
Pero es en la Tierra donde se juega la partida más importante, con los humanos luchando por descubrir la pieza clave que les permita sobrevivir a los voynix y a Setebos. Tanto Harman como Daeman se dejarán la piel para lograr que sus congéneres tengan una opción de supervivencia, y aunque tengan que arriesgarse a enfrentarse a aquello que más temen (ya sea la lucha con el horrendo Caliban o la alternativa de no volver a encontrarse nunca más con su amada Ada). Ambos personajes se alzan como los grandes héroes de la historia, más que los desalmados guerreros de la antigüedad homérica, para dejar atrás sus miedos y sacrificarlo todo por su nuevo mundo.
Olympo logra desentrañar los numerosos enigmas planteados por la anterior entrega, completando una extraña pero fascinante odisea en el futuro. La raza humana aprende a luchar por su supervivencia, descubriendo el pasado que los ha convertido en lo que ahora son, al tiempo que les abre las puertas a la oportunidad de volver a alzarse como una civilización con todas las de la ley. Pero si hay una raza que se gana el corazón del lector en estas dos novelas esos son los extraños moravecs, que se convierten en los grandes defensores de lo mejor de la humanidad y que logran ponernos sin reservas del lado de estos androides semiorgánicos que en su interior guardan la prueba de los logros de la humanidad. Aunque es cierto que el desenlace de la novela deja un par de hilos argumentales algo libres (Setebos *ejem, ejem*), en conjunto Simmons consigue desentrañar bastante bien el perturbador (pero fascinante) tapiz que ha ido tejiendo a lo largo de las dos novelas. Una extraña odisea que nos lleva desde el pasado remoto de la Ilíada hasta las fronteras más remotas de nuestro futuro, solo para demostrar que los seres sintientes (ya sean humanos, moravecs o posthumanos) nos merecemos una segunda oportunidad.
VALORACIÓN
FICHA
Olympo
Dan Simmons
Nova
Traducción de Rafael Marin Trechera
Tapa dura con sobrecubierta, 888 páginas
24,90 euros (y en ebook por 9,49 euros)
Yo encontré a Simmons con esta saga (Ilión y Olympo), y me parece que es una auténtica genialidad de la Ciencia Ficción. De hecho, me ha puesto muy alto el listón para este género, que yo siempre he sido más de fantasía, y cuando llega el momento de leer algo cifi... pues termino siempre comparándolo con Simmons. Y no suele acabar bien la comparación, todo sea dicho.
ResponderEliminarCómo te comprendo Tomás: yo había leído muy poca ciencia ficción cuando leí Hyperion y desde entonces todo libro del género se me queda muy corto.
EliminarDe este autor aún tengo pendiente leerme Hyperion, si me gusta, probablemente le dé una oportunidad a la bilogía pues suena muy interesante el argumento, aunque cueste entrar.
ResponderEliminarMe parece una decisión excelente, Hyperion es una absoluta maravilla de la ciencia ficción y no cuesta tanto entrar en el. ¡Disfruta porque Simmons es genial!
EliminarEl primero me encantó, pero este fue una auténtica decepción, me esperaba mala nota porque a mí me pareció un completo desastre, se nota que estaba pensado para más de dos libros pero por lo que sea (malas ventas quizás) quizo cerrar la historia con este dejando muchas cosas en el tintero. La recta final se nota apresurada y hay cosas que pasan que no tienen sentido.
ResponderEliminarTotalmente. Simmons bien se vio superado por su propia trama, algo que ha pasado otras veces con muchos autores, bien se dio cuenta que necesitaba muchas mas paginas de las mil y pico que ya llevaba para terminar el libro cerrandolo bien, y no fue capaz de enfrentar la tarea, el caso es que el cierre es bastante desastroso. No me parece un error menor como cita el autor del post. La originalidad de la trama y muchos de los desarrollos no los discuto, pero la recta final, mas o menos a partir de que Moira abanonde a Harman en la Brecha Atlantica, carece de sentido. Próspero, Ariel, Moira, Setebos, Caliban, y Sycorax, los poderes tras el poder, absolutamente abandonados por el autor en la nada, dejando un gazapo argumental de proporciones titanicas. Setebos desaparece y ya. Sycorax se pira gratuitamente, el ultimo gran personaje que tarda el 95% de la narración en aparecer, el gran misterio, la interrogación en la oscuridad, y aparece para decir hola, me has convencido, ale, vamonos. Wtf? Cual era el rollo de esta señora? Hola??? Y se nota que hay un momento EXACTO, el citado, en el que Simmons dice bueno basta ya, y toda la idea del desarrollo que llevara la manda a tomar por saco y cierra de golpe en menos de 100 paginas toda la narración, y ale. A santo de que Moira y Próspero habian enviado a Harman por la Brecha? Para encontrarse el submarino, bien y que? Sin Harman los moravecs lo hubieran encontrado exactamente igual y todo se hubiera desarrollado igual. En toda la novela Harman no cumple exactamente ninguna otra funciona que conceder el conocimiento a los humanos antiguos, y hubiera podido hacerlo igualmente en cualquier otro momento. Dices vale despierta a Moira. Pero es que despertar a Moira entonces no vale de nada. Que imagino que durante el resurgir de la civilización posterior Moira habra tenido su importancia, pero lo mismo les daba haberlo hecho en cualquier otro momento xD Es que tiene 0 sentido todo xDDD
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