—¿Cuántos años teníais cuando os llevaron a la guerra?
—Pues sería de la edad de vuestro chico, más o menos —respondió Meribald—. Sí, demasiado joven, pero todos mis hermanos partían; no quise quedarme atrás. Willam me dijo que podía ser su escudero, y eso que no era caballero, sólo un pinche armado con un cuchillo de cocina que había robado en la taberna. Murió en los Peldaños de Piedra sin llegar a asestar un golpe. Se lo llevó la fiebre, igual que a mi hermano Robin. A Owen lo mató un golpe de maza que le abrió la cabeza, y a su amigo Jon Pox lo ahorcaron por violación.
—¿La guerra de los Reyes Nuevepeniques? —preguntó Hyle Hunt.
—Así la llamaban, aunque no vi ningún rey, ni gané un penique. Pero era una guerra. Era una guerra.
Festín de cuervos, de George R. R. Martin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario