RESEÑA: El quinto libro de Malaz: el Libro de los
Caídos es un salto al vacío, una nueva vuelta de tuerca en la locura teledirigida
que es la trama de las novelas de Steven Erikson. Solo el autor canadiense
sería capaz de coger a sus lectores y arrojarlos sin previo aviso a un quinto
libro que es un precuela de mucho de los sucesos que hemos visto hasta ahora y
protagonizado por absolutos desconocidos (salvo honrosas excepciones). Sería
algo nuevo si no fuera porque en la primera parte de la saga, Los jardines de la luna, ya nos lanzaba sin
piedad en mitad de toda la trama sin paracaídas, y si en entregas anteriores no
hubiéramos conocido nuevas tramas y continentes que no tenían nada que ver con
lo que habíamos leído hasta el momento. Pero así es Malaz, una montaña rusa de
giros inesperados y continuas sorpresas, de sucesos que solo logramos entender
a medias… y reconozcámoslo, eso es lo que nos encanta de Erikson: que nos vuelva locos.
Mareas de medianoche nos lleva a un nuevo
continente y un nuevo conflicto, el que enfrenta al expansionista y avaricioso
reino de Lether contra el reino en decadencia de los tiste edur, un pueblo de
glorioso pasado (aunque ese pasado se haya construido sobre la mentira y la
traición, como pronto descubrirán varios de los personajes principales). Ambos
reinos viven una precaria tregua, pero diversos poderes harán todo lo posible
por romperla y sacar beneficio del terrible y destructivo conflicto.
Erikson sigue siendo un experto en esconder a ojos
del lector lo que ocurre de verdad, manejando con habilidad los hilos de la
tramoya que se esconden tras el escenario, contándonos las cosas a medias y generando
cinco enigmas por cada uno que resuelve, por lo que siempre vamos a remolque de
la situación. Como ya dije en una reseña anterior de la saga, Malaz es una obra
que exige mucho al lector debido a la multitud de referencias cruzadas que
maneja, por lo kilométrico de su compleja trama y los numerosos personajes que
pueblan sus páginas.
En esta quinta novela Erikson juega a convertir a los
personajes en un juego de opuestos, un juego de reflejos enfrentados. Los
hermanos Sengar de los tiste edur y los hermanos Beddict de Lether representan
en sus dos mundos las diferentes formas en que las personas encaran las
situaciones complejas a las que se ven arrojados en un mundo sin lógica ni
piedad. Por eso mismo no es difícil identificarse con alguno de ellos: la fe
inquebrantable en el líder que muestra Temor Sengar, las ansias de venganza que
consumen a Casco Beddict, las dudas constantes que atormentan a Trull Sengar,
el cinismo que sirve de escudo a Tehol Beddict,… todas son facetas de un mismo
conflicto.
Como ya viene siendo habitual en la saga algunos de
los personajes más humildes e irrelevantes se revelan al final como seres de
gran poder e importancia que acaban decantando la situación. Dioses ancestrales
y ascendientes se ocultan tras la imagen poco amenazadora de personas sin
importancia para manejar desde más cerca los hilos de la historia, asegurando
unas cuantas sorpresas al desprevenido lector.
Por otra parte Lether quizá sea el reino imaginario
de una novela de fantasía que menos me ha costado ver como real (aparte de los
altamente realistas e históricos Siete Reinos de Poniente, claro). Su sociedad solo
preocupada por conquistar y aumentar sus beneficios explotando al resto de
sociedades, su falsa moral que les sirve de escudo para realizar sus conquistas
tiránicas y racistas sin sentirse unos opresores, su casta de endeudados
condenados a pagar cueste lo que cueste durante generaciones,… son elementos
demasiados cercanos a cualquier habitante de la civilización occidental actual
como para resultar ajena al lector. De esta manera la ‘revolución anti-sistema’
de Tehol Beddict y Bicho intentando derribar desde dentro la propia sociedad
Lether cuenta desde el principio con toda la simpatía del lector, que desea que
ambos triunfen en su loca ambición de cambiar el mundo. Además ambos personajes,
Tehol y Bicho, merecen destacarse por el magnífico dúo cómico que forman, quizá
el mejor de todos los que pueblan las páginas de Malaz. (¿Habrá encontrado
Bicho por fin tiempo para limpiar?).
El último tramo de la novela se convierte, una vez
más, en un feroz despliegue de batallas, enfrentamientos mágicos y
descubrimientos inesperados desarrollándose a una velocidad de Fórmula 1 que no
dejan un momento de respiro al lector. Erikson sigue con su técnica narrativa
de cambiar continuamente de personajes para darle este ritmo tan endiablado al
final de sus novelas, y sigue logrando que resulte de lo más atractivo.
Sin embargo, como único punto negativo, debo decir
que Mareas de medianoche me ha parecido el libro menos redondo de la saga,
hasta el punto que no llega a cerrarse del todo. Erikson, a pesar de construir
una saga que se continúa de libro en libro, siempre ha conseguido darle a cada
parte de Malaz un final bastante autoconclusivo pero en Mareas no me ha
parecido que lo haya logrado plenamente. Deja demasiados enigmas abiertos,
demasiados cabos sueltos que es de esperar que encontrarán solución en las
siguientes entregas del Libro de los Caídos.
Lo he terminado hace escasos minutos... Una buena reseña, sobre todo coincido en el final, algunas tramas que parecía que iban a resolverse quedan sin respuesta, pero por lo demás, otro gran libro de la saga. Un saludo.
ResponderEliminar¡Gracias! Me parece uno de los mejores libros de la saga (¡¡que grandes son Tehol y Bicho!!), y para tranquilizarte las dudas que quedan pendientes de la trama se resuelve en 'La tempestad del Segador'.
Eliminar¡Saludos!