SINOPSIS: Ilmar es una ciudad a punto de estallar. El férreo control paliseño asfixia a sus habitantes tanto como el submundo criminal, los propietarios de las factorías, la pobreza de sus arrabales y la carga de una antigua maldición. ¿Cuál será la chispa que hará que todo salte por los aires?
Ladrones, conspiradores, revolucionarios, fraternidades de obreros y nobles resentidos. Todos juegan sus fichas en el tablero de la ciudad. Pero, el catalizador será, como siempre, la Forestáncora, ese oscuro bosquecillo, ese vestigio primigenio, ese portal que se abre, cuando hay luna llena, a costas extrañas y lejanas.
Ilmar, dicen algunos, es el peor lugar del mundo y la puerta a mil sitios peores. Bienvenidos a Ilmar, el puerto a ninguna parte. La ciudad de las malas decisiones. La ciudad de las últimas oportunidades.
Porque este 2025 nos ha traído en español una de esas lecturas diferentes, que hace que uno se sienta agradecido de que todavía haya voces que buscan ofrecernos una experiencia lectora envolvente y seductora, que nos permite introducirnos en la existencia, cotidiana, convulsa y sorprendente, de una compleja ciudad, llena de tensiones crecientes y fuerzas enfrentadas. Un reflejo, fantástico pero extremadamente detallado, de un mundo que nos permite vivirlo con una sensación de inmersión total que pocas veces se logra con tanto éxito.
Todo ello nos llega gracias a Adrian Tchaikovsky, un autor que no está dispuesto a vivir de lo mismo y trata de reinventarse (en el fondo o en la forma) con cada nueva novela o saga que nos trae. No cabe duda de que La ciudad de las últimas oportunidades, su novela fantástica publicada recientemente por el sello Red Key Books, es una excelente demostración de cómo este escritor británico puede dar vida a un entorno llamativo y original, que al tiempo que nos resulta reconocible y creíble, también nos hace dejarnos atrapar por sus fascinantes diferencias.
“La vida de los seres humanos carecía de una narrativa satisfactoria. Había visto demasiados cadáveres como para creer otra cosa”.
Claro que el recorrido creativo de este autor le permite contar con unos antecedentes donde ya había explorado otros acercamientos a la fantasía épica, en obras como su decalogía debut Shadows of the Apt (inédita en español) o su trilogía de Ecos de la Caída (que ya ha empezado a publicar Alamut); pero es que también ha sabido moverse con gran solvencia por la ciencia ficción, con una larga serie de novelas explorando las mezclas de géneros. Así que no sorprende que ahora el británico tome un derrotero fantástico muy diferente con su serie de los Tiranos filósofos, que arranca con una novela que tiene una historia que funciona como lectura independiente y que nos zambulle de una forma plenamente inmersiva en un relato coral que vivimos a través de sus múltiples personajes.
Esta obra de Tchaikovsky gira en torno a una única localización: Ilmar, la puerta a mil sitios y el puerto a ninguna parte, la ciudad de las malas decisiones y las últimas oportunidades. Una bulliciosa urbe que se encuentra bajo ocupación por una fuerza militar extranjera, el intolerante Dominio Paliseño, que con mano de hierro ha ido imponiendo su deseo de ‘perfección’ sobre el desorden que perciben en otras naciones. Un pueblo estricto, rígido y calculador que solo quiere que el mundo esté regido por la razón, por lo que intentan acabar con toda religión y desean dominar la magia, elementos ambos que consideran que extienden el caos y la confusión en sus pueblos vecinos.
Pero Ilmar es particularmente importante porque posee grandes factorías que se nutren de la energía mágica y donde se emplean una gran cantidad de obreros manuales, siempre listos para defender sus escasos derechos contra los grandes señores. Y todavía más vital: en sus mismo extrarradio se encuentra el misterioso bosque de la Forestáncora, una pequeña floresta que es el menguante reducto donde una magia ancestral desconocida abre caminos a lugares lejanos y multitud de realidades diferentes. Y con todo este complejo telón de fondo, iremos viendo como la tensión creciente entre los lugareños ilmarinos y los ocupantes paliseños pondrá en movimiento una serie de sucesos que lanzarán las vidas de sus habitantes a un remolino de caos y peligros.
“De súbito, tuvo la impresión de que estaba ‘presente`, en el epicentro mismo de la historia. Imaginó que, calle a calle, toda la ciudad se unía a su canto. ¿Y si este fuera el momento en que todo estalla?”.
ILMAR, BRILLANTE Y ABSORBENTE AMBIENTACIÓN
Uno podría pensar que con una ambientación tan restringida en localización y tiempo, una única ciudad durante una serie de días, Tchaikovsky quiere ofrecernos una propuesta que se mueva en la concreción y lo contenido; pero en realidad nos encontramos con todo lo contrario: un ambicioso y potente ejercicio de personajes y tramas. Porque en La ciudad de las últimas oportunidades se va construyendo un juego narrativo absorbente dominado por multitud de voces diferentes, que dan vida a una obra coral, tanto en la forma como en el fondo. Y es que a través de su diversa galería de protagonistas, que conocemos desde sus propias perspectivas, vamos asistiendo a un mosaico de vidas y sucesos que se van hilvanando y cruzando alrededor de la situación cada vez más tensa y explosiva que se vive en Ilmar.
Esta misma ciudad que bautiza a la obra ya es toda una experiencia para los sentidos y la imaginación del lector. En Ilmar nos sumergimos en una ambientación rica, cuidada, detallada y profunda, en una palpitante y convulsa ciudad que desde su conquista está llena de facciones, bandas y grupos sociales con intereses muy divergentes y en ocasiones en rumbo de colisión directa. El británico nos presenta una localización que con elementos steampunk nos hace sentirnos trasladados a una obra del naturalismo del siglo XIX… salvo que aquí la tenemos para reflejar un mundo fantástico lleno de magia, demonios y seres sobrenaturales, donde la industrialización creciente convive con lo sobrenatural.
Tchaikovsky documenta su mundo de un modo detallista y asombroso, a través de pequeñas piezas que nos van presentando capítulo a capítulo sus diferentes personajes y las particularidades de su existencia. Desde sus grandes factorías alimentadas por energía mágica extraída de criaturas infernales esclavizadas y con obreros cada vez más organizados para defender sus derechos, a sus grupos criminales que con su oposición a los nuevos conquistadores se están ganando el respeto como héroes, a los jóvenes que estudian en la Universidad entre fiestas y deseos de recuperar su antigua libertad, los numerosos refugiados, exiliados y expatriados de otras naciones que tratan de labrarse una nueva vida en esta cosmopolita refugio, o los tiránicos nuevos amos de Ilmar, que guiados por el reino de la razón quieren imponer su restrictivo sueño de perfección y corrección por la fuerza.
“Ya hace tres años que libramos a esta ciudad de sus costumbres absurdas. Sus habitantes han olvidado cuál debe ser el orden de las cosas. Y van a desandar todos los pasos que gracias a nosotros han dado hacia la perfección. A menos que intervengamos de una forma inmediata y contundente”.
Porque todo el conflicto de la novela gira en torno al implacable Dominio Paliseño, los conquistadores de Ilmar, que cuentan tanto con ciudadanos que los respaldan como los que se les oponen. Un pueblo dominado por la racionalidad más estricta, siempre empeñados en imponer sobre los demás su concepción cerrada, recta e inamovible de los que consideran la corrección. Se sienten guiados por el destino en "una cruzada" con un único fin: “Perfeccionarían el mundo y mejorarían la vida de todos sus habitantes”. Su intención en Ilmar es clara: hacerse con el control del bosque de la Forestáncora, un umbral a otras realidades donde si uno se atreve a internarse puede llegar a multitud de lugares remotos o desconocidos. Sin duda esta pieza de la trama es una de las que más atrae la atención en la obra de Tchaikovsky, un lugar ancestral donde habita un poder desconocido, en un menguante reducto boscoso que trae a la memoria lugares fantásticos tan sugerentes como el Bosque Mitago de Robert Holdstock pero aquí bañado de un tono pesadillesco que se torna surrealista.
Pero igual de potente es todo el trasfondo que envuelva la trama, tremendamente actual. Y es que el británico es capaz de ir sembrando su novela temas sociales, políticos o culturales como las luchas sindicales obreras, los choques de clases, la imposición armada del dominio imperialista, el yugo militarista, la disidencia cultural o la resistencia (ya sea armada o no) contra la ocupación extranjera; además todo se va mezclando con los asombrosos poderes sobrenaturales y mágicos, que para bien o para mal, se filtran por las calles de Ilmar. Porque no solo tenemos la extraña Forestáncora acechando como una oportunidad o una amenaza en su extrarradio, también existe un barrio condenado en la ciudad conocido como el Reproche, un lugar en ruinas y abandonado donde una siniestra maldición afecta a todos los incautos que atraviesan sus difusos límites. Tchaikovsky da vida aquí a una insana pesadilla, un carnavalesco horror que atrapa al lector en su desconcertante terror errante, que lo mismo causa una carcajada desquiciada que nos congela la sangre en las venas.
Con estos lugares donde el poder de la magia campa a sus anchas, causando consecuencias que nadie puede anticipar, y con la existencia de artefactos y factorías mágicas que hacen que Ilmar se vuelva una localización donde lo asombroso es cotidiano, tenemos un telón de fondo perfecto para hacer crecer las tensiones político-sociales que se filtran a todos sus niveles. Así nos iremos moviendo con soltura de un extremos a otro de sus múltiples capas de intereses y voluntades, viendo los distintos grupos que colisionan de forma más o menos abierta en las calles de la ciudad. Una queda profundamente atrapado por una obra donde lo fantástico domina todo el paisaje de una forma seductora, trufando además su ambientación de un rico sabor weird que por momentos nos recuerda al Bas-Lag de China Miéville o que goza de la profunda riqueza cultural, humana y social que nos propone el Malaz de Steve Erikson.
“Se encontraban atrapados en el mismo círculo de opresión. Algún día nos avergonzaremos de lo que hicimos aquí. Al menos, si resultaba ser así, significaría que las cosas habían mejorado. Habían comprado un mañana más próspero pagando con una sucesión de hoyes penosos”.
DESDE MUCHOS PUNTOS DE VISTA
Todo ello en una novela que juega con el uso de sus múltiples puntos de vista, que va hilando las perspectivas y pensamientos de sus diversos personajes, con múltiples focos de atención que van guiando la trama en una misma dirección. Una trama que es casi secundaria, porque lo realmente importante es la inmersión vital que nos ofrece cada protagonista, cada perspectiva que sirve para ir dando forma a un todo mayor. La gran variedad de personajes es lo que nos atrapa y desafía en este juego literario, saltando constantemente de uno a otro para así ir construyendo una trama lineal pero hilvanada con multitud de hilos diferentes. La fuerza de este tapiz fantástico recae sobre cada hebra, cada personaje que toma existencia con gran credibilidad y profundidad, guiándonos de su mano a través de su existencia en la bulliciosa y peligrosa Ilmar.
Así podemos acompañar al último sacerdote de un dios moribundo con el que solo puede interactuar él, al matón de una banda criminal que se considera un héroe de la libertad, a un empeñista extranjero que busca su supervivencia, a una joven universitaria idealista deseosa de acabar con la ocupación, a un profesor de la Universidad envuelto en el papel de patriota por su propio beneficio, a un alto mando paliseño deseoso de escalar posiciones sofocando una urbe revoltosa, a un soldado huido de una guerra brutal que busca a su esposa desaparecida, a la dueña de la taberna el Ancoraje que trata de mantener su negocio a flote, a una sicaria que solo busca saciarse con sangre enemiga, a un líder obrero que busca defender los intereses de sus compañeros de oficio, a una camarera deseosa de encontrar el amor…
Con esto tenéis solo una pequeña y rápida muestra del amplio elenco de la obra, donde nos encontraremos desde personajes que tienen un peso mucho más importante y constante, mientras que otros solo aparecen de forma puntual en un solo capítulo. Y Tchaikovsky es capaz de ponernos en la piel de todos ellos, haciéndonos sentir su propia realidad desde esa perspectiva limitada y condicionada, donde cada uno ellos es el héroe de su propio relato. Una perspectiva realmente íntima, que desnuda ante nuestros ojos sus fortalezas y flaquezas, sus grandezas y sus indignidades. Y con tantos puntos de atención también nos permite examinar las existencias de estos personajes desde el punto de vista de otros protagonistas, creando así un interesante contraste entre lo que saben ellos, lo que imaginan y la visión más completa del lector omnisciente.
En este juego entre el lector y la obra resultan particularmente brillantes y satisfactorios los capítulos ‘Mosaico’, titulados así porque precisamente nos ofrecen eso mismo. Una reunión de todas las tramas que están en marcha, tanto para situar al lector entre tanta pieza en movimiento como para interpelarlo directamente, haciéndole sentir parte del complejo mecanismo de intereses, planes y objetivos que se entrecruzan en las calles de Ilmar. Además aprovecha para cambiar la voz, para ofrecernos capítulos narrados en presente y romper la cuarta pared para interactuar con nosotros, para hacernos partícipe de la historia que se va desarrollando ante nuestros ojos.
“Pero ha llegado el día. Cuidado. Será un espectáculo difícil de presenciar”.
De esta manera se va engarzando un auténtico caleidoscopio multicolor de un detalle apabullante, construido como si de un retablo barroco se tratara, y que le sirve al autor para hacernos un fresco de todas las actitudes y comportamientos humanos en una situación límite. Porque la obra explora todas las facciones que pueblan las calles de Ilmar bajo ocupación, con una visión que desnuda las flaquezas de todos los bandos implicados en la lucha y que nos muestra como cada uno busca su propio beneficio o lo que consideran el bien mayor. Desde los grupos de resistencia, los colaboracionistas, las bandas de los bajos fondos, las hermandades de obreros, los universitarios o los prósperos nobles, Tchaikovsky abarca todas las capas sociales de la ciudad creando un más que creíble repaso a las emociones y ambiciones humanas.
La novela no se corta a la hora de mostrar lo vulgar, lo sórdido o terrible de ciertos comportamientos, la cobardía o el cinismo que mueven a sus protagonistas, las ansias de venganza y el simple gusto por el dolor, pero también el idealismo o el valor. Esta situación tan compleja, llena de aristas y amenazas, donde parece fácil situar a los buenos o los malos, también acaba revelando héroes inesperados o deleznables traidores en este fascinante caleidoscopio del alma humana. Porque bajo este disfraz de fantasía desbordada, tenemos una de esas obras que es capaz de sacarle todo el jugo a la exploración de sus protagonistas y sus motivaciones.
“Había muerto un hombre muy importante, y sabía por experiencia que lo primero que querrían ver los poderosos era el sacrificio de alguien de abajo. Había que colgar en la horca a algún chivo expiatorio, para recordarle a todo el mundo por qué no había que sacar los pies de las alforjas”.
UNA OBRA DIVISIVA
Una vez repasadas todas estas características no os sorprenderá que señale que me parece la obra más destacable de la producción de Tchaikovsky, pero no obstante tengo claro que no satisfará a todos los lectores. Estamos pues ante una de esas obras que puede calificarse de divisiva: o te encanta la propuesta y su desarrollo (que como comprobáis es mi caso) o no la soportas. Y es que el ritmo de la novela no es trepidante, avanzando sin querer nunca arrollar, porque lo que interesa es la plasmación de las distintas experiencias vitales de sus personajes. Una multitud tan grande de protagonistas que puede confundir y apabullar al lector, que puede sentirse perdido entre tanto nombre y salto continuo de un rama a otra de la historia. Y en todo ello muchas veces la misma trama se vuelve algo casi secundario, casi una mera excusa para mostrarnos toda esta ambientación, y con un desarrollo bastante previsible en su progreso. Hay tramos donde la acción gana más protagonismo, pero tampoco es el fin último de la obra ni lo que quiere dominar el paisaje narrativo; y desde mi punto de vista es de agradecer que entre tanta fantasía que una y otra vez vuelve apostar por el mero espectáculo de fuegos artificiales, por la acción como único hilo conductor, todavía haya autores que busquen una experiencia lectora diferente.
El autor pone todas sus cartas en la profundidad y variedad de sus protagonistas, en sus perspectivas sesgadas en las que vamos pasando de capítulo a capítulo, construyendo un todo mayor a partir de estas pequeñas piezas que encajan como un fascinante puzle. Una inmersión completa y seductora, con un detalle y mimo en cada pieza, que obliga a ir leyendo de una forma más pausada y consciente de lo que se nos presenta ante los ojos.
Con todo lo comentado hasta el momento, podéis tener claro que la narración de Tchaikovsky es uno de los grandes puntos fuertes de esta obra. Y obviamente todo esto no lo podríamos disfrutar en español sin la acertada y cuidada traducción de Raúl García Campos, que realiza una labor excelente a la hora de llevarnos por las diferentes voces que pueblan sus páginas. Porque cuando uno disfruta de la propuesta de un autor inglés sin plantearse que está leyendo una traducción, dejándose acunar por la historia y su narración, está claro que el traductor ha logrado cumplir su labor a la perfección
“Los que decidían lo que se podía poner en un libro o representar en un escenario eran los mismos que celebraban los juicios y dictaban las sentencias. Siempre con el desdén que profesaban por todo aquello que carecía de la perfección que ellos aseveraban estar propagando por todo el mundo”.
EN CONCLUSIÓN
Con La ciudad de las últimas oportunidades tenemos una novela que funciona como historia completamente independiente, ya que se puede leer sin necesidad de tener que esperar más novelas. Aún así, y afortunadamente para los que la hayamos disfrutado en cada una de sus líneas, la novela es la puerta de entrada al universo de los Tiranos filósofos. Con la riqueza, profundidad y originalidad de esta ambientación, no sorprende que Tchaikovsky haya escrito ya otras cuatro novelas más en inglés, que siguen explorando otros lugares, personajes e historias de este universo fantástico. Una saga que le ha valido ya una nominación al premio Hugo y que espero que el sello Red Key Books nos siga trayendo en español en próximas fechas.
Porque si buscáis una lectura fantástica diferente, que se aleja de las propuestas tópicas para ofrecer una experiencia envolvente y fascinante, en estas páginas he encontrado uno de los libros del año. Adrian Tchaikovsky nos propone una potente inmersión en un entorno rico y detallado, que sabe mezclar con éxito lo mágico y sorprendente con lo materialista y más mundano. En una ciudad de fábricas, ladrones, nobles, estudiantes, soldados, magia, monstruos y pesadillas andantes, donde vamos descubriendo una variada galería de personajes, que nos muestran todos los estratos sociales de una convulsa urbe que se tambalea entre la rebelión y la represión.
“Por Ilmar. Por nuestro legado. Por nuestra ciudad. Por nuestra revolución”.
Tchaikovsky nos ofrece un viaje existencial y emocional tan profundo como asombroso, donde la realidad de Ilmar nos envuelve por completo, experimentando sus diferentes facetas a través de su larga galería de personajes. Un mundo que se va desplegando ante nuestros ojos con una riqueza, narrativa y de perspectivas, que nos muestra lo mágico, lo sobrenatural, lo mundano, lo siniestro y lo salvaje de su realidad con extremado detalle. Puede que su trama se vuelva previsible en ciertos tramos o que su ritmo no sea endiabladamente raudo, pero lo compensa por la valentía de una historia que no quiere sustentarse solo en la acción continua ni en el explosivo destello de los fuegos artificiales. Tchaikovsky nos hace entrar en las entrañas de una urbe imaginaria, en sus luchas cotidianas y sociales, en un conflicto entre opresores y oprimidos (y aquellos que se confunden con ambos) en mitad de una convulsa situación en la que sentimos como cada uno de sus habitantes se hace profundamente real y creíble ante nuestros asombrados ojos. Una de esas lecturas que merece volver a degustarse una vez finalizada su última página, y que esperemos que nos ofrezca mucho más disfrute y goce lector en español con el resto de sus Tiranos filósofos.
“Ahí fuera hay toda una ciudad, y todo el mundo sufre el yugo de la ocupación. Tal vez esto valga al menos para desatar el incendio que obligue a los paliseños a retroceder hasta la costa. Tal vez el fin el Dominio Paliseño haya comenzado aquí, en Ilmar”.
VALORACIÓN
FICHA
La ciudad de las últimas oportunidades (Los tiranos filósofos, 1)
Adrian Tchaikovsky
Red Key Books
Traducción de Raúl García Campos
Tapa dura, 536 páginas
24,95 euros
También disponible en ebook
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A mí me ha encantado, me parece un librazo, igual cuesta un poco entrar... pero cuando entras es una locura. Maravilloso.
ResponderEliminarMaldita sea, has resumido en solo una frase todo el rollo que he soltado xD
EliminarTotalmente, es una alegría encontrarse con un libro así. Por cierto, creo que a tí también te habrá fascinado por ese sabor que tiene a Doblan por los mastines, es el libro más malazano que he encontrado hasta ahora. Maravilla.
Me alegra que se empiecen a traducir y publicar los libros de Adrian, un escritor que esta al nivel de los grandes y si bien este libro me costo bastante empezarlo, mientras mas pasaba las paginas, mas gozaba de su mundo y personajes
ResponderEliminarSi, es uno de esos libros que cuesta cogerle el paso, pero una vez entras es una experiencia genial. Que gozada y que Tchaikovsky siga con propuestas así, que grande.
EliminarEl mejor libro que he leido este año, sin duda, y mira que habia cosas jugosas como Los Diablos o Viento y Verdad. Pero ha sido un cambio de aires refrescante, con una visión de los personajes que me ha encandilado.
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