martes, 6 de septiembre de 2022

La casa del dragón 1x03: El segundo de su nombre



Si la semana pasada La casa del dragón ponía sobre el tapete las distintas tensiones en relación al nuevo matrimonio del rey Viserys, el nuevo capítulo gira en torno a otro matrimonio. En este caso el de la heredera Rhaenyra, que sigue todavía sin compromiso oficial y que se convierte así en el ‘premio’ más cotizado para los señores de los Siete Reinos. Y eso pese a que parece que muchos ponen en duda que vaya a acabar sentada en el Trono de Hierro.
Pero entremos en materia. La nueva serie ambientada en los Siete Reinos sigue avanzando con grandes saltos temporales, y en este tercer capítulo han pasado ya tres años desde el anterior. El episodio titulado ‘El segundo de nombre’ nos muestra al nuevo miembro de la casa Targaryen: el pequeño Aegon, hijo del rey Viserys y de Alicent (que además está ya embarazada de la que será su segunda hija, Helaena). Un nuevo hijo al que muchos quieren ver como el verdadero heredero del Trono de Hierro, para disgusto de su propio padre.

Durante la celebración del segundo cumpleaños del pequeño Aegon la corte se desplaza hasta el cercano bosque real para una jornada de caza y festejo. Una de esas grandes escenas que vuelve a demostrar el excelente trabajo de producción de La casa del dragón, y que nos permite disfrutar con multitud de nobles acudiendo a la llamada del rey, cada cual en pos de sus propios objetivos. Todo ello mientras vemos un rey Viserys que se nos muestra cada vez más viejo, y peor, más cansado de la situación. Al final llega explotar en una escena que nos muestra a las claras lo que piensa y el futuro que quiere para los Siete Reinos: su heredera es y será Rhaenyra (algo que, además, le recalcará a su propia hija al final del episodio).
Mientras se desarrolla la partida de caza en el bosque real hay tiempo para jugar (nunca mejor dicho) con los seguidores de Juego de tronos, mostrándonos un rey Viserys con numerosos paralelismos con nuestro añorado Robert Baratheon. Y es que ese rey alcoholizado de caza seguro que ha traído más de un recuerdo trágico a alguno, y le haya hecho temer un funesto y precipitado desenlace para el rey Targaryen. Todo un mero juego de manos, ya que el verdadero centro de atención de este tercer capítulo gravita en torno al posible compromiso de Rhaenyra.



En Fuego y sangre se mencionan a diversos señores nobles que se propusieron (con mayores o menores posibilidades) como candidatos a marido pero lógicamente en la serie se reducen a solo tres. Son Jason Lannister, el pequeño Aegon y Laenor Velaryon, cada uno con su propio valedor: el Lannister directamente (no esperábamos menos de la prepotencia y autoconfianza del señor de Roca Casterly, ¿verdad?), mientras que los nombres de los dos restantes surgen de los consejeros de Viserys. Por supuesto, la Mano vuelve a demostrar la ambición de los Hightower, que deseosos de que el hijo de Alicent llegue al Trono de Hierro sí o sí lo ofrecen como novio… de solo dos años. Una posibilidad de cortar en seco la futura guerra civil pero que Viserys descarta, en lo que parecen las primeras muestras de distanciamiento con su Mano. En cambio, la posibilidad de atraerse de nuevo a los Velaryion con un enlace tiene mucho más atractivo, al tiempo que sirve para acerca más al rey a su consejero Lyonel Strong.
Al final será la propia Rhaenyra la que tendrá la posibilidad de elegir su futuro enlace. O eso se le hace creer. Mientras vemos como a lo largo de estos tres años la joven princesa se ha ido distanciando cada vez más de su antaño amiga Alicent, en una situación que roza una incómoda frialdad pero sin llegar todavía a una tensión desagradable. Reconozco que me está complaciendo mucho como se va escalando, poco a poco y de una forma tan natural como bien mostrada, en el distanciamiento cada mayor entre la princesa y la reina.


El descontento de Rhaenyra ante la situación la lleva a escapar, lo que sirve a los guionistas para mostrarnos su cada vez mayor cercanía con ser Criston Cole. El guardia real, escudo juramentado de la princesa, es ya una figura de confianza para la joven que no duda en compartir con el las incertidumbres sobre su futuro como reina. Y lo cierto es que Cole tampoco es el mejor para subirle a uno el ánimo, ya que lo único que hace es señalarle a Rhaneyra que a los señores no les quedará otro remedio que obedecerla. Bien sabemos que irónica se acabará volviendo la situación entre ambos. Finalmente, es el propio rey Viserys el que se encarga de calmar a su hija certificándole que nunca cambiará el orden sucesorio
Una reafirmación de su estatus que también parece que quieren hacer las señalas proféticas en este episodio. Ya sabemos que la casa Targaryen ha estado muy relacionada con las profecías desde sus orígenes, desde esa Daenys la soñadora que previó la destrucción de Valyria, hasta el mismísimo  Aegon el Conquistador (que como nos ha desvelado La casa del dragón ha soñado con la futura amenaza de los caminantes blancos). En este capítulo se juega con la aparición del gran ciervo blanco, que todos quieren hacer ver a Viserys como señal de realeza relacionada con el cumpleañero Aegon  pero que al final solo es presenciado por Rhaenyra, en una reafirmación sobrenatural de su posición de heredera legítima.


El otro arco central de este tercer capítulo transcurre en los Peldaños de Piedra donde la guerra entre Daemon Targaryen y Corlys Velaryion contra la Triarquía se ha convertido en una sangrienta campaña que lleva tres años estancada. Peor incluso, ya que la derrota parece casi cercana y eso pese a contar con los dragones de Daemon y el joven Laenor Velaryon. Todo ello hace que en el consejo real se muestren muy preocupados por el desarrollo de esta contienda, tan cerca de los Siete Reinos.
Como ya ocurría en el capítulo anterior, vemos algunos pequeños cambios frente a la historia original de George R. R. Martin. Y es que mientras que en Fuego y sangre la guerra la ganan con numerosas victorias las fuerzas de Daemon y no hay ninguna ayuda por parte del rey Viserys, en La casa del dragón la situación se nos muestra más desfavorable y el rey acaba cediendo a las presiones para enviar refuerzos. Un pequeño cambio que sirve para mostrarnos como Daemon se deja llevar una vez más por su furia al verse tratado como un segundón que no puede hacer nada por si mismo.
Y es que como ya vimos en el capítulo anterior, Daemon había decidido embarcarse en la guerra para demostrar su valía a todos los Siete Reinos. Recibir la ayuda de su hermano es demasiada humillación para él, así que se lanza al ataque final contra las fuerzas de Craghas Drahar y la Triarquía. Ya se nos dice que el plan es una locura, y no les falta razón. La carga en solitario de Daemon roza lo absurdo, pero sirve para mostrarnos las habilidades bélicas del príncipe dragón. Una batalla que sin ser tampoco de las más memorables (todavía falta mucho para estar a la altura de lo que vimos en Juego de tronos) sirve para poner fin a la lucha en los Peldaños de Piedra y cortar en seco el breve reinado de Craghas Drahar.



El tercer episodio de La casa del dragón nos deja una magnífica partida de caza para celebrar el cumpleaños del pequeño Aegon que sirve de telón de fondo para la danza de candidatos a esposo para Rhaenyra mientras Viserys está cada vez más cansado de los politiqueos de los que lo rodean. Y es que el rey se muestra cada vez más firme en dejar claro su intención de que Rhaenyra sea su única y verdadera heredera, pero los distintos señores del reino ya se están moviendo en otras direcciones, espoleados por el nacimiento del pequeño Aegon. Un capítulo que además de mostrarnos las brechas que se están abriendo entre Viserys y su Mano, o entre Rhaenyra y Alicent, también tiene su dosis de acción en la brutal guerra que arrasa los Peldaños de Piedra. Dragones y guerreros para un conflicto que sirve para mostrarnos tanto las habilidades bélicas de Daemon como su facilidad para dejarse arrastrar por sus sentimientos, especialmente la furia. Lo que no augura nada bueno para unos Siete Reinos donde los distintos bandos parecen mirarse con una distancia cada vez mayor.



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1 comentario:

  1. Me habría gustado que se centraran más en la guerra y menos en la caza, porque no pasó casi nada interesante en la caza, mientras que la guerra apenas tuvo unos 10 minutos o menos en el capitulo.

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