SINOPSIS: Solo los más fuertes se atreven a entrar en el Páramo. Solo los afortunados consiguen salir.
En un mundo sin color ni justicia, dominado por la miseria de muchos y la codicia de unos pocos, existe una región que nadie quiere transitar. Una zona tenebrosa en la que impera la traición y acecha el peligro. Ese lugar es el Páramo.
Nyx lo sabe bien. Ella es una caminante, una criatura poseedora de un don excepcional que no solo la convierte en la más letal de las asesinas, sino que también la ata a un amo despiadado del que sueña con escapar.
A pesar de su juventud, Lem tampoco es ajeno a la crueldad. La vive de cerca en la Academia, donde trata sin éxito de dominar el arte de predecir el futuro. Consciente de que un gran fracaso implica un castigo ejemplar, la huida se convierte en su única opción.
Se abre ante ambos un futuro incierto y un camino sembrado de riesgos. El Páramo es un territorio para incautos, criminales… o desesperados, aquellos a quienes no les importa escoger entre libertad o muerte.
RESEÑA: En un mundo yermo y en ruinas, un grupo de personajes buscan dominar su propia existencia en una sociedad profundamente desigual mientras van descubriendo la verdad de lo que los rodea en una peligrosa tierra fronteriza. Con este telón de fondo desolador y oscuro la fantasía patria nos ha traído este año Gris era el Páramo, la nueva novela de Javier Miró donde tenemos una aventurera historia que sabe aunar en su seno una ambientación despiadada y original con la importancia de la magia bien aplicada y un conjunto variado de protagonistas que entrecruzan sus dispares destinos en una odisea de supervivencia.
Para quienes no lo conozcáis, hay que señalar que Javier Miró se ha movido con soltura entre todos los palos del fantástico: la distopía de Rebelión 20.06.19, la fantasía épica de La armadura de la luz o la ucronía de Ojalá tu nunca. Así que no sorprende que en Gris era el Páramo se acerque al grimdark, pero jugando con una refrescante fusión de elementos de distinta procedencia para montar así una novela de corazón aventurero que se alimenta de una sugerente ambientación para mover a sus protagonistas por un entorno tan cruel como seductor.
La Desolación es una tierra asolada, una extensión de polvo, ruinas y cenizas, donde la humanidad trata de sobrevivir en aislados reductos bajo un cielo siembre cubierto y en un clima gélido. La muerte y la desigualdad son monedas de cambio habituales en un entorno donde los débiles son machacados sin clemencia. Su sociedad está férreamente estructurada en castas separadas donde nadie puede escapar de sus orígenes y donde todo se mide por el signo bajo el que cada uno nace. Cada una de las once castas otorga unos dones para manipular los poderes del Velo y unas obligaciones sociales correspondientes a cada habitante de la Desolación. En este mundo brutal se rapiña sin descanso el escaso metal, el bien más preciado ya que es un elemento que otorga tanto riqueza como status.
“Gris era el Páramo. Un paraje que seguía y seguía no importaba que rumbo se llevase. Un océano de tierra, fango y polvo. El imperio de los tres vientos, que soplaban sin oposición y a su antojo”.
En este mundo sucio, salvaje e inhumano el autor sevillano nos mueve entre tres grandes tramas que se van alternando y entrecruzando durante toda la novela. La primera y central está protagonizada por Nyx, una hosca y esquiva chica, una huérfana que siempre tiene listo un pensamiento mordaz y que está empezando a descubrir su habilidad para caminar en la Umbra lo que le permite convertirse en una peligrosa ladrona y asesina. La joven ha tenido que ponerse al servicio del capellán que rige su pequeña comunidad para que este la adiestre en el uso de los Halos y sus distintos poderes mágicos. Este ambicioso funcionario regional tiene sus propios planes para aprovechar el potencial de la chica, por lo que Nyx siempre tiene que mantenerse atenta para no convertirse en un juguete en sus manos.
En otro rincón del mundo, en la Academia de El Foso, Lem es un apocado aprendiz de augur que es el objeto de escarnio por su mentora y sus compañeros por sus pobres habilidades como lector del futuro. En un entorno brutal y deshumanizador donde el maltrato físico y mental lo lleva al límite, el joven empieza a sospechar que es posible que toda su orden se sustente sobre una mentira compartida. Una trama tan cruel como adictiva, creando uno de los personajes más interesantes de la novela, mostrando una evolución que sin duda atrapará al lector más fan del grimdark.
Por último, recorriendo la peligrosa frontera del Páramo viajan Maia y Wylar, un par de soldados al servicio de la Princesa que tienen que hacer el relevo de otros vigilantes que están pendientes del temible retorno de la Oleada. Una amenaza mítica y poco definida que la mayoría descartan, pero que nos llevará a una misión con un sabor más rolero y de videojuego, acompañando a este par de guerreros que tienen una relación de amor-odio que se pondrá en cuestión en las hostiles tierras del Páramo.
“Ella era una caminante, una mujer de carne, hueso y sombras, como todo lo nacidos bajo el signo del Errante. Podía habitar lo que había al otro lado, la Umbra, convertirse en una sombra imposible de alcanzar”.
Miró va construyendo así una aventura fantástica con un intenso sabor grimdark, con personajes que sufren un ambiente despiadado, y con una ambientación distópica de resonancias pos-apocalípticas. Si algo resulta plenamente satisfactorio de Gris era el Páramo es que es capaz de mezclar elementos de procedencia muy diversa sin que chirríen para lograr que su fantasía no resulte encasillada en otras propuestas más habituales. Hay pizcas de western, ciencia ficción, weird y horror que añaden una originalidad refrescante a una obra que guarda en su corazón el sabor de la pura aventura fantástica.
Además el lector tiene una entrada cómoda y atractiva en la propuesta, que se va desenvolviendo ante nuestros ojos de una manera sencilla pero efectiva. Sus tramas nos van presentando los distintos entornos donde se mueven sus personajes, como se desarrollan sus complicadas vidas y vamos conociendo de forma paulatina las semillas de sus respectivas tramas argumentales. El autor sevillano conjuga así con habilidad el entretenimiento con la presentación de su mundo y su trama, haciendo que nos acomodemos al desarrollo de Gris era el Páramo y deseemos seguir avanzando gracias al salto continúo de un personaje a otro.
Por supuesto, también va sembrando la historia de preguntas, dudas y cuestiones que nos impulsan a seguir profundizando para ir desvelando sus misterios. Porque en cada una de las tramas, el escritor juega con lo que desconocen sus personajes, algo que necesitan dominar o desentrañar para lograr romper con las cadenas que los constriñen: Nyx buscando dominar sus desconocidos poderes, Lem intentando comprender el poder arcano de los augures, mientras Wylar y Maia indagan en la tierra fronteriza sobre la realidad de la mítica amenaza de la Oleada. Y alrededor de todos ellos, pivota el misterio del propio mundo, de su ruinosa situación actual y de la enorme importancia de la magia del Velo para caminar en esa Umbra que parece guardar muchas respuestas a todas estas preguntas.
La novela tiene un uso muy inteligente del elemento mágico, que se presenta de una forma natural e intuitiva, que va permeando a través de los momentos de acción o la instrucción de sus protagonistas sin resultar así ni un estorbo ni algo que ralentice la historia. Miró nos salva de esos momentos tediosos de ‘infodump’ que en algunas novelas se convierten casi en manuales de instrucciones de los poderes y el autor sevillano se limita a mostrarnos su uso cuando surge la necesidad para sus personajes. Además, su sistema mágico resulta de un uso tan lógico que fácilmente uno se acomoda a una forma de actuar propia de cualquier videojuego o aventura rolera, con habilidades y poderes que sirven para que sus protagonistas puedan potenciar sus habilidades, aumentado así sus posibilidades de medrar y sobrevivir en su duro mundo.
“Sabes de sobra que los caminantes estáis perseguidos. Y también que es mi obligación como capellán entregaros al gobierno del duque en cuanto descubra a uno de vosotros. Porque sois demasiado peligrosos”.
Todos ellos luchan por su libertad en una sociedad que los constriñe, los domina y los humilla. Aunque Miró nos ofrece una historia de sabor grimdark, de comportamientos y usos brutales, no es una novela que busque el impacto de la violencia por la violencia, como un mero adorno oscuro que trata solo de epatar al lector. En su novela es un envoltorio que sirve que para darle más peso y consecuencias a la lucha de sus personajes, a sus ansias de romper los barrotes de la jaula social que los rodea.
Gris era el Páramo apuesta por meternos en un entorno que domina las vidas de sus personajes, un mundo en ruinas, de pequeñas comunidades aisladas en una tierra desolada dominada por grandes poderes casi feudales. Desde lugares con nombres tan resonantes como La Torre, El Foso, La Factoría o las Ruinas del Bazar surgen los mandatos de gobernantes semidivinos como la Princesa o el Patriarca. Y sobre todos ellos se alza el misterio de la gran torre fortificada del Mausoleo, ese último bastión construido como forma de protegerse de un antiguo enemigo que ya parece un mito. Una amenaza ancestral que quizá esté a punto de retornar mientras nuestros protagonistas cruzan sus caminos, enfrentando el mal de origen humano pero también lo sobrenatural que toma las siniestras formas de seres como los Arcontes, los Grises, los demonios, las brujas y los Ténebres.
“Una bruja tan veloz como Ndhasis, capaz de aparecer y desaparecer a su capricho, que en lugar de brazos tiene afiladas cuchillas y cuya sed de sangre no conoce límites”.
Todo se acelera en su tramo final, que dispara su ritmo para hacer confluir los distintos hilos que nos parecían tejidos de forma separada pero que en realidad comparten este mismo tapiz gris. Una conclusión que entremezcla caos, destrucción, muerte, revelaciones y respuestas, para trastocar el rumbo existencial de sus distintos protagonistas. Y aunque la novela de Javier Miró nos presenta una historia completa cuenta con un final abierto, que deja la puerta franca para más historias en las desoladoras y peligrosas tierras fronterizas del Páramo. Personalmente, me gustaría seguir descubriendo los secretos de este arrasado mundo, que todavía tiene mucho que decirnos sobre el destino de sus personajes.
Y es que Gris era el Páramo es una adictiva fantasía grimdark con toques de distopía que sabe aprovechar elementos dispares para darle forma a una oscura y sugerente aventura. En este original envoltorio asistimos a una trama poblada de personajes que buscan sobrevivir en un entorno despiadado y lleno de peligros, donde lo sobrenatural y la magia son tanto amenazas mortales como las mejores herramientas de supervivencia. Porque solo los más duros y resistentes son capaces de mantenerse vivos en la Desolación. La hosca Nyx, el atribulado Lem, o los belicosos Maia y Wylar deambulan por este mundo frío y lleno de cenizas buscando dominar las habilidades o hacerse con el conocimiento que les permitan tomar las riendas de sus respectivas vidas. Todo ello en una fantasía que nos permite encontrar un refugio descarnado para vivir pero ameno para descubrir, y en el que merece la pena perderse en unas páginas llenas de cenizas, suciedad, aventura, magia y lucha aventurera.
“Es la Marcada. Una asesina. Un fantasma. Creía que era un cuento de borrachos”.
VALORACIÓN
FICHA
Gris era el Páramo
Javier Miró
Ediciones Grijalbo
Tapa blanda con solapas, 592 páginas
24,90 euros
También en ebook
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