miércoles, 6 de marzo de 2024

Reseña: El hambre de los dioses, de John Gwynne

SINOPSIS: El hambre de los dioses es la continuación de la aclamada saga de fantasía épica de John Gwynne inspirada en la civilización nórdica, repleta de mitos, magia y venganzas sangrientas.
Lik-Rifa, la legendaria diosa dragona, ha salido de su cautiverio eterno. Ahora urde una nueva era de sangre y conquistas.
Mientras Orka continúa la búsqueda de su hijo desaparecido, los Hermanos de Sangre emprenden una desesperada carrera hacia el sur para salvar a uno de los suyos y Varg da sus primeros pasos en la senda de la venganza.
Elvar se ha comprometido a cumplir su juramento de sangre y rescatar a un prisionero de las garras de Lik-Rifa y sus seguidores descendientes de la dragona, pero antes debe convencer a los Terrores de la Batalla para que la sigan.
Pero ni siquiera los Hermanos de Sangre y los Terrores de la Batalla pueden enfrentarse solos con un dragón.


RESEÑA: Aunque ya tenía otras obras previas publicadas en inglés, John Gwynne ha desembarcado en nuestro idioma con su saga de los Hermanos de sangre, una trilogía de inspiración vikinga que apuesta por mezclar la pura acción en un mundo violento con la intervención de la magia y de seres divinos. El autor nos ofrece así una fantasía oscura centrada en diversas hermandades de guerreros, que en pos de la gloria y la riqueza recorren un conflictivo mundo donde sus dioses, que habían sido dados por muertos, han empezado a retornar para cambiarlo todo.
Sin pretender inventar la pólvora, Gwynne le entrega al lector todo lo que puede esperar de una propuesta fantástica que conjuga la pasión por lo nórdico y la pura acción para mantener al lector enganchado. En su momento ya hice una detallada reseña para mecenas de La sombra de los dioses (que podéis encontrar por aquí) en las que os mostraba los pros y los contras de su primera novela. En cualquier caso, y para entrar en materia, Gwynne terminaba su primera entrega en todo lo alto y ahora continúa la trama en esta segunda novela arrancando justo en el ‘cliffhanger’ donde nos abandonaba. Por lo tanto, ya os aviso que a partir de aquí os encontraréis revelaciones del desenlace de la primera novela de Hermanos de sangre.
¿En qué lío me he metido? Dioses muertos, úlfhédnar asesinos, una guerra entre los jarls más poderosos de Vigrid…”.
La liberación de Lif-Rika por parte de los descendientes de la diosa dragona demuestra ahora ser parte de un plan mucho mayor, destinado a cambiar el statu quo imperante en Vigrið desde el Guðfalla. El argumento principal de esta segunda novela vuelve a repartir su peso sobre tres tramas principales que son guiadas por los personajes de Orka, Elvar y Varg. Los tres grupos principales tendrán que reorientar sus objetivos tras el regreso de la diosa dragona, íntimamente ligada al secuestro de los niños corrompidos y con tentáculos que llegan hasta los salones de los grandes jarl. Así en El hambre de los dioses seguiremos a Orka, dispuesta a continuar la cacería de aquellos que le han arrebatado a su hijo; viajaremos con Varg, que en compañía de los Hermanos de sangre buscando el rastro de la mujer de su capitán; y estaremos al lado de Elvar, obligada a lidiar con la pérdida de liderazgo de los Terrores de la Batalla.
Pero además, para esta continuación Gwynne amplía nuestra visión de la acción a través de más puntos de vista. En concreto añaden nuevas perspectivas gracias a los personajes de Biórr y Guðvarr, ambos con un papel secundario en la primera entrega de la trilogía, pero a los que ahora acompañamos en un rol más destacado. Los dos le sirven al autor para traernos las perspectivas de los bandos opuestos a nuestros teóricos héroes: Biórr para mostrarnos más de cerca al grupo de seguidores de la diosa dragona y cuáles son sus planes para el resto de Vigrið; y Guðvarr como un guerrero cercano al poder de la reina Helka pero dispuesto siempre a salvar su propio pellejo, lo que entre tanto guerrero honorable y heroico hace que destaque con su visión más cínica y añadiendo un humor original que tiene toques de los personajes abercrombianos (especialmente gracias a sus pensamientos y apartes que nos hacen conectar directamente con la mordacidad y oportunismo de este sinvergüenza).
No debemos olvidar que tenemos una misión. Debemos enmendar todos los errores que se han cometido en este mundo desde el Gudfalla. Debemos recuperar nuestro sitio y el sitio de nuestros hijos, de nuestros linajes, en este mundo destruido. Y matar a mi dos veces maldito hermano”.
La primera novela ya nos presentaba este mundo de sólida inspiración vikinga, trufando su ambientación de originalidad gracias a sus elementos mágicos, al regreso de los dioses y el peso de los descendientes divinos con poderes sobrehumanos. En El hambre de los dioses veremos como todos los elementos más fantásticos van tomando mucho más peso y relevancia en la historia. No solo por la liberación de Lif-Rika y las revelaciones relacionadas con la importancia de los corrompidos en sus planes, sino por el regreso de muchos más dioses dados por muertos o desaparecidos. Más elementos fantásticos van saltando al primer plano de la narrativa y la trama, mientras Gwynne profundiza cada vez más en el trasfondo mágico de su mundo y en la historia previa de los dioses, en sus complejas relaciones, conflictos, odios, enemistades y maquinaciones que acabaron llevando al mundo al Guðfalla, así como a la preeminencia de los humanos y la subyugación de los corrompidos. Además esta novela amplia un poco más nuestra visión del mundo porque no lleva a salir del propio Vigrið para conocer también el continente sureño de Iskidan, donde también conviven con las consecuencias de la muerte de los dioses.
Una vez más, como ya demostraba en su primera entrega, Gwynne despliega su absoluta pasión por el entorno bélico-militar, propia de un reconocido recreacionista vikingo. Las escenas de acción, los enfrentamientos bélicos y los combates van trufando constantemente la novela durante toda su extensión, dejándonos grandes dosis de entretenimiento a costa de la sangre y la violencia que los más apasionados de fantasía oscura seguro disfrutarán. Además, con los distintos grupos en pos de sus propios objetivos harán que las conjuras e intrigas vayan salpicando las interacciones entre los distintos personajes. Más de una sorpresa aguarda a todos los bandos y todos los personajes verán que sus planes son desbaratados o cambian de rumbo con destinos inesperados.
Aún así, y siendo una entretenida aventura de estilo vikingo, la novela sigue adoleciendo de algunas contras que pueden fastidiar a algunos lectores. Como ya ocurría en la primera entrega de la trilogía, Gwynne siente una obsesión compulsiva por recordarnos constantemente las armas que portan sus héroes, o con detallarnos casi hasta la nausea las especificaciones de su uso o mantenimiento. Quizá ya un poco más contenido que en la primera entrega, o puede que como lector me haya ido a acostumbrando a esta particularidad del escritor, pero todavía sigue presente en su narración. 
También en más de una ocasión el lector tiene que recurrir a la útil lista de personajes del arranque del libro para refrescar la memoria sobre que grupo de héroes nos habla en cada momento, porque es fácil confundir la amalgama de las tres bandas mercenarias que se van alternando en la historia de la trama. Y es que salvo los protagonistas más centrales o principales, mejor dibujados en personalidad y particularidades por Gwynne, los secundarios son fácilmente intercambiables o muy similares, con nombres que a veces resultan particularmente confusos por su parecido ‘nórdico’.
Estamos en los albores de una nueva era. Una era de lobos y espadas, y por los ríos correrá sangre. Volveremos a vernos, mi feroz hija”.
En cualquier caso, Gwynne construye una entretenida aventura fantástica que en sus más de 600 páginas siempre mantiene enganchado al lector. Haciendo malabares con las tres tramas principales, que se entrecruzan y potencian con sus interacciones para ir ampliando nuestra comprensión del conflicto en marcha. Una saga que descansa sobre todo por la potencia de la acción, centrada básicamente en guerreros que siempre resuelven sus conflictos recurriendo a la violencia de las armas. Como punto fresco de la trama en esta continuación si que hay que reconocerle a Gwynne que al ofrecernos la visión de los teóricos antagonistas sirve para darle más interés al conflicto y evitando una división entre 'buenos vs. malos' completamente planos, ya que cada lado tiene sus razones para defender su causa, e incluso acabamos sintiendo una clara simpatía por los siempre oprimidos corrompidos.
En el tramo final El hambre de los dioses nos arrastra a una gran espiral de acción desbocada, donde todas las tramas se aceleran para no dejar al lector parar casi ni un segundo. Todas las historias acaban en un punto álgido, y como ya pasaba en la conclusión de la primera entrega esa es tanto su fuerte como su crueldad. Y es que Gwynne no duda a la hora de dejarnos con un final tremendamente abierto, con un cliffhanger hecho para tener al lector pendiente del desenlace de la trilogía. Para ello solo queda esperar la publicación de The Fury of the Gods, la tercera y última entrega de la saga que saldrá en inglés antes de que termine este año. Esperemos que Minotauro nos lo traiga traducido cuanto antes para poder asistir a la conclusión de esta adictiva saga ‘vikinga’ de los Hermanos de sangre.
Nunca más llevarás un collar de thrall. La liberación de Lik-Rifa solo es el primer paso hacia la liberación de todos los corrompidos esclavizados de Vigrid”.

EN CONCLUSIÓN
John Gwynne continúa su saga ‘nórdica’ con una segunda entrega más ambiciosa, más amplia y con mejor ritmo. El hambre de los dioses desarrolla las consecuencias del regreso de la diosa vikinga, que deja sentir su intervención en todas las tramas de la historia, centrada otra vez en los tres personajes principales que ya conocíamos (Orka, Varg y Elvar) pero ampliando nuestra visión incluyendo ahora un par de teóricos antagonistas.
Apostando siempre por la acción y donde los combates, enfrentamientos y batallas son la conclusión inevitable de todos los puntos álgidos de la trama. Es verdad que Gwynne sigue adoleciendo de una obsesiva tendencia a recordarnos constantemente todas las armas que llevan sus personajes y como se usan, o que puebla la historia de demasiados secundarios sin excesivo peso en la trama que confunden por sus nombres parecidos, pero aún así la lectura de El hambre de los dioses sigue siendo una experiencia más que entretenida.
Una segunda entrega que con la inclusión de los puntos de vista de los teóricos enemigos consigue que estos dejen de ser planos para darle mayor profundidad al conflicto entre ambos bandos en el corazón de Vigrið. Esto añade perspectivas que resultan más refrescantes, dotando también de un toque de cinismo y humor un mundo excesivamente apegado a la visión heroica de los guerreros. Además, en esta segunda novela también se profundiza mucho más en los antecedentes de la lucha entre las divinidades, en el elemento mágico sobrenatural y en porqué se alcanzó el terrible Guðfalla. Una historia plagada de acción, con un desenlace no apto para impacientes porque el autor vuelve a dejarnos con un cliffhanger de campeonato, que nos abandona con unas ganas tremendas de que por fin se publique la conclusión de esta trilogía: The Fury of the Gods.

VALORACIÓN

FICHA
El hambre de los dioses (Hermanos de sangre, 2)
John Gwynne
Minotauro
Traducción de Simon Saito
Tapa blanda con solapas, 640 páginas
21,95 euros (en ebook por 8,54 euros)


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4 comentarios:

  1. Le tengo ganas a la triología pero me espero a que publiquen el 3o.
    Hay alguna fecha estimada?
    Gracias por el trabajo. Eres mi página de cabecera para nuevas lecturas!

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    1. ¡Gracias Rubén! Pues aunque todavía no se ha anunciado oficialmente ya aparece en sitios de venta online con salida para octubre de este año (en inglés). Para la traducción habrá que esperar para principios de 2025 como muy pronto

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  2. Lo mejor que se puede decir de esta novela es que mantiene el tono y el nivel de la primera, y la adición del POV de Gudvarr es todo un acierto. Esperando con ganas el tercero (supongo que para 2025).

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    1. Gudvarr es genial, un soplo de aire fresco entre tanto guerrero heroico. El tercero sale en inglés en octubre, así que la traducción no la veremos hasta principios de 2025 como muy pronto, si. Menos mal que Gwynne mete al principio de sus libros esos resúmenes para refrescar lo que ha pasado antes.

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