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lunes, 23 de agosto de 2021

Reseña: Yo soy el río, de T. E. Grau

SINOPSIS: Durante los cruentos días de la Guerra de Vietnam, el soldado Israel Broussard es asignado a una misión secreta que le llevará a traspasar las líneas enemigas a fin de atacar al ejército norvietnamita con un arma pocas veces utilizada: el terror. Broussard acabará atrapado en una pesadilla de la que se ve incapaz de escapar, rememorando una y otra vez desde entonces lo sucedido aquella noche en Laos.
Cinco años después, asaltado por las pesadillas, las alucinaciones y el insomnio, perdido en los barrios menos deseables de Bangkok, se verá obligado a regresar a la selva para tratar de recuperar la vida que allí perdió. Un surreal viaje que ahonda en los traumas de la psique y del alma de aquellos que perdieron el alma y parte de su cordura en lo más profundo de la jungla.


RESEÑA: “Antes de que el hombre existiera, la guerra ya lo esperaba. El oficio supremo a la espera de su supremo artífice.” Con una de las frases más memorables y poderosas del sombrío Meridiano de sangre de Cormac McCarthy se abre la puerta de Yo soy el río, la novela de T. E. Grau con la que fue finalista de los premios Bram Stoker en 2018. Y es que la novela debut del autor norteamericano es una siniestra y enloquecedora exploración de los horrores de la guerra, plasmada en la mente enferma y rota de un superviviente que todavía arrastra una pesada carga a sus espaldas por culpa de lo que tuvo que hacer durante el conflicto bélico.
Grau nos pone en la incómoda piel de Israel Broussard, un soldado que durante la guerra de Vietnam es asignado a un pelotón de castigo que tendrá que cruzar las líneas para llevar a cabo una misión de la que apenas le cuentan nada. Años después, malviviendo en los bajos fondos de Bangkok, lo ocurrido aquellos días todavía lo persigue, haciendo que tanto su cordura como su vida estén riesgo cada minuto de su existencia. Buscando ayuda para seguir adelante, tendrá que regresar al lugar donde todo se inició para tratar de pagar su deuda con el pasado y la guerra. 
Me quieren muerto seres que no creerías que existen.”
Con un inicio que en mi opinión juega en contra de la novela, porque se convierte en una confusa mezcla de pasado y presente, de realidad y pesadillas, Grau nos meten en la perturbada mente del ex-soldado Broussard. Y sin duda el autor norteamericano es capaz de transmitirnos el alto grado de inestabilidad y desquiciamiento de su protagonista, enloquecido y aterrorizado por la experiencia que tuvo que vivir en la selva de Laos en una misión secreta. Algo que todavía lo persigue y que aguarda, como un sabueso paciente, para arrastrarlo de vuelta al infierno de la guerra. Todo ello nos llega con esa delirante narración que confunde al tiempo que perturba.
Alternando los capítulos ambientados en el pasado y los que ocurren en el presente, Grau irá montando su historia para desvelarnos la experiencia que Broussard vivió junto con un puñado de soldados, en una misión secreta y al margen de todo control oficial, que tenía la intención de acabar con la resistencia de los norvietnamitas. Una ‘Operación Algernon’ que buscaba explotar los miedos y pesadillas del enemigo para hacerlos vulnerables, pero que convertirá a los soldados implicados en los mayores damnificados del experimento bélico.
No quiero ver el otro par de ojos que se cierne sobre mí, esos que me han estado vigilando entre la neblina desde aquella mañana en los límites de la jungla, cuando aquellas dos cavidades se abrieron por primera vez y me encontraron como un recién nacido ciego que se acerca al pecho de su madre. Me han seguido desde entonces. Acompañándome por el día, rastreándome durante la noche.”
Grau construye una narración sobre las consecuencias de la guerra, mostrándonos las profundas heridas que dejan los conflictos en las mentes y los cuerpos de los que las luchan, pero también en las poblaciones y los países que los sufren. El horror que se apodera de todos es un monstruo terrible, que apresa en sus fauces a los supervivientes para no soltarlos durante el resto de sus vidas. La culpa y el horror son los compañeros infatigables de Broussard durante toda la novela, que en un momento dado confiesa al lector que “tenía miedo de morir. El temor a matar era aún mayor.”
Con la selva como grandioso y amenazante telón de fondo, una bestia informe que se traga hombres y vidas, Grau juega con los referentes del lector que no tarda en encontrar los paralelismo evidentes en su historia con obras como El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad o Los sauces de Algernon Blackwood; pero también hay sitio para la denuncia sin tapujos de los horrores de la guerra de Vietnam trayéndonos a la mente lo visto en películas tan memorables como Apocalypse Now o Platoon.
No obstante, a pesar de la oscuridad que envuelve la obra de Grau este aboga por la redención y el optimismo, mostrándonos que siempre existe una salida incluso para el horror más terrible imaginable. Un resquicio de esperanza que no se alcanza de forma fácil, ya que hay que plantar cara a aquello de lo que se huye para poder seguir adelante. Todo con una trama donde el brutal realismo de la guerra y la siniestra amenaza sobrenatural, onírica, se dan la mano para construir un extraño mosaico de terror cargado de locura.
Aquí fuera somos los seres humanos que se suponía que debíamos ser. Vagando por la tierra, luchando, matándonos unos a otros para sobrevivir. Eso es libertad, hermanos. Esa es la libertad de la época de las cavernas que dejamos atrás y que hemos estado tratando de encontrar desde entonces.

EN CONCLUSIÓN: T. E. Grau nos mete en el oscuro corazón de las tinieblas de la guerra con Yo soy el río, una enloquecedora recreación de cómo un hombre que ha sobrevivido a conflicto no es capaz de liberarse de la carga de dolor, culpa y horror que lo persigue. Con un inicio en exceso confuso, que para mi gusto juega en contra de la historia, Grau consigue transmitirnos la psique trastornada, inestable y rota de un hombre perseguido por sus demonios. Una vida que se ha tornado pesadilla y que el autor irá desvelando intercalando los capítulos ambientados en el pasado con el terrible presente en el que malvive Broussard. Una historia sobre la neurosis de guerra y las pesadillas que pueblan una mente atormentada por lo que hizo en la guerra, y donde recuerdos, ensoñaciones y realidad se mezclan para construir un oscuro tapiz de culpa. Una novela corta que apuesta por la redención y la esperanza hacia las víctimas de todo conflicto bélico, pero que deja con la sensación de que puede que le sobren algunas páginas y que con una narración más directa podría haberla hecho más poderosa de cara al lector.

VALORACIÓN

FICHA
Yo soy el río
T. E. Grau
Dilatando Mentes
Traducción de José Ángel de Dios
Tapa blanda con solapas, 282 páginas
18,95 euros 

martes, 8 de junio de 2021

Reseña: El morador, de Daria Pietrzak

SINOPSIS: Cuando Lis regresa a la granja familiar tras una prolongada ausencia para dar un último adiós a su abuela no estaba preparada para enfrentar el aterrador secreto que había permanecido encerrado entre sus cuatro paredes durante todos aquellos años. A medida que se sumerge entre los recuerdos de su infancia en busca de respuestas comienza a comprender que su vida, y la de su abuela antes que ella, ha estado marcada desde el principio por una sombra, una presencia constante, desconocida y perversa, surgida de la oscuridad de primitivas leyendas y mitos. Un ente que reclama su cuerpo y no la dejará marchar.
Lis tendrá que resistir para no sucumbir ante el influjo de un ser que tratará de devorar su carne y poseer su mente, y luchar para conservar la cordura mientras se precipita de lleno en un mundo de dolor, perversión y rencor.
Esto es una historia de brujas antiguas y nuevas, de maldiciones que viajan a través del tiempo, pasando de una generación a la siguiente como una cruel herencia, y de seres demoníacos, más ancianos que el mundo que habitan, que moran entre nosotros como un huésped indeseado, infectando nuestras almas y corrompiendo nuestras vidas.


RESEÑA: La casona solitaria y maldita, el lugar terrible al que nunca querríamos ir pero que siempre nos atrae cuando aparece en las páginas de una novela tienen una larga y horripilante tradición literaria. De Poe a Hodgson pasando por Lovecraft, Jackson o King, son muchos los autores que han gozado encerrándonos en la morada del horror. A tan insigne lista se une ahora cono honores Daria Pietrzak, que nos abre la puerta de su terrible granja Szahen, donde nos enfrentaremos a una amenaza tan antigua como informe que ha marcado la vida de distintas generaciones de personajes.
El morador se inicia con Lis regresando a la casa de campo de sus abuelos, donde pasó los mejores veranos de su infancia en compañía de su hermano. Ahora, veinte años después y tras el fallecimiento de su abuela, vuelve allí para hacerse cargo de la herencia, pero no tardará en notar una presencia tan intangible como maliciosa, que parece empapar cada rincón del lugar.
Pietrzak inicia su novela de una forma idílica y casi inocente, presentándonos el refugio campestre de unos niños que disfrutan de su visita anual a un paradisíaco edén estival, en compañía de sus adorables abuelos. La presentación de esta bucólica granja, hogar de los gozosos recuerdos de sol y solaz del pasado, pronto empezará a tomar un rumbo mucho más siniestro. Y es que tras esta luminosa presentación y una vez de regreso al presente, la primera visita de Lis a la granja y su conversación con la mejor amiga de su abuela empezarán a despertar su inquietud.
A partir de entonces se irá desplegando una trama construida en forma de telaraña, donde la autora va a ir saltando entre distintos personajes y distintos momentos temporales, para retroceder hasta el pasado de la misteriosa granja y desvelar el origen del horror que mora en su interior. Un puzle de voces, una verdadera matrioska de personalidades e historias interconectadas que logra mantener seducido al lector durante toda su trama, mientras busca como encajar las piezas que Pietrzak va dejando caer durante su sugerente narración.
"Necesitaba comprender lo que había sucedido y a lo que me enfrentaba y puesto que la información que estaba en mi poder era escasa e inconexa, me decidí a encontrar las respuestas al enigma por mi propia cuenta; después de todo, ahora yo también era parte de aquella historia, el último eslabón, y merecía conocer los hechos que me precedían el tiempo."
La granja de los Szahen, o de Clara y Daniel, se convierte en el otro gran protagonista de la obra, un lugar con personalidad propia. Una personalidad siniestra que la autora va desarrollando de forma sutil,  dotando al ambiente del lugar de una pesadez tan densa como amenazante. Grandes ejemplos de ello los tenemos en la narración del primer descenso al sótano de Lis o la 'visita de trabajo' del policía Ray Gamber a la granja. 'Descensus ad inferos' que sirven para ir construyendo la vida de un lugar que atrapa y ahoga a todos los que atraviesan sus puertas.
Igual de importante para la obra es la localidad de Hoverfield, el pueblo cercano a la granja y donde Pietrzak nos ofrece una magnífica galería de personajes secundarios que gozan de los cotilleos y hablillas típicas de los lugares pequeños. Todos ellos serán testigos de excepción o protagonistas directos del drama terrible que se desarrolla a su alrededor, con momentos que recuerdan al horror rural lovecraftiano (inevitable el recuerdo al genial El horror de Dunwich), y que se da la mano con las leyendas y tradiciones populares brujeriles de Europa del este. Todo ello sirve a la autora para ir construyendo un puzle de horror, amenaza, pérdida, sufrimiento, angustia, secretos y terror que mantiene en vilo al lector hasta la última línea.
Cabe destacar que la obra juega a dejar muchas puertas abiertas, sin dar una explicación cerrada a todo lo que vivimos durante la historia. Personajes que pasan por sus páginas para desvanecerse en las brumas del misterio o sucesos siniestros que quedan a la interpretación del lector, con las pistas que ha ido recogiendo; todo ello conforman un gran tapiz que, como la vida misma, no tiene porque quedar plenamente desvelado. Y es que como muestra el mismo desenlace de la historia de Lis (para mi gusto una excelente y siniestra elección para despedirnos de ella) o el último capítulo, que forma una especie de epílogo para toda la novela, la bruma del misterio y la duda sigue siendo la compañera perfecta para el terrible morador de la granja Szahen.
Como es habitual la edición en tapa blanda de Dilatando Mentes es un delicia, que además llega muy bien acompañada con prólogo de Guillermo Mas y postfacio de Santiago G. Soláns (alias Sagacomic); y tampoco me quiero olvidar de mencionar la genial portada de Raúl Ruiz, con un estilo a película ochentera que le viene como anillo al dedo a la siniestra historia de Daria Pietrzak.


➤EN CONCLUSION: En El morador viajamos a un oscuro caserón donde mora una amenaza informe, alrededor del cual Daria Pietrzak construye una novela coral, narrada con una estructura de matrioska que nos permite ir variando nuestro punto de vista a lo largo de la obra y ahondando en su siniestro pasado. Lo que en principio puede parecer un acercamiento a una historia muy trillada (la casa maldita) se convierte en una lectura absorbente, guiada por la narración seductora y cuidada de Daria Pietrzak, que se mete al lector en el bolsillo con una ambientación amenazadora y perversa, y una diversa galería de personajes. Ese nos permite disfrutar de una ágil narración coral, donde viviremos un mismo evento desde diferentes perspectivas, y que nos dejará ir escarbando en el oscuro pasado para reconstruir la historia de una amenaza informe. Con un final bastante abierto, que a unos lectores puede dejar descolocados y a otros encantará, Pietrzak nos entrega una cautivadora novela de horror que deja con las ganas de volver a releerla para perderse de nuevo entre los campos de dientes de león y las paredes vetustas de la granja Szahen.


VALORACIÓN

OTRAS RESEÑAS

FICHA
El morador
Daria Pietrzak
Dilatando Mentes
Tapa blanda con solapas, 302 páginas
18,95 euros

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jueves, 8 de abril de 2021

Reseña: Ser devorado, por Sara Tantlinger

SINOPSIS: ¿A qué sabe la carroña? Andi siente una curiosidad malsana por descubrirlo. Los buitres que sobrevuelan el exterior de su casa se burlan de ella y la desafían a revelar los secretos que esconden en sus festines de carne muerta. Su terapeuta se muestra incapaz a la hora de ayudarla a comprender lo que subyace bajo las desconexiones mentales inducidas por la ira que sufre. Su novia, Luna, intenta aplacar la oscuridad del alma de Andi, pero el anhelo de probar la carne muerta, la necesidad de confeccionar sus propias alas y convertirse en un buitre más, es implacable... Y la fascinación por adquirir ese conocimiento se transformará en una oscura fatalidad obsesiva.


RESEÑA: En Dilatando Mentes se han ido especializando en traernos obras tan difíciles de clasificar como seductoras, una extraña mezcla que hace que su línea ‘Rara avis’ sea una recomendación imprescindible para los que buscan lecturas que se salen de lo convencional. La muestra más recienta la encontramos en Ser devorado, la novela corta de Sara Tantlinger que brota de una idea germinal tan sencilla de presentar como perturbadora: ¿cómo sería la experiencia de alimentarse de carroña? Así, sin medias tintas ni falsos recatos la autora norteamericana nos mete una cruda narración lista para no dejar indiferente al lector. 
Andi es una joven que vive en una apartada casa en el campo, en compañía de su novia Luna. Su vida no ha sido nada fácil, con un pasado traumático que le ha causado heridas emocionales muy graves, a las que todavía tiene que hacer frente. Tenemos así una protagonista que, como ella misma reconoce, está “transitando por la zona gris del suicidio” y que trata de seguir adelante gracias al amor de su pareja y las sesiones de terapia con su psicóloga. Todo ello lo viviremos de cerca, sin el privilegio de un piadoso distanciamiento, a través de una descarnada narración en primera persona que nos mete de lleno en la cabeza de Andi. Y este es un lugar sumamente perturbador, donde la ira y la depresión se dan la mano con fuerza.
Los buitres visitan mis sueños. Las aves están allí, acurrucadas en el laberinto de tumbas de mi mente, y me miran desde la parte superior de las lápidas de mi familia”.
No en vano Andi se enfrenta constantemente a la tristeza, a unos pensamientos oscuros y pegajosos que anegan su voluntad de vivir… que como aves carroñeras vuelan a su alrededor. Y en la vida real, esos buitres se alzan sobre ella y su hogar, atrayendo su atención y despertando sus instintos más primarios. ¿A qué sabrá la carne podrida, abandonada en el campo para goce de los carroñeros? La idea se abre paso en su mente, hasta convirtiéndose en un obsesivo mantra del que no puede apartarse; así llega el momento en que se convence de que tendrá que dar ese último paso para unirse a aquellos que nunca la abandonarán, que la convertirán en uno de los suyos: los buitres.
Con un lenguaje cuidado, mimado al detalle, Tantlinger construye una narración tan cruda como escabrosa; pero no solo en lo más físico (esa carroña o esos cadáveres que trufan sus páginas) sino en lo emocional, con una Andi que desnuda todas sus flaquezas, miedos y traumas en la historia. Nadie sale intacto de su propio pasado, y Tantlinger quiere que nos pongamos la incómoda piel de su protagonista para sufrir su misma agonía vital. Todo ello a través de una narradora engañosa, ya que estamos en la mente de alguien que ha sufrido un trauma del que casi nadie podría salir indemne. Así pues, Tantlinger juega con el lector, que tendrá que tratar de descubrir como de fiable es lo que vemos, oímos o percibimos. Un puzle donde la depresión, la ira, el miedo, la angustia y lo perturbador construyen una jaula opresiva de la que es imposible escapar.
Los buitres estarán aquí mucho después de que el resto de nosotros se haya marchado. Sus picos celebrarán un banquete con nuestra decadencia. Nuestros cadáveres no merecen otro destino que ser devorados. Nuestros cuerpos han mancillado la tierra, por lo que parece justo que tales cuerpos le devuelvan algo a la naturaleza, a los animales”.

Así la novela corta se mueve desde el horror mental, psicológico, hacia el gore más físico. Tantlinger se deleita en mostrarnos los miedos más íntimos de Andi, sus pesadillas más oscuras, pero también los momentos más tiernos de su relación, donde nos convierte en voyeristas que espían su intimidad emocional o sexual. Por supuesto, todo ello acaba tomando un giro perturbador, siniestro, para sumergirse en temas tabú de la sociedad como el consumo de carroña o el puro canibalismo. Todo ello cubierto con barniz de existencialismo agobiante, una angustia vital tan contundente que por momentos aturde más al lector que las escenas más sangrientas y puramente gores.

Ser devorado nos introduce en la incómoda cabeza de Andi, para vivir una experiencia tan cruda como rompedora. No solo por ahondar en temas como el consumo de carne (ya sea cruda o corrompida) o el canibalismo, sino por explorar la psicología de una persona que lucha por superar un trauma de proporciones gigantescas. Tantingler nos mete en la incómoda y desasosegante jaula mental de una persona rota, una protagonista que trata de salir adelante luchando con la pérdida, el miedo y la ira. Todo ello gracias a una narración escabrosa, llena de momentos tremebundos, pero que logra transmitir todo ello jugando con un lenguaje lírico y cuidado, un mimo en las palabras que la traducción de José Ángel de Dios logra salvaguardar para el lector español. Ser devorado se convierte así una experiencia turbadora que a pesar de su brevedad logrará acompañar al lector mucho tiempo después de haber cerrado su última página. 


VALORACIÓN



FICHA
Ser devorado
Sara Tantlinger
Dilatando Mentes
Traducción de José Ángel de Dios
Tapa blanda con solapas, 125 páginas
13,95 euros (disponible en la web de la editorial)



viernes, 19 de febrero de 2021

Reseña: El jardín del tallador de huesos, de Sarah Read

SINOPSIS: Se ha escapado. Eso es lo que dicen cada vez que uno de los amigos de Charley Winslow desaparece del colegio Old Cross.
Son solo habladurías. Eso es lo que le dicen a Charley cuando ve la figura gris andrajosa de huesos retorcidos acechando los pasillos de la abadía por la noche.
Charley perseguirá la verdad que se esconde tras el oscuro secreto que encierra la abadía, deambulando por sus túneles oscuros, rastreando sus pasajes abandonados y escarbando en la costra del legado de locura y muerte de una familia.


RESEÑA: El horror gótico es un género que sigue bien vivo en pleno siglo XXI, con lectores deseosos de perderse en viejos caserones, apolillados desvanes o solitarias mansiones donde los recuerdos y los fantasmas del pasado siguen persiguiendo a sus atribulados protagonistas. Un notable ejemplo de ello lo encontramos en la novela con la que ha debutado Sarah Read en el terror: El jardín del tallador de huesos que ha publicado en español Dilatando Mentes en una cuidada edición y que le ha valido a la autora de Wisconsin ganar los premios Bram Stoker a mejor primer novela y el galardón This Is Horror a mejor obra del año. Como veis, prometedoras credenciales para los que buscan una historia oscura que le ponga los pelos de punta.
¿Qué nos vamos a encontrar en este nuevo acercamiento al terror gótico? Pues estamos en 1926, y Charley Winslow es un niño que acaba de llegar a Inglaterra desde El Cairo, mandado por su padre para ser educado en el estricto Colegio para chicos Old Cross. Tras perder a su madre y se alejado de su padre, oficial del ejército británico en las colonias, el joven Charley se encontrará en una vetusta abadía reconvertida en hogar para un variopinto grupo de chavales y maestros.
Allí tendrá que acomodarse a la rígida educación victoriana, donde los azotes o el trabajo infantil son pan de cada día; pero lo que de verdad convertirá su nueva vida en experiencia terrorífica será la sensación de que hay algo oculto en la sombría abadía. Y es que por las noches una forma retorcida y siniestra vaga casi inadvertida por sus vetustos pasillos, y cada día que pasa hay algún niño que desparece sin dejar rastro.
La historia que Sarah Read propone al lector es un cuento de horror gótico donde un joven desarraigado y que todavía porta el luto por la temprana muerte de su madre tiene que adaptarse a un nuevo ambiente. Perdido (física y emocionalmente), el chico se refugia en su única pasión: los insectos. Con su colección de escarabajos, arañas, hormigas y gusanos a cuesta trata de adaptarse a un mundo que le parece frío y apagado, en comparación con las cálidas y evocadoras tierras de las que proviene.  Sin embargo son las noches donde mora un terror del que nadie más que parece consciente, cuando la figura del "Andrajoso" (ser fantasmal o algo incluso todavía más siniestro) vaga a su antojo por la abadía.
Las desapariciones de sus compañeros son las que harán que Charlie se lance a escarbar en los secretos que oculta Old Cross, tanto en su pasado como entre los que lo habitan en la actualidad. Para eso, mientras recorre los pasillos y túneles del colegio, tendrá que convertirse en un pequeño detective de 12 años. Y como en una novela policíaca o un thriller retorcido, el lector (como Charlie) tendrá que tener cuidado a la hora de depositar su confianza en los distintos personajes con los que se cruza. Porque en el colegio Old Cross nada es lo que parece: el locuaz jardinero Sam, el siempre enfadado director Byrne, la cariñosa enfermera Grace o el reducido grupo de estudiantes pueden ser aliados pero también alguien que oculta lo que de verdad está ocurriendo.
Con estos elementos Sarah Read construye una ambientación tan reconocible como apropiada para su historia: una Inglaterra otoñal, donde las lluvias y el viento convierten las noches en lugares poblados de ruidos amenazantes; una antigua abadía, en un apartado páramo donde la luz eléctrica todavía compite con los añejos quinques y las temblorosas velas. Y es que la misma abadía/colegio se convierte por derecho propio en uno de los personajes de la obra, un monstruo de aspecto medieval que engulle a sus habitantes, recorrido por túneles y pasadizos secretos, y con una sección completa mutilada y abandonada por un antiguo incendio. Es en esta siniestra sección, el ala este que se aparece como en un retorcido reverso oscuro del colegio diurno, en la que Charley tendrá que internarse si quiere desvelar el secreto que pende sobre el pasado de Old Cross.
En El jardín del tallador de huesos tenemos un cuento gótico de terror, donde los secretos del pasado, el remordimiento, la pérdida, la locura y la enfermedad se dan la mano. Sarah Read nos pone en la piel de un chico que tiene que cambiar de vida para adaptarse a una nueva y dura realidad, pero que no se dejará doblegar por muy brutal y estricta que sea su nuevo 'hogar'. Una presencia fantasmal trastocará su existencia y le hará desconfiar de todo lo que le rodea, mientras explora añejos túneles donde las telarañas y los huesos pueden guardar las pistas de lo que de verdad ocurre. Una novela que nos presenta una galería de personajes que se mueven en un extraño limbo poblado de miedos, desconfianza y sospechas, y todo ello enmarcada en una narrativa oscura y sugerente que se mezcla con el onirismo siniestro o con el terror más físico de forma tan natural como efectiva. Todo ello además en una de las cuidadas ediciones a las que ya nos tiene acostumbrados Dilatando Mentes, que convierten en una verdadera delicia este tétrico paseo por los oscuros pasillos de Old Cross.


VALORACIÓN


FICHA
El jardín del tallador de huesos
Sarah Read
Dilatando Mentes
Traducción de José Ángel de Dios García
Tapa blanda con solapas, 272 páginas


OTRAS RESEÑAS

jueves, 22 de octubre de 2020

Reseña: Hierba, de Anya Martin

SINOPSIS: Sheila no tenía ningún deseo de volver a ver a su ex-marido. Tampoco entraba en sus planes tener que identificar su cadáver después de un accidente aéreo en las marismas del sur de Georgia. Pero estaba aún menos preparadas para lo que siguió sus pasos hasta su casa desde la morgue.


RESEÑA: El dolor ante la muerte es una de las emociones más poderosas y demoledoras a la que tenemos que hacer frente las personas. También es uno de los combustibles más potentes para poner en marcha la memoria humana, y hacernos perdernos en el pasado como si siguiera siendo tan real como nuestro día a día. Y precisamente son la muerte y los recuerdos los que guían la trama de Hierba, una novela corta que se inicia con un accidente inesperado que obliga a Sheila a viajar para hacerse cargo del cadáver del que fue su marido. Un viaje del que volverá acompañada de los peores recuerdos posibles… y algo todavía mucho más extraño y perturbador.
Con esta presentación Anya Martin nos coloca en la piel de una mujer en shock que tendrá que enfrentarse al lado más oscuro y doloroso de su pasado. Con una narración sencilla pero ágil, de tono casi costumbrista, la escritora de Atlanta nos va introduciendo en una historia cargada de dolor, pérdida, miedo, añoranza y pura sensualidad. Porque el inesperado huésped que empieza a visitar a Sheila en su hogar se convierte en el extraño heraldo de un nuevo mundo (¿o debería decir uno ancestral?), que le hará atisbar una nueva forma de plantearse la vida al tiempo mientras reflexiona sobre todo lo que la ha llevado hasta ese momento.
De una forma tan sutil como perturbadora una criatura ajena a lo humano se colará en la realidad diaria de Sheila, y lo que se inicia como una experiencia amenazante demostrará mucha más cercanía a la humanidad que la de muchos que se tildan de personas. Con ligeros toques de misterio y un terror muy sutil, que deja con ganas de más a los que nos acercamos buscando un relato de puro horror sobrenatural, la historia de Hierba se nos presenta como un híbrido extraño donde la sensualidad se topa con la muerte, creando un bizarro y perturbador fresco del proceso del duelo, pero también del autodescubrimiento. Porque sin duda el punto fuerte de la toda la narración es esa descripción, a corazón abierto y sin tapujos, de una terrible relación fallida marcada por los malos tratos y la violencia. De forma honesta y sin caer en sentimentalismos baratos, Martin nos pone en la piel de Sheila para mostrarnos los rincones más oscuros y dañados de su alma. No solo por la violencia física, sino por la brutal carga emocional  de esa relación que todavía, años después, siguen lastrando la vida actual de la protagonista. Un retrato valiente y estremecedor que muestra lo miserables y crueles que podemos a llegar a ser las personas en nuestras relaciones personales.
Afortunadamente Martin nos retrata este infierno emocional sin perder una visión optimista, dejando la puerta abierta al cambio y la evolución personal. Un cambio que llegará promovido por el elemento extraño y ancestral, por algo apenas humano que logrará volver a prender la chispa de la esperanza en la protagonista. Todo ello trufado de un erotismo y una sensualidad que sirve para replantearnos los límites entre lo que podríamos calificar de monstruosidad y normalidad. Sin grandes despliegues, en una historia tan contenida como su localizaciones o sus personajes, sin alejarse de los contornos de lo íntimo y cercano.
Hierba es una novela corta sobre la pérdida, el dolor y el crecimiento personal, donde Anya Martin crea un extraño híbrido entre relato de terror e historia erótica. Su protagonista se topará de frente con el lado más oscuro y doloroso de su pasado, al mismo tiempo que le toca hacer frente a una insólita criatura que podría ser la respuesta a todos sus problemas. Un relato que de forma honesta y valiente pone ante nuestros ojos una realidad tan brutal como desalentadora, para mezclarla con un onirismo erótico, y regarlo de numerosos guiños a la cultura popular (desde los comics de The Swamp Thing a películas de serie B o clásicos de la ciencia ficción). Con pulso firme y una voz narrativa envolvente a la par que cuidada, Martin nos muestra los fantasmas de esa relación rota y como dar un paso adelante; igual de cuidada es la edición de Dilatando Mentes, que con su buen hacer habitual acompaña de una genial portada Juan Alberto Hernández y numerosos detalles interiores que harán de la experiencia lectora una delicia.


VALORACIÓN

FICHA
Hierba
Anya Martin
Dilatando Mentes
Traducción de José Ángel de Dios
Tapa blanda con solapas, 134 páginas


lunes, 14 de septiembre de 2020

Reseña: Los últimos días, de Brian Evenson

SINOPSIS: A Kline, un antiguo agente encubierto ahora retirado,  sumido en una profunda depresión a raíz de la amputación de una de sus manos, se le encarga resolver un curioso crimen. La peculiaridad del encargo viene dada no por la muerte en sí, sino por el hecho de que el asesinato se ha cometido entre las paredes de un culto religioso, de nombre La Hermandad de la Mutilación, que promulga las amputaciones como vía para alcanzar la divinidad. Kline no tardará en darse cuenta de que está atrapado en una telaraña de mentiras, amenazas y traiciones.


RESEÑA: Hay lecturas que logran remover en el lector sensaciones tan intensas como perturbadoras. Eso es algo con extrema dureza la novela Los últimos días de Brian Evenson que publica Dilatando Mentes y que nos presenta a Kline, un agente especializado en operaciones encubiertas. En su último caso Kline quedó mutilado, perdiendo la mano derecha. O mejor dicho, se dejó cortar el brazo derecho para tener la oportunidad de poder acabar con el que le mutiló. Ahora está hundido en una profunda depresión como consecuencia de su nueva situación, sin ganas siquiera de salir de casa. Todo cambia cuando empieza a recibir las llamadas de unos desconocidos solicitando su ayuda, y que acabará arrastrándole hasta una oscura y siniestro culto: la Hermandad de la Mutilación.
Los últimos días se inicia como una historia detectivesca, con una trama casi arquetípica de novela negra (el investigador hosco y cansado de la vida que se topa con un caso en el que no tiene ningún interés), pero que poco a poco gira hacia el terror más siniestro, tanto físico como mental. Y es que casi sin darse cuenta Kline acaba en medio de una aislada comunidad en la que parece encajar (todos ellos son hombres mutilados) pero que también oculta secretos que no parecen dispuestos a revelarle. Y es que si la Hermandad tiene tanto interés en él es porque quiere que resuelva un crimen… pero sin que pueda ver ni el cadáver de la supuesta víctima ni entrevistar a los posibles testigos o culpables.
Nadando en un mar de prohibiciones, secretos, amenazas veladas o directas, y muchos intereses ocultos Kline tratará de salir indemne de la trampa que parece que han tendido a su alrededor. Con una narración seca y directa, deudora de la mejor novela negra, Evenson nos sumerge en un ambiente opresivo, donde la locura de la surrealista situación de su protagonista se va volviendo un descenso al horror más absoluto. Kline se descubre en un lugar que no sabe con certeza donde está rodeado de hombres dispuestos a desprenderse alegremente de sus extremidades y miembros con tal de alcanzar la santidad. Y que parecen decididos a convertirlo en uno más de los suyos, lo quiera o no.
¿Cuánto más extraña puede volverse mi vida? Luego apartó ese pensamiento e intentó ignorarlo, temeroso de la respuesta.”
Sin duda es este siniestro culto de la Hermandad el que captura toda la atención del lector, con su perturbadora y grotesca mezcla de divinidad y horror. Con el pulso de un forense, Evenson logra estremecer al lector con las escenas más gore y atroces imaginables, momentos que harán que una gota de sudor frío recorra su espalda mientras no es capaz de dejar de leer. Y es que como se suele decir la curiosidad mató al gato, pero en Los últimos días es la curiosidad de Kline (y admitámoslo, del propio lector) la que inevitablemente lo llevará por el camino del horror y la deshumanización.
En puridad cabe decir que Los últimos días reúne dos novelas cortas (La Hermandad de la Mutilación y la que da título al volumen), que Evanson reunió (sería más apropiado decir suturó juntas, como bien señala Straub en su postfacio) en una. El resultado final es sumamente efectivo, creando una historia que parece desdoblarse en un reflejo siniestro, donde el final se torna inicio (y viceversa). Una novela con un desenlace que logra solucionar con maestría todas las dudas planteadas por la trama, pero que también se vuelve una espiral de brutalidad, locura y sangre de la que es difícil que el lector salga intacto. Tan poco intacto (en todos los sentidos) como el propio Kline, decidido a hacerse con las riendas de su vida aunque eso signifique lanzarse en brazos del horror más absoluto.
Todo ello lo podemos disfrutar en una cuidada edición en tapa blanda de Dilatando Mentes, con una acertadísima portada de Octavi Segarra, y que incluye un posfacio del escritor Peter Straub en el que hace un repaso a los elementos más característicos de la obra de Evenson, y del que esta novela es sin duda una excelente muestra.
En Los últimos días se nos presenta lo que parece una novela policíaca que casi sin aviso se convierte en un siniestro descenso al horror más físico y la locura más absoluta. Brian Evenson nos pone en la piel de un hombre hundido que acaba atrapado en una oscura red tendida a su alrededor, mezclándose con cultos religiosos tan alienantes como peligrosos. Una lectura sin duda no apta para estómagos sensibles, pero que logra plenamente lo que busca: llevar al lector a un siniestro pozo de horror, donde la locura y la santidad se dan la mano. Con una narración cortante y directa, Evenson es capaz de construir una narración de novela negra donde súbitamente surge el terror para hacer que el lector se estremezca de horror, incapaz de apartar la vista.




VALORACIÓN

FICHA
Los últimos días
Brian Evenson
Dilatando Mentes
Traducción de José Ángel de Dios
Tapa blanda con solapa, 254 páginas


martes, 1 de septiembre de 2020

Fotoreseña: Los últimos días, de Brian Evenson

La llegada de septiembre reinicia la publicación de novedades y ya podemos apuntar uno de los títulos más sangrientos de este mes. Se trata de Los últimos días, donde Brian Evenson mezcla el terror y la novela negra para sumergirnos en una investigación policíaca que llevará a su protagonista a descubrir un universo oscuro y sangriento de mutilaciones y cultos extraños, que publicará en español la editorial Dilatando Mentes. La obra finalista de los premios Shirley Jackson a mejor novela de terror en 2009 y ganadora del premio Library Association/RUSA a mejor novela de horror en 2010 
La edición en español de Los últimos días se pondrá a la venta el 15 de septiembre, con la traducción de José Ángel de Dios y la portada de Octavi Segarra que podéis ver más abajo. Además la novela incluye un postfacio del escritor de terror Peter Straub. A continuación podéis ver una fotoreseña de la edición avanzada que he recibido por cortesía de la editorial.


Los últimos días se publica en tapa blanda con solapa, tiene 254 páginas y se puede comprar por 17,95 euros. Podéis comprarlo en preventa con un 5% de descuento desde la web de la editorial, donde también tenéis disponibles las primeras páginas de la novela.


SINOPSIS 
A Kline, un antiguo agente encubierto ahora retirado,  sumido en una profunda depresión a raíz de la amputación de una de sus manos, se le encarga resolver un curioso crimen. La peculiaridad del encargo viene dada no por la muerte en sí, sino por el hecho de que el asesinato se ha cometido entre las paredes de un culto religioso, de nombre La Hermandad de la Mutilación, que promulga las amputaciones como vía para alcanzar la divinidad. Kline no tardará en darse cuenta de que está atrapado en una telaraña de mentiras, amenazas y traiciones.

jueves, 14 de mayo de 2020

Reseña: Las Doncellas de Óxido, de Gwendolyn Kiste

SINOPSIS: Verano de 1980 en Cleveland, Ohio. Phoebe Shaw, y su prima y mejor amiga, Jacqueline, acaban de graduarse en la escuela de secundaria en medio de un futuro del todo desalentador e incierto. Toda la ciudad está copada de fábricas abandonadas que pueblan el horizonte, y la sombra de una huelga sobrevuela la rutina que gobierna sus vidas...
Pero, nada de eso es equiparable a lo que está ocurriendo en su propio vecindario. Las chicas con las que Phoebe y Jacqueline han crecido, están mutando. El pistoletazo de ese cambio lo dará el descubrimiento de unas oscuras huellas acuosas sobre la acera. Una a una, las jóvenes se van marchitando: sus uñas se transforman en cristales rotos, y sus huesos se convierten en metales oxidados que corrompen su carne.
Nadie puede explicar qué es lo que pasa con las chicas de la calle Denton; nadie, salvo quizá ellas mismas.


RESEÑA: En 2019 la escritora Gwendolyn Kiste se alzaba con el premio Bram Stoker a la categoría de mejor novela debut con Las Doncellas de Óxido, y aunque el galardón es el máximo reconocimiento mundial en el campo del género del terror hay que señalar que esta sugerente novela escapa a cualquier clasificación fácil. Y es que la obra que publica a finales de este mes la editorial Dilantando Mentes no se puede encasillar en el terror gore ni el puramente psicológico; no es tampoco una fantasía surrealista o una ficción especulativa con duros toques de realismo; tiene toques de todos ellos pero es mucho más, porque logra construir una perturbadora narración sobre un suburbio sin futuro y unas jóvenes que tratan de romper las cadenas invisibles con las que la sociedad y lo desconocido tratan de lastrarlas.
Pero entremos de una vez en materia. En Las Doncellas de Óxido acompañamos a Phoebe Shaw en su retorno a su Cleveland natal, a donde vuelve unos 28 años después de su marcha cargada con el peso de la derrota y con la sombre de su pasado aguardándola con fauces ansiosas. Y es que la chica que salió de allí, una joven llena de sueños de futuro por cumplir, es ahora una mujer madura a la que en su hogar materno la esperan los desagradables recuerdos de los extraños sucesos de los que fueron protagonistas las jóvenes que vivían en la calle Denton.
Kiste empieza así a construir una opresiva narración en dos tiempos: el presente (2008) en el que Phoebe vive y el pasado (1980) que irá rememorando y que carga con el principal peso de la historia. De esta forma iremos descubriendo como en 1980 la calle Denton, un suburbio habitado por las humildes familias de los trabajadores de una acería que se encamina hacia un ERE, empieza a ser recorrido por una extraña ola que va transformando a sus jóvenes. Un puñado de chicas que acaban de graduarse en el instituto sufren una inesperada metamorfosis que poco a poco va convirtiendo sus cuerpos en extraños organismos que se oxidan y de los supuran líquidos metálicos. Algo que nadie es capaz de comprender o explicar, y que las convertirá en el centro del horror y de la estupefacción general.
Kiste nos hace compartir las vidas de un grupo de chicas que tienen que dar sus primeros pasos en la vida adulta pero que lo único que encuentran a su alrededor es la apatía de un futuro sin esperanzas o la constreñida realidad de volver a repetir los roles tradicionales de sus madres. Unas mujeres que se sienten descartadas por la sociedad en un entorno suburbano donde el paro y la falta de expectativas acechan como una gran sombra sobre todos sus habitantes. Mientras sus cuerpos cambian hacían lo extraño, hacia lo desconocido y lo desconcertante, sus vidas también se hunden en un mar de desesperación. Y es que Kiste nos traslada a una época y una sociedad que se asoman al abismo de la crisis, y que nos ofrece un sombrío pero certero reflejo de nuestro propio mundo actual.
Frente a esa fría desesperación que se filtra como el óxido por las mentes y los cuerpos transformados de las jóvenes que viven en la calle Denton, solo les resta la evasión que les ofrece el alcohol o los sueños de un futuro lejos de su apática realidad diaria; o sencillamente la compañía de sus amigas, ya que en medio de tanta oscuridad la amistad resplandece como el único (y último) refugio. Phoebe será la testigo principal de aquella extraña transformación y la única que tratará de encontrar una salida para las Doncellas de Óxido, una salida que también busca para ella misma de la anodina realidad que las juzga y las descarta como personas válidas.
La historia de las Doncellas de Óxido de la calle Denton es la historia de unas jóvenes que luchan por no sucumbir ante un destino que no es el suyo, que no quieren ni buscan, ni se merecen. Ya sea por sus deseos de escapar de una vida ordinaria como amas de casa o por su inesperada transformación en monstruos de herrumbre, las cinco jóvenes se convierten en una muestra patente del precio a pagar por transgredir el orden establecido. Las chicas  de la calle Denton se convierten en verdaderos freaks,  un espectáculo bizarro que mostrar a curiosos y turistas, que señalar con un dedo, o que los propios agentes federales investigan con recelo.
Por eso el anhelo de Phoebe es poder compartir el destino de su única amiga y de sus compañeras de transformación, ya que su única tabla de salvación parece ser unirse a las diferentes, a las excluidas, que encuentran consuelo en su mutua compañía. Por ello mismo Kiste se empeña en dejarnos bien claro que los que los demás encuentran repulsivo y perturbador, incluso amenazante, precisamente es lo que las convierte en especiales. “Nada en esas chicas era monstruoso para mí. Eran diferentes, sin duda, pero también hermosas de una manera extraña. Las envidiaba”, como confiesa en cierto momento la propia Phoebe.
Cuando 28 años después la protagonista regresa a su hogar todavía se siente perseguida por ese pasado, que sigue resonando bien vivo en cada rincón de la calle Denton. "Oremos por las Doncellas de Óxido", saluda una pintada callejera a la hija pródiga nada más arrancar la narración, como un recuerdo del pasado que no muerte en esta historia en dos tiempos. Y pese a que la relación de Phoebe con sus padres o con las familias de las Doncellas sigue sangrando por las heridas del pasado, Kiste se guarda un resquicio para la redención personal de los personajes y para que la esperanza alumbre sobre todos aquellos que viven a la sombra de las damas de herrumbre.
Con Las Doncellas de Óxido llegamos a un barrio de clase obrera con el regusto rancio de la industrialización en una época de crisis, donde lo inesperado clava sus garras en un grupo de chicas normales y corrientes. Una historia narrada en un tono pausado, en dos tiempos, que nos muestra como el horror sobrenatural y sin explicación se filtra poco a poco en la cotidianeidad más anodina, como el óxido que se apodera lentamente de las vidas de las jóvenes de la calle Denton. Escapando de cualquier clasificación simple de género, Kiste nos muestra una sociedad asfixiante y sin esperanzas para una joven generación de jóvenes mujeres, donde la única manera de escapar es romper con el pasado.
A pesar del tono oscuro y descorazonador de algunos de sus tramos, la novela logra guardarse un rayo de optimismo por el futuro, por la posibilidad de dejar atrás los errores del pasado y encontrar una nueva paz. Y es que nuestro mundo, ya sea en 1980 o en 2008 (o en la actualidad), puede ser un suburbio triste en una urbe industrializada sobre la que pende la amenaza de la crisis (económica y social), pero siempre hay sitio para seguir adelante.  Y es que como repiten varios personajes a lo largo de la novela “las cosas cambian. A veces es para mejor, otras no.” Solo de nosotros depende encontrar la belleza en medio de la desesperación y poder aferrarnos a aquellos a quienes nos ayuden a hacer más luminoso cada día.


FOTORESEÑA de la edición de Dilatando Mentes

VALORACIÓN

FICHA
Las Doncellas de Óxido
Gwendolyn Kiste
Dilatando Mentes
Traducción de José Ángel de Dios
Tapa blanda con solapa, 308 páginas


jueves, 2 de abril de 2020

Fotoreseña: Las Doncellas de Óxido, de Gwendolyn Kiste

El próximo mes de mayo debería llegar a las librerías la novela debut de Gwendolyn Kiste, con la que la autora norteamericana ganó el premio Bram Stoker a mejor primera novela en el año 2018. Estoy hablando de Las Doncellas de Óxido, una perturbadora historia ambientada en los grises años 80 donde un grupo de jóvenes que están a punto de lanzarse a la vida adulta ven trastocada para siempre su existencia. La historia está narrada desde el punto de vista de Phoebe Shaw, una mujer que regresa a Cleveland para plantar cara a su pasado y recordar todo lo que ocurrió en su juventud cuando su calle se convirtió en el foco de un suceso tan extraño como terrible.
Y es que en esos años de crisis económica varias jóvenes de la calle Denton empezaron a mutar de forma inexplicable, marchitándose y convirtiéndose en algo totalmente diferente y pertubador. Una historia narrada en dos tiempos (el presente de 2008 y ese verano de 1980 que lo cambió todo), con un tono pausado pero firme, donde Kiste ahonda en una generación de mujeres condenada a quedar en un segundo plano, en un mundo que se ahoga en una crisis que se ceba particularmente con las clases más humildes de Cleveland.
Las Doncellas de Óxido debería ponerse a la venta el próximo 16 de mayo gracias a la editorial Dilatando Mentes. El libro nos llega con portada e ilustraciones interiores de Juan Alberto Hernández, y traducción a cargo de José Ángel de Dios. El libro además cuenta con un prólogo de Antonio Torrubia, librero del mal, y con el postfacio de Silvia Broome.
Si queréis ir abriendo boca ya podéis leer las primeras páginas de la obra en este enlace, y a continuación os dejo una fotoreseña (que como podéis comprobar por la portada es de una edición de las pruebas sin corregir, que he recibido por cortesía de la editorial para poder reseñar la obra, pero las características físicas y visuales de la edición final serán las mismas).

Las Doncellas de Óxido se publica en tapa blanda con solapa, tiene 308 páginas y se puede comprar por 18,95 euros. Podéis reservarlo desde la web de la editorial, con un 5% de descuento hasta el 16 de mayo, y se enviará cuando las circunstancias actuales lo permitan.

SINOPSIS 
Verano de 1980 en Cleveland, Ohio. Phoebe Shaw, y su prima y mejor amiga, Jacqueline, acaban de graduarse en la escuela de secundaria en medio de un futuro del todo desalentador e incierto. Toda la ciudad está copada de fábricas abandonadas que pueblan el horizonte, y la sombra de una huelga sobrevuela la rutina que gobierna sus vidas... 
Pero, nada de eso es equiparable a lo que está ocurriendo en su propio vecindario. Las chicas con las que Phoebe y Jacqueline han crecido, están mutando. El pistoletazo de ese cambio lo dará el descubrimiento de unas oscuras huellas acuosas sobre la acera. Una a una, las jóvenes se van marchitando: sus uñas se transforman en cristales rotos, y sus huesos se convierten en metales oxidados que corrompen su carne.  
Nadie puede explicar qué es lo que pasa con las chicas de la calle Denton; nadie, salvo quizá ellas mismas.


viernes, 13 de marzo de 2020

Las Doncellas de Óxido de Gwendolyn Kiste se publica en abril

El próximo mes de abril podremos disfrutar en español de la novela ganadora del premio Bram Stoker, el máximo galardón que se otorga en el género del terror, del año 2019 en la categoría de mejor obra debut. Se trata de Las Doncellas de Óxido, una novela con la que Gwendolyn Kiste nos traslada hasta la ciudad de Cleveland, donde Phoebe Shaw regresa para plantar cara a su pasado y recordar todo lo que ocurrió en su juventud cuando su calle se convirtió en el foco de un suceso tan extraño como terrible. Y es que las jóvenes de la calle Denton empezaron a mutar de forma inexplicable, marchitándose y convirtiéndose en algo totalmente diferente y pertubador. Una historia narrada en dos tiempos (el presente de 2008 y ese verano de 1980 que lo cambió todo) donde Kiste ahonda en una generación de mujeres condenada a quedar en un segundo plano, en un mundo que se ahoga en una crisis que se ceba particularmente con las clases más humildes de Cleveland.
Las Doncellas de Óxido se pondrá a la venta el próximo 14 de abril gracias a la editorial Dilatando Mentes, con portada e ilustraciones interiores de Juan Alberto Hernández, y traducción a cargo de José Ángel de Dios. El libro además llega acompañado de un prólogo de Antonio Torrubia y con el postfacio de Silvia Broome.


Las Doncellas de Óxido se publica en rústica con solapas, tiene 308 páginas y se puede comprar por 18,95 euros. Lo podéis reservar desde la web de la editorial, con un 5% de descuento, hasta el 5 de abril.
SINOPSIS 
Verano de 1980 en Cleveland, Ohio. Phoebe Shaw, y su prima y mejor amiga, Jacqueline, acaban de graduarse en la escuela de secundaria en medio de un futuro del todo desalentador e incierto. Toda la ciudad está copada de fábricas abandonadas que pueblan el horizonte, y la sombra de una huelga sobrevuela la rutina que gobierna sus vidas... 
Pero nada de eso es equiparable a lo que está ocurriendo en su propio vecindario. Las chicas con las que Phoebe y Jacqueline han crecido, están mutando. El pistoletazo de ese cambio lo dará el descubrimiento de unas oscuras huellas acuosas sobre la acera. Una a una, las jóvenes se van marchitando: sus uñas se transforman en cristales rotos, y sus huesos se convierten en metales oxidados que corrompen su carne. 
Nadie puede explicar qué es lo que pasa con las chicas de la calle Denton; nadie, salvo quizá ellas mismas.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Hoy se publica La leyenda de Kell, inicio de la trilogía de los mecavampiros de Andy Remic

La fantasía actual se aleja cada vez más de los tropos típicos del género para empezar a mezclar ambientaciones y temas que hace décadas nos habrían parecido imposibles de encontrar en una misma novela. Un buen ejemplo de este forma de escribir la tenemos en el inglés Andy Remic, cuyas obras mezclan la ciencia ficción con la fantasía, y que a partir de hoy podremos ver por fin publicado en español.
La pequeña editorial Dilatando Mentes saca hoy a la venta La leyenda de Kell, primera parte de la trilogía titulada las Crónicas de los Mecavampiros y que el propio autor británico define como una fantasía épica deudora de David Gemmell, Conan el Bárbaro y El Señor de los Anillos. En ella Andy Remic nos lleva hasta un mundo de ambientación fantástica donde un viejo guerrero y su familia tienen que hacer frente a una terrible invasión: a la de los sanguinarios mecavampiros, o lo que es lo mismo, vampiros con mecanismos de relojería en su interior que tienen que alimentar con aceite de sangre.
En Dilatando Mentes tratan de compensar el hecho de ser una editorial pequeña con una edición que pretende ser atractiva para le lector. Para ello incluyen prólogos, ensayos, sección final de imágenes a modo de extras, ilustraciones realizadas por Daniel Medina Ramos, banda sonora (a la que se puede acceder por medio de un código QR), páginas decoradas, marca páginas... 
La leyenda de Kell se publica en rústica con solapas, tiene 376 páginas y se pone a la venta al precio de 18,95 euros.


SINOPSIS 
La Leyenda de Kell es una historia de aventuras y fantasía épica, de ritmo rápido, que transcurre en la hermosa y noble tierra de Falanor, la cual es invadida por una raza de criaturas llegadas de más allá de las Montañas de Puntas Negras, conocidas como mecavampiros (o, como sería más adecuado decir, vampiros con mecanismo de relojería). Son seres de carne y hueso, sí, pero tienen integrado en su seno un avanzado sistema tecnológico de relojería que les obliga a alimentarse de Aceite de sangre; alimento que obtienen refinando la sangre previamente extraída a un cadáver humano. Cuando sus recursos se agotan, los mecavampiros envían al Ejército de Hierro de los albinos que tiene bajo su yugo, junto con unas criaturas altas y de mortales dedos huesudos llamadas Segadores, en busca de nuevas reservas de sangre... 
A medida que el norte del país va cayendo en cuestión de días, Kell, un viejo soldado ahora retirado, su nieta Nienna, Kat, una amiga de esta y Saark, un dandy presumido, se unen y se ponen en marcha para alertar a su Rey. Pero Nienna, Kat y Saark pronto descubrirán que ese viejo y maltrecho soldado está lejos de ser el héroe que su épica leyenda dice que es...



Podéis leer un adelanto de las primeras cincuenta páginas de la novela en este enlace.

¿Qué os parece la sinopsis de La leyenda de Kell?
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