Hay editoriales que se convierten en refugio seguro para un lector de género, donde encontrar esas novedades o clásicos fantásticos que uno necesita. No creo que sorprenda mucho si confieso que para servidor uno de ellos siempre ha sido Runas. Gracias a esta editorial he podido disfrutar a lo grande en compañía de nombre como Joe Abercrombie, Ken Liu, Kameron Hurley, J. G. Ballard o Poul Anderson. Han sido decenas los nombres que hemos podido descubrir o volver a disfrutar gracias a las ediciones de Runas, y todo ello gracias a la labor de Belén Urrutia, que cogió las riendas del sello fantástico de Alianza editorial hace ya 20 años.
Ahora Belén deja Runas para emprender una nueva etapa es el momento de agradecer la labor, trabajo y mimo de esta editora que nos ha traído tantas lecturas que disfrutar. Para mi es un orgullo y una alegría poder hacerlo desde este blog, al que siempre ha tenido un cariño especial, y en compañía de unos invitados de excepción que han colaborado cercanamente con la editora. Además, también podemos leer al que será el nuevo editor del sello, Alexandre López, al que deseamos la mejor de las suertes y que en los próximos años nos siga trayendo las mejores lecturas.
Os dejo para que ellos os hablen de la labor de Belén Urrutia como editora de Runas. Y por mi parte, solo dar las gracias a Belén por estas lecturas que nos van a acompañar siempre y por tu cariño hacia la labor de este pequeño blog del fantástico.
Artículo de Antonio Torrubia.
Última Thule (en la Edad Media y Romana designaba cualquier lugar lejano más allá de las fronteras del mundo conocido) se presentó como proyecto en Grupo Anaya por parte de Javier Martín Lalanda en 1989 y se comenzaron a publicar los primeros volúmenes, con traducción del mismo editor, en 1992. En 4 años se publicaron 20 volúmenes y en 1996 se cerró.
Menos de una década después la editora Belén Urrutia recibió el encargo de abrir una colección de género fantástico que no sólo recuperase títulos clásicos imprescindibles de la fantasía, el terror y la ciencia ficción, si no que lo alternase con novedades de calidad. En el número 4 de la revista Windumanoth le hicimos entre Daniel Garrido (@arbolsonriente) y yo una entrevista de la que, entre otras muchas cosas, se dijo esto: «@LeeRunas y la literatura fantástica son una unión que el lector de género español conoce bien. Belén Urrutia, ha conseguido llevar un sello fantástico en el difícil mercado editorial español publicando a Joe Abercrombie, Kameron Hurley o Ken Liu, entre otros.»
El sello fantástico Runas, dentro de Alianza Editorial, es uno de los grandes valedores de la fantasía y la ciencia ficción en nuestro país. Los lectores del género fantástico en español han podido disfrutar, gracias a sus ediciones, de la recuperación de autores clásicos como J. G. Ballard o Poul Anderson, al tiempo que apostaba por una nueva hornada de voces tan destacadas como Catriona Ward, Sarah Pinborough o Alma Katsu. Pero Runas también ha apostado por los creadores patrios trayéndonos las novelas de Concepción Perea, Guillem López, Marc Pastor o Ismael Martínez Biurrun.
Alianza, con sus cincuenta años de trayectoria cumplidos en 2017, y las últimas décadas en Grupo Anaya (ahora dentro de Hachette), es el tercer grupo editorial más grande que publica narrativa en castellano (por detrás de los dos dinosaurios editoriales que son Grupo Planeta y Penguin Random House). Desde sus inicios ha tratado el género fantástico con cariño y respeto. En los años setenta, las colecciones que Rafael Llopis editó junto con el traductor Francisco Torres Oliver (Los Mitos de Cthulhu, 1969) hicieron (y siguen haciendo) que varias generaciones descubriésemos la obra de Lovecraft y el horror cósmico y nos aficionásemos a la literatura de género. En la colección de bolsillo y en 13/20 ha editado y reeditado a nombres como Stanislaw Lem, Mary Shelley, Arthur Machen, Edith Warton, Guy de Maupassant, Arthur C. Clarke. En los años noventa, Javier Martín Lalanda empezó en Anaya la ya mencionada colección Última Thule con La espada rota de Poul Anderson y en poco tiempo publicaron 20 títulos de autores como Abraham Merritt, C. L. Moore o Robert E. Howard.
El proyecto Runas comenzó en 2005, intentando dar un impulso a la literatura del género, que desde el principio funcionó muy bien en la colección del Libro de Bolsillo, con más títulos actuales. Abrieron con relatos de Mike Resnick, una novela de Kotzwinkle y recuperaron La espada rota de Poul Anderson de Ultima Thule. Al poco tiempo, se entusiasmaron con Joe Abercrombie, aunque apenas publicaron 2 o 3 títulos al año. En 2014 se decidieron a relanzarla, publicar más títulos y más variados con la máxima calidad, intentar llegar mejor al fandom a través de las redes sociales y llegando a 2024.
El sello fantástico Runas, dentro de Alianza Editorial, es uno de los grandes valedores de la fantasía y la ciencia ficción en nuestro país. Los lectores del género fantástico en español han podido disfrutar, gracias a sus ediciones, de la recuperación de autores clásicos como J. G. Ballard o Poul Anderson, al tiempo que apostaba por una nueva hornada de voces tan destacadas como Catriona Ward, Sarah Pinborough o Alma Katsu. Pero Runas también ha apostado por los creadores patrios trayéndonos las novelas de Concepción Perea, Guillem López, Marc Pastor o Ismael Martínez Biurrun.
Alianza, con sus cincuenta años de trayectoria cumplidos en 2017, y las últimas décadas en Grupo Anaya (ahora dentro de Hachette), es el tercer grupo editorial más grande que publica narrativa en castellano (por detrás de los dos dinosaurios editoriales que son Grupo Planeta y Penguin Random House). Desde sus inicios ha tratado el género fantástico con cariño y respeto. En los años setenta, las colecciones que Rafael Llopis editó junto con el traductor Francisco Torres Oliver (Los Mitos de Cthulhu, 1969) hicieron (y siguen haciendo) que varias generaciones descubriésemos la obra de Lovecraft y el horror cósmico y nos aficionásemos a la literatura de género. En la colección de bolsillo y en 13/20 ha editado y reeditado a nombres como Stanislaw Lem, Mary Shelley, Arthur Machen, Edith Warton, Guy de Maupassant, Arthur C. Clarke. En los años noventa, Javier Martín Lalanda empezó en Anaya la ya mencionada colección Última Thule con La espada rota de Poul Anderson y en poco tiempo publicaron 20 títulos de autores como Abraham Merritt, C. L. Moore o Robert E. Howard.
El proyecto Runas comenzó en 2005, intentando dar un impulso a la literatura del género, que desde el principio funcionó muy bien en la colección del Libro de Bolsillo, con más títulos actuales. Abrieron con relatos de Mike Resnick, una novela de Kotzwinkle y recuperaron La espada rota de Poul Anderson de Ultima Thule. Al poco tiempo, se entusiasmaron con Joe Abercrombie, aunque apenas publicaron 2 o 3 títulos al año. En 2014 se decidieron a relanzarla, publicar más títulos y más variados con la máxima calidad, intentar llegar mejor al fandom a través de las redes sociales y llegando a 2024.
Belén Urrutia escudada por Aranzazu Serrano Lorenzo (izquierda) y Concepción Perea (derecha) tras Ken Liu, en el Festival Niebla de Salamanca (octubre 2016). |
Y tras estos casi 20 años, la persona que empezó el proyecto Runas se jubila. Y en lugar de entristecernos, decidí pedirle a unos amigos de la editora que os explicaran qué ha significado para ellos el estar colaborando con el sello, empezando por la autora Concepción Perea (La corte de los espejos, La última primavera):
«Nadie habría leído La última primavera si Belén no hubiese tomado la difícil decisión de publica un libro que era la segunda parte de una saga cuyo primer volumen estaba en otra editorial. Pero Belén lo hizo y ese día salvó TerraLinde, algo por lo nunca le estaré lo suficientemente agradecida. En estos años no solo ha sido mi editora, ha sido una buena amiga. Siempre lamentaré que mis circunstancias personales de estos años no le hayan permitido publicar la tercera parte por unos meses, pero el título de “Salvadora de TerraLinde” es suyo, nadie puede quitárselo. Nicasia, Dujal, Marsias y tantos otros le deben la vida y yo le debo un agradecimiento eterno por su amistad, su comprensión y su maravilloso saber hacer durante estos años.».
Otra de las personas que han estado los últimos años trabajando con ella ha sido el diseñador gráfico (y portadista de muchos de los libros de Runas) Octavi Segarra:
«Trabajar para Runas y para Belén ha sido un privilegio, y no es una frase hecha. Siempre me ha fascinado la literatura fantástica, y trabajar para un sello especializado en ello, ha sido como encontrar tu lugar perfecto. Belén como editora es exigente y sabe muy bien lo que quiere y/o necesita, pero también otorga completa libertad creativa. No solo he disfrutado cada proceso de creación sino que he aprendido mucho gracias a ella.
Como persona, es muy cercana y sin pelos en la lengua, lo que la convierte en alguien de personalidad fuerte pero que a la vez, sabe ganarse tu confianza.
Runas es uno de los pocos lugares de trabajo que echaré de menos, y esto es por su editora: Belén.».
Otra persona que trabajó en los últimos años junto a Urrutia ha sido el artista encargado de la cubierta y el arte interior de El último argumento de los reyes, que también se encargó más tarde del ilustrar las cubiertas de La Primera Ley en las ediciones de Alianza 13/29 (bolsillo), Francisco Vegas:
«Belén Urrutia es, para mi fortuna, mi madrina grimdark.
Con ella empecé a trabajar en el mundo de Joe Abercrombie y pasé a convertirme en un acérrimo fan de su obra. Hay que tener en cuenta que trabajar como ilustrador en algo nuevo y al mismo tiempo convertirte en fan de ello es, cuando menos, difícil; dependes mucho de la mano que te guíe. Pero cuando trabajas como ilustrador con Belén no sólo se establece un diálogo entre dos profesionales diferentes, sino además entre dos lectores, creando una afinidad inconsciente para alguien que, como yo, se dedica a plasmar lo que otros imaginan. De repente te encuentras riéndote de nuevo con escenas que pensabas que solo te habrían cautivado a ti o debatiendo sobre personajes controvertidos sin miedo a expresar tu forma de interpretarlos. Disfrutas de cada posibilidad, de cada detalle. Te deja sentirte cómodo y, más importante aún, te deja hacer.
Podríamos decir que nunca se tienen suficientes editoras como Belén Urrutia.»
«Nadie habría leído La última primavera si Belén no hubiese tomado la difícil decisión de publica un libro que era la segunda parte de una saga cuyo primer volumen estaba en otra editorial. Pero Belén lo hizo y ese día salvó TerraLinde, algo por lo nunca le estaré lo suficientemente agradecida. En estos años no solo ha sido mi editora, ha sido una buena amiga. Siempre lamentaré que mis circunstancias personales de estos años no le hayan permitido publicar la tercera parte por unos meses, pero el título de “Salvadora de TerraLinde” es suyo, nadie puede quitárselo. Nicasia, Dujal, Marsias y tantos otros le deben la vida y yo le debo un agradecimiento eterno por su amistad, su comprensión y su maravilloso saber hacer durante estos años.».
Otra de las personas que han estado los últimos años trabajando con ella ha sido el diseñador gráfico (y portadista de muchos de los libros de Runas) Octavi Segarra:
«Trabajar para Runas y para Belén ha sido un privilegio, y no es una frase hecha. Siempre me ha fascinado la literatura fantástica, y trabajar para un sello especializado en ello, ha sido como encontrar tu lugar perfecto. Belén como editora es exigente y sabe muy bien lo que quiere y/o necesita, pero también otorga completa libertad creativa. No solo he disfrutado cada proceso de creación sino que he aprendido mucho gracias a ella.
Como persona, es muy cercana y sin pelos en la lengua, lo que la convierte en alguien de personalidad fuerte pero que a la vez, sabe ganarse tu confianza.
Runas es uno de los pocos lugares de trabajo que echaré de menos, y esto es por su editora: Belén.».
Otra persona que trabajó en los últimos años junto a Urrutia ha sido el artista encargado de la cubierta y el arte interior de El último argumento de los reyes, que también se encargó más tarde del ilustrar las cubiertas de La Primera Ley en las ediciones de Alianza 13/29 (bolsillo), Francisco Vegas:
«Belén Urrutia es, para mi fortuna, mi madrina grimdark.
Con ella empecé a trabajar en el mundo de Joe Abercrombie y pasé a convertirme en un acérrimo fan de su obra. Hay que tener en cuenta que trabajar como ilustrador en algo nuevo y al mismo tiempo convertirte en fan de ello es, cuando menos, difícil; dependes mucho de la mano que te guíe. Pero cuando trabajas como ilustrador con Belén no sólo se establece un diálogo entre dos profesionales diferentes, sino además entre dos lectores, creando una afinidad inconsciente para alguien que, como yo, se dedica a plasmar lo que otros imaginan. De repente te encuentras riéndote de nuevo con escenas que pensabas que solo te habrían cautivado a ti o debatiendo sobre personajes controvertidos sin miedo a expresar tu forma de interpretarlos. Disfrutas de cada posibilidad, de cada detalle. Te deja sentirte cómodo y, más importante aún, te deja hacer.
Podríamos decir que nunca se tienen suficientes editoras como Belén Urrutia.»
Kameron Hurley, Belén Urrutia y Antonio Torrubia en librería Gigamesh, julio 2018 |
Sara Segovia Esteban estuvo durante unos años ejerciendo de correctora de muchas de las obras editadas por Belén (y también en la revista Windumanoth). Ella es la penúltima en regalarnos unas palabras para el artículo:
«El trabajo de la edición, en el proceso de gestación de una novela, es una labor invisible, pero que lo abarca todo. Desde el primer borrador hasta el producto final, la mano del editor es guadaña, lija, lima y gamuza de seda. Debe ser implacable al comienzo y sutil al final, para que la obra brille y se revele en todo su esplendor. Belén Urrutia, en su trabajo, es la mejor, y ha sido la mejor maestra. Con un conocimiento profundo de los idiomas y un amplio bagaje cultural, sus elecciones literarias son aciertos, y sus decisiones editoriales, una enseñanza constante sobre la esencia del buen gusto. Trabajar con ella ha sido un placer y un desafío intelectual que me encantaría prolongar en el tiempo. Como una titiritera en las sombras, ha creado una red de contactos cuyo resultado son las novelas que habéis (y hemos) leído y disfrutado con fruición. La echaremos de menos. Te echaremos de menos. Disfruta de esta nueva etapa del camino.»
Y para darle el broche de oro le he pedido al nuevo editor, que toma el relevo del sello en estos momentos, para que nos explique un poco cómo seguirá y qué ha sido Runas para él. Os dejo con Alexandre López, no sin antes dar las gracias a una de las mejores amigas que he encontrado en estos 22 años en el mundo de los libros (aunque nuestros comienzos no fuesen los mejores, pero eso es otra historia):
«Decir que Runas es uno de los principales referentes en fantasía y ciencia ficción parece innecesario, porque creo que cualquier lector lo sabe solo con mirar sus estanterías. Lo que sí considero imprescindible es sumarme a tantas otras voces que aquí recalcan la difícil tarea que es crear algo así casi de la nada, el infatigable compromiso que es mantenerlo a flote y lo fácil que puede ser olvidarse de que hay alguien que lo ha logrado.
Belén ha conseguido hacer que Runas esté en primera línea en todos los aspectos. Solo sé parte del proceso y el esfuerzo y los sacrificios que ha tenido que hacer, pero incluso así no soy capaz de imaginar cómo ha tenido que ser ese viaje. Va a ser imposible hacerle justicia al trabajo que ha hecho todo este tiempo, pero solo puedo prometerle a ella y a toda la gente que ha apoyado esta colección que, si llego a una fracción de lo que Belén ha conseguido, tendrán Runas para muchísimos años más.»
Texto e imágenes por cortesía de Antonio Torrubia @Toliol.
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