jueves, 10 de octubre de 2024

Leer Malaz: Los jardines de la luna Prólogo




La decalogía de Malaz se abre con unos versos, un poema que nos advierte que vamos a abrir “un antiguo libro” cuyas páginas narran “las historias de los Caídos”. Con este interpelación metaliteraria al lector ya se nos apunta que veremos “recuerdos vistos por ojos entornados”, una historia que alguien nos va a contar. Una forma de presentarnos la narración que ya nos hace preguntarnos quiénes serán esos Caídos y quién es el narrador último que los recuerda. Porque “abrir el Libro de los Caídos” es “respirar el hondo aroma de la historia”, y Malaz quiere poner en el centro de la narración las vivencias de sus distintos personajes, y lo importante que es mantener vivos su recuerdo porque todo lo que se narra, lo que se vuelve a contar, permite que siga vivo en la memoria. El recuerdo y el testimonio serán siempre ejes centrales de la decalogía porque es la forma de que perviva lo que puede estar camino del olvido. Porque, como se despide este poema inicial, 
“Estas historias son las nuestras
Pues somos historia revivida, y no hay más. Historia sin final,
y no hay más”.




POEMA “¡El emperador ha muerto!”
Todos los capítulos de la saga se nos abrirán siempre con una cita o un poema que nos irán ofreciendo elementos importantes para construir tanto las historias mismas de las novelas como para darnos información sobre el propio universo de Malaz. Así que os recomiendo no saltarlos porque son indicios que Erikson va soltando como miguitas de pan que en ciertos momentos se convierten en auténticas pepitas de oro.
Un magnífico ejemplo de ello lo ofrece el poema que anteceda al prólogo de Los jardines de la luna. Todavía no hemos arrancado la historia que nos va a contar Erikson y el autor ya nos quiere anticipar elementos clave de su saga. Sin duda, lo más evidente es que nos deja claro que el emperador de Malaz ha muerto, y también su mano derecha, su compañero. 
Todavía no conocemos nada del Imperio pero Erikson quiere que tengamos claro que en lo más alto de su estructura hay enconadas luchas por el trono y el poder, por lo que antes de iniciar la primera página ya sabemos que el anterior gobernante fue asesinado. La base de Malaz son las preguntas, que sobre todo al arranque de la saga, apabullan al lector pero para las que iremos encontrando respuestas conforme avancemos en la narración.


SPOILERS de LAS PUERTAS DE LA CASA DE LA MUERTE:
Antes de empezar la misma saga Erikson ya nos muestra una de las características narrativas de este autor durante toda la saga: anticiparnos elementos, sucesos o informaciones que solo más adelante seremos capaces de encajar. 
En este caso en concreto, el poema nos cuenta que el emperador y Danzante han muerto, pero al mismo tiempo se relaciona esta desaparición física con un renacimiento a través de Sombra, así como sus ganas de venganza contra el Imperio. Su mismo título (La llamada a la Sombra) ya establece una conexión entre Sombra y la figura del emperador Kellanved y su compañero Danzante, al tiempo que nos deja intuir que no están muertos: se nos advierte que estas “sombras moribundas” han escapado “lejos de las miradas de los mortales”. 
Todos ellos son elementos centrales de Los jardines de la luna que pueden pasar más o menos desapercibidos, pero que deslumbran plenamente en una relectura. Porque Erikson nos planta a plena vista una revelación que no conoceremos hasta el segundo libro de su saga: que Kellanved y Danzante son los nuevos amos de Sombra, y los que están guiando los sucesos en este primer libro para vengarse de Torva y su usurpación del Imperio.
FIN DE SPOILERS




SPOILERS DE LA CASA DE CADENAS
Cabe señalar que la autora del poema es una tal Felisin, que por fecha de nacimiento (1146) y por lo que se nos narrará más adelante en La Casa de Cadenas, nos permite identificar al personaje que lo ha escrito. Porque gracias a la cuarta novela de la saga sabemos que Felisin Paran, convertida ya en Sha’ik renacida, se dedica a continuar un poemario que había iniciado su antecesora. Todo indica que sería este poema titulado La llamada a la Sombra del que se citan varios fragmentos a lo largo de Los jardines de la luna.
Es muy interesante porque en La Casa de Cadenas el historiador Heboric intuye que la diosa del Torbellino usa la creatividad de Felisin para hacerle llegar conocimientos secretos. “La diosa del Torbellino le susurra al oído a la elegida. Hay secretos en la senda de Sombra, secretos que contienen verdades que son relevantes para el torbellino en sí”, manifiesta en esa novela.
Hay que tener en cuenta que la diosa del Torbellino era en principio una deidad menor del desierto que pude aprovecharse de un fragmento de Kurald Emurlhan, la senda de Sombra hecha pedazos, para aumentar su poder. Así se entendería que pudiera suministrarle información que esta chica adolescente no podría saber de otra manera y que veremos plasmada en los versos de La llamada a la Sombra que iremos encontrando repartidos por la decalogía. 
FIN DE SPOILERS

********************************************

PRÓLOGO LOS JARDINES DE LA LUNA
Después de los dos poemas que hemos visto, por fin Erikson empieza la novela y lo hace situándonos de una forma cronológica muy concreta cuando arranca. Como ya nos decía el poema que hemos analizado, el emperador Kellanved ha muerto. Esto vuelve a recalcarlo la fecha de la cronología del prólogo, que nos deja claro que esto que vamos a leer transcurre en el año 1154 del Sueño de Ascua, que es el año 96 del Imperio de Malaz y, al mismo tiempo, el último año del reinado de Kellanved. De una sola tirada Erikson nos presenta la cronología oficial de su mundo y nos señala que lo que ocurre en este prólogo transcurre en un año clave para el cambio de poder en el trono imperial.

Los expertos en escritura suelen decir que las primeras líneas de una novela siempre son claves porque tienen que mostrarnos claramente el estilo y el tono que va a imperar en la obra. Los dos primeros párrafos de Los jardines de la luna son una buena muestra de ello, pues nos deja saborear una forma de escribir rica y sonora que Erikson pulirá hasta niveles muy altos a lo largo de la decalogía. En su presentación narrativa el autor va sembrando estos párrafos iniciales de palabras como herrumbre, sangre, oscura, vieja, monstruosa, maliciosa, embates o humo, que sirven ya para ir construyendo un ambiente que rodea a lo que vamos a vivir en la fortaleza de Mock, pero también en toda la novela.
En este arranque también me gustaría señalar la importancia de las estructuras circulares en la obra de Erikson: el autor ha reconocido en diversas ocasiones que le gusta construir así, y muchas veces inicia un capítulo con una ambientación, personaje, idea o elemento que vuelve a aparecer en el cierre de ese mismo capítulo. Pero esas estructuras circulares también se manifiestan de una manera mucho más amplia y de mayor alcance, y eso es lo que pasa con el inicio de la decalogía y la que será su despedida.
Sin entrar en spoilers, el que haya leído la decalogía completa puede sentir como esta escena del prólogo de Los jardines de la luna tiene su reflejo y resuena en la despedida de El Dios Tullido. Esta interacción entre personajes o ambientaciones son ecos deliberados que Erikson siempre maneja para aumentar la resonancia emocional y temática de su saga.




Pero entremos en la historia. El prólogo nos lleva a la ciudad de Malaz, la que fue antaño la capital imperial pero que ahora ha quedado desplazada como un lugar de poca importancia, una fortaleza de segundo orden dentro de este gigantesco Imperio. Desde las murallas de la fortaleza de Mock vemos los disturbios lejanos que se está desatando en las calles de la ciudad, en concreto en el arrabal del Ratón (el barrio más humilde y depauperado de esta urbe costera). En un principio no sabemos muy bien cual es el origen de este caos urbano, pero desde la segunda página de la novela ya se nos habla de un elemento central de la saga: la existencia de la magia y su impacto real/físico en el mundo. 
“Era mediodía, pero la magia que arrancaba destellos y hacía tronar el cielo volvía lúgubre y cargado el ambiente”, señala la narración como ominosa advertencia de lo que nos aguarda. Más adelante, sabremos que “los hechiceros están perdiendo el control ahí abajo”, y que todo es consecuencia de que estos magos novatos han sido mandados a perseguir brujas de la cera. Así pues, la magia y la hechicería quedan establecidos pronto como elementos primordiales en Malaz, que son una fuente de poder y problemas.


Lo realmente importante es que el prólogo sirve de carta de presentación a tres personajes que serán clave en la novela (y un cuarto para la saga): Ganoes Paran, Whiskeyjack y Torva. Luego mencionamos también al cuarto y último.
El personaje central es Ganoes Paran, un niño de unos 12 años miembro de una familia noble de Unta. Se nos dice que ya ha visitado en otras ocasiones la ciudad y la fortaleza, acompañando a su padre, un mercader que acude para negociar las tasas de exportación de sus caballos y sus vinos. Si se puede resumir en unas líneas lo que sabemos de él en su presentación es que es un joven con sueños de heroísmo, tiene sangre noble y está muy bien informado para su edad.
Desde el principio ya se nos deja caer el poco aprecio que se tienen a los nobles dentro del ejército del Imperio de Malaz. “Satisfecho de la pureza de tu sangre, ¿verdad?”, lo saluda ácidamente Whiskeyjack en su primera interacción. Durante Los jardines de la luna seremos testigos directos de la repulsa hacia la nobleza por parte de los veteranos malazanos, que se han ganado sus puestos a costa del esfuerzo y el sacrificio, no por la sangre que corre por sus venas. Ganoes Paran tendrá que luchar contra esa visión contraria a la nobleza para lograr abrirse camino para lograr cumplir su sueño.
En el propio Whiskeyjack tenemos un buen ejemplo de soldado hecho a si mismo, de origen humilde pero ascendido hasta lo más alto del escalafón militar. La presentación del personaje nos lo muestra como comandante del Tercer Ejército malazano y como miembro de los Abrasapuentes, lo que denota un alto estatus a ojos del joven Paran.

Whiskeyjack y el pequeño Ganoes Paran en la fortaleza de Mock,
por Michael Komarck.


Hay dos elementos centrales en su conversación que sirven para marcarnos ejes alrededor de los que pivotarán muchas de las tramas de la saga: el desprecio del heroísmo hueco y el aviso de que lo mejor es evitar la atención divina. 
Sobre el primer elemento, queda rápidamente puesto en entredicho cuando Ganoes confiesa sus deseos de ser soldado, “un héroe”, y Whiskeyjack es el veterano guerrero que le advierte que “Ya crecerás”. Una forma cruda y seca de hacernos ver que la épica bélica va a ser examinada con ojo muy crítico en toda la decalogía. Siempre quedará en mi mente como una de esas primeras escenas en las que Erikson empieza a demostrar que en su obra no quiere traernos una épica fantástica al uso, y que estará llena de matices y.
El otro comentario clave para el mundo de Malaz que obtenemos de esta charla es cuando el veterano comandante señala que “la mejor vida es aquella que escapa a la atención de los dioses.” Según le advierte Whiskeyjack al niño, es la única forma de vivir en libertad, en paz. Y como señal clara de lo peligroso que es verse involucrado en los tejemenajes divinos hemos escuchado en la conversación entre el comandante y el chico como Dassem Ultor, la primera espada del Imperio, ha muerto en Y’ghatan (Siete Ciudades). “Dicen que traicionó a un dios”, apunta como causa el joven Ganoes.
Desde este prólogo se nos quiere dejar claro que los dioses y divinidades son figuras reales que intervienen en los asuntos mundanos, seres que pueden interaccionar plenamente con el mundo mortal. Dassem Ultor ocupaba un alto puesto en el mando imperial, pero al mismo tiempo ha traicionado a un dios, lo que parece que ha sido la causa de su fallecimiento en un lejano continente. Son elementos que Erikson nos va dejando caer y que sirven para que empecemos a hacernos una idea de cómo funcionan las cosas en el mundo de Malaz. 


Mapa original de Malaz, dibujado por Steven Erikson.



La charla en las almenas de la fortaleza de Mock nos trae otros dos personajes que serán de importancia para la saga. El primero es apenas un breve cameo, una aparición de un personaje que será central más adelante en el Libro de los Caídos. Se nos dice que se trata de otro Abrasapuentes, del que nunca se menciona su nombre pero se nos describe como que “apenas tendría unos pocos años más que el propio Ganoes, que contaba doce años”, y que “llevaba colgado a la espalda un violín descuajeringado”. Evidentemente, este adolescente que lleva una armadura compuesta de una mezcla de multitud de accesorios extranjeros (lo que nos habla de un guerrero también veterano a pesar de su edad) no es otro que Violín. Lo veremos más a lo largo de Los jardines de la luna, e irá creciendo en importancia así que ya habrá más ocasiones de profundizar en él.

Lo que nos interesa es todo lo que nos transmite la conversación entre Whiskeyjack y el joven Abrasapuentes, junto con la intervención inesperada de Torva, todo lo cual es presenciado por Ganoes Paran. Los dos soldados discuten sobre el caos desatado en la ciudad por culpa de los hechiceros y reclutas novatos, y  entendemos que lo que ocurre en el arrabal del Ratón ha sido preparado por Torva, la líder de la Garra y regente en ausencia del emperador. Se nos dice que las brujas de la cera incumplen las nuevas leyes imperiales, leyes que han sido dictadas por Torva pero que Whiskeyjack está convencido que el emperador abolirá a su regreso. Estas leyes, por cierto, prohíben el uso de la magia no permitido, con lo que Torva quiere asegurarse de que solo el Imperio y sus fieles puedan tener acceso a su poder. Como veremos más adelante, esto es algo casi imposible de lograr en el mundo de Malaz.
La conversación en las almenas de Mock termina con Torva comunicándole a Whiskeyjack que los transportes de sus tropas pronto partirán, lo que parece ser muy del agrado de la gobernante. “No te echaremos en falta, comandante, ni a tus sediciosos e inquietos soldados”, lo despide con frialdad la regente imperial.

Con todo esto la novela se empeña en dejarnos bien claro desde el prólogo el choque de personalidades o de formas de pensar de Whiskeyjack con Torva/Laseen, un elemento que es de vital importancia a todo lo largo de Los jardines de la luna. Se establece muy pronto esa hostilidad y oposición entre ambos personajes, que se nos deja caer que tienen una larga historia compartida (“El emperador no es el único que se acuerda de cuando era poco más que una sirvienta en el casco antiguo”, le lanza Whiskeyjack), y cuyas posiciones divergentes en la cúpula del alto mando malazano en el que sabemos que será el año final del reinado de Kellanved augura cambios importantes para todos.
La descripción que se nos hace de Torva en toda esta escena también sirve para destacarnos elementos o características clave del que será un personaje vital en la saga, aunque muchas veces sea solo en segundo plano o en la distancia. Se nos dice que Torva es napaniana (algo que señala su piel de tono azulado), que tiene una voz “apremiante y fría”, el pelo muy corto (como los soldados) y que posee unas “facciones finas, poco dignas de ser recordadas”, vistiendo una sencilla túnica gris. Una mujer anodina en apariencia con un poder muy grande: llega acompañada de dos guardaespaldas que hacen que Ganoes recule de miedo porque son garras.
Entonces no se nos explica mucho más, pero parecen una fuerza temible porque en la narración se apunta que “Torva había creado la Garra y había logrado que su poder rivalizara con el del propio emperador”. Todo ello viene además destacado porque se nos recalca que la regente ha cambiado de nombre: ya no se hace llamar Torva (que nos describe su aspecto y personalidad), sino Laseen, que se nos explica que en napaniano significa Señor del Trono. Una forma muy poco sutil de señalar sus ambiciones, cuando se nos ha dejado caer que el emperador lleva tiempo ausente.

Así pues, resumiendo: gracias al prólogo conocemos a Ganoes Paran, que será un personaje central en Los jardines de la luna, pero también sirve de presentación de Whiskeyjack y Torva/Laseen. El choque entre estos dos últimos miembros del alto mando malazano es uno de los hilos conductores de la trama de la primera novela de la decalogía. Además se han mostrados otros secundarios, como es el caso de Violín (aunque no se nos dé su nombre) o se han mencionado de pasada a Dujek (que por este prólogo sabemos que sirve a las órdenes de Whiskeyjack). Todas ellas son piezas clave a tener en cuenta en lo que veremos a continuación.


UN ÚLTIMO APUNTE: La muerte de Dassem Ultor y la “ausencia del emperador” son dos elementos que quedan flotando en el aire en este prólogo. Son dos preguntas que no se responden nunca en esta novela, y para los que hay que recurrir a la saga paralela del Libro de los Caídos. Porque es en Malaz el Imperio de Ian C. Esslemont donde se nos explica mucho de lo que no nos cuenta este prólogo
En La noche de los cuchillos, su primera novela, está ambientada un año después de este prólogo (1155 del Sueño de Ascua) y tenemos mucha más información sobre la muerte de Dassem Ultor en Y´ghatan, sobre las razones de la ausencia del emperador Kellanved y sobre porqué Torva está ejerciendo como regente hasta que decide ocupar el trono como emperatriz. Una muestra más de que Malaz no es solo una saga de diez libros: como el propio Erikson dijo en la entrevista que pude hacerle para el número de este enero de la Revista Windumanoth la saga “son dieciséis libros porque también están las seis novelas de Cam [Esslemont]”. Afortunadamente para los que amamos Malaz, a partir de 2025 el sello Nova empieza a publicar Malaz el Imperio como os cuento por aquí.



COMPARTIR en

No hay comentarios:

Publicar un comentario