jueves, 17 de julio de 2025

Reseña: Genocidal Organ, de Project Itoh

SINOPSIS: En un futuro próximo, Clavis Shepherd, comando de un destacamento secreto del ejército de los Estados Unidos, recibe la misión de eliminar a un misterioso compatriota que ejerce como mandatario de cierto país extranjero. Por algún extraño motivo, el conflicto le sigue allá donde se instala y su llegada anuncia siempre un genocidio. Pero, ¿quién es este misterioso hombre? ¿Cómo provoca las matanzas? ¿Por qué lo hace? Clavis y sus compañeros perseguirán a este escurridizo personaje a lo largo de diversos países. La caza, además, no será fácil, ya que el capitán debe hacer frente a profundos problemas psicológicos.


RESEÑA: Existen lecturas que con unos pocos párrafos son capaces de dejar una marca a fuego en la mente del que cae en ellas. Por eso, cuando Project Itoh arranca su obra mostrándonos una masacre de niños en una guerra indeterminada, en una pesadilla horrible que acosa de formar reiterada a su protagonista, ya sabes que no va a haber concesiones. Quizá esta sea la primera advertencia de la obra que tenemos entre manos: no es una lectura agradable para el lector acomodado, que solo busca entretenimiento en un thriller de acción futurista. En sus páginas hay escenas y momentos terriblemente brutales, tan perturbadores como abominables, que impactan en el lector y que llevan a sus protagonista a hondas reflexiones. Más impactantes aún porque su autor no inventa nada, solo transmite el horror de los genocidios bélicos reales. 
En 2007 se publicaba en Japón este Genocidal Organ, novela con la que debutaba un desconocido Project Itoh. Con este seudónimo se escudaba el escritor Satoshi Ito, que muy pronto se convirtió en una de las estrellas ascendentes de la ciencia ficción nipona y que su temprana muerte en 2009 le ha valido el estatus de leyenda del género. Ahora, el sello Minotauro nos permite disfrutar en español una obra que nos mete en el corazón de los conflictos más brutales e inhumanos, en un thriller de operaciones especiales que ahonda en las consecuencias (físicas, emocionales y mentales) de la guerra para todos los que se ven atrapados en sus sangrientas fauces.
Mi trabajo consiste en violencia. Un trabajo que tiene que ver con la vida y la muerte de las personas, sobre todo con la muerte. Mi trabajo es dolor, gritos y vómitos”.
La novela de Itho nos lleva a un futuro muy próximo (incluso una realidad paralela a la nuestra) para contarnos la historia de Clavis Shepherd, miembro de un comando secreto de operaciones especiales de EE.UU. Sus misiones clandestinas los llevan a lugares en conflicto para solucionar de forma expeditiva cualquiera amenaza para su gobierno y la paz en el mundo. Son operaciones de precisión donde tienen que infiltrarse en territorio enemigo para capturar o ejecutar a todo tipo de personalidades poderosas, envueltas en crisis geopolíticas o conflictos armados. Una serie de misiones que pronto empezarán a girar en torno a un único y misterioso individuo que parece relacionado con los genocidios más brutales que están estallando en el mundo.
Project Itoh nos mete de cabeza en un thriller militar, una novela que gira en torno a la guerra, sus orígenes y consecuencias, los que las sufren y los que se benefician de ellas. Todo nos es narrado en primera persona por su protagonista central, que con una voz tremendamente descarnada y brutal, pero también incómodamente íntima y cercana, nos deja mirar todos los entresijos de su pasado y su vida actual. Lo acompañamos en sus incursiones en el campo de batalla, en sus peligrosos asaltos armados en zonas en conflicto y en las complejas decisiones sobre la vida y la muerte que hay que tomar en décimas de segundo para conseguir salir con éxito del matadero bélico. Unos actos que cargan a este soldado con multitud de dudas y culpas, con una carga emocional que le obliga a cavilar sobre su vida y el peso de sus elecciones para el mundo que lo rodea.
Como dijo una vez alguien, una muerte es una tragedia, pero un millón de muertes es no sé qué. Era muchísimo más sencillo presentar decenas de miles de muertes como un acto de justicia que no una sola. Como mínimo, hubo un tiempo en que esa clase de mundo existió”.
Por eso, constantemente lo vemos reflexionar sobre las consecuencias de sus actos y el sentido de lo que hacen. Y es que Genocidal Organ es una obra tremendamente introspectiva, que conjuga la acción bélica y las operaciones secretas de los comandos especiales con las reflexiones y monólogos internos de Shepherd. El protagonista carga con sentimientos enfrentados tanto en su vida personal como en su faceta profesional. La muerte de su madre y las muertes que va sembrando en el campo de batalla lastran su conciencia de sentimientos de culpa y arrepentimiento, por mucho que su adiestramiento militar y su condicionamiento mental trate de hacerlos desaparecer. Tenemos así un protagonista torturado, que cumple con eficiencia sus misiones, pero que cada paso que da le hace cuestionarse cada vez más su rol.
“El infierno está aquí dentro” dice uno de los personajes sobre la mente humana, un leitmotiv que el protagonista se repite constantemente para recordarse la carga que portan todos ellos como asesinos selectivos que van de guerra en guerra. Y es que, como ya decía al inicio, la obra muestra una visión descarnada, cruda y muy realista de lo terrible de los conflictos armados, de todas las aristas frías y sangrientas de la geopolítica mundial que desembocan en guerras brutales por el puro beneficio. El lector se encontrará con escenas tremendamente impactantes, con desoladoras visiones de la primera línea del genocidio, con masacres y atrocidades de todo tipo, mucho más contundentes porque seguimos viéndolas televisadas en dramas reales todos los días.


La novela no disfraza lo sucio, malsano y brutal de los conflictos armados, ni dulcifica una realidad que parece una cárcel sin barrotes alrededor de sus personajes. Y es que la ambientación de la obra nos presenta un futuro cercano o presente casi paralelo dominado por la vigilancia constante, donde los gobiernos controlan hasta las mínimas interacciones sociales bajo la excusa de la lucha contra el terrorismo. Porque estamos ante una novela deudora del horror del 11-S y todas sus terribles consecuencias globales, de esa psicosis mundial antiterrorista que sirvió a los gobiernos occidentales para aumentar sus medidas de vigilancia y desatar guerras a conveniencia. Con la excusa de la lucha contra los grupos terroristas, tenemos un mundo donde todo tipo de transacción, interacción o desplazamiento se vigila con miles de ojos, tanto humanos como tecnológicos. Un ambiente asfixiante que se acepta de buen grado porque es lo mejor para todos… teóricamente.
Pero sin duda el gran misterio y atractivo de la obra, el eje alrededor del que gira todo la trama, es la figura de John Paul. Un enigmático “turista de los genocidios”, un ciudadano norteamericano que va errando de país en país dejando a su paso un rastro de odio, destrucción y muerte. La novela se convierte en una caza de este individuo, una persecución alrededor del mundo, de América a África pasando por Europa, entre misiones militares encubiertas y el puro thriller de espionaje, en la que John Paul siempre parece llevarles la delantera. Un antagonista que siempre logra mantener un enigmático y fascinante halo alrededor de su esquiva personalidad y su habilidad para desencadenar genocidios allá por donde pasa.
Existen montañas de desgracias en el mundo de las que nadie informa […]. Tu mismo eres consciente, ¿no? ¿Sabes cuántas guerras civiles a cuál más trágica existen en el mundo sin que nadie les preste atención? Solo unas pocas despiertan interés. Las personas solo vemos lo que queremos ver”.
Tenemos así todo un esquivo Kurtz que nos acecha desde el corazón de las tinieblas, un individuo temible al que hay que detener para poner fin a su capacidad para esparcir la semilla del odio. Porque durante la cacería en la que Shepherd y sus compañeros lo va rastreando, ese parecer ser gran poder: se nos va dibujando una figura dotada de la capacidad de hacer surgir la discordia en las sociedades humanas, para arrojarlas de cabeza a la autodestrucción. No deja de impactarnos, como lectores actuales, esa anticipación de la temible retórica del odio, el poder de la palabra para inflamar las sociedades y arrojarlas al abismo. O más que anticipación, el gran ojo analítico de Project Itoh, que nos recuerda que todo genocidio armado empiezan siempre con el odio manifestado a través de los pensamientos y las palabras que se lanzan al aire.
Así que Genocidal Organ nos propone un thriller de acción bélica y de espías, en una sociedad ultra-tecnificada y bajo constante vigilancia, pero envuelto con una fascinante capa de reflexión sobre el uso de la violencia, el esparcimiento del odio, los límites de la libertad individual y social, o como la guerra se ha convertido en uno de los negocios más lucrativo del mundo moderno. Todo ello sin apartar la mirada de la crudeza y brutalidad de los conflictos, mostrando las terribles consecuencias para los que las sufren y ahondando en las heridas físicas, mentales y emocionales que los conflictos siembran.
Project Itoh es capaz de dotar así a su propuesta de un rico fondo sobre el que pensar. Genocidal Organ es una obra brutal, que nos impacta al introducirnos sin adornos ni disfraces en primera línea de combate para vivir los horrores de los campos de batalla a los que muchas veces no prestamos atención. Esos grandes conflictos que no despiertan interés informativo pero que convierten en pesadillas las vidas diarias de los que acaban atrapados en ellos. Y eso es lo más desgarrador de una obra que arranca como un thriller de operaciones secretas y espionaje gubernamental: que nos desnuda el frío rostro del horror permitido que es la guerra, convertida en un gran negocio global que alimenta industrias y beneficia a conglomerados, países e individuos. Y en medio de todo ello, un soldado, víctima y verdugo, que solo trata de lograr mantenerse humano y no perder la cordura en la pesadilla más terrorífica y real imaginable.
Hasta que recibiésemos la siguiente misión, volvería a esa vida mía tan parecida a un sueño. El sueño de la cotidianeidad, el sueño de la vida corriente. Un largo tiempo de espera hasta el próximo campo de batalla”.


VALORACIÓN


FICHA
Genocidal Organ
Project Itoh
Minotauro
Traducción de Daniel Aguilar
Tapa blanda con solapas, 320 páginas
17,95 euros

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