Hay ocasiones en que no queda más remedio que colaborar con aquellas personas que peor nos caen, o, si del mundo de Star Wars se trata, con nuestros peores enemigos. Este dilema es el corazón del último episodio de Rebels que lleva por título The Honorable Ones (Los honorables), y donde dos de los guerreros más irreconciliables de la galaxia han tenido que hacer causa común para sobrevivir... y eso les ha permitido descubrir que son más parecidos de lo que piensan.
El capítulo comienza con el Espíritu llegando a un planeta que todos conocemos bastante bien gracias a las precuelas de George Lucas: Geonosis. La inteligencia rebelde ha conseguido información de que los geonosianos (famosos por sus fábricas de armamento desde las Guerras Clon) están trabajando para el Imperio en un nuevo y secreto proyecto.
Y efectivamente, cuando nuestros héroes llegan al sistema descubren que hay en marcha algún tipo de construcción en la órbita de Geonosis. Sin embargo parece que en ese momento no hay nadie en las instalaciones; de hecho cuando Chopper escanea el planeta en busca de señales de vida descubren que está totalmente desierto.
Esta es una de las mayores incógnitas que nos deja el último episodio de Rebels. ¿Puede ser que el gigantesco proyecto secreto imperial esté relacionado con la construcción de alguna de las Estrellas de la Muerte? Siguiendo este razonamiento, el Emperador podría haber considerado 'oportuno' acabar con los diseñadores originales de su estación orbital. O puede que no tenga nada que ver, y que en próximos episodios averigüemos algo más sobre la misteriosa desaparición de los geonosianos.
En cualquier caso, cuando los rebeldes desembarcan en la instalación de Geonosis no tardan en descubrir que han caído en una trampa de su incansable perseguidor imperial: el Agente Kallus. Durante el combate con los stormtrooper, Zeb se separa de sus compañeros rebeldes y tiene que huir por su cuenta en una cápsula de escape... donde también se cuela Kallus.
Y efectivamente, cuando nuestros héroes llegan al sistema descubren que hay en marcha algún tipo de construcción en la órbita de Geonosis. Sin embargo parece que en ese momento no hay nadie en las instalaciones; de hecho cuando Chopper escanea el planeta en busca de señales de vida descubren que está totalmente desierto.
Esta es una de las mayores incógnitas que nos deja el último episodio de Rebels. ¿Puede ser que el gigantesco proyecto secreto imperial esté relacionado con la construcción de alguna de las Estrellas de la Muerte? Siguiendo este razonamiento, el Emperador podría haber considerado 'oportuno' acabar con los diseñadores originales de su estación orbital. O puede que no tenga nada que ver, y que en próximos episodios averigüemos algo más sobre la misteriosa desaparición de los geonosianos.
En cualquier caso, cuando los rebeldes desembarcan en la instalación de Geonosis no tardan en descubrir que han caído en una trampa de su incansable perseguidor imperial: el Agente Kallus. Durante el combate con los stormtrooper, Zeb se separa de sus compañeros rebeldes y tiene que huir por su cuenta en una cápsula de escape... donde también se cuela Kallus.
Para empeorar la situación la cápsula acaba estrellándose en una de las lunas de Geonosis, un mundo helado donde Zeb y Kallus quedan aislados a la espera de que los recaten. Además, el agente imperial ha quedado herido en una pierna lo que hace que Zeb no se atreva a matarlo en esas condiciones poco honorables. Y es que en el fondo los dos enemigos guían sus conductas por el honor.
Como ambos comprenden no los queda más remedio que ayudarse mutuamente, a pesar de los reparos que eso les causa. Esto nos permite conocer un poco mejor a uno de los personajes regulares de la serie desde la primera temporada y del que sabíamos bastante poco (salvo su papel como "perro de presa" del Imperio). Así comprobamos que es un oficial recto, que procura limitarse a cumplir sus órdenes sin preguntar más de la cuenta. También nos enteramos de que Kallus sufrió una emboscada de rebeldes en su primera misión, de la que fue el único superviviente y que vio como un lasat ejecutaba a sus compañeros heridos. El oficial imperial hasta acaba por reconocer que no está muy contento con la forma en que el Imperio trató a los compatriotas de Zeb, los lasat.
Mientras tanto Zeb ha logrado reparar el transpondedor para emitir una señal de auxilio, aunque no puede saber si acudirán en su rescate el Imperio o los rebeldes. Además tampoco disponen de mucho tiempo: si no mueren congelados serán devorados por las gigantescas criaturas que viven bajo el hielo de la luna. Tras comprender que no pueden rechazarlas con la única ayuda de sus blaster, se deciden por escalar hasta la superficie a través de una de las columnas de hielo que los rodea. Con un poco de malabarismos y mucha suerte ambos logran conseguirlo... y hasta Kallus ayuda a Zeb en el último momento.
Gracias a eso el Espíritu logra captar la señal de socorro a la mañana siguiente y rescata a Zeb. Kallus y él se separan de forma bastante amistosa, como dos soldados que solo comparten una cosa: el honor. No en vano hasta el mismo lasat reconoce que lo que pasó en su planeta para él ya es cosa del pasado, mientras que Kallus parece bastante pensativo sobre su relación con el Imperio. ¿Se replanteará sus lealtades el Agente?
Como ambos comprenden no los queda más remedio que ayudarse mutuamente, a pesar de los reparos que eso les causa. Esto nos permite conocer un poco mejor a uno de los personajes regulares de la serie desde la primera temporada y del que sabíamos bastante poco (salvo su papel como "perro de presa" del Imperio). Así comprobamos que es un oficial recto, que procura limitarse a cumplir sus órdenes sin preguntar más de la cuenta. También nos enteramos de que Kallus sufrió una emboscada de rebeldes en su primera misión, de la que fue el único superviviente y que vio como un lasat ejecutaba a sus compañeros heridos. El oficial imperial hasta acaba por reconocer que no está muy contento con la forma en que el Imperio trató a los compatriotas de Zeb, los lasat.
Mientras tanto Zeb ha logrado reparar el transpondedor para emitir una señal de auxilio, aunque no puede saber si acudirán en su rescate el Imperio o los rebeldes. Además tampoco disponen de mucho tiempo: si no mueren congelados serán devorados por las gigantescas criaturas que viven bajo el hielo de la luna. Tras comprender que no pueden rechazarlas con la única ayuda de sus blaster, se deciden por escalar hasta la superficie a través de una de las columnas de hielo que los rodea. Con un poco de malabarismos y mucha suerte ambos logran conseguirlo... y hasta Kallus ayuda a Zeb en el último momento.
Gracias a eso el Espíritu logra captar la señal de socorro a la mañana siguiente y rescata a Zeb. Kallus y él se separan de forma bastante amistosa, como dos soldados que solo comparten una cosa: el honor. No en vano hasta el mismo lasat reconoce que lo que pasó en su planeta para él ya es cosa del pasado, mientras que Kallus parece bastante pensativo sobre su relación con el Imperio. ¿Se replanteará sus lealtades el Agente?
¿Qué os ha parecido el 2x16?
No hay comentarios:
Publicar un comentario