Amistoso. |
-He pasado la mayor parte de mi vida en la cárcel.
-Donde, estoy por asegurarlo, predicaste la honestidad a los presidiarios más peligrosos de Styria, y con mayor efectividad que la conseguida por todos los magistrados del país. ¡Estoy seguro! -le dio una palmadita en el hombro.- La gente honrada es tan escasa que a veces se la confunde con los criminales, los rebeldes y los locos. ¿Cuál fue tu crimen, el ser diferente?
-La primera vez fue el robo, y por eso cumplí siete años. Y cuando volvieron a cogerme fue por ochenta y cuatro cargos, catorce de asesinato.
-¿Y eras culpable? -Cosca enarcaba una ceja.
-Sí.
Cosca siguió mirándole circunspecto durante un momento y dijo, como quitándole importancia:
-Nadie es perfecto. Dejémos atrás el pasado -dio un último capirotazo a la pluma y se encasquetó el sombrero en la cabeza con la inclinación chulesca que le gustaba.
Nicomo Cosca y Amistoso en La mejor venganza, de Joe Abercrombie.
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