-La
soledad es algo maravilloso, Cale, por dos motivos: primero, porque le
permite a un hombre estar consigo mismo; y segundo, porque le libra de
estar con los demás.
Cale asentía con la cabeza, con una
sinceridad solo posible en alguien que se ha pasado cada hora de su
vida, ya fuera de sueño o de vigilia, en compañía de cientos de chicos,
observando y espiando en todo momento.
-Ser sociable -prosiguió
IdrisPukke- es muy arriesgado, incluso fatal, porque supone estar en
contacto con personas, la mayor parte de las cuales son aburridas,
perversas o ignorantes, y solo lo buscan a uno porque no soportan su
propia compañía. La mayor parte se aburren a sí mismos y reciben a los
demás no como a verdaderos amigos, sino como una distracción, algo así
como un perro que baila o un tonto actor con su caudal de historias
divertidas.
IdrisPukke en La mano izquierda de Dios, de Paul Hoffman.
Me ha gustado mucho este fragmento del libro, estoy bastante de acuerdo aunque pienso que el ser humano siempre necesita a otra persona antes o después.
ResponderEliminarMe ha llamado mucho la atención el libro gracias a lo que has puesto.
¡Saludos!
¡Hola Sargow! Estoy de acuerdo contigo, pero de esta novela me encanta el individualismo y el pesimismo del personaje IdrisPukke y esta cita lo define muy bien. Una novela interesante, voy por la mitad y es de lo más entretenida.
ResponderEliminarGracias por comentar ;)