RESEÑA: No cabe duda de que el origen de la literatura fantástica se puede rastrear hasta el corazón de los mitos grecolatinos, con sus historias pobladas de héroes y dioses, y destinos trágicos. Tanto la
Ilíada o la
Odisea siguen resonando en la épica fantástica moderna, así que no es de extrañar que el canario
Víctor Conde haya vuelto su mirada a estas influencias literarias para construir su última novela fantástica:
La Orfíada.
Desde su mismo arranque Víctor Conde nos la presenta con un juego metaliterario, asegurando al lector que se encuentra ante la adaptación en prosa de una obra real, un poema épico creado por el aedo
Autólico de Sandria. Así pues a lo largo de la obra nos encontraremos diferentes notas a pie de página que nos aclaran las referencias del poema original, algunos elementos del 'legendarium' del Gran Reino o un
extenso apéndice que se puede consultar online para conocer mejor el transfondo histórico legendario de este mundo.
Como Homero o Virgilio antes que él, Autólico ha compuesto los 27 cantos de su obra para trasladarnos un trágica historia, heróica y oscura, protagonizada por el noble guerrero
Hesión y su amada, la sacerdotisa
Eithne. Todo ello transcurre en el
Gran Reino, un mundo que mezcla las culturas del mundo griego clásico con las de los pueblos de las grandes llanuras europeas, y que se encuentra enzarzado en un conflicto interminable con el todopoderoso Kan Magnus.
Sin duda lo que más llama la atención del lector es el estilo literario de la obra, con un
lenguaje elevado, cuidado y mimado al detalle, con cada palabra elegida con sumo esmero. Tampoco pasarán desapercibidos al lector los continuos guiños al estilo
homérico, con epítetos y formulas clásicas que retrotraen a la
Ilíada. Aunque es cierto que conforme avance la novela nos encontramos con otros tramos de la obra con donde el lenguaje descienda más a lo terrenal, durante la mayor parte de su extensión nos encontramos con una novela que apuesta por la épica más elevada y los destinos trágicos.
Aún así es interesante que Conde apueste por insertar en la trama
motivos más modernos o que es difícil encontrar en la épica clásica (como las tensiones raciales del Gran Reino, que acaban desembocando en un terrible
genocidio). Lo que no se aleja de la épica más clásica es el
destino trágico del héroe protagonista, que se verá arrastrado a realizar
actos horribles por un poder superior o que justificará todo en nombre de la
venganza.
El corazón de la novela se encuentra en el
enfrentamiento final entre el Gran Reino y los ejércitos del Kan Magnus que, más allá de las influencias homéricas de la aristía, se desarrolla
sin excesivas sorpresas para el lector habituada a la fantasía (de hecho, debo reconocer que la "gran batalla" final se me ha hecho un poco redundante al ser un calco poco disimulado del esquema del enfrentamiento en el Pelennor de J. R. R. Tolkien).
Eso sí, me ha gustado mucho más el desenlace por el que apuesta Víctor Conde para su héroe que, aunque un poco desconectado del estilo de la mayor parte de la obra, nos muestra una faceta mucho
más realista de las verdaderas consecuencias de toda guerra. En el podremos ser testigos de
la huella que la muerte y la destrucción dejan en todo soldado y guerrero, y la difícil búsqueda de una
redención alejado del campo de batalla. Dificil, pero no imposible.
La Orfíada es un viaje a la f
antasía épica de inspiración más clásica, sobre todo en su desarrollo estilísco, con
grandes héroes que se enfrentan a un
destino trágico. Al mismo tiempo nos muestra un reino lleno de debilidades humanas y conflictos muy terrenales, donde las envidias y miedos entre los diferentes bandos son la mayor amenaza. Todo ello es narrado con un
preciosismo y un
cuidado extremo por las palabras que convierte cada una de las luchas de la novela en aristías homéricas, y las pérdidas de los personajes en elegías trágicas. No en vano toda la historia nos llega
desde el punto de vista de un poeta, ese Autólico de Sandria que deja su pátina sobre cada personaje y suceso de
La Orfíada.