SINOPSIS: En el norte de Genabackis, tres guerreros
de una tribu salvaje descienden de las montañas para atacar las tierras del
sur. Para uno de esos guerreros, Karsa Orlong, ese día marca el comienzo de lo
que resultará ser un destino extraordinario.
Pasados los años, Tavore, la inexperta consejera de
la emperatriz Laseen, debe enfrentarse a la tarea de adiestrar a doce mil
soldados y convertirlos en una fuerza capaz de desafiar a las hordas de la
profetisa Sha’ik, que aguardan en el desierto sagrado de Raraku.
Pero la espera nunca es fácil. Los caudillos de la
profetisa están enzarzados en una lucha de poder que amenaza el alma de la
rebelión mientras que Sha’ik está obsesionado por la revelación de que su mayor
enemigo es su propia hermana.
RESEÑA: Steven Erikson continúa desplegando las
múltiples tramas de su Iliada particular y servidor se encuentra cada vez más
perdido. Y eso que si algo puede decirse de este cuarto libro de la saga de
Malaz el Libro de los Caídos es que estamos ante una obra más pausada, casi de
transición, donde Erikson aprovecha para recolocar muchas de las piezas y
personajes que hemos conocido durante los tres libros anteriores. No obstante
que el seguidor de Malaz no se ponga nervioso: en ningún momento el libro
pierde ritmo y volvemos a encontrarnos de nuevo con todo aquello que nos gusta
del mundo de Erikson: multitud de personajes con intenciones contrapuestas (o
simplemente desconocidas), poderes ancestrales que despiertan, batallas de
magia, batallas de las de toda la vida (golpes de espada y sangre a
borbotones), Abrasapuentes (los pocos que quedan), t´lann imass, dioses jugando
con mortales, seres poderosos atrapados por antiguos hechizos (esto último
tiene que explicármelo algún día Erikson ¿por qué cada vez que algún personaje
se tropieza con un ser atrapado desde hace siglos no se le ocurre otra cosa que
liberarlo? ¿En serio les parece buena idea? ¿¿En serio??)…
Y de nuevo Erikson vuelve a jugar con el lector a
su antojo. Empezamos el libro conociendo a un nuevo personaje que probablemente
sea una de las mejores creaciones del escritor canadiense: el salvaje Karsa
Orlong de la tribu de los teblor, una gigantesca mole que solo piensa en
saquear, matar, violar y conseguir trofeos de sus enemigos para cubrirse de
gloria. Dos compañeros de su tribu intentaran atemperar su genio sin mucho
éxito. La facilidad que tiene Karsa para destruir a sus enemigos es aterradora
y me recuerda a otro gran bárbaro, a Logen Nuevededos de Joe Abercrombie,
aunque desde luego Karsa Orlong carece del sentido del humor que atempera la
sordidez de la figura de Logen. Vamos que Karsa es un cafre en toda regla, que
no duda en arrasar con todo lo que encuentra por el camino… pero que sin
embargo será el personaje que más evolucione a lo largo del libro y que se gane
al lector desde el principio.
Además si estamos atentos nos habremos dado cuenta
de que la primera parte de la historia ocurre un par de años antes del inicio
de Los jardines de la luna, y que Karsa Orlong es un viejo conocido de Las
puertas de la Casa de la Muerte: el guerrero conocido como toblakai,
guardaespaldas personal de Sha’ik. Toda una sorpresa para mí, lo reconozco, que
tenía bastante olvidados algunos personajes secundarios de libros anteriores.
Esto me sirve para señalar algo muy importante
conforme se avanza en la saga: Malaz no es una lectura sencilla, con su
multitud de tramas entrecruzadas y decenas de personajes (muchos de ellos
apenas esbozados, un gran error de Erikson porque el lector acaba por confundir
a muchos de ellos debido al poco tiempo que dedica el autor a caracterizarlos).
Por lo tanto, es muy recomendable una relectura de los libro anteriores ya que
conviene tenerlos frescos para captar toda la trama y la multitud de
referencias que se dejan caer en frases que a primera vista parecen poco
importantes. Desde luego hay que reconocerle a Erikson que Malaz gana mucho con
una segunda lectura, algo que muchos libros del género no resisten bien.
Después de la historia de Karsa Orlong volvemos al
presente en el subcontinente de Siete Ciudades y asistimos al enfrentamiento
final entre las nuevas legiones reclutadas por el imperio al mando de la
consejera Tavore y los rebeldes seguidores del Apocalipsis y su profeta,
Sha’ik. Este cuarto libro, sin embargo, es mucho más tranquilo y carece de los
grandes momentos épicos que nos dejó la Cadena de Perros o la defensa de la
ciudad de Capustan y aunque existe un clímax final este es bastante más flojo
que el de libros anteriores.
Lo que no cambia es que de nuevo Erikson vuelve a
sorprendernos con revelaciones que oculta hasta el momento que considera
oportuno, por lo que más de alguno empezará a sentirse cansado de tanto deus ex
machina que le saca las castañas del fuego a los protagonistas cuando todo
parece perdido. Eso sí, Erikson logra que la explicación siempre se ajuste a
las normas que rigen su mundo, así que no nos queda más remedio que esbozar una
sonrisa condescendiente y seguir leyendo. Es su balón y se juega como él quiere.
Como ya he señalado antes al hablar de Karsa
Orlong, La Casa de Cadenas sigue añadiendo nuevos personajes a la ya larga
lista de los mismos y entre los que también merecen destacarse la pareja
formada por el t´lann imass Onrack y tiste edur Trull Sengar. La seriedad de
uno y el ingenio mordaz del otro dan lugar a conversaciones memorables, al
mismo tiempo que nos ayudarán a conocer un poco más a una nueva raza (otros
tiste más) que parece que tendrá mucho que decir en los libros por venir.
En definitiva, un libro con un ritmo más pausado y
con menos fuegos artificiales que los anteriores de la saga pero que aun así
deja un muy buen sabor de boca. Eso sí, Erikson mantiene bien guardados sus
secretos y todavía no sabemos muy bien cuáles son las intenciones de los contendientes
de esta batalla, la Casa de Cadenas y la de Sombras… y si son los únicos que la
juegan, cosa muy poco probable conociendo al canadiense. Esperemos que en
Mareas de medianoche sepamos más sobre lo que persigue cada bando en estas
épicas luchas de poder entre ascendientes y mortales.
Puedo leer este libro sin haber leido los anteriores? Me acaban de regalar este y no sé si empezarlo
ResponderEliminarEs la cuarta novela de la saga, así que no te lo recomendaría. La primera parte del libro funciona muy bien como "novela corta" independiente, pero el resto de La casa de cadenas es una continuación directa de los sucesos anteriores de la saga, así que te destripará mucho de lo que ha sucedido en los tres libros anteriores.
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