SINOPSIS: Tras el largo verano, el invierno se
acerca a los Siete Reinos. Lord Eddard Stark, señor de Invernalia, deja sus
dominios para unirse a la corte del rey Robert Baratheon el Usurpador, hombre
díscolo y otrora guerrero audaz cuyas mayores aficiones son comer, beber y
engendrar bastardos. Eddard Stark desempeñará el cargo de Mano del Rey e
intentará desentrañar una maraña de intrigas que pondrá en peligro su vida... y
la de los suyos. En un mundo cuyas estaciones duran décadas y en el que retazos
de una magia inmemorial y olvidada surgen en los rincones más sombríos y
maravillosos, la traición y la lealtad, la compasión y la sed de venganza, el
amor y el poder hacen del juego de tronos una poderosa trampa que atrapa en sus
fauces a los personajes... y al lector.
RESEÑA: ¿Qué decir del libro que vio la luz en 1996
y del que muchos dicen que está marcando el rumbo de la literatura fantastica
en el siglo XXI? Cuando George R. R. Martin empezó su saga titulada
genéricamente Canción de Hielo y Fuego muy pocos podían adivinar que se
convertiría en un éxito mundial, alargando su vida durante más de dos décadas y
a día de hoy todavía sin concluir (por desgracia para sus seguidores que
todavía tenemos que esperar dos libros más por escribir).
Debido al gran eco que han logrado los libros de Martin
gracias a la serie que la HBO estrenó en 2011 (aunque mucho antes la saga ya
contaba con una legión de seguidores en España, como prueba la magnífica página
Asshai.com), me parece innecesario dedicarle demasiadas palabras a la trama de
este primer libro. Imagino que la gran mayoría de lectores de este blog tiene
una idea clara de Canción de Hielo y Fuego.
George Martin nos traslada al mundo de Poniente con
un estilo altamente realista, muy alejado de la mayoría de mundos fantásticos
de espada y brujería que tanto abundan en este género literario. Sus personajes
son hombre y mujeres con miedos, deseos y pasiones demasiado cercanos a los
nuestros, personajes con los que nos identificamos fácilmente, personajes que (quizá
exceptuando los protagonistas principales de este primer tomo que son los
Stark) están llenos de luces y sombras por lo que difícilmente podemos dividirlos
en “buenos y malos”. En Juego de tronos nunca encontraremos orcos y elfos,
podríamos decir, solo personas que intentan defender sus intereses y los de sus
Casas, o simplemente sobrevivir en un mundo duro y violento.
Daenerys Targaryen. |
Como digo los indiscutibles protagonistas de este
primer libro son los Stark, la Casa que ha gobernado el Norte de Poniente desde
la noche de los tiempos. Antaño eran los Reyes en el Norte, ahora son una Casa
más de las sometidas al Trono de Hierro. Lord Eddard Stark, cabeza de esta
casa, puede ser el personajes más noble y justo de todos los que desfilan por
Canción de Hielo y Fuego (personalmente opino que Daenerys Targaryen es el
único personaje que se le puede acercar), y curiosamente es el primero en
morir.
George Martin, amante de la historia medieval
europea, sabe muy bien que raramente las personas honradas viven mucho tiempo
rodeadas de tipos despiadados en un mundo sin honor y por eso no duda en acabar
al final de Juego de tronos con el
principal punto de vista del lector en el mundo de Poniente. Sin embargo este
es seguramente uno de los mayores aciertos de la novela, una crisis o punto de
arranque para todos los sucesos que se van a desarrollar ante nosotros y que
nos muestra a las claras las cartas de Martin en la saga: en Poniente nadie
está a salvo. “Si cometes un error, si tomas una decisión equivocada, estás
muerto” nos grita Martin cuando decapita a Eddard Stark en el Gran Septo de
Baelor ante los ojos de sus hijas y de todos nosotros.
El otro gran protagonista de la novela no es un
personaje, sino un lugar: el Muro, esa gigantesca construcción de hielo que
separa los reinos de los hombres del terror que se está alzando en el lejano
Norte. La Guardia de la Noche, encargada de su defensa, es una sombra del glorioso
grupo de combatientes que fue antaño y aun así uno siente ganas de ser Jon
Nieve y unirse a ella en su lucha contra los Caminantes Blancos. El
entrenamiento de Nieve en la Guardia podría estar sacado de una novela
histórica sobre alguna orden militar de la Edad Media, a pesar de que sus
enemigos son unos seres míticos y sobrenaturales.
Y este es otro de los grandes aciertos de Martin:
la forma magistral con la que aparece la magia en esta saga. En Poniente no
existe la magia, pero en un pasado ya olvidado sí. Sin embargo poco a poco
empezamos a ver pequeños retazos del retorno de esta magia olvidada. Martin, al
igual que hizo Tolkien en su trilogía, administra en pequeñas dosis los hechos
sobrenaturales en Canción de Hielo y Fuego. Hechos como las profecías o el
retorno de los dragones, que el autor consigue insertar en una novela
fantástica tremendamente realista sin que nos llegue a rechinar.
Además George Martin logra convertir la estructura
de la novela a través de POV en su gran aliada, manejando como un profesional
la información que nos suministra y eligiendo dejarnos siempre en un punto en
el que queremos saber más… y no nos queda más remedio que seguir leyendo. No en
vano el “keep reading” es la respuesta favorita de Martin a las preguntas que
le hacen los seguidores de Canción de Hielo y Fuego.
Y los lectores, enganchados, le hacemos caso.
Desafío a cualquiera que lea las primeras cincuenta páginas de Juego de tronos
a que sea capaz de dejarlo. Sin duda serán pocos los que puedan controlarse,
porque después de ver a cierto personaje decir “Las cosas que hago por amor” desearemos
pasar página tras página para conocer el destino de Eddard, Tyrion, Daenerys,
Jon, Arya o Catelyn entre otros.
Desde luego los cuatro grandes pilares de esta
primera novela son Eddard, Tyrion, Daenerys y Jon. Sus aventuras a través de
Poniente y el continente de Essos, sus intereses enfrentados en las luchas de
poder de los Siete Reinos definen las distintas facetas del mundo imaginado por
George R. R. Martin. Tres de ellos (Eddard, Daenerys y Jon) quizás sean los más
arquetípicos de Martin, pero el cuarto es, sencillamente, el mejor
descubrimiento de la literatura fantástica de los últimos años.
Tyrion Lannister, el enano ingenioso y putañero, de
lengua afilada, vengativo, generoso e inteligente es el personajes favorito de
la mayoría de lectores de la saga que conozco. Casi todas sus frases son
memorables, y logra compensar la desventaja de su cuerpo enano y deformado con
un uso magistral de su inteligencia, el único arma que le han concedido los
dioses. Sería de justicia que todos los sufrimientos que soporta Tyrion a lo
largo de la saga fueran recompensados con el Trono de Hierro… pero lo veo poco
probable.
Después de casi mil palabras todavía me parece que
me he dejado multitud de cosas por decir. Apenas he mencionado el renacer de
Daenerys (tanto físico como mental en su viaje con la horda dothraki de Khal
Drogo), del bastardo Jon Nieve (un marginado unido al mayor grupo de marginados
de todo Poniente, la Guardia de la Noche) o de la valentía de los pequeños
Stark, Arya y Bran, enfrentando situaciones de las que a su tierna edad no
deberían saber nada. Pero evidentemente, Martin no tiene piedad con sus
personajes.
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