SINOPSIS: El Gran Dios Pan es la primera novela de Arthur Machen. Fue publicada en 1890 y revisada cuatro años después. Casi de inmediato, aunque no inesperadamente, Arthur Machen escaló el pequeño olimpo de los escritores de terror, aunque esta jornada no estuvo exenta de polémica. El Gran Dios Pan fue aborrecido, despreciado por los críticos, y finalmente denunciado como un libro brutal y repugnante debido a su estilo decadente y a la extraña sexualidad que se desprende de sus páginas. Naturalmente, el público no aceptó este adoctrinamiento crítico, y la novela continuó creciendo entre los lectores.
Arthur Machen era un enamorado de su tierra natal,
Gales, y de su rica historia en la que se mezclan los antiguos cultos barbaros,
la conquista romana y la Edad Media oscura y llena de secretos. Estos temas
aparecen en todos sus relatos y El Gran Dios Pan, en realidad una pequeña
novela compuesta de varios relatos interconectados, no es una excepción.
Machen recupera para nuestro tiempo el concepto de
la antigüedad clásica de “ver al dios Pan”, una habilidad que la humanidad ha
perdido con el paso del tiempo y que era una forma de levantar el velo que
separa las distintas realidades. En El Gran Dios Pan el doctor Raymond lleva a
cabo una operación en el cerebro de una paciente para lograr rasgar este velo y
que la mujer, Mary, logre ver lo que hay más allá. Lógicamente el experimento
no sale como el hombre de ciencia espera y eso da lugar a diversas situaciones
macabras que, si en un principio no parecen tener relación, descubriremos que
tienen el mismo origen siniestro.
Arthur Machen. |
Este es uno de los grandes aciertos de Machen: la
habilidad para formar una historia sin fisuras a través de hechos que parecen
inconexos en un principio y narrados por diversos protagonistas. No en vano es
un recurso que utilizó en varias de sus mejores obras (como Los tres impostores
o El terror) y del que logró un uso magistral. En El Gran Dios Pan los
distintos puntos de vista narrativos y el cambio de situación constante ayudan
a mejorar más esta diversidad de historias, haciendo que la trama avance con
rapidez y que el libro se lea en muy poco tiempo.
Asimismo Machen convierte el escenario de la
historia, el Londres de finales del siglo XIX, la capital del imperio británico
en su máximo esplendor, la ciudad de Sherlock Holmes y Jack el destripador, en
un lugar onírico y terrible a un mismo tiempo. Machen vivió durante mucho
tiempo en Londres y llegó a conocer la ciudad en profundidad, a pesar de que
siempre prefirió los campos verdes de su Gales natal, y logra sumergirnos en su
vida diaria, en sus pobladas calles y sus abarrotados bares, y en sus noches de
luces de gas. Los personajes de Machen, hombres flemáticos, cultos y prósperos
que gastan su tiempo recorriendo las calles londinenses son el contrapunto
perfecto a los extraños sucesos de los que son testigos. Son el reflejo del
Londres del siglo XIX en el que viven: un lugar donde la ley y el orden parecen
imperar en sus calles, y donde sin embargo lo extraño se cuela en ellas
procedente de un pasado lejano y atávico.
Ese contraste entre la civilización y lo salvaje
(aquello que habita dentro de todo ser humano que si nos llega a dominar nos
destruye, nos dice Machen) es la lucha de la protagonista de la novela, esa
Helen Vaughan misteriosa y oscura que va sembrando la muerte y la locura a su paso. Evidentemente, en El
Gran Dios Pan Machen nos advierte contra el peligro de acceder a unos
conocimientos arcanos, antiguos, que devuelven al ser humano a sus raíces más
bestiales y degradadas. Ese es el terror que el escritor inglés logró trasladar
al corazón del mundo civilizado con su gran prosa, y del que bebieron tantos
escritores posteriores como demuestra la alta estima en que lo tenía el maestro
de Providence, H. P. Lovecraft.
Me pareció bastante Interesante como todos los relatos a medida que avanzan van teniendo una conjetura y sentido (si se le puede llamar así), te mantiene leyéndolo sin parar. muy bueno.
ResponderEliminarMUY BUENO
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