Este fin de semana George R. R. Martin ha asistido a la Balticon, en Maryland, y aunque parecía que no iba a dejarnos ninguna lectura nueva finalmente el autor nos ha sorprendido a todos con un capítulo inédito de Vientos de invierno. Como es habitual en sus lecturas en convenciones con lectores no está permitida la grabación de las mismas así que solo disponemos de resúmenes del capítulo en cuestión, del que os dejo traducido el más extenso a continuación.
Antes de la lectura George Martin comentó al público que podían elegir entre tres posibles textos: las opciones eran dos capítulos de Vientos de invierno (o bien Mercy, que ya habíamos leído hace tiempo, o el capítulo de Aeron Pelomojado) o un capítulo de historia titulado Sons of the Dragon (Hijos del Dragón) centrado en los dos hijos de Aegon el Conquistador y que formará parte de Fire and Blood (la enciclopedia con la historia completa de la casa Targaryen, un proyecto futuro de Martin que pretende ser más extensa y detallada que la que leímos en El Mundo de Hielo y Fuego). El publico de la Balticon aclamó el nombre el nombre de Aeron Pelomojado y este fue el capítulo que finalmente leyó Martin.
[A partir de aquí, SPOILERS]
ACTUALIZACIÓN - Ya tenemos el nuevo capítulo completo gracias a la traducción de Oración para que GRRM no muera antes de terminar CDHYF, y podéis encontrarlo tras el resumen.
ACTUALIZACIÓN - Ya tenemos el nuevo capítulo completo gracias a la traducción de Oración para que GRRM no muera antes de terminar CDHYF, y podéis encontrarlo tras el resumen.
EL ABANDONADO
"Solo en el vientre de la bestia. La marea baja y fluye tan alto como sus genitales. Los pies en el agua hinchados, tan grandes como jamones". Los mudos han robado a Aeron sus ropas, lo golpearon y lo encadenaron. El agua salada perjudica sus heridas. Los dedos de los pies están muy hinchados y las ratas le muerden los pies.
"Hubo una mazmorra antes de eso, después un barco: el Silencio." Aeron fue trasladado desde un calabozo al Silencio, la mirada maliciosa de la Luna le recuerda a Euron.
Las cadenas son cortas y atan a Aeron a la pared. Sueña con "el chirrido de una bisagra oxidada". "La luz de la linterna es tan escasa que le hace daño en los ojos."
Describe la comida: hay gusanos en ella. Como de todos modos y se siente agradecido por ello. Entonces lo vomita todo El hombre que le trajo la comida era oscuro, sombrío, mudo (Euron le cortó la lengua).
A veces, Euron lo visitaba a bordo del Silencio, su barco. Lleva una copa de plata en la que vierte el vino. Vestía una camisa de escamas de hierro, una capa de seda roja, un parche rojo sobre el ojo, los labios azules. Euron navega hacia el sur para la conquista, el saqueo y en busca de los dragones. Aeron lo pregunta que quiere de él.
Euron dice: "Soy tu rey. Dejé a Erik Ironmaker a cargo en Pyke, le di la mano de Asha para sellar el trato. Tu estabas predicando en mi contra, así que te llevo conmigo".
Aeron es forzado a beber Color-del-Ocaso. No es como el vino, es espeso y viscoso, el sabor cambia con cada sorbo. Es el "Vino de los Brujos". Euron dice que "Hay más verdad en el que en todos los dioses de la tierra. Tu Dios te perdonará esta noche... algún dios, al menos."
En su sueño, escucha el crujido de la bisagra oxidada. Urrio estaba allí, tenía uno de los brazos negro y hediondo, lleno de gusanos. Aeron le pregunta: "¿Qué hay debajo del mar?"
"Los gusanos te esperan, Aeron". Y ya no es Urrio sino Euron sentado sobre un trono de calaveras negras. Hay enanos a su alrededor atendiéndole. La cara de Euron se desprende, y Aeron puede ver su ojo ensangrentado, negro como el ónix. Euron dice que la estrella sangrante revela el final.
Entonces sopla un cuerno y los dragones, los krakens, las esfinges y otras criaturas se inclinan ante él.
Euron dice "Mira y observa donde estoy sentado". El trono de cráneos ha sido reemplazado por el Trono de Hierro con todos los diferentes dioses empalados en él: los Siete colgados en torno a él, la Cabra Negra, el niño pálido Bakkalon, el dios de la mariposa, el dios rojo. Y el Dios Ahogado, con cangrejos y el agua de mar que gotea de su cabello.
Entonces hay un flashback, y se dice que la Asamblea de sucesión es lo último que Aeron podía recordar. La blasfemia de Euron traería la ira del Dios Ahogado. Dios lo había levantado, pero Dios lo haría caer. Los hombres que le habían alzado eran estúpidos y actuaban movidos por el oro. La gente común lo haría caer.
Después de la Asamblea Aeron entró en el mar, no quería otra compañía que la de Dios. Negras olas, espuma blanca, el agua helada rompiendo sobre su cabeza. Se podía oír el crujido de los grandes barcos.
Escucha a sus dios llamándolo a la batalla. Escucha al Dios Ahogado diciendo que Euron no puede ser rey, el rey tiene que se... [larga pausa] No lo dice. Aeron piensa que Victarion debería haberse casado con Asha y unir sus fuerzas para ganar. Asha siempre fue la favorita de Aeron: "tenía el corazón de un rey, pero la maldición de tener el cuerpo de una mujer". Victarion y Asha deberían haberse casado. "Solían tener un Rey de la Sal y un Rey de la Roca, y podrían tenerlo de nuevo".
A continuación, los mudos vinieron, lo noquearon y se lo llevaron. Luego fue encarcelado. Rezó, pensando que Dios lo está probando. Un mudo le llevaba comida, etc...
Esto le hace recordar otro cautiverio. Aeron ve a un mujer y le ruega que lo libere. Ella se niega pero le lleva comida.
Luego vemos a Aeron cautivo en Escudo de Roble, en las Islas Escudo. Falia Flores, hija bastarda de Lord Humfrey Hewett de Escudo de Roble, le dice que será esposa de sal de Euron y que se convertirán en parientes. Se acaricia el vientre mientras dice: "Voy a darle tantos hijos." Aeron le dice que huya, que Euron la matará. Le pide que le lleve un mensaje suyo a Victarion para que vaya a rescatarle pero Falia le hace saber que Victarion está navegando en busca de Daenerys. "Será la esposa de roca de Euron y seremos como hermanas".
Aeron desespera con Victarion a medio mundo de distancia, y reza pidiendo la muerte.
Más tarde Aeron es arrastrado hasta el Silencio, donde lo llevan hasta Euron que tiene una daga en la mano.
Euron le dice: "Dios te ha abandonado. Te enseñé a rezar cuando éramos niños y quería visitar tu dormitorio. Rézame a mi para que ponga fin a tu vida".
Aeron lo maldice como asesino de su sangre. Entonces Euron admite haber matado a sus hermanos: Harlon, que tenía psoriagrís, y Robin que era su medio hermano. Aeron se sorprende de que Harlon fuera asesinado. No se podía mover por la psoriagrís, que lo tenía siempre boca arriba. Euron simplemente le tapó la nariz y le miró a los ojos mientras la vida le abandonaba. "Si los dioses no me maldijeron por matar a esos hermanos, no me van a maldecir por matarte a ti." También admite haber matado a Balon, pero dice que no fue su mano.
Cuando devuelven a Aeron al cautiverio lo dejan con sacerdotes de otras religiones: de las tierras verdes, sacerdote de R'hllor (hombre con la cara y los brazos quemados), brujos (uno sin piernas que grita constantemente "Pree"). Aeron piensa que "pree" es el nombre del demonio al que adoraba. Aeron se pregunta por qué Euron colecciona sacerdotes.
Cuando Aeron ve Euron de nuevo sus labios son tan azules que son casi negro. Lleva una corona de hierro en lugar de madera de deriva, y esta cubierta de dientes de tiburón. Le dice que regaló las Islas Escudo. Llama tontos a los nuevos señores. "Yo seré recordado por la gloria de tomarlas. Si ellos las pierden, la pérdida será de los que tomaron los dones con tanta ansiedad."
Euron obliga a Aeron a beber más Color-del-Ocaso. Sueña. Ve barcoluengos ardiendo. Euron en el Trono de Hierro, se transforma en una figura similar a un kraken, con tentáculos. Está acompañado de una alta y terrible mujer, sombría, con manos de fuego blanco. Hombres y mujeres enanos desnudos corren, copulan y luchan a su alrededor. Euron y la mujer ríen.
A continuación arrastran a Aeron escaleras arriba.
Es arrastrado por una galería de antorchas con una gran cantidad de cadáveres colgando en ellas. Sus captores están bebiendo: Rogen Barbasal, el Remero Rojo, Lucas Codd el Izquierdo.
Después de la Asamblea Aeron entró en el mar, no quería otra compañía que la de Dios. Negras olas, espuma blanca, el agua helada rompiendo sobre su cabeza. Se podía oír el crujido de los grandes barcos.
Escucha a sus dios llamándolo a la batalla. Escucha al Dios Ahogado diciendo que Euron no puede ser rey, el rey tiene que se... [larga pausa] No lo dice. Aeron piensa que Victarion debería haberse casado con Asha y unir sus fuerzas para ganar. Asha siempre fue la favorita de Aeron: "tenía el corazón de un rey, pero la maldición de tener el cuerpo de una mujer". Victarion y Asha deberían haberse casado. "Solían tener un Rey de la Sal y un Rey de la Roca, y podrían tenerlo de nuevo".
A continuación, los mudos vinieron, lo noquearon y se lo llevaron. Luego fue encarcelado. Rezó, pensando que Dios lo está probando. Un mudo le llevaba comida, etc...
Esto le hace recordar otro cautiverio. Aeron ve a un mujer y le ruega que lo libere. Ella se niega pero le lleva comida.
Luego vemos a Aeron cautivo en Escudo de Roble, en las Islas Escudo. Falia Flores, hija bastarda de Lord Humfrey Hewett de Escudo de Roble, le dice que será esposa de sal de Euron y que se convertirán en parientes. Se acaricia el vientre mientras dice: "Voy a darle tantos hijos." Aeron le dice que huya, que Euron la matará. Le pide que le lleve un mensaje suyo a Victarion para que vaya a rescatarle pero Falia le hace saber que Victarion está navegando en busca de Daenerys. "Será la esposa de roca de Euron y seremos como hermanas".
Aeron desespera con Victarion a medio mundo de distancia, y reza pidiendo la muerte.
Más tarde Aeron es arrastrado hasta el Silencio, donde lo llevan hasta Euron que tiene una daga en la mano.
Euron le dice: "Dios te ha abandonado. Te enseñé a rezar cuando éramos niños y quería visitar tu dormitorio. Rézame a mi para que ponga fin a tu vida".
Aeron lo maldice como asesino de su sangre. Entonces Euron admite haber matado a sus hermanos: Harlon, que tenía psoriagrís, y Robin que era su medio hermano. Aeron se sorprende de que Harlon fuera asesinado. No se podía mover por la psoriagrís, que lo tenía siempre boca arriba. Euron simplemente le tapó la nariz y le miró a los ojos mientras la vida le abandonaba. "Si los dioses no me maldijeron por matar a esos hermanos, no me van a maldecir por matarte a ti." También admite haber matado a Balon, pero dice que no fue su mano.
Cuando devuelven a Aeron al cautiverio lo dejan con sacerdotes de otras religiones: de las tierras verdes, sacerdote de R'hllor (hombre con la cara y los brazos quemados), brujos (uno sin piernas que grita constantemente "Pree"). Aeron piensa que "pree" es el nombre del demonio al que adoraba. Aeron se pregunta por qué Euron colecciona sacerdotes.
Cuando Aeron ve Euron de nuevo sus labios son tan azules que son casi negro. Lleva una corona de hierro en lugar de madera de deriva, y esta cubierta de dientes de tiburón. Le dice que regaló las Islas Escudo. Llama tontos a los nuevos señores. "Yo seré recordado por la gloria de tomarlas. Si ellos las pierden, la pérdida será de los que tomaron los dones con tanta ansiedad."
Euron obliga a Aeron a beber más Color-del-Ocaso. Sueña. Ve barcoluengos ardiendo. Euron en el Trono de Hierro, se transforma en una figura similar a un kraken, con tentáculos. Está acompañado de una alta y terrible mujer, sombría, con manos de fuego blanco. Hombres y mujeres enanos desnudos corren, copulan y luchan a su alrededor. Euron y la mujer ríen.
A continuación arrastran a Aeron escaleras arriba.
Es arrastrado por una galería de antorchas con una gran cantidad de cadáveres colgando en ellas. Sus captores están bebiendo: Rogen Barbasal, el Remero Rojo, Lucas Codd el Izquierdo.
Los cadáveres pertenecen a la gente del Rejo.
La flota Redwyne se está acercando al Rejo, donde se encuentra la tripulación de Euron. Leyton Hightower está tratando de coger a la flota Greyjoy por detrás Los hombres bromean sobre que Aeron, segun dicen, parecer saber lo que se siente al ser cogido por detrás.
Aeron escucha una voz conocida que dice que se den prisa porque Euron está impaciente. Euron aparece vestido con una armadura de escamas negras, ribeteada de rojo-dorado. La armadura tiene runas y glifos en el acero y Aeron comprende que la armadura es de acero valyrio. Euron es el único que posee una armadura de acero valyrio, algo que no se ha visto desde la Maldición, hace 400 años. Incluso entonces habría costado un reino.
Aeron se recuerda que Euron ha estado en Valyria. "No es de extrañar que esté loco".
Euron ata a los sacerdotes a las proas de sus barcos. Cuando sacan a Aeron ve el estandarte de los Goodbrother, los Wynch y el nuevo estandarte de Euron (un ojo rojo con la pupila negra, bajo una corona de hierro sostenida por dos cuervos). Aeron es atado en la proa del Silencio. A medida que navegan lejos, ve tras ellos el castillo ardiendo.
En el mar, Euron dice que tiene un regalo y dos de sus bastardos sacan a una mujer embarazada y llorando. Es Falya Flores. No tiene la lengua La atan al otro lado de la proa.
Última frase del capítulo de Aeron: "Se lamió los labios y saboreó la sal."
La flota Redwyne se está acercando al Rejo, donde se encuentra la tripulación de Euron. Leyton Hightower está tratando de coger a la flota Greyjoy por detrás Los hombres bromean sobre que Aeron, segun dicen, parecer saber lo que se siente al ser cogido por detrás.
Aeron escucha una voz conocida que dice que se den prisa porque Euron está impaciente. Euron aparece vestido con una armadura de escamas negras, ribeteada de rojo-dorado. La armadura tiene runas y glifos en el acero y Aeron comprende que la armadura es de acero valyrio. Euron es el único que posee una armadura de acero valyrio, algo que no se ha visto desde la Maldición, hace 400 años. Incluso entonces habría costado un reino.
Aeron se recuerda que Euron ha estado en Valyria. "No es de extrañar que esté loco".
Euron ata a los sacerdotes a las proas de sus barcos. Cuando sacan a Aeron ve el estandarte de los Goodbrother, los Wynch y el nuevo estandarte de Euron (un ojo rojo con la pupila negra, bajo una corona de hierro sostenida por dos cuervos). Aeron es atado en la proa del Silencio. A medida que navegan lejos, ve tras ellos el castillo ardiendo.
En el mar, Euron dice que tiene un regalo y dos de sus bastardos sacan a una mujer embarazada y llorando. Es Falya Flores. No tiene la lengua La atan al otro lado de la proa.
Última frase del capítulo de Aeron: "Se lamió los labios y saboreó la sal."
Fuente
ACTUALIZACIÓN - Gracias a Oración para que GRRM no muera..., que están traduciendo una versión completa del capítulo, podemos disfrutar del nuevo fragmento de Vientos de invierno, mucho más claro y fiel a la lectura que hizo Martin ayer.
EL ABANDONADO
Siempre era medianoche en el vientre de la bestia. Los mudos le habían despojado de su túnica y manto. Llevaba el pelo, las cadenas y costras. El agua salada que traía la marea cubría sus piernas hasta tocar sus genitales, solo para retroceder nuevamente cuando la marea volvía a bajar. Sus pies parecían una cosa sin forma, suave y esponjosa del tamaño de jamones. Sabía que se encontraba en una mazmorra, pero no sabía desde hacía cuanto. Ya lo habían llevado a otra mazmorra antes de esta, y durante el viaje entre mazmorras estaba la nave, El Silencio. La noche que le habían llevado a su nueva prisión había visto la luna flotando en un mar de vino negro, con una cara lasciva que le recordaba a Euron. Las ratas que nadaban a través del agua le mordían los pies mientras dormía e intentaba alejarlas a gritos. Su barba y su cabello estaban poblados por piojos y gusanos, podía sentir cómo se movía y lo picaban, causándole una comezón intolerable y sus cadenas eran tan cortas que no podía llegar para rascarse. Las cadenas que lo sujetaban de los tobillos y las muñecas eran viejas y oxidadas, y cuando el agua salada se filtraba entre las heridas, el dolor lo dejaba jadeando durante varios minutos...Cuando dormía, la oscuridad aparecía, lo engullía mientras el mismo sueño volvía a aparecer una y otra vez, Urri y el sonido de una bisagra oxidada. La única luz en su mundo provenía de las antorchas que traían sus visitantes, y eran tan poco frecuentes que cada vez que aparecían, la luz lastimaba sus ojos. Un hombre sin nombre y con cara avinagrada le traía la comida. Un trozo de carne tan duro como una teja, pan lleno de grumos y pescado casi crudo y podrido. Y Aeron Pelomojado engullía cada comida con ansias, mientras esperaba que la siguiente comida no lo hiciera vomitar. El hombre que le llevaba la comida era de piel oscura, con gesto adusto y mudo, Aeron no dudaba de que no tuviese lengua, esos eran los modos de Euron. La luz desaparecería cuando el mudo lo hiciera, y su mundo se volvería oscuro una vez más, con el olor a moho y heces inundandolo todo.
A veces Euron lo visitaba, en esos momentos Aeron despertaba de sus sueños y lo encontraba a él, parado frente a su cara, con la antorcha en la mano, incluso una vez colgó una linterna de un poste mientras servía copas de vino para ambos.
-Bebe conmigo, hermano-, dijo.
Esa noche llevaba una camisa de placas de hierro y un manto de seda de color rojo sangre. El parche del ojo era de cuero rojo, con los labios azules.
-¿Por qué estoy aquí?-, Aeron le gritó. Sus labios crujían llenos de costras, con voz dura. -¿Dónde vamos a navegar?-.
-Al Sur. Para Conquistar. Saquear. Dragones. Hombres.-
-Mi lugar está en las islas.-
-Tu lugar es donde yo quiera. Soy tu rey-.
-¿Qué quieres de mí?--¿Qué me puedes ofrecer que no haya tenido ya antes?- Sonrió Euron. -Dejé las islas en las manos del viejo Erik Ironmaker y sellé su lealtad con la mano de nuestra dulce Asha. No te quiero predicando en contra de mi reinado en las Islas, por lo que he decidido llevarte conmigo-.
- Libérame, el Dios lo ordena-.
- Bebe conmigo. El Rey lo ordena-.
Euron agarró un mechón del pelo negro enredado del sacerdote, tiró su cabeza hacia atrás, y le puso su copa de vino a los labios, pero lo que entró en su boca no era vino. Era espeso y viscoso, con un sabor que parecía cambiar con cada trago. Ahora amargo, ahora agrio, ahora dulce. Cuando Aeron trató de escupirlo, su hermano apretó más fuerte y le hizo tragar más por la fuerza.
-Eso es todo, sacerdote. Bébetelo todo. El vino de los brujos. Más dulce que tu agua de mar, y con más verdad en él que en todos los dioses de la tierra-.
-Os maldigo-, dijo Aeron cuando la copa estaba vacío. El líquido goteaba por su barbilla y en su larga barba negra.
-Si tuviera la lengua de todos los hombres que me maldijeron, me podría hacer un abrigo con ellas-. Aeron carraspeó y escupió. El escupo acertó en la mejilla de su hermano y se quedó colgando allí azul-negro, reluciente. Euron se lo sacó de la cara con un dedo, luego se lo lamió hasta dejarlo limpio.
-Tu dios te perdonará esta noche. Algún dios, al menos-.
Y entonces Pelomojado dormía, colgando de sus cadenas. Oyó el chirrido de una bisagra oxidada.
-Urri-, clamó.
Pero allí no había bisagra, ni puerta, ni Urri. Su hermano Urrigon llevaba mucho tiempo muerto, sin embargo, allí estaba él. Uno de los brazos estaba negro e hinchado por el agua, apestaba a podrido y estaba lleno de gusanos, pero seguía siendo Urri, seguía siendo un niño, no mucho más viejo que cuando murió.
-¿Sabes lo que te espera debajo del mar, hermano?
-El Dios Ahogado- dijo Aeron, -En sus estancias acuosas-
Urri negó con su cabeza -Gusanos, te esperan gusanos, Aeron-.
Su rostro podrido cayó al suelo cuando rió, y pudo ver que el sacerdote no era Urri, sino el ojo sonriente de Euron, oculto. Y le mostró el ojo sangrante al mundo, oscuro y terrible, la vestimenta que llevaba era oscura como el onix. Se sentaba en un trono de calaveras ennegrecidas mientras varios enanos bailaban a su alrededor, y un bosque ardía detrás de él.
-La estrella sangrante señalaba el final- le dijo a Aeron. -Estos serán los últimos días, cuando el mundo se quebrará y será formado de nuevo mientras un nuevo Dios surge de las tumbas y las fosas comunes-.
Entonces Euron se llevó un gran cuerno a sus labios y sopló, y dragones, krakens y esfinges acudieron a su llamada y se arrodillaron ante él.
-Arrodíllate, hermano- ordenó Ojo de Cuervo. -Yo soy tu Rey, yo soy tu Dios. Adórame y te alzaré como uno de mis sacerdotes-.
-Nunca. Ningún hombre sin dios se sentará en el Trono de Piedramar-.
-¿Por qué querría un asiento de roca dura y negra?, mira de nuevo, hermano, y observa donde estoy sentado-.
Y Aeron miró; La montaña de cráneos había desaparecido, ahora era metal el que yacía bajo el Ojo de Cuervo. Un asiento alto, grande, lleno de espadas rotas y puntas filosas que chorreaban sangre, y empalados en las espadas estaban los cuerpos de los dioses. La Doncella estaba allí, y el Padre y la Madre, y el Guerrero, la Vieja y el Herrero, incluso el Desconocido, todos colgaban al lado de otros dioses, dioses desconocidos, El Gran Pastor y la Cabra Negra, el Dios de las Tres Cabezas y el Niño Pálido Bakkalon, el Señor de la Luz, y el Dios Mariposa de la Isla de Naath, y por último, con el cuerpo hinchado y siendo comido por cangrejos, el Dios Ahogado junto con el Caballo Rojo, ambos con la sangre goteando de sus cuerpos.
Entonces Euron Ojo de Cuervo se rió de nuevo y el sacerdote se despertó gritando en las entrañas del Silencio mientras la orina corría por su pierna.
Fue sólo un sueño, una visión, provocado por un vino negro rancio.La asamblea de Sucesión era lo último que recordaba claramente Pelomojado. Como los capitanes levantaron a Euron sobre sus hombros para llevarlo como su rey, el sacerdote se había escapado para buscar a su hermano Victarion.
-Las blasfemias de Euron harán descender de llenó la ira del Dios Ahogado sobre todos nosotros-, advirtió.
Pero Victarion insistió tercamente que si lo dioses habían encumbrado a su hermano, los dioses lo desencumbrarían.
Él no va a actuar, el sacerdote se había dado cuenta entonces. Debo ser yo.
La Asamblea había elegido a Euron Ojo de Cuervo, pero La Asamblea estaba formada por hombres, y los hombres eran cosas débiles y tontas, fácilmente influenciables por el oro y las mentiras.
-Les convoqué aquí, en los Huesos de Nagga, en la Sala del Rey Gris, les convoqué a todos aquí para elegir un rey justo, pero en su locura alcohólica han pecado-.Sería cosa suya deshacer lo que habían hecho.
-Los capitanes y los reyes encumbraron a Euron, pero el pueblo le deberá derribar-, le prometió a Victarion. -Voy a ir a Gran Wyk, a Harlaw, Oakmont, al mismo Pyke. En cada ciudad y pueblo serán oídas mis palabras. Ningún hombre sin Dios se sentará en el Trono de Piedramar-.
Luego de huir de su hermano, buscó consuelo en el mar. Alguno de sus Hombres Ahogados quisieron seguirle, pero Aeron los despidió con palabras cortantes, no quería más compañía que la de su Dios. En la costa, cerca de donde los barcos habían encallado en la arena pedregosa, encontró una roca semi enterrada que surgía entre la espuma. El agua era tan fría como el hielo, sin embargo Aeron no retrocedió ante las caricias de su dios. Las olas chocaban contra su pecho una y otra vez, haciéndolo tambalear pero Aeron no desistió, adentrándose cada vez más y más, hasta que el agua cubrió su cabeza. El sabor del agua salada era más dulce que el vino, pero mientras se alejaba, sintió que una canción de celebración llegaba desde la playa. Escuchó el crujido leve de los botes que abandonaban la costa, escuchó el lamento del viento en sus velas y escuchó el el martillo de los dioses llamándolo a la batalla.
Y allí y entonces el Dios Ahogado le había llamado una vez más, su voz brotando de las profundidades del mar, -Aeron, mi fiel y buen siervo, debes decirle a los hijos del hierro que Ojo de Cuervo no es un verdadero rey. Que el Trono de Piedramar por derechos pertenece a ... a ... a …
-Victarion no. Victarion se había ofrecido a los capitanes y lo habían despreciado. Asha tampoco. En su corazón, Aeron siempre la había amado más de entre de todos los niños de su hermano Balon. El Dios Ahogado la había bendecido con el espíritu de un guerrero, pero él le había maldecido con el cuerpo de una mujer, también. Ninguna mujer había gobernado nunca en las Islas del Hierro. Nunca se tendría que haber postulado, debería haber apoyado a Victarion, juntando su fuerza a la de él.
No era demasiado tarde, Aeron decidió mientras se marchitaba en el mar. Si Victarion tomara a Asha por su esposa, aún podrían gobernar juntos, rey y la reina. En la antigüedad, cada isla tenía su rey de sal y su rey roca. Tenían que volver a las antiguas costumbres.
Aeron Pelomojado se esforzó por llegar de nuevo a la orilla lleno de una resolución feroz. Derrocaría a Euron, no con la espada o el hacha, pero con el poder de su fe. Braceando ligeramente a través de las piedras con el pelo negro y húmedo pegado en las mejillas, se lo apartó de sus ojos, y entonces fue cuando se lo llevaron. Los mudos que lo habían estado observando, esperando por él, acechando por la playa y la espuma. Una mano se cerró fuerte contra su boca, y algo duro crujió contra la parte posterior de su cráneo.
La siguiente vez que abrió los ojos, Pelomojado se encontró encadenado en la oscuridad. Luego vino la fiebre, y el sabor de la sangre en la boca mientras se retorcía en las cadenas dentro de las entrañas del Silencio. Un hombre más débil lloraría, pero Aeron Pelomojado rezó. Al despertar, durmiendo, incluso en sus sueños febriles rezaba. Mi dios me pone a prueba. Debo ser fuerte. Debo ser fiel.
En una ocasión, en una mazmorra anterior, una mujer le llevó su comida en lugar de uno de los mudos de Euron. Una chica joven, rolliza y bonita. Vestía como una dama sureña. A la luz de la linterna, era lo más hermoso Aeron había visto nunca.
-Mujer- dijo, -Soy un hombre de Dios, te lo ordeno, libérame-
-Oh, no podría hacer eso- dijo la mujer, -Pero tengo comida para ti. Gachas de avena y miel -.
La mujer se sentó a su lado en un taburete y comenzó a darle de comer con una cuchara. -¿Qué es este lugar?- preguntó Aeron entre cucharadas. -Mi señor padre es el Señor de Escudo de Roble-. Las Islas Escudo, mil leguas lejos de casa. -¿Y tu quien eres, niña?-
-Falia Flores-
-¿Eres su hija natural?-
-Soy la esposa de sal de Euron, tu y yo somos familia-.
Aeron Pelomojado la miró directamente a los ojos mientras humedecía sus labios cubiertos por una costra salada.
-Mujer- sus cadenas tintineaban cuando se movía -Huye, él te hará daño, te matará- .
Ella rió -Tonto, no lo hará, soy su amor, su Dama. Él me regala cosas, muchas cosas, sedas, pieles y joyas. Trapos y rocas, como él lo llama-.
-Para Ojo de Cuervo esas cosas no tienen ningún valor-
Esa era una de las cosas que hacía que los hombres sirvieran a Euron. La mayoría de los capitanes se quedaban con la mayor parte del botín, pero él no se quedaba con casi nada para sí mismo.
-Me da cualquier vestido que desee- cacareaba la chica alegremente, -Mis hermanas solían obligarme a servirles en la mesa, pero Euron ahora las obliga a servirme a mí, desnudas. ¿Por qué haría eso si no es porque me ama?-
Ella puso su mano sobre su vientre y se alisó la tela de su vestido.
-Voy a darle hijos, muchos hijos-
-Él ya tiene hijos. Pero él me dijo que son todos mestizos y bastardos-.
-Mis hijos estarán por delante de ellos, lo ha jurado delante de su propio Dios Ahogado-
Aeron lloró por ella. Lagrimas de sangre, pensó.
-Debes llevarle un mensaje a mi hermano, no a Euron sino a Victarion, Lord Capitán de la Flota de Hierro, ¿Entiendes lo que quiero decir?- Falia se apartó de él.
-Si- dijo ella, -Pero no podría darle ningún mensaje, se ha marchado-.
Se ha ido. Esa era la mas cruel de todas las palabras, -¿A donde se ha ido?
-Al Este-, dijo ella. -Se fue con todas sus naves para traer a los dragones a Poniente. Voy a ser la esposa de sal Euron, pero mi amor debe tener una esposa roca, también, una reina para gobernar Poniente a su lado. Dicen que es la mujer más bella del mundo, y tiene dragones. Y seríamos como hermanas-.
Aeron Pelomojado casi no la escuchó. Victarion se había ido, a medio mundo de distancia, o muerto. Sin duda, el Dios Ahogado le estaba poniendo a prueba. Esta fue una lección para él. No debía tener confianza ciega en los hombres -Solo mi fe puede salvarme ahora-.
Esa noche, cuando la marea llegó nuevamente a su prisión, rezó durante toda la noche para que subiera lo suficiente para acabar con su tormento. He sido tu siervo fiel y leal, rezaba, moviendo sus cadenas. Ahora arrebÁtame de las manos de mi hermano y llévame debajo de las olas para estar sentado a su lado.
Pero no llegó ningún rescate, solo un par de mudos que lo arrastraron a un asiento de piedra frío y duro, donde el Silencio flotaba en un frío y negro mar. Unos días después, cuando los potros que llevaban en el barco se precipitaron por la borda, Ojo de Cuervo bajó nuevamente con la linterna en la mano, pero esta vez llevaba una daga.
-¿Todavía rezas, Sacerdote?, tu Dios te ha abandonado-.
-Te equivocas-
-Fui yo quien te enseñó cómo rezar, hermanito, ¿lo has olvidado?. Acostumbraba a visitar tu dormitorio por la noche cuando había bebido demasiado. Compartías una habitación con Urrigon en lo alto de Torremar. Podía escuchar como rezabas desde fuera de la puerta. Siempre me he preguntado, ¿Rezabas para que te eligiera a ti, o para que te pasara de largo?
Euron presionó el cuchillo contra la garganta de Aeron -Rézame, Reza para que acabe con tu tormento, y lo haré-.
-No te atreverías- dijo Pelomojado -Soy tu hermano, no hay hombre más maldito que el asesino de su sangre-.
-Y aun así, tengo una corona y tu te pudres en una celda cargado de cadenas. ¿Cómo es que el Dios Ahogado permite eso sí he asesinado a tres hermanos?-.
Aeron lo miró boquiabierto -¿Tres?-
-Bueno, si cuentas a los hermanos bastardos. ¿Recuerdas al Pequeño Robin? qué criatura tan desdichada. ¿Recuerdas su enorme cabeza, cuan blanda era?, lo único que pudo hacer fue maullar y cagarse encima. Ese fue mi segundo muerto, Harlon fue mi primero. Todo lo que tuve que hacer fue taparle la nariz para que no respire, la psoriagrís había convertido su lengua en piedra, por lo que no podía gritar o llorar. Sus ojos me miraban frenéticos mientras se moría. Ellos me nombraron cuando la vida los abandonó, fui y oriné hacia el mar mientras rezaba al Dios Ahogado para que me castigara, y no lo hizo. Oh, y Balon fue el tercero, pero ya lo sabías. Quizás no fui yo quien lo hizo, pero fue mi voluntad quién lo empujó de ese puente-
Ojo de Cuervo apretó un poco más la daga y Aeron sintió que las primeras gotas de sangre comenzaban a caer sobre su cuello.
-Si el Dios Ahogado no me castigó por asesinar a tres hermanos, ¿Por qué debería castigarme por asesinar al cuarto?, ¿Acaso es porque eres su sacerdote?-
Dijo mientras daba un paso atrás y enfundaba la daga.
-No. No te mataré esta noche, un hombre santo con sangre santa. Quizás necesite esa sangre santa luego. Por ahora, te condeno a vivir-El hombre santo con sangre santa, pensó Aeron mientras su hermano volvía a subir a cubierta. Se burla de mí y se burla del Dios, Asesino de su Sangre, Blasfemo, Demonio en piel humana. Esa noche rezó por la muerte de su hermano.
Fue en el segundo calabozo en el que otros hombres santos aparecieron para compartir su tormento. Tres de ellos llevaban las túnicas de los septones de las Tierras Verdes, y uno, el rojo atuendo de un sacerdote de R’hllor. El último era apenas reconocible como un hombre. Ambas manos habían sido quemadas hasta el hueso, y su cara era un horror quemado y ennegrecido, donde sus ojos se movían sin ver, rezumando pus. Murió un par de horas después de ser encadenado a la pared, pero los mudos de Euron lo dejaron pudrirse por tres días. Por último, había dos brujos del Este, con carne blanca como la leche y los labios del color púrpura, ambos tan débiles y hambrientos que solo les quedaba piel y huesos. Uno de ellos había perdido sus piernas, y los mudos lo habían colgado en una de las vigas del techo.
-Pree-, gritó mientras se balanceaba hacia atrás y adelante. -Pree, Pree -. Tal vez ese era el nombre del demonio que él adoraba. El Dios Ahogado me protege, se dijo a sí mismo. Él es más fuerte que los otros dioses que adoraban, más fuerte que sus hechizos oscuros. El Dios Ahogado me librará. En sus momentos de mayor cordura, Aeron se preguntó por qué Ojo de Cuervo estaba coleccionando sacerdotes, pero no creía que le gustaría la respuesta.
Victarion se había marchado, y con él, la esperanza. Los Hombres Ahogados de Aeron seguramente pensaban que el Pelomojado se escondía en Viejo Wyk, o Gran Wyk , o Pyke , y se preguntaban cuándo iba a resurgir para hablar en contra de este rey sin Dios. Urrigon seguía apareciendo en sus sueños febriles.
Estás muerto, Urri, pensó Aeron. Duérmete ya, niño, y no me traigas mas problemas. Pronto me uniré a ti. Siempre que Aeron rezaba, el brujo sin piernas hacía ruidos extraños, y su compañero balbuceaba incomprensible en la débil lengua del Este, aunque no podría decir si lo estaban maldiciendo o pidiéndole algo mas. Los septones hicieron ruidos suaves de vez en cuando también, pero no podía entender sus palabras. Aeron sospechaba que sus lenguas habían sido removidas también.
Cuando Euron vino otra vez, su pelo estaba recogido hacia atrás desde la frente, y sus labios eran tan azules que ya casi parecían negros. Se había quitado su corona madera de deriva. En su lugar llevaba una corona de hierro cuyas puntas se hicieron de dientes de tiburones.
-Lo que está muerto no puede morir- dijo Aeron con fuerza. -Porque quien ha probado la muerte una vez, nunca tendrá miedo de nuevo. Se ahogó pero salió adelante una vez más con acero y fuego-.
-¿Vas a hacer lo mismo, hermano?- Preguntó Euron. -Yo creo que no. Creo que si te ahogo, te quedarás ahogado. Todos los dioses son mentiras, pero el tuyo es de risa. Una cosa blanca pálida en semejanza a un hombre, sus extremidades hinchada e inflamadas, su cabello flotando en el agua mientras los peces mordisquean su cara. ¿Qué idiota adoraría eso?-
-Él es tu dios también-, insistió el Pelomojado. -Y cuando mueras, te va a juzgar con dureza, Ojo de Cuervo. Vas a pasar la eternidad como una babosa de mar, que se arrastra sobre su vientre comiendo mierda. Si no tienes miedo de matar a tu propia sangre, cortarme el cuello y acaba conmigo. Estoy cansado de tus alardes locos-.
-¿Matar a mi propio hermano pequeño, sangre de mi sangre, nacido de las entrañas de Quellon Greyjoy? Entonces, ¿quién compartiría mis triunfos? El sabor es más dulce con un ser querido a tu lado-.
-Victorias vacías. No puedes mantener los Escudos-.-¿Por qué querría mantenerlos?-. El ojo sonriente de su hermano brillaba a la luz de la lámpara, azul y audaz y lleno de malicia. -Los Escudos han servido a mi propósito. Los tomé con una mano, y los dejo con la otra. Un gran rey es generoso, hermano. Depende de sus nuevos Señores mantenerlos a partir de ahora. La gloria de ganar esas rocas será mía para siempre. Cuando se pierdan, la derrota pertenecerá a los cuatro tontos que tan ansiosamente aceptaron mi regalo-. Él se acercó más. -Nuestros barcoluengos están subiendo por el Mander, incluso hasta el Rejo y el estrecho Redwyne. A la vieja usanza, hermano-.
-Loco. Libérame-. Aeron Pelomojado ordenó con su voz más dura. -O enfrenta la furia de Dios-.
Euron sacó una cantimplora y una copa de vino. -Tienes una mirada sedienta-, dijo mientras se servía. -Necesitas beber algo, un sorbo de el Color del Ocaso.
-No-, dijo Aeron girando su rostro, -He dicho que no-.
-Y yo digo que si-. Euron le forzó a mover su cabeza hacia atrás, sujetándole del cabello mientras vertía el vil licor a través de su boca. Y aunque Aeron cerró la boca, y movió su cabeza de un lado a otro, al final solo pudo beber o ahogarse.
Los sueños fueron peor la segunda vez. Vio grandes barcos de los Hijos del Hierro a la deriva, quemados en un mar hirviente de rojo sangre. Vio a su hermano en un Trono de hierro, pero ya no era humano, parecía mas calamar que hombre, un monstruo engendrado por un kraken de las profundidades, su rostro era una masa de tentáculos retorciéndose. A su lado había una sombra en forma de mujer, alta, larga y terrible, con las manos llena de fuego blanco y pálido. Varios enanos hacían cabriolas para su diversión, macho y hembra, concentrados en un acto carnal, mordiéndose y desgarrándose uno al otro, y al final Euron rió, y rió, y rió...
Aeron también soñaba que se ahogaba. Que dicha fuera que seguramente siguiera abajo en los salones acuosos del Dios Ahogado, era un terror incluso para los fieles la bella sensación del agua llenando la boca, la nariz y los pulmones sin poder respirar.Tres veces Pelomojado despertó, y tres veces se dio cuenta que no estaba verdaderamente despierto, solo estaba atrapado en otro sueño.
Pero al final llegó el día en que la puerta del calabozo se abrió y un mudo llego sin comida, en cambio llevaba un manojo de llaves en una mano y una lámpara en la otra. La luz era demasiado brillante, y Aeron tenía miedo de lo que significaba. Brillante y terrible. Algo ha cambiado. Algo ha pasado.
-Tráelos- dijo una voz medio familiar, triste y sombría. -No te demores, ya sabes cómo se pone.
Oh, Lo sé. Lo he conocido desde que era un niño.
Un septon hizo un ruido espantoso cuando le quitaron sus cadenas, un sonido medio ahogado que podría haber sido algún intento de discurso. El brujo sin piernas colgando contempló las aguas negras, moviendo los labios en silencio, orando. Cuando el mudo llegó frente a Aeron, él trató de luchar, pero la fuerza se había ido de sus miembros, y un sólo golpe fue suficiente para que se callara. Su muñeca estaba atada y la otra libre. Cuando trató de dar un paso, sus débiles piernas se doblaron bajo el peso de su cuerpo. Ninguno de los prisioneros estaba suficientemente en forma para caminar. Al final, los mudos tuvieron que llamar a más de los suyos. Dos de ellos tomaron a Aeron por el brazo y lo arrastraron por la escalera de caracol. Sus pies golpeaban contra las escalones a medida que ascendían, sentía dolores punzantes subían a través de su pierna. Se mordió los labios para no gritar. El sacerdote podía oír a los brujos balbucear justo detrás suyo. El septon cerraba la marcha, sollozando y jadeando. Con cada giro en la escalera, el camino se hacia mas luminoso hasta que finalmente apareció una ventana en la pared izquierda. Era sólo una hendidura en la piedra, no era lo suficiente ancha para que pasara una mano, pero lo suficiente para que entrara un pequeño rayo de luz de sol.
Es tan dorado, pensó Pelomojado. Tan hermoso.
Cuando lo subieron por los escalones hacia la luz, sintió calidez en su rostro y lágrimas se deslizaron por sus mejillas.
El mar. Puedo oler el mar. El Dios Ahogado no me ha abandonado. El mar me hará sentir como un hombre de nuevo. Lo que está muerto no puede morir, sino que se levanta de nuevo más fuerte.
-Llévenme al agua-, les ordenó como si aún estuviera en las Islas del Hierro, rodeado de sus hombres ahogados, pero los mudos eran las criaturas de su hermano. No le prestaron ninguna atención.
Lo arrastraron hasta otro grupo de escalones de piedra, más abajo, a través de una galería iluminada por antorchas y luego a un desolado salón de piedra en donde una docena de cuerpos colgaban en las vigas, girando y balanceándose. Una docena de los captores de Euron estaban reunidos en el salón, bebiendo vino entre los cadáveres. Lucas Codd el Zurdo estaba sentado en el asiento de honor, usando un pesado tapiz de seda como capa. A su lado estaba el Remero Rojo y mucho más abajo John Meyer Carapicada, Manodepiedra, y Ruggin Barbasalada.
-¿Quiénes son estos muertos?,- preguntó Aeron. Su lengua estaba tan hinchada, las palabras salían en un susurro oxidado, casi tan imperceptible como los pasos de un ratón.
-Son los que ayudaron al lord a proteger este castillo, sus parientes-, la voz pertenecía a Torwold Dientenegro, uno de los saqueadores de su hermano, una criatura casi tan malvada como el mismo Ojo de Cuervo.
-Cerdos-, dijo otra vil criatura, aquel al que llamaban el Remero Rojo.
-Esta era su isla. Una roca, a las afueras del Rejo. Se atrevieron a oink amenazarnos. Redwyne, oink. Hightower, oink. Tyrell, oink oink oink. Así que los enviamos chillando al infierno-.
El Rejo. Desde que el Dios Ahogado le había otorgado una segunda vida jamás se había aventurado a ir tan lejos de las Islas del Hierro.
Este no es mi lugar. No pertenezco aquí. Debería estar junto a mis hombres ahogados, predicando en contra de Ojo de Cuervo.
-¿Tus dioses han sido buenos contigo, allí en la oscuridad?- preguntó Lucas Codd el Zurdo.
Uno de los brujos gruño una respuesta en su horrible lengua oriental.
-Los maldigo a todos- dijo Aeron.
-Tus maldiciones no tienen poder aquí, sacerdote- respondió Codd.
-Ojo de Cuervo ha alimentado a tu Dios Ahogado y éste se ha puesto gordo con tantos sacrificios. Las palabras son viento, pero la sangre es poder. Le hemos entregado miles al mar, y a cambio nos ha otorgado victorias.
-Considérate afortunado, Pelomojado- dijo Manodepiedra. -Vamos a volver al mar. La Flota Redwyne se acerca cada vez más. Los vientos han estado en su contra alrededor de Dorne, pero al fin están se acercaron lo suficiente para despertar a la vieja de Antigua, así que ahora los hijos de Leyton Hightower se mueven por el Canal de los Susurros con esperanzas de atacarnos por la retaguardia.
-Tu sabes como es ser atacado por la retaguardia, ¿no es así?- dijo el Remero Rojo, riéndose.
-Llévenlos a los barcos- ordenó Torwold Dientenegro.
Y así fue que Aeron Pelomojado regresó al salado mar. Una docena de barcoluengos estaban atracados en el muelle debajo del castillo, el doble de esa cantidad estaban atracados en la playa. Estandartes familiares ondulaban en sus mástiles, el kraken de los Greyjoy, la luna sangrienta de los Winch, el cuerno de guerra de los Goodbrother, pero en la popa llevaban un estandarte que el sacerdote jamás había visto. Un ojo rojo con una pupila negra bajo una corona de hierro, rodeados de dos cuervos. Más allá, un grupo de galeras mercantes flotaban en un calmado mar color turquesa. Galeras, barcazas, botes de pesca, incluso un enorme galeón, una embarcación gigantesca, tan grande como un leviatán. Botines de guerra.
Euron Ojo de Cuervo estaba parado sobre la cubierta del Silencio ataviado en una armadura de escamas negras como Areon jamás había visto. Era oscura como el humo, pero Euron la usaba como si estuviera hecha de le seda más delgada. Las escamas tenían bordes de rojo dorado que brillaban y relucían cada vez que se movía. Se podían ver patrones en el metal. Espirales, glifos y símbolos arcanos grabados en el acero. Acero Valyrio, Aeron supo. Su armadura era de acero valyrio. En todos los Siete Reinos, ningún hombre poseía un armadura de acero valyrio. Tales cosas eran conocidas hace cuatrocientos años, en los días anteriores a la Maldición, e incluso entonces habrían costado un reino entero.
Euron no había mentido. Sí había ido a Valyria. Con razón estaba loco.
-Mi rey- dijo Torwold Dientenegro. -Tengo a los sacerdotes. ¿Qué quiere que hagamos con ellos?.
-Átenlos a las proas- ordenó Euron. -Mi hermano en el Silencio. Toma uno para ti. Deja que los demás elijan al suyo. Uno para cada barco. Deja que sientan el rocío, el beso del Dios Ahogado, húmedo y salado.
Esta vez los mudos no lo arrastraron al calabozo. En cambio lo ataron a la proa del Silencio junto a la figura, una doncella desnuda, esbelta pero fuerte, con los brazos extendidos y el cabello revuelto por el viento, pero debajo de su nariz no había ninguna boca. Ataron fuertemente a Aeron Pelomojado con pedazos de cuero que se encogerían al mojarse. Tan sólo tenía su barba y un taparrabos.
El Ojo de Cuervo dio una orden. Elevaron una vela negra. Soltaron las cuerdas y el Silencio se alejó de la costa, al lento ritmo del tambor del maestro remero. Los remos se levantaban, y se sumergían, se volvían a levantar, agitando el agua. Tras ellos, el castillo ardía. Las llamas surgían de las ventanas.
Cuando estuvieron en el mar, Euron regresó a su lado.
-Hermano- dijo. -Te ves desamparado. Tengo un regalo para ti.
Hizo una seña y dos de sus hijos bastardos arrastraron a una mujer y la ataron en la proa al otro lado de la figura. La mujer estaba tan desnuda como la doncella sin boca, su abdomen plano apenas empezaba a hincharse por el bebé que llevaba dentro, sus mejillas rojas y llenas de lágrimas. No se resistió mientras los muchachos la amarraban. Su cabello tapaba su rostro, pero aún así Aeron la reconoció.
-Falia Flores- le dijo. -Sé valiente, niña. Todo esto acabará pronto. Y entonces festejaremos en los salones acuosos del Dios Ahogado.
La niña levanto su cabeza pero no dijo nada. Aeron sabía que no tenía una lengua con la que responder. Lamió sus labios y saboreó la sal.
¿Qué os parece el nuevo capítulo de Vientos de invierno?
Nunca me interesó mucho los Greyjoy, pero esta lectura me ha puesto los pelos de punta.
ResponderEliminarSé que sonará mal, pero personajes como Euron o Ramsay son los que hacen que la lectura de Canción de hielo y fuego sea absolutamente cautivadora.
Creo que a partir de ahora esperaré con ansia la trama Greyjoy!!
Si, especialmente el ver a Euron como un Demonio que ya de muy pequeño asesinó a sus hermanos y ahora tiene incluso una armadura de acero valyrio, y esas visiones de Aeron. SIN ESTA TRAMA DESARROLLADA NO PIENSO LEERME VIENTOS DE INVIERNO
EliminarCuando no los hijos del hierro, son otro mundo. Esas visiones de Aeron... Victarion será el capitán de un gran ejército pero Euron se va a hacer una
ResponderEliminarOhh!!! Euron es el Ramsay de los Greyjoy.
ResponderEliminarMenudo capitulo, es brutal. No se que estará tramando Euron coleccionando tantos sacerdotes diferentes, pero seguro que no será nada bueno (tal vez sea verdad que trabaje para el Gran Otro). Y ahora va y tiene una armadura de acero valyrio...
ResponderEliminarEuron realmente es todo un misterio por descubrir!
ResponderEliminarPobre Theon... su siguiente enemigo.
ResponderEliminarQuién habría imagibado que Pyat Pree es prisionero de Euron ahora
ResponderEliminar¿escaparan la pobre ilusa Falia Flores y Aeron Pelomojado del silencio?xd me ha encantado este capitulo pese a que de la trama de los Greyjoy la que mas me gusta es la hija del kraken(Asha Greyjoy).
ResponderEliminar