El escritor inglés J. G. Ballard, conocido principalmente por su obra de ciencia ficción en la que se especializó en dibujar futuros distópicos, también cultivó la narrativa autobiográfica. Nacido en 1940 en la ciudad china de Shangai, durante la Segunda Guerra Mundial Ballard pasó por la terrible experiencia de ser encerrado junto con toda su familia en un campo de concentración japonés.
Dicho suceso le valió mucho más adelante de inspiración para escribir El Imperio del Sol, novela con la que ganó el premio James Tait Black Memorial y fue finalista al premio Booker. En dicha obra de tintes autobiográficos Ballard nos pone en la piel de Jim Graham, un niño inglés de Shangai que acabará en un campo de concentración japonés donde tendrá que madurar por las fuerza de las circunstancias. La novela de Ballard fue adaptada al cine en 1987 por Steven Spielberg.
Dicho suceso le valió mucho más adelante de inspiración para escribir El Imperio del Sol, novela con la que ganó el premio James Tait Black Memorial y fue finalista al premio Booker. En dicha obra de tintes autobiográficos Ballard nos pone en la piel de Jim Graham, un niño inglés de Shangai que acabará en un campo de concentración japonés donde tendrá que madurar por las fuerza de las circunstancias. La novela de Ballard fue adaptada al cine en 1987 por Steven Spielberg.
Ahora Alianza Editorial recupera esta novela en su colección de bolsillo 13/20, en una edición que se pondrá a la venta el 19 de enero. La novela cuenta con la traducción de Carlos Peralta.
El Imperio del Sol tiene 400 páginas y se pondrá a la venta en rústica por 11,50 euros.
SINOPSIS
Hijo de británicos acomodados residentes en el Asentamiento Internacional de Shanghai –un islote respetado dentro de la China ocupada por Japón–, Jim, niño de personalidad singular, escrutadora y analítica, recibe un mazazo inesperado cuando, de resultas del ataque a Pearl Harbor y la entrada de Japón en la Segunda Guerra Mundial, los japoneses irrumpen en la ciudad y se ve separado de sus padres y arrojado a buscarse la vida por sus propios medios. Recluido finalmente en el campo de prisioneros de Lunghua en la edad decisiva del paso de la infancia a la adolescencia, se adaptará con extrema e instintiva lucidez a este nuevo y reducido mundo para el cual rigen otras reglas y que pasará a convertirse para él, paradójicamente, en una suerte de “segundo hogar”.
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