Reseña: Los diablos, de Joe Abercrombie

SINOPSIS: Las gestas más gloriosas a veces requieren de actos impíos. El hermano Díaz tiene una cita en la Ciudad Santa, donde cree que lo recompensarán con una cómoda posición en la Iglesia. Pero resulta que su nuevo rebaño está compuesto por asesinos contumaces, horrorosos practicantes de lo arcano y auténticos monstruos. En esta nueva misión, todos tendrán que tomar las medidas más sangrientas si quieren alcanzar sus justos fines. Los elfos acechan en nuestras fronteras, ávidos de nuestra carne, mientras príncipes egoístas solo se preocupan por su posición y bienestar. Dado el épico e infernal viaje ante él, al hermano Díaz no le viene nada mal tener a los diablos de su lado. 

LEER SUS PRIMERAS PÁGINAS 

RESEÑA: Cuando el mundo real parece decidido a ir cuesta abajo y sin frenos, directo hacia el desastre más absoluto, quizá no sea la peor idea dejar nuestra salvación en manos de un grupo de monstruos infames de la peor calaña. Al menos, esa parece ser la idea que ha crecido en la cabeza de Joe Abercrombie para dar lugar a Los diablos, el nuevo libro del incombustible rey del grimdark. Desde su debut hace ya casi un cuarto de siglo, el autor británico ha demostrado sentir una pasión incontrolable por traernos personajes tan brutales como humanos, arrastrados a un mundo inclemente empeñado en torcer sus buenas intenciones y arrojar al barro sus sueños de grandeza. No deberíamos sorprendernos de que su nueva obra sea fantástica todo un canto de amor (salvaje y gore) hacia los antihéroes, que se podría resumir en la cuestión que se plantea uno de sus protagonistas: “Si los malvados pueden hacer el suficiente bien, ¿se transforman entonces en los buenos?”

Los diablos es el inicio de una nueva trilogía fantástica, que destaca principalmente porque Abercrombie nos traslada a una Europa medieval alternativa, un mundo de magia, demonios y criaturas sobrenaturales. Todo este envoltorio sirve para desarrollar una salvaje y gamberra aventura de acción, donde en forma de alocada ‘road movie’ plagada de humor donde acompañamos a un grupo de héroes poco probables en una peligrosa misión.

“Sois unos héroes sombríos de esos. ¡Son unos héroes sombríos de esos!”

Esta nueva novela marca un ligero cambio de enfoque del autor británico. No solo por esta ambientación que nos traslada hasta una versión distorsionada por el grimdark de nuestro propio mundo, sino porque además es la puerta de entrada a una saga completamente independiente de toda su obra anterior. Y es que hasta el momento, Abercrombie se había enfocado en la fantasía épica sucia y brutal de su universo de La Primera Ley, una saga de nueve novelas y una antología ambientadas en el Círculo del mundo, o jugando con la fantasía juvenil con su trilogía del Mar quebrado. Si todavía no habéis leído nada de estas obras os recomiendo echarle un vistazo a mi guía de lectura donde os oriento sobre todo lo que ha publicado con antelación.

Con Los diablos tenemos una historia que mantiene todas las características propias de Abercrombie, a saber: un mundo sucio, cínico, brutal y salvaje, lleno de acción desbocada donde las tripas y la sangre nos salpican sin piedad, con personajes memorables de moralidades muy grises que se vuelven vívidos con unas cuantas pinceladas, y a lo que podemos añadir en esta ocasión un humor muy gamberro que busca que el lector esté siempre con la sonrisa en la boca. 

Todo ello transcurre en una Europa alternativa, situada en un periodo indeterminado de la Edad Media donde la Iglesia de la Salvadora domina la sociedad mientras los elfos devoradores de humanos se preparan para lanzarse de nuevo sobre el continente. La novela nos introduce en la Capilla de la Santa Conveniencia de Roma, donde están presos cuatro seres monstruosos, personas o criaturas reprobables por sus actos o por su mera existencia, pero a los que la Santa Madre Iglesia utiliza cuando es necesario contra sus enemigos. “Para ganar una guerra, a veces una debe hacer uso de las armas de sus enemigos. Para combatir el fuego, una debe estar dispuesta a emplear el fuego”, como nos deja claro una de las líderes de esta Iglesia dispuesta a todo con tal de vencer.

“Así es como empieza siempre. La causa justa. Luchar por el bien. Cada vez me digo a mi mismo que será diferente. Pero, para mi, a medida que la lucha se alarga, el bien se acorta. Y llega un momento… en que me convertido en un diablo”

Y este fuego que desatan es una temible e irreverente caterva de monstruos misántropos egocéntricos, peligrosos seres esclavizados al servicio de una Iglesia que los condena y persigue. Pero van a ser todos y cada uno de ellos los que logran ganarse al corazón y el cariño del lector con sus flaquezas, errores, desdichas, miedos y esperanzas. En definitiva, que a pesar de su envoltorio inhumano y siniestro, los diablos que centran la atención de la historia nos va a demostrar que son ser seres humanos con todas sus luces y sus sombras, con los que Abercrombie nos hace empatizar hasta el tuétano.

Tenemos así una novela multiprotagónica que gira en torno a una ladrona callejera elegida como improbable heredera del trono de Troya, un veterano caballero atado por juramentos eternos, una lenguaraz clériga laica de múltiples habilidades, un vetusto barón vampiro,  un hechicero prepotente, una elfa obligada a pasar desapercibida y una muy, muy temible mujer-loba. Y a la cabeza de este peligroso rebaño de ovejas negras será puesto el apocado pero ambicioso hermano Díaz, un atribulado fraile leonés que se encuentra liderando a un grupo de auténticas pesadillas hechas realidad en su nueva misión. 

-Debería advertirte que me temo que todo esto terminará mal.

-Bueno, si esperas lo suficiente… Todo termina mal.

Cada uno de ellos goza de su propia cuota de protagonismo, a pesar de que no todos tienen punto de vista propio. Tenemos así una fascinante galería de personajes con sus taras, defectos, odios, miedos o anhelos que entre matanza y huida, entre compadreos y burlas, se vuelven los mejores amigos del lector. Porque si algo nos ha quedado claro a los que hemos ido leyendo a Abercrombie a lo largo de estos años es que domina la creación de personajes como pocos autores modernos. Es capaz de sacarse protagonistas memorables, llenos de contradicciones y aristas, tan humanos como monstruosos, y hacer que nos encariñemos con ellos. Con unas cuantas pinceladas, unas cuantas frases y su comportamiento en la página, quedan plasmados de forma tan vívida que son reconocibles al momento. Y esto es lo que ocurre con los variados personajes centrales que pueblan Los diablos. 

Esta particular feria de los horrores errante de monstruos que apenas se soportan entre ellos mismos se verán obligados a cooperar para salir vivos de un viaje por una Europa plagada de peligros y amenazas, tanto físicas como sobrenaturales. Porque frente a obras previas de Abercrombie, donde la magia es casi residual y su poder está desvaneciéndose, en esta Europa abunda la magia, la hechicería, la nigromancia, los demonios y los seres sobrenaturales. Así que a la descarnada violencia física que envuelve la acción, sumamos aquí la posibilidad de ensuciarlo todo todavía más con hechizos y conjuros tan impíos como mortales. Y en el horizonte, como  voraz amenaza a punto de retornar, están unos elfos deseosos de saciarse con la carne humana.

Con esta ambientación que se mueve entre lo fantástico y lo seudohistórico, tenemos una novela que superando las 800 páginas nunca llega a aburrir. Principalmente, debido a tres elementos: de uno de ellos ya os he hablado (su fascinante grupo protagónico), a los que podemos añadir un ágil uso de las escenas de acción y un humor gamberro que contagia toda la historia.

Toda la trama de la novela se va desarrollando a un gran ritmo gracias a las grandes piezas de acción que Abercrombie va encadenando. Es verdad que este autor siempre ha disfrutado al lanzarnos de cabeza a combates y luchas salvajes, enfrentamientos con el acero en la mano y la sangre empapándonos. Pero en Los diablos despliega grandes tramos de acción que se extienden durante varios capítulos y que obligan a seguir leyendo sin poder separarse de la página. Confieso que con el tiempo he ido perdiendo el gusto por la mera acción y que disfruto mucho más de las conversaciones ingeniosas o los intercambios entre personajes (que afortunadamente también abundan en esta novela); pero en su nueva obra el británico apuesta por construir grandes enfrentamientos que se encadenan durante muchas páginas y que consigue tener al lector plenamente enganchado. Asistimos así a combates llenos de violencia desatada en distintos ambientes o situaciones, donde vamos saltando a través de los puntos de vista de los personajes envueltos en ellos, devorando de una forma adictiva estas sangrientas y muy cinematográficas secuencias de acción.

El otro elemento que brilla especialmente en esta novela y que logra cautivar al lector desde su mismo arranque es la comicidad que envuelve todo. Se nota que Abercrombie busca entretener a su audiencia de forma fresca por lo que en Los diablos apuesta por un estilo mucho más gamberro y cómico, donde abundan las bromas y el humor ligado a la acción, a lo que les ocurre a los personajes o a lo que piensan.

Tanto en los diálogos como en la voz del mismo narrador siempre hay lugar para un comentario jocoso, una aportación humorística o un divertido gag que se repite, lo que hace que el lector no pueda más que reír ante lo que se le cuenta o lo que presencia en situaciones de lo más desconcertante. La mezcla de acción salvaje (cuidado, que el gore os va a salpicar) y esta comicidad gamberra genera una excelente combinación para que uno vaya devorando páginas casi sin darse cuenta, manteniendo siempre un gran ritmo donde apenas tenemos un momento de pausa antes de lanzarnos a la siguiente desventura de nuestros diabólicos héroes.

Una novela que pretende ser la primera entrega de una trilogía, pero que funciona a la perfección como historia autoconclusiva. De hecho, el propio Abercrombie ha confirmado recientemente que su intención es que cada entrega de las aventuras de estos diablos funcione de forma autocontenida, como si fuera una novela independiente que comparte esta misma ambientación y con el mismo grupo de infames antihéroes.

“Quizá la lección sea… que nunca podemos cambiar de verdad lo que somos”.

El autor británico demuestra que sigue en plena forma, con un enfoque algo más ligero, en busca del puro entretenimiento a costa de la acción desbocaba y la comicidad gamberra. Con Los diablos tenemos una fantasía fresca y descarada que apuesta por la aventura y el humor en una Europa llena de monstruos y prodigios sobrenaturales, con el singular toque de cinismo y oscuridad que siempre envuelve el grimdark de Abercrombie, pero aquí con una dosis extra de sangriento gore empapando sus grandes fragmentos de acción. Pero como siempre, las estrellas absolutas de la función vuelven a ser sus personajes, memorables y magníficamente construidos. Sus monstruosos antihéroes se ganan el corazón y el interés del lector, que los acompaña gustosamente arrobado en su alocada peripecia, y que al cerrar la última página se quedará deseando disfrutar de su siguiente entrega preguntándose si quizá los hombres malvados puedan hacer el bien, todavía.

-Quizá los hombres malvados puedan hacer el bien, todavía.

-Y si hacen el suficiente, ¿no se transforman en hombres buenos?

-Tal vez. Tal vez algún día.

 

🔥📚Si todavía no habéis empezado con la obra de Joe Abercrombie os recomiendo pasaros por mi guía de lectura, donde os repaso todas sus novelas y os recomiendo el mejor orden a seguir. 

VALORACIÓN

FICHA

Los diablos

Joe Abercrombie

Runas

Traducción de Manu Viciano

Tapa dura con sobrecubierta, 808 páginas

23,95 euros

También en ebook

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