La ciencia ficción británica ha encontrado una nueva estrella en Adrian Tchaikovsky, sin duda uno de los autores más prolíficos y originales del género actual. Su obra es de esas tan extensas que si te descuidas cada año la aumenta con un mínimo de tres nuevas novelas de extensión considerable y alguna novela corta más para añadir; un ritmo que por desgracia no se compara al de su traducción al español. Poco a poco eso se está solucionando, y afortunadamente Tchaikovsky se está convirtiendo en uno de esos nombres a los que el aficionado a la ciencia ficción y la fantasía se ha ido acostumbrando.
El inicio de este cambio lo marcó el año 2018, cuando la editorial Alamut publicaba en español Herederos del tiempo, novela con la que el autor inglés ganó el premio Arthur C. Clarke a mejor novela (y se puede decir que de forma más que merecida). Una fascinante obra de ciencia ficción con un sabor clásico pero al mismo tiempo sumamente original, donde nos metía en una odisea espacial que nos mostraba los inesperados caminos de nuestra futura evolución y como los humanos a veces necesitamos que otras especies nos recuerden lo que significa ser humano. En el blog os he hablado de ella con suficiente detalle (tenéis aquí mi reseña), así que aquí no os diré mucho más.
En cualquier, el éxito de la obra llevó a Tchaikovsky a continuar expandiendo esta ambientación futurista con dos nuevas novelas, de las que recientemente ha visto la luz en español su segunda parte (y Alamut está trabajando ya en la publicación de la tercera). Herederos del caos es, pues, la continuación de los sucesos de Herederos del tiempo, novela que concluía con una interesante revelación final que sirve de guía principal a esta nueva novela.
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