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viernes, 3 de junio de 2022

Reseña: La campaña escarlata, de Brian McClellan

SINOPSIS: La invasión acecha y no hay quien lidere la defensa. El ataque de Tamas a Kez termina en un desastre cuando queda detrás de las líneas enemigas, con una facción de su ejército, sin suministros, ni la esperanza de recibir refuerzos. Tamas deberá guiar a sus hombres en una temeraria marcha para defender a su país de un dios enfurecido, Kresimir. En Adro, el inspector Adamat busca desesperadamente rescatar a su esposa. Deberá rastrear y enfrentarse al enigmático amo de Lord Vetas. Los generales de Tamas pelean entre sí, las brigadas continúan perdiendo terreno, y Kresimir quiere la cabeza de aquel que se atrevió a dispararle en un ojo. A Tamas y sus Magos de la Pólvora se los supone muertos, y Taniel Dos Tiros se ha convertido en la última línea de defensa contra el avance del ejército de Kremisir.


RESEÑA: La trilogía de los magos de la pólvora, la saga con la que debutó en la fantasía el ahora ya prolífico Brian McClellan, se inició el año pasado en español gracias al sello Gamón Fantasy con Promesa de sangre (aquí tenéis mi reseña de esta primera novela). En ella nos propone una ágil, sencilla y efectiva fusión de magia, pólvora, batallas, revoluciones y dioses que retornan en un convulso mundo de evidente inspiración dieciochesca que lograba mantener al lector enganchado durante todo su entretenido desarrollo. La segunda entrega de la saga continúa por esos mismos derroteros, pero ahora McClellan aumenta la dosis de acción bélica de su trilogía lanzándonos a una gran campaña en diversos frentes, tanto internos como externos.
La campaña escarlata se inicia apenas unas semanas después de la conclusión de la primera entrega. La novela mantiene los mismo personajes principales que ya conocemos como puntos de vista, con Tamas, Taniel, Adamat y Nila entrelazando continuamente sus tramas que se desarrollan tanto en el corazón de Adopest como en la guerra fronteriza entre Adro y Kez. La guerra abierta entre los dos países vecinos es el principal eje temático de la novela, y la preocupación máxima del mariscal de campo Tamas, que dirige en primera línea las fuerzas militares que tratan de evitar la invasión de su patria. Sin embargo, la suerte lo dejará atrapado tras las líneas enemigas, perseguido sin descanso por fuerzas superiores, lo que obligará al mariscal a demostrar sus tan cacareadas habilidades tácticas y estratégicas si quiere sobrevivir.
Mientras  tanto en Adopest Taniel Dos Tiros se recupera de su ordalía en Kresim Kurga perdiéndose en tugurios y fumaderos, intentando olvidar su encuentro casi mortal con la divinidad. A pesar de su vida disoluta no puede evitar ser consciente de que desde entonces algo ha cambiado en su interior, y pronto se sentirá arrastrado de vuelta al combate para plantar cara al invasor como, posiblemente, el último mago de la pólvora vivo. 
Al mismo tiempo que Adro trata de repeler la agresión de su país vecino, en la capital la situación tampoco es nada fácil. El investigador Adamat sigue empeñado en recuperar a su familia, para lo que tiene que ser capaz de adelantarse el maquiavélico y esquivo Lord Vetas. Este sigue tramando en las sombras, con objetivos todavía poco claros, y con Nila a su lado como principal testigo mientras sigue al cuidado del valioso rehén que es el posible heredero de la corona, Jakob.
Todas estas tramas se van hilvanando con gran soltura a lo largo de toda la obra, con McClellan manteniendo siempre un ritmo muy ágil gracias a unos capítulos tan breves como directos, que nos ofrecen la información y la acción justa para que funcionen. Como bien nos indica el mismo título de la novela, estamos ante una segunda entrega mucho más bélica, con gran parte de sus tramas desarrollándose en los campos de batalla de la guerra entre Adro y Kez. Principalmente gracias a las perspectivas de Tamas y Taniel, ambos soldados siempre envueltos en las grandes escenas de acción y de combate en primera línea de batalla que McClellan despliega en esta novela. Desde sus puntos de vista asistiremos a dos vertientes de una guerra desesperada, con uno de ellos perseguido constantemente y el otro envuelto en una resistencia casi imposible, lo que llevará al límite a ambos personajes.
Al mismo tiempo, se mantiene viva la trama más detectivesca donde Adamat trata de desentrañar los misteriosos tejemanejes de Lord Vetas. En la capital, los distintos bandos siguen adaptándose al cambio de régimen mientras planean sus futuros movimientos, donde se forman extrañas alianzas en busca de su propio beneficio. El investigador Adamat sigue cumpliendo como sagaz e incansable sabueso, moviéndose con soltura entre políticos, burgueses, policías y criminales, tanto en las zonas nobles como en el submundo de Adopest, tras la pista esquiva de su némesis, el arrogante y frío Lord Vetas. Su juego del gato y el ratón logra mantener al lector pendiente del destino del ex-policía y su familia, con algunas cuantas sorpresas bien guardadas bajo la manga.
En esta trama sigue brillando especialmente Nila, que reconozco que sigue siendo uno de mis personajes favoritos de esta trilogía, por su condición de persona sin ninguna habilidad especial pero que a fuerza de voluntad e inteligencia consigue mantenerse viva en un lago de tiburones. Su mezcla de resignación y adaptación la convierte en una de las grandes supervivientes de la saga, y sigue creciendo a ojos vista. Por eso mismo, cierta elección de McClellan en relación al desarrollo de este personaje no me ha acabado de convencer pero me deja con ganas de descubrir como maneja su historia en la tercera novela.
No obstante el principal peso de la obra sigue recayendo sobre el padre y el hijo que no saben vivir de otra forma que con un fusil entre las manos. Y mientras que Tamas sigue firme en su papel de militar recto y obsesivo, de caudillo decidido entregado por completo a su patria y a su venganza (lo que hace que siga siendo el personaje con el que menos conecto, a pesar de alguna pequeña escena que nos muestra porque se ha convertido en lo que es), por contra Taniel nos ofrece el papel más cercano de soldado de a pie dispuesto a sangrar y sacrificarse por sus compañeros de trinchera. A su lado sigue la leal Ka-poel, que sigue brillando gracias al atractivo de su misterioso velo de silencio y de sus poderes sobrehumanos, con la que acaba cayendo en una poco sorpresiva relación que por el momento no parece aportar demasiado a ambos personajes.
La novela sigue manteniendo un gran ritmo narrativo, en la que casi no hay un momento de respiro a lo largo de sus casi 600 páginas. Para ello se mezcla mucha acción, grandes combates, traiciones y sorpresas repartidos a lo largo de todas sus páginas, donde también hay sitio para encontrar respuestas a algunas de las preguntas que nos dejaba Promesa de sangre y, por supuesto, para crearnos también nuevas dudas que solucionar. En especial en su desenlace, con alguna trama cortada de forma demasiado brusca para mi gusto pero que sirve para mantener enganchado al lector de cara al desenlace de la trilogía. Ahora solo que aguardar la conclusión de esta primera trilogía de McClellan que nos llegará en 2023 en Gamón con La república de otoño.


EN CONCLUSIÓN:
Brian McClellan mantiene los rasgos distintivos de su ágil y entretenida primera novela llevando ahora a su saga hacia una vertiente más bélica. En La campaña escarlata las tramas principales giran en torno a la guerra contra Kez, con Tamas y Taniel como los principales personajes en los dos lados del frente. Grandes batallas, resistencias desesperadas y contraataques inesperados se mezclan con la magia desbocada de dioses vengativos y las traiciones de los mortales. En Adopest, los oscuros tejemanejes de Lord Vetas siguen siendo la obsesión del incansable Adamat, dispuesto a recuperar a su familia a cualquier precio, aunque para ello tenga que buscar la ayuda de políticos, criminales y hechiceros. Todo ello nos deja una segunda novela que se devora a un gran ritmo, en una saga que sigue siendo directa y sin barroquismos, donde McClellan apuesta por la agilidad y la sencillez como sus principales banderas para llevarnos a la primera línea de batalla de una guerra cargada de pólvora y magia, con personajes que son llevados hasta sus mismos límites.


VALORACIÓN

FICHA
La campaña escarlata (Los magos de la pólvora, 2)
Brian McClellan
Gamón Fantasy
Traducción de Federico Cristante
Tapa dura con sobrecubierta, 602 páginas
23 euros (en ebook por 7,59 euros)

4 comentarios:

  1. Lo de Nila sin habilidades especiales... por decirlo de alguna manera, ¿no? :)

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    1. Correcto, no sé si piensas igual pero me gustaría haberla visto seguir desarrollándose de esa forma hasta el final. Habrá que ver que ocurre en el tercero con ella

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  2. Gracias por tus textos, son un disfrute. Esta segunda no tanto pero la portada de la primera novela me flipó. Que tal anda esta saga en cuanto a gore? No creo que llegue a niveles de Erikson pero ya me ando con cuidado con las nuevas sagas. Por curiosidad, siempre me ha llamado la atención que a Abercrombie le llamen Lord Grimdark estando Erikson. Quién te parece más cafre de los dos?.

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    1. Hay momentos sangrientos y combates cafres pero tampoco es excesivo. En cuanto a lo que preguntas sobre Abercrombie y Erikson, para mi Erikson no es puramente grimdark o no solo grimdark. Su fantasía tiene elementos oscuros y brutales, pero sus personajes no son de moralidades dudosas o grises, y de hecho Malaz es una saga bastante esperanzadora en su conjunto. No aparta la mirada de lo peor de la humanidad, pero deja la puerta abierta a la luz y la esperanza. Por eso me gusta tanto y la recomiendo.

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