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jueves, 17 de febrero de 2022

Reseña: Currículum con monstruos, de William Browning Spencer

SINOPSIS: ¿Quieres ser artista? ¿Quieres ser feliz?¿Tienes un trabajo de mierda?
Philip Kenan también. Ha perdido el trabajo, su novia lo ha dejado y escribe, pero lo que había de ser una novela normalita ocupa ya dos mil páginas y es cada vez más impublicable. Y, por si fuera poco, es el único que sabe que unas horrendas criaturas lovecraftianas pretenden saltar telepáticamente un abismo de seiscientos millones de años y destruir la civilización.


RESEÑA: ¿Puede haber algo peor que malvivir gracias a un trabajo basura, tan rutinario como mal retribuido? Si, que el lugar al que acudes cada día para desempeñar tu trabajo temporal sea el lugar donde se prepara el regreso de los terribles Primigenios, los seres que moran en el vacío entre las estrellas deseosos de acabar con la vida humana. Esta es la llamativa mezcla que William Browning Spencer desarrolla en su Currículum con monstruos, una desquiciada historia donde a través del humor y el terror se nos ofrece una certera disección de los ambientes laborales nocivos y sobre la cultura empresarial de los trabajos basura, todo ello bien trufado de de horripilantes seres lovecraftianos.
Philip Kenan es un aburrido empleado de ‘Currículums al instante Ralph’, una empresa de trabajos temporales de Austin. Es un triste puesto de trabajo que ha aceptado para poder estar en la misma ciudad a la que huyó su ex-novia tras romper su relación, y a la que todavía aspira a poder reconquistar. Y eso a pesar de que considera a Kenan, un aspirante a escritor, como un mero trastornado convencido de que los Primigenios descritos por H. P. Lovecraft están listos para retornar y acabar con la vida humana.
Tengo cuarenta y cinco años, y vine a Austin para recuperar a mi novia. Se niega a creer que una raza ancestral y superinteligente de seres con forma de cono que vivió en una era anterior al Pleistoceno sea responsable de la ruptura. Tengo que convencerla, tengo que recuperar su amor
Browning Spencer nos mete en la desquiciada mente de su protagonista, que lucha por tratar de terminar un manuscrito impublicable y que está obsesionado con las señales que solo el cree percibir sobre la existencia en nuestra sociedad moderna de las perversas criaturas extraterrestres descritas por Abdul Alhazred en su nefando Necronomicon. Durante toda la novela el lector se moverá entre el desconcierto y el terror, tratando de decidir si su narrador protagonista es simplemente un perturbado mental o de verdad se está enfrentando a una amenaza informe llegada de más allá de Yuggoth. Todo nos es narrado desde la primera página con mucho humor negro e ironía, mezclando de una forma sumamente efectiva la comedia con un realismo siniestro plagado de elementos lovecraftianos más que reconocibles.
El semblante tedioso de la realidad… Eso era más espantoso que la cara estrellada del mismísimo Cthulhu
Curriculum con monstruos transcurre casi completamente en oficinas de empresas de trabajo temporal, pozos donde la rutina y los malos sueldos consumen a los trabajadores a un ritmo implacable. Browning Spencer hace un certero retrato de las pésimas condiciones laborales de los trabajadores alienados que malviven en un mundo gris y anodino que apenas ofrece alicientes. Todos ellos son retratados como zombis de un Sistema que parece surgido de las mentes malignas de los Primigenios, capaces así de esclavizar a toda la humanidad para ponerla a su servicio.
Kenan parece el único capaz de percibir la oscura y sombría realidad que se oculta tras estos anodinos lugares, convertidos en templos impíos donde se prepara el retorno de los terribles Primigenios. Con la ayuda de una terapeuta hippy y un compañero de trabajo de vuelta de todo, tratará de no perder la razón mientras sobrevive al enésimo contrato basura y lucha por volver con su ex convenciéndola de que el libro que intenta terminar desde hace más de una década no ha consumido lo que queda de su cordura. Pero ya sabemos que segundas partes nunca fueron buenas, y durante la novela Kenan  tendrá que aprender a dejar atrás una relación insostenible cuyo refugio busca por pura rutina, y así poder seguir adelante sin tener que reprimir parte de su personalidad.
Diría que no tenía ambiciones y que no me gustaba ir a trabajar. Diría que me aburría con facilidad y que por eso lo transformaba todo en una fantasía. Diría que la novela en la que estaba trabajando, que es del estilo H. P. Lovecraft, se me había ido de las manos y me había vuelto loco
Una ágil novela cuya enloquecida trama nos llega bañada de una fresca capa de fina ironía, que poner el dedo en la llaga de lo peor del mundo laboral y del afectivo, con un humor negro que siempre consigue sacar la sonrisa del lector. Además Browning Spencer juega con una estructura donde se mezcla el onirismo siniestro con los saltos temporales, que nos traerá a la mente obras como la novela Matadero cinco de Kurt Vonnegut o la película 12 monos de Terry Gillian, y donde el lector no puede dejar de plantearse constantemente si está ante una realidad aterradora o atrapado en la conciencia de una persona trastornada.  Porque la anodina realidad de los trabajos de mierda se transforma por momentos en la más desquiciante pesadilla, en la que los jefes y los extraños compañeros de trabajo de Phillip Kenan son los que se comportan como verdaderos perturbados.
¿Qué voy a saber yo de fuerzas vastas y arrolladoras? Ya tengo bastante con preocuparme de mis tripas, del tiempo, de mi mujer y del alquiler. No tengo tiempo para Yog-Sothot


EN CONCLUSIÓN: William Browning Spencer crea una descacharrante novela con el gris trasfondo de los trabajos basura y los ambientes laborales deprimentes, el que un atribulado protagonista que se mueve entre la locura y el tedio monótono trata de recuperar a su ex-novia y salvar al mundo de horribles criaturas del espacio. Currículum con monstruos es una divertida obra que se vuelve oscura y siniestra por momentos, una pesadilla hecha carne sobre la esclavitud del trabajo y los ambientes laborales nocivos en un mundo tan gris como deprimente. La novela, que llega bien regada de fina ironía y humor negro, nos ofrece una lectura sumamente amena plagada de guiños y referencias al infame imaginario lovecraftiano. Browning Spencer construye con todo ello una trama delirante donde continuamente se difuminan los límites entre realidad y ficción, entre cordura y locura, en la que el lector se enfrenta a un mundo tedioso donde el trabajo se convierte en lo que nos aliena a todos y nos transforma en meros zombis: los títeres de los sombríos planes de los Primigenios.

VALORACIÓN


FICHA
Currículum con monstruos
William Browning Spencer
Editorial Gigamesh
Traducción de Nuria Salinas
Tapa dura, 336 páginas
18 euros

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