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viernes, 2 de julio de 2021

Reseña: Duramadre, de Víctor Sellés

SINOPSIS: Cuando el cáncer pone a su abuelo contra las cuerdas, Lorena viaja desde Sevilla a Madrid para cuidarlo. Ambos lidian con la culpa por la desaparición de Daniel, el hermano menor de Lorena. La chica intentará reinventarlo mediante sueños lúcidos y hará lo imposible para encontrarse con él en el mundo onírico y mantenerlo así con vida. Por su parte, el anciano carga con un pasado que destruyó a su familia para siempre, un peso que tratará de redimir dando caza al responsable de la ola de asesinatos que asola la ciudad.
Víctor Sellés vuelve a rebasar los límites de los géneros literarios en una atípica novela negra con tintes sobrenaturales en la que la venganza, el remordimiento y la necesidad de redención se entrelazan en un juego de dimensiones alternativas donde los límites entre lo real y lo ficcional se difuminan y confunden como en un laberinto de espejos.


RESEÑA: La nueva novela del madrileño Víctor Sellés nos lleva precisamente a su ciudad natal para ofrecernos una atrevida fusión donde nos sumerge en una historia de dolor, secretos, traumas y segundas oportunidades, jugando a mantener un delicado equilibrio entre realidad y ficción. Si con su genial Lengua de pájaros apostaba por una fantasía oscura trufada de leyendas celtas, leyendas urbanas y mundos paralelos ambientada en una Galicia mágica, con Duramadre el escritor cambia de rumbo con un entorno urbano con el quiere meternos en una novela negra poco convencional, donde sus protagonistas principales luchan por reanudar una relación rota. Un trasfondo criminal para un drama íntimo de personajes que cargan con un pasado traumático, donde el subconsciente y los límites entre realidad y ficción se acaban difuminando.
Lorena es una veinteañera sevillana que marcha a Madrid para atender a su abuelo, que está a punto de operarse de un agresivo cáncer que amenaza con poner fin a su vida. La relación entre ambos es distante y fría, pero ambos tratarán de retomar un vínculo que hace tiempo que se fue debilitando, especialmente desde la misteriosa desaparición del hermano menor de Lorena; un suceso que se alza como una siniestra piedra de toque que parece haber cambiado la vida de todos sus familiares.
Todo este drama familiar transcurre en un Madrid infernal, durante un verano bochornoso, con sus calles convertidas en el coto de caza de un depredador al que pocos parecen prestar atención. Y es que tres chicas han aparecido ya muertas, y todo hace temer que no serán las últimas a menos que alguien haga algo.  Y es precisamente el Viejo, el abuelo de Lorena, el único que parece preocuparse por esta brutal espiral de muertes. Con casi 80 años a sus espaldas, con un físico imponente y un pasado tan oscuro como sospechoso, el Viejo empezará a obsesionarse con el desconocido asesino al tiempo que tiene que aprender a retomar el contacto humano con su nieta después de toda una vida de soledad y aislamiento.
"Duele porque algo tiene que doler siempre para que uno pueda certificar que sigue vivo y respirando. Duele, porque el dolor es una de las pocas cosas que separa de forma inconfundible la vida de la muerte".
Sellés construye su novela con estos dos puntos de vista principales, que se van turnando para ir hilvanando la trama, a través de capítulos sumamente breves (en ocasiones de una sola página, nunca más de dos o tres), y todos ellos narrados en tiempo presente. También se irán intercalando los recuerdos del pasado de abuelo y nieta, rememorando algunos momentos clave de sus vidas que los han llevado hasta este punto de desesperación y añoranza.  Un tercer punto de vista, que solo aparece de forma muy puntual, nos ofrece el siniestro mundo del monstruo, ese asesino en serie sin rostro que se oculta en las calurosas e infernales calles madrileñas. Y es que si algo caracteriza los protagonistas de Duramadre es que todos ellos son personajes que guardan sus secretos, cargando con un pasado que parece sepultarlos con el peso de una losa implacable. 
"Los desaparecidos no olvidan. Añoran sus tumbas, como los marineros perdidos el mar. Una vida es una historia y toda historia necesita un final. Ellos no están ni vivos ni muertos. Son fantasmas, y los fantasmas no descansan".
El otro elemento clave para entender Duramadre es el delicado equilibrio entre realidad y ficción en que se mueve toda la obra. Sellés otorga a sus personajes la capacidad de mezclar ambos en sus vidas diarias, donde los sueños y las presencias fantasmales se cruzan en sus caminos con total naturalidad. Tanto nieta como abuelo interactúan con estos entes imaginarios, personas que pueblan sus mentes, sus sueños, sus recuerdos o sus pesadillas, y que parecen tener la clave para desentrañar los dos misterios de la obra: la desaparición de Daniel y la identidad del monstruo que caza en Madrid.
Cabe advertir que aunque Duramadre se puede presentar como novela negra con tintes sobrenaturales, la trama detectivesca o criminal en realidad luce sobre la obra como un ligero y tenue barniz, un sutil telón de fondo para el drama íntimo de sus protagonistas. El que vaya buscando una novela negra al uso, puede llevarse una decepción; porque aunque existe un asesino y las victimas trufan el paisaje urbano de un Madrid infernal, son apenas un trasfondo para narrarnos la trágica relación entre nieta y abuelo.

EN CONCLUSIÓN: Como ya hizo en su anterior novela, Víctor Sellés nos ofrece una atrevida fusión de géneros para contarnos la historia de unos personajes heridos, que portan a sus espaldas un pesado pasado, cargado de dolor y mentiras. Lorena y el Viejo tendrán que aprender a convivir de nuevo, después de toda una vida cargando con traumas y heridas del pasado, mientras a su alrededor un monstruo sin rostro caza en la ciudad. Duramadre es una lectura que nos muestra las heridas ocultas que portamos con nosotros durante toda la vida, los traumas y dolores del alma, los secretos que tuercen nuestra existencia para siempre. Con un elenco de personajes cargados de heridas emocionales, el autor madrileño construye una historia sobre redención y segundas oportunidades, todo ello con un trasfondo con toques de novela negra, onirismo surrealista, realismo tremendista y mucha humanidad. Y es que a pesar de la dureza de muchos de sus elementos, Sellés logra hacer que el lector empatice con la soledad y los miedos de dos personas que solo se tienen el uno al otro para tratar de seguir adelante. Y en ocasiones eso es lo único que se necesita para no rendirse antes de tiempo.


VALORACIÓN

FICHA
Duramadre
Víctor Sellés
Obscura editorial
Tapa blanda con solapas, 286 páginas
17,90 euros (en ebook por 4,65 euros)




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