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martes, 8 de junio de 2021

Reseña: El morador, de Daria Pietrzak

SINOPSIS: Cuando Lis regresa a la granja familiar tras una prolongada ausencia para dar un último adiós a su abuela no estaba preparada para enfrentar el aterrador secreto que había permanecido encerrado entre sus cuatro paredes durante todos aquellos años. A medida que se sumerge entre los recuerdos de su infancia en busca de respuestas comienza a comprender que su vida, y la de su abuela antes que ella, ha estado marcada desde el principio por una sombra, una presencia constante, desconocida y perversa, surgida de la oscuridad de primitivas leyendas y mitos. Un ente que reclama su cuerpo y no la dejará marchar.
Lis tendrá que resistir para no sucumbir ante el influjo de un ser que tratará de devorar su carne y poseer su mente, y luchar para conservar la cordura mientras se precipita de lleno en un mundo de dolor, perversión y rencor.
Esto es una historia de brujas antiguas y nuevas, de maldiciones que viajan a través del tiempo, pasando de una generación a la siguiente como una cruel herencia, y de seres demoníacos, más ancianos que el mundo que habitan, que moran entre nosotros como un huésped indeseado, infectando nuestras almas y corrompiendo nuestras vidas.


RESEÑA: La casona solitaria y maldita, el lugar terrible al que nunca querríamos ir pero que siempre nos atrae cuando aparece en las páginas de una novela tienen una larga y horripilante tradición literaria. De Poe a Hodgson pasando por Lovecraft, Jackson o King, son muchos los autores que han gozado encerrándonos en la morada del horror. A tan insigne lista se une ahora cono honores Daria Pietrzak, que nos abre la puerta de su terrible granja Szahen, donde nos enfrentaremos a una amenaza tan antigua como informe que ha marcado la vida de distintas generaciones de personajes.
El morador se inicia con Lis regresando a la casa de campo de sus abuelos, donde pasó los mejores veranos de su infancia en compañía de su hermano. Ahora, veinte años después y tras el fallecimiento de su abuela, vuelve allí para hacerse cargo de la herencia, pero no tardará en notar una presencia tan intangible como maliciosa, que parece empapar cada rincón del lugar.
Pietrzak inicia su novela de una forma idílica y casi inocente, presentándonos el refugio campestre de unos niños que disfrutan de su visita anual a un paradisíaco edén estival, en compañía de sus adorables abuelos. La presentación de esta bucólica granja, hogar de los gozosos recuerdos de sol y solaz del pasado, pronto empezará a tomar un rumbo mucho más siniestro. Y es que tras esta luminosa presentación y una vez de regreso al presente, la primera visita de Lis a la granja y su conversación con la mejor amiga de su abuela empezarán a despertar su inquietud.
A partir de entonces se irá desplegando una trama construida en forma de telaraña, donde la autora va a ir saltando entre distintos personajes y distintos momentos temporales, para retroceder hasta el pasado de la misteriosa granja y desvelar el origen del horror que mora en su interior. Un puzle de voces, una verdadera matrioska de personalidades e historias interconectadas que logra mantener seducido al lector durante toda su trama, mientras busca como encajar las piezas que Pietrzak va dejando caer durante su sugerente narración.
"Necesitaba comprender lo que había sucedido y a lo que me enfrentaba y puesto que la información que estaba en mi poder era escasa e inconexa, me decidí a encontrar las respuestas al enigma por mi propia cuenta; después de todo, ahora yo también era parte de aquella historia, el último eslabón, y merecía conocer los hechos que me precedían el tiempo."
La granja de los Szahen, o de Clara y Daniel, se convierte en el otro gran protagonista de la obra, un lugar con personalidad propia. Una personalidad siniestra que la autora va desarrollando de forma sutil,  dotando al ambiente del lugar de una pesadez tan densa como amenazante. Grandes ejemplos de ello los tenemos en la narración del primer descenso al sótano de Lis o la 'visita de trabajo' del policía Ray Gamber a la granja. 'Descensus ad inferos' que sirven para ir construyendo la vida de un lugar que atrapa y ahoga a todos los que atraviesan sus puertas.
Igual de importante para la obra es la localidad de Hoverfield, el pueblo cercano a la granja y donde Pietrzak nos ofrece una magnífica galería de personajes secundarios que gozan de los cotilleos y hablillas típicas de los lugares pequeños. Todos ellos serán testigos de excepción o protagonistas directos del drama terrible que se desarrolla a su alrededor, con momentos que recuerdan al horror rural lovecraftiano (inevitable el recuerdo al genial El horror de Dunwich), y que se da la mano con las leyendas y tradiciones populares brujeriles de Europa del este. Todo ello sirve a la autora para ir construyendo un puzle de horror, amenaza, pérdida, sufrimiento, angustia, secretos y terror que mantiene en vilo al lector hasta la última línea.
Cabe destacar que la obra juega a dejar muchas puertas abiertas, sin dar una explicación cerrada a todo lo que vivimos durante la historia. Personajes que pasan por sus páginas para desvanecerse en las brumas del misterio o sucesos siniestros que quedan a la interpretación del lector, con las pistas que ha ido recogiendo; todo ello conforman un gran tapiz que, como la vida misma, no tiene porque quedar plenamente desvelado. Y es que como muestra el mismo desenlace de la historia de Lis (para mi gusto una excelente y siniestra elección para despedirnos de ella) o el último capítulo, que forma una especie de epílogo para toda la novela, la bruma del misterio y la duda sigue siendo la compañera perfecta para el terrible morador de la granja Szahen.
Como es habitual la edición en tapa blanda de Dilatando Mentes es un delicia, que además llega muy bien acompañada con prólogo de Guillermo Mas y postfacio de Santiago G. Soláns (alias Sagacomic); y tampoco me quiero olvidar de mencionar la genial portada de Raúl Ruiz, con un estilo a película ochentera que le viene como anillo al dedo a la siniestra historia de Daria Pietrzak.


➤EN CONCLUSION: En El morador viajamos a un oscuro caserón donde mora una amenaza informe, alrededor del cual Daria Pietrzak construye una novela coral, narrada con una estructura de matrioska que nos permite ir variando nuestro punto de vista a lo largo de la obra y ahondando en su siniestro pasado. Lo que en principio puede parecer un acercamiento a una historia muy trillada (la casa maldita) se convierte en una lectura absorbente, guiada por la narración seductora y cuidada de Daria Pietrzak, que se mete al lector en el bolsillo con una ambientación amenazadora y perversa, y una diversa galería de personajes. Ese nos permite disfrutar de una ágil narración coral, donde viviremos un mismo evento desde diferentes perspectivas, y que nos dejará ir escarbando en el oscuro pasado para reconstruir la historia de una amenaza informe. Con un final bastante abierto, que a unos lectores puede dejar descolocados y a otros encantará, Pietrzak nos entrega una cautivadora novela de horror que deja con las ganas de volver a releerla para perderse de nuevo entre los campos de dientes de león y las paredes vetustas de la granja Szahen.


VALORACIÓN

OTRAS RESEÑAS

FICHA
El morador
Daria Pietrzak
Dilatando Mentes
Tapa blanda con solapas, 302 páginas
18,95 euros

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4 comentarios:

  1. Esta editorial está sacando cosas muy interesantes, pero tienen muy mala distribución. Que en Amazon aparezca todo como no disponible tampoco ayuda. Al final hay que tirar de la página de la editorial a la fuerza. Me la apunto en cualquier caso.

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  2. Mmm hace tiempo que no leo algo de este estilo X)

    Gracias por la reseña!

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