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martes, 27 de octubre de 2020

Reseña: Antisolar, de Emilio Bueso

SINOPSIS: Esta es la crónica de cómo viajamos hasta la cara oculta del mundo para alcanzar lo más hondo del Agujero. De cómo hicimos para atravesar latitudes adonde jamás ha llegado la luz del sol, adonde la oscuridad lacera y muerde con la fuerza de los glaciares. Seguimos adentrándonos con determinación en la negrura terminal. Seremos leyenda o pasto de la mente colmena.


RESEÑA: Con Transcrepuscular (aquí mi reseña), inicio de la trilogía de los Ojos Bizcos del Sol, Emilio Bueso nos presentaba una sugestiva mezcla de fantasía y ciencia ficción, que descolocaba pero atrapaba al lector en su telaraña. Con una trama tan sencilla como efectiva (la persecución de un misterioso ladrón), el escritor castellonense nos llevaba de caza por un mundo de climas extremos donde los seres humanos viven de forma simbiótica con caracoles que les ofrecen habilidades especiales. Una primera parte donde se deslumbra al lector con una ambientación tan original como llamativa, aprovechando este sugerente ‘worldbuilding’ para construir una ágil novela de aventuras, en compañía de un singular y conflictivo grupo de personajes.
En Antisolar asistimos a la continuación de la odisea del Alguacil, el trapo y compañía que ahora los lleva a penetrar el oscuro y helado Agujero del mundo, la misteriosa zona donde parece que se esconde el secreto de los Antiguos. La búsqueda de la reliquia robada los obligará a unir sus fuerzas con los desconocidos habitantes de este lugar de noche perpetua, no tan desolado y muerto como podría sospecharse.
Bueso sigue aprovechando su efectiva mezcla de fantasía y ciencia ficción para lanzar al lector a lo que ya casi podríamos calificar de ópera espacial desbocada, y donde la persecución nos permite explorar con mayor profundidad el soterrado conflicto de dos mundos muy diferentes. Un misterioso conflicto que ante el aparente desconocimiento y desconcierto de la mayoría de los personajes, lleva desarrollándose en este hostil y extremo mundo crepuscular desde hace milenios. Es así como mucho de lo que ya se insinuaba en la primera parte de la saga, ahora empieza a desvelarse ante el lector, que podrá empezar a montar el puzle del tablero de juego donde se enfrentan los Antiguos y la Gran Colonia. 
Todo ello gracias a la complicidad tendida con el lector, en ese juego entre lo que nosotros sabemos y los personajes apenas pueden adivinar. Y es que la saga de Bueso consigue exprimir al máximo ese célebre adagio de Arthur C. Clarke que dice que cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es prácticamente indistinguible de la magia; y en Antisolar vuelve a guiarnos por un mundo donde muchos de los personajes apenas entienden lo que les rodea, y tienen que limitarse a encogerse de hombros para calificarlo de hechicería. El lector, en cambio, se hace una idea muy cabal y reveladora de aquello con lo que se va topando en su viaje por este mundo helado.
Una novela que sigue explorando la rica (a la par que repulsiva) imaginería de caracoles, babosas, moluscos, crustáceos, gasterópodos y mil criaturas más con todo tipo de conchas de este mundo alienígena; y donde Bueso nos muestra sus singulares sociedades, cultos y creencias basadas en las simbiosis de babas y caparazones. Una historia donde el lector asiste como espectador al conflicto (unas veces físico, otras meramente dialéctico) entre las sociedades individualistas y las inteligencias colectivas, ambas pugnando por un dominio en el que los seres humanos parecen meros monigotes secundarios. Todo ello mientras la historia nos lleva a recorrer una deslumbrante imaginería de hielo, fumarolas, volcanes helados, hongos siniestros y ajenos paisajes alienígenas que pueblan un mundo que sorprende y seduce al lector de forma inevitable.
Como ya ocurría con su primera parte, Antisolar es una lectura sumamente adictiva con un elogiable ritmo narrativo, tan ágil como ameno. Todo ello gracias a sus capítulos breves y una trama que apenas otorga un momento de respiro, lo que hace que esta segunda entrega se devore en un pis pas. A favor de la historia también juega la divertida comicidad a cargo de personajes como el trapo, Pico Ocho, o diversos secundarios que van trufando la novela de descacharrantes momentos ya sea gracias a su deslenguado comportamiento, sus guiños cómplices al lector o por culpa de alocadas babosas traductoras. Algo que encaja a la perfección con el estilo seco y directo, socarrón y cínico, pero con su delicadas cotas de lirismo siniestro, de Emilio Bueso.
En Antisolar el mundo del Círculo Crepuscular amplia sus límites, desvelando al lector muchos de los secretos y misterios que se ocultan en el Agujero del mundo. La persecución del misterioso ladrón de la ancestral reliquia hará que los protagonistas tengan que dejar de lado muchas de sus presunciones y presupuestos para hacer causa común con sus supuestos enemigos. Bueso construye una ágil y entretenida aventura, con mucho humor cafre y alocado, en un poderoso y llamativo entorno que seduce la imaginación del lector desde la primera línea. Exprimiendo al máximo su mundo simbiótico, tan repulsivo como sugerente, el autor castellonense nos trae una gran dosis de respuestas en su segunda entrega, al tiempo que lanza de cabeza a sus personajes en dirección al objetivo final. Con un desenlace demasiado brusco que, como la primera novela, nos deja en un 'cliffhanger' final de esos que nos arrastra de forma inevitable hacia el siguiente libro, la verdadera conclusión que debe ofrecernos la largamente esperada Subsolar.


VALORACIÓN

FICHA
Antisolar (Los ojos bizcos del sol, 2)
Emilio Bueso
Gigamesh
Tapa blanda, 384 páginas


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