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miércoles, 22 de julio de 2020

Reseña: Lengua de pájaros, de Víctor Sellés

SINOPSIS: Todas las cosas de este mundo y el otro están conectadas por hilos invisibles.
Durante miles de años, los druidas han trabajado para reparar las brechas que nos unen con el Mundo Borroso y mantener a raya a las criaturas que habitan al otro lado. Desafortunadamente, sus intentos no siempre han surtido efecto.
Abel nunca ha entendido por qué su madre lo mira como si no fuera su hijo, como si no perteneciera a este mundo. Con la ayuda de su amiga Tania, deberá enfrentarse al misterio de su origen y adentrarse en el Mundo Borroso, cuyos moradores amenazan la aparente tranquilidad de Arbientes, un pequeño pueblo gallego que esconde más secretos de los que sus lugareños imaginan. Cuando ambas dimensiones comiencen a colisionar, cerrar el portal que las separa estará en manos de los misteriosos personajes que vigilan este extraño universo.
Víctor Sellés nos presenta una novela de iniciación a caballo entre la fantasía y el terror en la que las antiguas tradiciones mágicas y los cuentos de hadas cobran vida para proteger al mundo de una dimensión que, por embelesadora que pueda parecer, es mejor que permanezca oculta.



RESEÑA: La mezcla de estilos o géneros siempre puede resultar una forma refrescante de llevar al lector por veredas que, al mismo tiempo le resultan conocidas, guardan agradables sorpresas para el viaje. Esto es algo que demuestra a la perfección la primera novela en español de Víctor Sellés, que aunque ya había publicado un par de obras en inglés bajo el seudónimo de Terry Graves los aficionados al fantástico en español lo reconoceréis por su participación en diversas antologías de género. Con Lengua de pájaros el autor madrileño embarca al lector en una sugerente fusión de fantasía y terror con una poderosa historia con tintes de folk horror gallego donde las leyendas feéricas se mezclan con la más dura realidad para hablarnos de lucha y supervivencia, del poder de la imaginación y de la literatura, del orgullo de los inadaptados y de cómo encontrar nuestro lugar en el mundo.
En Arbientes, un pequeño pueblo de la costa gallega, viven Abel y su madre María. El primero es un niño débil y enfermizo, que apenas era capaz de caminar por si solo pero que gracias a los cuidados de su religiosa madre ha logrado ser capaz de valerse por si mismo. Pero su vida se reduce a sufrir el acoso de sus compañeros de clase, que lo persiguen por las deformidades de su cuerpo y su inteligencia. Para Abel su único refugio son las lecturas que le legó su fallecido padre y su imaginación. Su solitario camino lo llevará a cruzarse con Tania, una chica algo mayor que también se siente fuera de lugar en Arbientes y que escapa a diario de un hogar desestructurado para refugiarse en su arte y sus tatuajes. Su existencia marginal los llevará a explorar un antiguo castro celta los hará tropezar con una realidad que puede tener las respuestas a preguntas que Abel nunca se ha hecho.
Entrelazada con esta historia se encuentra la de Luna, una joven que vive con los últimos druidas, los encargados de vigilar las entradas al peligroso Mundo Borroso. A través de las drogas, Luna es uno de los escasos enlaces que les permite adivinar donde se puede producir un desgarro entre mundos, que ponga en peligro nuestra existencia dejando entrar a los peligroso seres de la corte feérica. Cuando Guillemot, uno de los druidas más veteranos, la elige como su enlace personal sabe que puede acabar muerta pero la alternativa que se le ofrece es todavía peor.
Con estos personajes (y una galería de secundarios igual de importantes, de los que hablaré más adelante) Víctor Sellés construye una narración emocionante que se cimenta sobre las mitologías gallegas, cántabra o astur, las leyendas feéricas, los novelas de mundos paralelos (desde Peter Pan a Alicia en el país de las maravillas) e incluso la sugerente mitología paranormal moderna y de las leyendas urbanas. El autor madrileño reúne todos estos elementos tan dispares para construir su Mundo Borroso, una dimensión paralela o fuera de nuestro mundo ‘real’ tan seductora como peligrosa.
Con un hibridaje fascinante que recordará al lector a historias como la trágica El laberinto del fauno de Guillermo del Toro o la siniestra El gran dios Pan de Arthur Machen, y compartiendo esa misma visión que reinterpreta de forma mucho más oscura y peligrosa (y más cercana a sus orígenes paganos) los cuentos de hadas, Sellés crea un palpitante y original acercamiento al tema de los mundos paralelos. El peligro que acecha a los mortales en los lugares liminares, donde moran seres que apenas podemos lograr a comprender, nos llevará muy cerca del abismo donde moran las pesadillas lovecraftianas o los temores de Machen.
Pero si fascinante es la propuesta del Mundo Borroso, lo que de verdad engancha al lector son los personajes con los que se encuentra en Lengua de pájaros. La emotiva amistad que surge entre Abel y Tania, dos personajes heridos y rotos por el mundo de los adultos, nos irá desvelando la traumática existencia de ambos y los refugios que han construido para protegerse. Dos inadaptados que encuentran una vía de escape a sus torturadas vidas en la imaginación, ya sea a través del arte visual o las novelas plagadas de aventuras. Víctor Sellés logra hacernos empatizar con las difíciles vidas de ambos personajes, y casi sin darnos cuenta acabamos empapándonos con sus miedos más profundos y compartiendo sus ansias de libertad.
Igual de fascinante resulta la galería de secundarios, que a pesar de su desigual peso en la trama son plasmados por Sellés sobre el papel con la suficiente habilidad para lograr hacernos conectar con ellos e incluso entenderlos (por muy miserables e inhumanos que puedan ser). Desde la religiosa y torturada María, una madre incapaz de aceptar quién es su hijo hasta esa tía Encarni que carga con un legado milenario que no puede comprender del todo pero que está decidida a llegar hasta el final al precio que sea; pasando por el viejo druida cuya misión le ha lastrado con una larga lista de muertes a sus espaldas; Luna, la chica adicta a todo tipo de drogas dispuesta a arriesgar su vida por un bien superior o Paulino, el anciano cura del pueblo que sabe que Galicia es un lugar con una idiosincrasia muy particular. Personajes que, en definitiva, se alejan de estereotipos planos para mostrarse como seres humanos reales, llenos de defectos y virtudes, a los que el lector no podrá etiquetar con simplicidad como “lo buenos o los malos” de la historia.
Y es que el lector descubre desde muy pronto que la obra de Sellés no aboga por el escapismo. Si Lengua de pájaros nos sumerge en el horror feérico o sobrenatural reinterpretando de forma mucho más oscura las historias de Peter Pan o Alicia, esto se solapa con una vida cotidiana y moderna igual de dolorosa y despiadada. Y es que el autor madrileño trata de forma clara pero con extremo cuidado temas tan preocupantes como el acoso escolar, las drogas o los abusos a menores.
No en vano los protagonistas principales de la novela son jóvenes heridos, diferentes, que no encajan en el mundo de los adultos que los rodea y que tratan de evadirse de diferentes formas: Abel con su pasión por la lectura, Tania en la paz que le trae los tatuajes, y ambos en los mundos imaginarios que construyen como refugios. Refugios que se verán amenazados por esos adultos que deberían protegerlos, las figuras paternas que deberían ser los guardianes de su inocencia pero que en cambio se tornan en las principales amenazas de sus existencias.
Bebiendo de los mitos celtas, las leyendas feéricas, los mundos paralelos de la literatura fantástica universal, las leyendas urbanas o el folk horror, Víctor Sellés construye con su Lengua de pájaros una sugerente historia de personajes inadaptados, que se encuentran perdidos o completamente fuera de lugar en el mundo real. Su huida los hará toparse de frente con un Mundo Borroso no menos amenazante y mucho más siniestro de lo que los cuentos de hadas o la literatura de mundos paralelos suelen mostrar. Un subyugante relato donde se mezcla con habilidad la fantasía y el terror, y que atrapa al lector desde su primera página, logrando mantener un ritmo ágil y equilibrado a lo largo de toda su extensión. Y aunque nos encontramos ante una historia trágica y emotiva, donde ninguno de los personajes lo tiene fácil para decidir el camino a seguir, Sellés logra crear un poderoso desenlace para la historia, oscuro pero esperanzador.
Una vez más cabe recalcar la cuidada edición de Obscura editorial, con una obra publicada en formato tapa dura de gran calidad que nos permite disfrutar como merece de la fascinante novela Sellés. Tampoco me quiero olvidar de mencionar la sugerente y oscura portada realizada por Laia Baldevey, que captura a la perfección la pesadilla onírica en la que puede convertirse los Mundos Borrosos. Así que si sois de los que os gusta mirar de frente al abismo, no tardéis en acercaros a Lengua de pájaros.


VALORACIÓN

FICHA
Lengua de pájaros
Víctor Sellés
Obscura Editorial
Tapa dura, 342 páginas


3 comentarios:

  1. Muchísimas gracias por acercarnos a este título y a este autor. La verdad es que ya había visto con anterioridad esta novela, pero desconocía su argumento. Eso de que juegue con varios géneros, transcurra en un lugar como Galicia y haya druidas de por medio, no puede hacerla más seductora para mí, así que creo que este va a ser uno de los títulos que compre mañana para celebrar este tardío Día del libro.

    Un saludo.

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    1. Como me alegra Rebeca, para mí es uno de los libros del año. Espero que lo disfrutes tanto como yo, un saludo y gracias por pasarte a comentar 😉

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  2. Estupenda lectura. Gracias por la recomendación. Una edición muy cuidada, al menos en tapa dura, que es la que yo compré. Incluía tres cartas de la baraja de los druidas como marcadores de página. Referente a lo que comentas de la conclusión de la historia, es cierto que es un final muy acertado, encaja a la perfección. Cada pieza en su sitio. Pero para mi gusto personal, demasiado perfecto. Será que me gusta un poco de caos. De todas formas, es un libro muy bien escrito, que atrapa y no decepciona. Los personajes, soberbios.

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