SINOPSIS: La incesante guerra entre las belicosas ciudades estado de Quon Tali se recrudece. Tan absortos están los señores guerreros y los príncipes en sus pequeñas rencillas que pocos notan que un advenedizo mago de Dal Hon ha logrado el control de los mares del sur. Pero algunos poderes están alarmados.
Al mismo tiempo, mientras Purge y Tali se entregan a lo que parece ser su interminable juego de guerra, un mercenario atrapado en la lucha entre los dos estados de repente se niega a seguir el juego y causa todo tipo de caos. Simultáneamente, un par de fugados del Castillo Gris se abren paso a través de este devastado paisaje de llamas y carnicería. Su intención es buscar a la legendaria Guardia Carmesí.
Y luego está Kellanved a quien no le importa un bledo nada de este mezquino politiqueo o estrategia o guerra. Otro asunto, mucho más misterioso, ha llamado su atención y, junto con un Danzante renuente y decididamente escéptico, atraviesa continentes y recorre los Reinos en su búsqueda... Pero este antiguo misterio que tanto ha cautivado a Kellanved no es esotérico ni efímero. No, es de un matiz completamente más oscuro y más peligroso. Involucra a las razas ancestrales, y más específicamente (y sin duda de manera más alarmante) al semi-mítico y universalmente temido Ejército de Polvo y Huesos.
Seguramente nadie en su sano juicio sería tan loco como para emprender un viaje del que ninguno ha regresado. Bueno, nadie excepto Kellanved...
RESEÑA: En un tiempo realmente corto Ian C. Esslemont ha sido capaz de completar su nueva trilogía precuela de Malaz, una historia centrada en el surgimiento del Imperio malazano y con Kellanved y Danzante como protagonistas principales. Las dos primeras entregas de Path to Ascendancy habían logrado una excelente mezcla entre el potente y multicoral universo malazano y un tratamiento mucho más ligero y dinámico. Sin embargo, esta tercera entrega no ha logrado cumplir con las expectativas: Kellanved's Reach peca (sobre todo en su tramo final) de un apresuramiento que estropea gran parte del gozo lector. Eso por no mencionar otro asunto sobre la cronología canónica de la saga que tocare de forma cuidadosa más adelante.
Tras el excelente inicio con
Dancer's Lament y la magnífica continuación
Deadhouse Landing, Esslemont nos lleva de vuelta al continente de Quon Tali, donde
Kellanved y Danzante ya se preparan para continuar su búsqueda del
legendario ejército de polvo y hueso. La toma del poder en la diminuta isla de Malaz no parece llamar la atención de los diversos
reinos y confederaciones del continente, que siguen envueltos en
sus propias guerras. Pero un conjunto de guerreros, magos y diversos personajes se están reuniendo en torno a los nuevos señores de Malaz.
La tercera entrega de la saga sigue manteniendo el
ágil enfoque multicoral, con diversos personajes repartidos por Malaz y Quon Tali, y en los que el lector veterano del universo malazano reconocerá un
buen puñado de viejos conocidos tanto del Libro de los Caídos de Erikson como del Imperio del propio Esslemont. Sin duda, el principal interés sigue recayendo sobre
Kellanved y Danzante, una pareja de aventureros tan cómica como excelentemente complementaria: el loco mago dalhonesio y el hábil asesino siempre logran mantener la confianza mutua para salir de los embrollos más inesperados.
Aunque la novela logra mantener un excelente ritmo, alternando las diversos hilos argumentales (con nuevos personajes como Gregor y Haraj en busca de la Guardia Carmesí, o el mercenario Orjin Samarr demostrando su habilidad como líder en las guerras de Quon Tali), este último libro tiene
un tramo final tremendamente desajustado. Y me explico: aunque toda la trilogía es mucho más ligera que el resto de novelas malazanas, el final de
Kellanved's Reach resume en una sola línea la toma de una ciudad, la derrota de un poderoso cuadro de magos o la salvación de determinado grupo de guerreros. Como si Esslemont hubiera sentido una tremenda
prisa por cerrar tramas que hubieran dado para muchas más páginas. Todo tan
atropellado y excesivamente acelerado que estropea la conclusión de una saga que había mantenido un nivel excelente.
No puedo dejar de mencionar tampoco el
desastroso intento de "ajuste" en la cronología que Esslemont ha realizado en su novela. Era
tan innecesario como inefectivo: ¿por qué razón cambiar algo que estaba firmemente asentado en la mente de los lectores de Malaz y con numerosas referencias en los diversos libros de sus sagas? Con el cambio introducido por Esslemont en la cronología interna del Imperio, lo único que consigue es
sembrar nuevas incoherencias e inexactitudes en lugar de arreglar nada.
¿Qué vendrá después? Lo cierto es que aunque esta tercera entrega cierra
Path to Ascendancy todavía queda un buen trecho temporal hasta los sucesos de
La noche de los cuchillos o el inicio de
Los jardines de la Luna, con lo que Essslemont tiene mucho material para desarrollar. En
un reciente ensayo el propio Steven Erikson nos confirmaba que su amigo Cam
[Esslemont] trabaja ya en una nueva trilogía malazana... pero todavía no sabemos nada sobre su trama. Seguro que no tardaremos mucho en descubrirla.
Aunque
Kellanved's Reach arranca de forma interesante para cerrar la trilogía precuela de Malaz su conclusión se vuelve precipitada y en exceso apresurada. El duo cómico-aventurero de
Kellanved y Danzante siguen siendo el principal atractivo, que nos lleva a la búsqueda de un legendario, milenario y letal ejército, mientras
Torva, Dassem Ultor y Tayschrenn sientan las bases de las fuerzas de choque del Imperio. Con una trama
multicoral y ágil, la novela tiene un desenlace tan apresurado y condensado que
estropea (en parte) la conclusión de lo que ha sido una
divertida y entretenida trilogía, mucho más ligera de lo que nos tiene acostumbrado el complejo universo malazano y que podría haber tenido un
tratamiento mucho más extenso y profundo.
VALORACIÓN
Kellanved's Reach (Path to Ascendancy, 3)