Páginas

martes, 15 de marzo de 2016

Espadas y Estrellas: la Rebelión de la Fe Militante (2)

[Viene de la primera parte]
A su muerte en 42 DC Aenys I había dejado un reino sumido en el caos, con el Septón Supremo encabezando una revuelta en contra de las costumbres pecaminosas de los Targaryen. Los Hijos del Guerrero y los Clérigos Humildes perseguían a los fieles a la corona, y docenas de señores de los Siete Reinos rechazaban la autoridad del Trono de Hierro.
Aenys dejó una numerosa descendencia, pero el heredero del reino era claro: su hijo mayor Aegon, príncipe de Rocadragón. Es verdad que había sido su matrimonio con su hermana Rhaena el que había desencadenado la crisis pero la ley era clara al respecto.
Sin embargo, ambos estaban lejos cuando el rey Aenys falleció: la pareja sufría el asedio de los rebeldes en las fortaleza de Refugio Quebrado, en las Tierras del Oeste. En Rocadragón las cosas se desarrollaron de una forma inesperada cuando la viuda de Aegon el Conquistador, Visenya Targaryen, montó en Vhagar y voló hacia Pentos. Allí era donde se encontraba exiliado desde 39 DC su hijo Maegor, cuando le despojaron del cargo de Mano del Rey por su segundo matrimonio con Alys Harroway. Ahora Visenya llegó para comunicarle la muerte de Aenys I e inmediatamente Maegor montó en Balerion para regresar a Rocadragón donde se hizo coronar rey de los Siete Reinos con la corona de acero valyrio del Conquistador.
El rey Maegor I (por M. Komarck).

A pesar de que se trataba de un acto totalmente ilegal, con el heredero legítimo ignorante de lo que ocurría, solo un miembro del consejo real se atrevió a señalarlo:
"El Gran Maestre Gawen protestó, señalando que por las leyes de la herencia el príncipe Aegon, el hijo mayor de Aenys, debía ser rey. La respuesta de Maegor fue declarar el maestre un traidor, condenarlo a muerte, y cortarle la cabeza de un solo golpe con Fuegoscuro. Después de eso, muy pocos se atrevieron a apoyar el derecho de Aegon. Los cuervos volaron, declarando que un nuevo rey había sido coronado: uno que trataría con justicia a sus fieles seguidores y les daría muerte como a traidores a aquellos que se le oponían."


El principal problema al que tuvo que hacer frente Maegor I durante su reinado fue la Rebelión de la Fe Militante, que tenía a todo el reino sumido en el caos. Uno de los principales lugares fuertes de los rebeldes era la misma capital, Desembarco del Rey, donde los Hijos del Guerrero y los Clérigos Humildes se habían hecho fuertes en el Septo de la Conmemoración y la medio construida Fortaleza Roja.
Para dejar bien claro a sus vasallos lo diferente que era del pusilánime Aenys I, el nuevo monarca de Poniente pasó rapidamente a la acción:
"Maegor voló directamente a la ciudad [Desembarco del Rey], sin miedo, sobre Balerión, y levantó el dragón rojo de la Casa Targaryen en la colina de Visenya para congregar a los hombres. Miles se unieron a él."
No cabe duda de que Maegor, que había sido nombrado caballero con solo 16 años y siempre había disfrutado con la lucha, era un hombre de acción (como demostraría de sobra a lo largo de su combativo reinado). Fue entonces, en la cima de la colina de Visenya y rodeado de sus teóricos enemigos, cuando tuvo lugar una de esas escenas que parecen sacadas directamente de la leyenda más que de la historia:
"Entonces Visenya desafió a que cualquiera que negara el derecho de Maegor a gobernar demostrara su valía, y el capitán de los Hijos del Guerrero aceptó el desafío. Ser Damon Morrigen, llamado Damon el Devoto, se mostró de acuerdo a celebrar un Juicio de Siete a la manera antigua: Ser Damon y seis Hijos del Guerrero contra el rey y sus seis campeones."
Emblema de la Casa Morrigen.

Como no podía ser de otra manera, el fiero rey Maegor pretendía resolver el conflicto con la Fe de la única manera que sabía: combatiendo. Lo cierto es que en esta ocasión el monarca también se mostró muy hábil, porque un Juicio de Siete era un constumbre antigua que contaba con el respaldo de la Fe, ya que desde el tiempo de los Ándalos se creía que si luchaban siete campeones de cada lado, los dioses a los que honraban probablemente impartirían mejor justicia. Si derrotaba a sus enemigos en una lucha que los mismos Siete consideraban santa, no les quedaría más remedio que reconocerlo como rey legítimo y doblar la rodilla ante él. Sin embargo, las cosas no saldrían como esperaba Maegor.
El Juicio de Siete se llevó a cabo en Desembarco del Rey, aunque de los participantes en este épico y culminante momento solo conocemos a dos: el rey Maegor y ser Damon el Devoto.
"Fue una liza en la que el reino mismo estaba en juego, y las historias y relatos son muchos y con frecuencia contradictorios. Lo que sí sabemos es que el rey Maegor fue el último hombre que quedó en pie, pero recibió un duro golpe en la cabeza al final y cayó sin sentido al suelo momentos después de que el último de los Hijos del Guerrero muriera."
La victoria de Maegor había quedado en el aire, con el rey en una situación de la que nadie sabía si se recuperaría. Se dice que durante 27 días permaneció inconsciente, hasta que en el vigesimoctavo día la reina Alys Harroway llegó desde Pentos acompañada de una misteriosa mujer pentoshi: Tyanna de la Torre. Esta se había convertido en amante de Maegor durante su exilio (y hasta algunos decían que también de la misma reina Alys). La reina viuda Visenya, después de reunirse con Tyanna, le cedió el cuidado del rey enfermo.
Tyanna de la Torre, amante de Maegor I.
No sabemos que clase de conocimientos poseía Tyanna, pero lo cierto es que siempre se rumoreó que practicaba la hechicería y la alquimia. En cualquier caso fueron los cuidados de la amante del rey los que permitieron que Maegor volviera a la vida casi un mes después del Juicio de Siete, con terribles consecuencias para sus enemigos:
"El trigésimo día desde el Juicio de Siete, el rey se despertó con la salida del sol y salió de los muros. Miles lo celebraron, aunque no en el Septo de la Conmemoración, donde cientos de Hijos del Guerrero se habían reunido por sus oraciones de la mañana. Entonces Maegor montó en Balerión y voló desde la Colina Alta de Aegon a la Colina de Rhaenys y, sin previo aviso, desencadenó el fuego del Terror Negro. A medida que el Septo de la Conmemoración se quemaba, algunos trataron de huir, sólo para ser masacrados por los arqueros y lanceros que Maegor había dejado preparados. Se dice que los gritos de los hombres quemados y moribundos hicieron eco por toda la ciudad, y los eruditos afirman que una sombra se cernió sobre Desembarco del Rey durante siete días."

Maegor y Balerion quemando el Septo de la Conmemoración (por Jordi González).

Así empezó la encarnizada lucha de Maegor contra la Fe Militante, que se extendería durante todo su breve reinado. El Septón Supremo seguía mostrándose firme en su oposición al gobierno del nuevo monarca Targaryen, mientras que Maegor se dedicaba a afianzar su dominio en Poniente atrayendo a más señores a su causa (sin duda, temerosos de la brutalidad con la que trataba a los que se le oponían).
Ahora la lucha se desplazó a campo abierto, con batallas campales contra los ejércitos que habían reunidos los Hijos del Guerrero y los Clérigos Humildes. La primera batalla importante tuvo lugar en tierras del Dominio, en la villa de Puente de Piedra que alzaba sobre el curso superior del Mander:
"En la batalla de Puente de Piedra, los Clérigos Humildes sufriero multitud de bajas y se dice que el Mander corrió rojo de sangre a lo largo de veinte leguas".
Debido a este suceso el lugar cambió de nombre para siempre para conocerse desde entonces como Puenteamargo.




La batalla de Puente de Piedra (por Marc Simonetti).
Este enfrentamiento fue seguido de una batalla mayor en el Aguasnegras, donde Maegor I tuvo que hacer frente a una fuerza compuesta de 13.000 Clérigos Humildes, un centenar de caballeros miembros de los Hijos del Guerrero de Septo de Piedra y un centenar más de señores rebeldes de las Tierras de los Ríos y las Tierras del Oeste.
"Fue una batalla salvaje que se prolongó hasta la noche, pero fue una victoria decisiva para el rey Maegor. El rey voló montado en Balerión en la batalla, y aunque la lluvia ahogaba las llamas del Terror Negro, el dragón todavía dejó mucha muerte a su paso."
A pesar de tan claras victorias a favor de la corona la Fe Militante siguió oponiendo resistencia, incansable.
En el año 44 DC pareció que la rebelión podría acabarse cuando el combativo Septón Supremo falleció. No sabemos mucho del suceso, salvo que las fuentes la califican de "muerte misteriosa", por lo que podría haber una mano negra cercana a Maegor I detrás del suceso. En cualquier caso, el nuevo Septón Supremo elegido por los fieles era un hombre "afable y dócil" que trató de disolver las Espadas y Estrellas, pero lo cierto es que no pudo hacer nada por sofocar la constante violencia que azotaba las tierras del Sur de Poniente.
En 45 DC Maegor I, ante la ineficacia de los intentos del Septón Supremo por que la Fe Militante rindiera las armas, volvió a la carga contra los rebeldes. El rey instituyó un nuevo conjunto de leyes que serían conocidas como las "Leyes del Rey Maegor", que prohibía a los hombres devotos portar armas. Además puso recompensas por cualquiera que se negara a cumplir sus leyes, ofreciendo un dragón de oro por el cuero cabelludo de cada Hijo del Guerrero y un venado de plata por el cuero cabelludo de cada Clérigo Humilde.
No obstante estas medidas no tuvieron las consecuencias que Maegor esperaba, algo que recuerda más dos siglos después Lady Genna Lannister en Festín de cuervos:
"Al final, el rey Maegor tuvo que ofrecer una recompensa por ellos. Si no recuerdo mal las lecciones de historia, pagaba un dragón por la cabeza de cada Hijo del Guerrero que no se hubiera arrepentido, y un venado de plata por el cuero cabelludo de cada Clérigo Humilde. Murieron a millares, pero otros tantos siguieron recorriendo el reino, desafiantes..."
Por lo tanto, al rey no le quedó más remedio que lanzarse a una nueva campaña de persecución de todos aquellos que empuñaban las armas en su contra, acumulando aún más sangre sobre las ahítas tierras de Poniente:
"De acuerdo con un inventario de esa época, el año siguiente [46 DC] el rey trajo dos mil cráneos como trofeos de su campaña, que el rey afirmaba que pertenecían a Hijos del Guerrero y Clérigos Humildes fuera de la ley, aunque muchos pensaban que eran más probable que fueran cabezas del pueblo llano que estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado. Día a día, el reino se volvió contra el rey."
En realidad la terrible persecución de la Fe Militante fue solo una piedra más en el cúmulo de crueldades que Maegor había ido acumulando a sus espaldas y que acabarían por ganarle el sobrenombre con el que pasaría a la historia: el Cruel.  
En 43 DC Maegor había acabado con el intento de su sobrino Aegon de recuperar el trono que le pertenecía por derecho matándolo en Ojo de Dioses en un combate de dragones que prefiguró la mortal Danza de unas décadas después; en 44 DC había permitido que Tyanna de la Torre torturara hasta la muerte al príncipe Vyseris; en 45 DC había mandado asesinar a todos los trabajadores que habían tomado parte en la construcción de la Fortaleza Roja para guardarse para sí todos sus secretos. Y eso por no mencionar a las tres esposas a las que mató en persona o hizo que las mataran.
La muerte de Aegon en Ojo de Dioses (por M. Komarck).

Conociendo todos estos hechos es más fácil entender que la oposición a Maegor I fuera cada vez mayor en todos los Siete Reinos. Una vez más, a la cabeza de sus enemigos más feroces se encontraba la incansable Fe Militante:
"En 48 DC, el septón Luna y Ser Joffrey Doggett (también conocido como el Perro Rojo de las Colinas) dirigieron a los Clérigos Humildes contra el rey, y Aguasdulces se les unió."
Sin embargo, el verdadero final del reinado del Cruel comenzó cuando las grandes casas nobles abandonaron su causa siguiendo el ejemplo del mismo almirante de la Flota Real, Lord Daemon Velaryon, que se volvió contra Maegor I. Fue entonces cuando Jaehaerys, el último hijo vivo de Aenys I, presentó su reclamación legítima al Trono de Hierro y fue apoyado por uno de los señores más importantes de Poniente: Lord Robar Baratheon, señor de Bastión de Tormentas.
Maegor se sintió acorralado y abandonado por todos; y más aún cuando convocó a sus vasallos para respaldarle y solo acudieron señores menores de las tierras de la corona que poco podían hacer contra sus enemigos. Fue en esta situación tan desesperada cuando se produjo uno de esos momentos históricos que todavía permanecen velados por el misterio:
"Era bien entrada la noche, durante la hora del lobo, cuando los señores que quedaban abandonaron la cámara del consejo, dejando a Maegor meditando a solas. A la mañana siguiente, fue encontrado muerto en el trono, su túnica empapada en sangre, sus brazos con cortes abiertos por las afiladas púas del Trono de Hierro."
La muerte de Maegor (por M. Komarck).

Así terminó sus días Maegor el Cruel, sin que nadie sepa hasta hoy quién fue el causante de su muerte. Hay quienes defienden que fueron sus propios Guardias Reales los que lo asesinaro, o los que sospechan de alguno de los obreros que conocían los secretos de la Fortaleza Roja y había sobrevivido a su matanza para vengarse; o incluso que fue el propio Maegor I el que se quitó la vida antes de sufrir una derrota que ya veía inevitable. Los bardos y trovadores tiene su propia versión de la historia (que casi 250 años después sigue contándose por los Siete Reinos): fue el propio Trono de Hierro el que mató a Maegor el Cruel.
En cualquier caso todos los nobles de Poniente apoyaron a Jaehaerys cuando fue coronado rey de los Siete Reinos en 48 DC con solo 14 años. Para gobernar contó con el apoyo de su madre, la reina viuda Alyssa, y su Mano y Protector del Reino Lord Robar Baratheon. La tarea que tenían por delante no era nada fácil, con la Fe Militante todavía alzada en armas.
Jaehaerys I, su esposa Alysanne y su hijo Aemon (por Magali Villeneuve).

Pero si Jaehaerys I logró pasar a la historia como el Conciliador se debe a un hecho muy claro: fue capaz de traer la paz a un reino convulso tras el inestable gobierno de Aenys I y el sangriento dominio de Maegor el Cruel. Sin ninguna duda el logro más importante de Jaehaerys I fue lograr la reconciliación del Trono de Hierro con la Fe.
Para lograrlo contó con la ayuda del mejor amigo que tuvo nunca el rey: el septón Barth. Hijo de un herrero común, Barth servía en la biblioteca de la Fortaleza Roja cuidando de los libros y registros reales. Fue allí donde lo conoció Jaehaerys, y fue tal la amistad que los unió que acabó nombrandolo Mano. Juntos hicieron frente al conflicto con la Fe Militante, aunque no de la manera que esperaban los que les rodeaban en el Consejo Real.
"Algunos consejeros instaron al Viejo Rey [Jaehaerys I] para hacer frente a los restos de la Fe Militante con dureza y acabar con ella de una vez por todas antes de que su fanatismo pudiera volver a hacer caer al reino en el caos. Otros se preocupaban más por conseguir que los septones respondieran ante la misma justicia que el resto del reino."
Para lograr traer la paz de nuevo sus vasallos Jaehaerys I:
"envió al septón Barth a Antigua, para hablar con el Septon Supremo, y allí comenzaron a forjar un acuerdo duradero. A cambio de que los últimos Estrellas y Espadas depusiera las armas, y por acceder a someterse a una justicia externa a la Fe, el Septon Supremo recibió el juramento del rey Jaehaerys de que el Trono de Hierro siempre protegería y defendería la Fe. De esta manera, el gran cisma entre la corona y la Fe se curó para siempre."
Después de más de seis años de continuos combates y derramamiento de sangre, Jaehaerys logró devolver la paz a los campos y ciudades de los Siete Reinos. Las dos órdenes militares que había poseido la Fe durante siglos, los Hijos del Guerrero y los Clérigos Humildes, desaparecieron de las tierras de Poniente y desde entonces ningún miembro consagrado a los Siete podría portar armas. Sería el Trono de Hierro y la casa Targaryen la encargada de proteger y defender la causa de la Fe de los Siete. 
Más de 250 años después de la Rebelión de la Fe Militante una reina regente de la casa Lannister, olvidando las lecciones de historia que debió recibir en Roca Casterly, decidió que sería una buena idea devolver las armas a los Hijos del Guerrero y los Clérigos Humildes. Pero esa es otra historia de la que todavía tenemos que conocer el final...


Fuentes:
-El mundo de hielo y fuego.
-Festín de cuervos.
-Hielo y Fuego Wiki.

También en FACEBOOK y TWITTER

3 comentarios:

  1. Maravilloso,muchas gracias por escribir este relato,para mi que soy un enamorado del universo de cancion de hielo y fuego,es muy emocionante encontrar estos detalles,sigue escribiendo

    ResponderEliminar
  2. Excelente! Cersei debió de recordar bien las lecciones de historia antes de romper las reglas! Ahora es demasiado tarde para corregir lo q ya empezó.

    ResponderEliminar