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lunes, 14 de marzo de 2016

Espadas y Estrellas: la Rebelión de la Fe Militante (1)

La conquista de Aegon Targaryen de los Siete Reinos de Poniente tuvo como resultado una relación muy compleja entre la nueva casa reinante y la religión predominante de casi todos sus vasallos: la Fe de los Siete. Aunque en el lejano Norte todavía seguía viva la adoración a los Antiguos Dioses sin nombre, todo el Sur era territorio de la Fe desde hacía siglos. Esta situación tan poco común tendría diversas consecuencias a lo largo de la historia, pero la más sangrienta fue el conflicto que marcó el reinado de los reyes que sucedieron en el Trono de Hierro al Conquistador: la conocida como Rebelión de la Fe Militante.
La Fe Militante (por Marc Simonetti).

No cabe duda de que el victorioso avance de Aegon Targaryen y sus ejércitos obligó al Septon Supremo a plantearse con extremo cuidado su posición en el conlicto. Después de ver caer en su propia fortaleza a Harren el Negro, en batalla a los Reyes de la Roca y el Domino, y doblar la rodilla a Torrhen Stark, la resistencia parecía una locura. Y lo cierto es que tanto los Hightower de Antigua, la casa más rica del Dominio, como el Septón Supremo podrían haber opuesto una dura resistencia. Y es que este último como:
"Padre de los Creyentes, voz de los nuevos dioses en la tierra, comandaba la obediencia de millones de devotos a lo largo de los reinos [...], y las espadas de la Fe Militante, las órdenes combatientes que la gente común llamaba las Estrellas y Espadas."

Las órdenes militares religiosas que existían en ese entonces en Poniente eran dos: los Hijos del Guerrero (Espadas) y los Clérigos Humildes (Estrellas). Su memoria ha perdurado a lo largo del tiempo, hasta el punto de que Cersei rememora en Festín de cuervos que: "Se contaban muchas historias sobre ellos. Pero todas coinciden en que eran implacables en el odio que profesaban a los enemigos de la Sagrada Fe."
Veamos con más detalle las características particulares de cada uno de estos grupos antes de continuar:


Hijos del Guerrero: En esta orden solo podía entrar los caballeros ungidos, por lo que la mayoría de sus miembros eran caballeros errantes y caballeros de baja clase social. También se unían a ella señores de casas nobles que, ya entrados en años, pretendían expiar pecados, o los hijos menores de grandes casas sin posiblidad de heredar. Eran la fuerza más poderosa al servicio del Septón Supremo debido a su entrenamiento militar, a su mayor disciplina y su mejor armamento.
En Festín de cuervos tenemos una breve descripción de esta orden:
"Los Hijos del Guerrero eran una orden de caballeros que renunciaban a sus tierras y posesiones, y se convertían en espadas juramentadas de Su Altísima Santidad. [...] Los Hijos del Guerrero vestían una capa con los colores del arco iris y una armadura con incrustaciones de plata encima de una camisa de cerdas, y llevaban cristales en forma de estrella en la empuñadura de la espada larga. Eran las Espadas: hombres santos, ascetas, fanáticos, hechiceros, matadragones, cazadores de demonios..."


Clérigos Humildes: Por contra en esta orden podía entrar cualquier miembro de la sociedad, con independencia de su nacimiento, sexo o estatus. Por su origen no estaban tan bien adiestrados para el combate ni tan bien armados (solían portar hachas o garrotes), pero contaban con un mayor número de miembros.
En Festín de cuervos también se describe brevemente esta orden:
"Los Clérigos Humildes eran más modestos, pero mucho más numerosos. Eran parecidos a los hermanos mendicantes, aunque llevaban hachas en lugar de cuencos. Recorrían los caminos escoltando a los viajeros de septo en septo y de ciudad en ciudad. Su distintivo era una estrella de siete puntas, en rojo sobre blanco, así que el pueblo los llamaba Estrellas."



Como vemos con la ayuda de las dos órdenes combatientes, el Septon Supremo podría haber presentado combate contra las fuerzas de los Targaryen. Sin embargo el Padre los Creyentes comprendió que eso solo significaría la destrucción de Antigua bajo el fuegodragón. Así que después de meditarlo profundamente el Septón Supremo, acompañado de Lord Hightower, dio la bienvenida a Aegon y sus hermanas, y en el Septo Estrellado de la ciudad de Antigua:
"ungió a Aegon con los siete aceites, le puso la corona en la cabeza, y lo proclamó Aegon de la Casa Targaryen, el Primero de Su Nombre, Rey de los Ándalos, los Rhoynar, y los Primeros Hombres, Señor de los Siete Reinos, y Protector del Reino."

Coronación de Aegon el Conquistador (por Michael Komarck).
Durante el gobierno de Aegon el Conquistador sus relaciones con la Fe de los Siete siempre fueron excelentes, basicamente porque no se entrometieron en sus decisiones. A pesar de que su matrimonio con sus dos hermanas, Rhaenys y Visenya, era algo considerado pecaminoso dicho 'detalle' fue pasado por alto. Sin embargo el Archimaestre Gyldayn ya señala que por este motivo la casa Targaryen y la Fe estaban destinadas a enfrentarse:
"En Poniente [...] el poder de la Fe era indiscutible. El incesto fue denunciado como un vil pecado, ya sea entre padre e hija, madre e hijo, o hermano y hermana, y los frutos de dichas uniones eran considerados como abominaciones a la vista de dioses y hombres. En retrospectiva, se podía ver que el conflicto entre la Fe y la Casa Targaryen era inevitable."
Si embargo en vida del propio Conquistador su hijo Aenys se casó con su prima Alyssa Velaryon (aunque dichas uniones era algo común en las casas nobles ponientis). Cuando al año siguiente nació una niña de dicho matrimonio, la reina Visenya propuso prometerla con Maegor (medio hermano de Aenys, y por lo tanto tío de la niña). Esto ya era arena de otro costal e hizo que el Septón Supremo armara un gran escándalo, tanto que al final el matrimonio incestuoso tuvo que ser descartado. Finalmente, Maegor Targaryen contraería matrimonio con una sobrina del propio Septón Supremo: Ceryse Hightower.

Aenys I en el Trono de Hierro (por Magali Villeneuve).

El conflicto latente no estalló hasta que Aegon I falleció en 37 DC (Después de la Conquista) y fue sucedido por su hijo, Aenys I. A diferencia de su medio hermano Maegor (un incansable y fiero guerrero), Aenys era considerado un hombre débil y pusilánime lo que provocó que nada más ser coronado estallaran numerosas revueltas en su contra en lugares tan diversos como las Tierras de los Rios, el Valle de Arryn, las Marcas de Dorne o las Islas del Hierro. Gracias el excelente trabajo de Maegor (que se había convertido en el nuevo jinete de Balerion el Terror Negro) a la hora de acabar con el rebelde Jonnos Arryn el rey decidió nombrarlo su Mano.
Mientras tanto el matrimonio de Aenys I y Alyssa había dado numerosos frutos: a su primera hija Rhaena le habían seguido su heredor Aegon, y otros vástagos como Viserys, Jaehaerys y Alysanne. Por contra Maegor se encontró con que su matrimonio con Ceryse Hightower era totalmente estéril, lo que le hizo tomar una decisión que afectaría al destino de todos los Siete Reinos:
"Tal vez envidioso, después de dos años como Mano Maegor sorprendió al reino en el 39 DC con el anuncio de que había tomado una segunda esposa, Alys de la Casa Harroway, en secreto. Se habían casado en una ceremonia valyria oficiada por la reina Visenya por falta de un septón dispuesto a casarlos."
Alys Harroway (por Magali Villeneuve).

Las protestas fueron tan escandalosas que al rey Aenys no le quedó más remedio que tomar una medida radical: despojó del cargo de Mano a Maegor y lo envió al exilio en Pentos. Aunque el rey pensaba que esto acabaría con la crisis, el Septón Supremo seguía sin estar contento (quizá en ello tuviera parte de culpa que Maegor abandonara definitivamente a su sobrine Ceryse y marchara al exilio con Alys Harroway).
En un intento por congraciarse con la Fe Aenys incluso llegó a nombrar Mano al septón Murmison (que tenía fama de milagroso en los Siete Reinos). La medida no tuvo el éxito esperado, pero las aguas parecieron calmarse un tanto... hasta que Aenys I tomó una desafortunada elección que desató las hostilidades entre los Targaryen y la Fe de los Siete:
"En el 41 DC, Aenys empeoró las cosas cuando decidió casar a su hija mayor, Rhaena, con su hijo y heredero, Aegon, a quien nombró Príncipe de Rocadragón en lugar de Maegor."
Es dificil de entender porque Aenys, después de ser testigo de primera mano del escándalo levantado en todo Poniente por la bigamia de su medio hermano, decidió tomar una decisión tan radical que chocaría de frente con el sentimiento religioso de sus vasallos. ¿Consideró que era la forma de demostrar que los Targaryen estaban por encima del restos de habitantes de los Siete Reinos? ¿Quería dejar claro a Poniente que como hijo del Conquistador se podía comportar como él? Ninguna fuente nos lo aclara. Lo que si sabemos son las inmediatas consecuencias de esta decisión:
"Desde el Septo Estrellado [de Antigua] llegó una denuncia como ningún rey había recibido antes, dirigida al 'Rey Abominación', y de repente los señores piadosos e incluso el pueblo llano que alguna vez había amado a Aerys se volvieron en su contra."
El Septón Supremo tomó otra medida expeditiva: expulsó de la Fe al septon Murmison (la Mano del Rey) por haber oficiada lo ceremonia matrimonial entre Aegon y su hermana Rhaena. Con esta decisión, y sin saberlo, el máximo dirigente de la Fe lo había condenado a muerte porque solo una quincena después:
"un grupo de entusiastas Clérigos Humildes tomó las armas, cortando en pedazos a Murmison"
Desembarco del Rey en tiempos de Aegon I (por Ted Nasmith).

A partir de entonces la situación se volvió completamente insostenible en Desembarco del Rey, con los miles de hombres de las órdenes combatientes alzados en armas contra Aenys I. No solo los Clérigos Humildes, sino también los disciplinados y mejor armados Hijos del Guerrero. Estos últimos:
"empezaron a fortificar la Colina de Rhaenys, convirtiendo el Septo de la Conmemoración en una ciudadela que pudiera resistir al rey".
Fue en ese estado de cosas que la amenaza llegó hasta la mismisma casa real cuando:
"algunos Clérigos Humildes trataron de asesinar al rey y su familia en el propio castillo, escalando sus muros e infiltrándose en los aposentos reales. Fue solo gracias a un caballero de la Guardia Real que la familia real sobrevivió."
Viendo el peligro tan cerca el pusilánime Aenys I tomó la decisión de abandonar inmediatamente la capital del reino y se refugió en Rocadragón. Sin duda no era la manera de acabar con la revuelta y así se lo señaló la propia reina viuda Visenya, que le recomendó que tomaran los dragones que tenían y llevaran "fuego y sangre" al Septo Estrellado de Antigua y el Septo de la Conmemoración de Desembarco del Rey.
Sin embargo Aenys volvió a demostrar que era un hombre débil, ya que permaneció en la isla fortaleza de los Targaryen sin hacer nada... salvo caer profundamente enfermo, presa de terribles dolores estomacales. Mientras tanto, la revuelta en contra de las costumbres pecaminosas de los Targaryen encabezada por el Septón Supremo y secundada por los Espadas y Estrellas se extendía por todo Poniente:
"Para finales del año 41 DC, la mayor parte del reino se había vuelto contra él. Miles de Clérigos Humildes merodeaban por las calles, amenazando a los partidarios del rey, y docenas de señores tomaron las armas contra el Trono de Hierro. A pesar de que Aerys tenía sólo treinta y cinco años, se decía que se parecía más un hombre de sesenta años."
Fue entonces cuando Visenya se ocupó de cuidar personalmente de la salud del rey Aenys, que pareció mejorar un poco de sus dolencias. Sin embargo la llegada de una noticia hasta Rocadragón produjo un giro inesperado en la situación:
"Y entonces, de repente, sufrió un colapso cuando supo que su hijo y su hija habían sido sitiados en Refugio Quebrado, donde se habían refugiado cuando su viaje anual fue interrumpida por la rebelión contra el trono. Murió tres días más tarde, y al igual que su padre antes que él, fue quemado en Rocadragón, a la manera de los antiguos Valyrios."
La repentina muerte de Aenys I cuando parecía que estaba a punto de recuperarse levantó sospechas más adelante, llegando hasta el punto de que hubo quien acusasó a Visenya de "asesina de su sangre y matarreyes". No hay que olvidar que Visenya era la madre de Maegor, la antigua Mano ahora en el exilio. ¿Quiso de esa forma acabar con un rey débil que había sumido los Siete Reinos en el caos y colocar a su incansable hijo en el Trono de Hierro? Ninguna fuente ofrece una respuesta clara, salvo rumores.
Lo que si que estaba claro es que la situación en los Siete Reinos era desesperada: la Fe seguía levantada en armas contra el Trono, ya que el heredero oficial del reino era Aegon, cuyo matrimonio con su hermana Rhaena había causado todo el conflicto. Lo que nadie podía imaginar es que Aegon nunca llegaría a sentarse en el trono de su padre, y que el nuevo rey de la dinastía Targaryen traería más "sangre y fuego" sobre Poniente, un monarca que pasaría a la historia con un sobrenombre muy esclarecedor: el Cruel.
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4 comentarios:

  1. Estas son las cosas que espero encontrar cada vez que entro la pagina, muy bueno!

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  2. Magnifico!!!me encanta descubrir estos relatos, muchas gracias

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