SINOPSIS: Imagina un mundo en que los libros, las bibliotecas y los periódicos
son parte del pasado. Un mundo en el que vivimos pegados a unos
dispositivos portátiles que no solo nos mantienen en constante
comunicación, sino que son tan intuitivos que hasta nos garantizan que
encontraremos un taxi al salir de la oficina.
En ese mundo, Anana Johnson trabaja con su padre, Doug, en la edición
de un diccionario de la lengua que nunca se imprimirá. Hasta que, una
tarde, Doug desaparece y Anana descubre un código que aquel ideó para
indicar que se encontraba en peligro. Su búsqueda la lleva
irremediablemente a sótanos oscuros, pasajes subterráneos, reuniones
secretas y los sagrados recintos del hogar espiritual de la palabra
escrita.
RESEÑA: Nunca he sido muy aficionado a las distopías que tan de moda están últimamente. Sin embargo, la obra con la que ha debutado la norteamericana Alena Graedon me llamó la atención por la interesante premisa que utiliza para desarrollar su trama: un mundo en el lenguaje pierde su sentido y hace enfermar a sus usuarios hasta casi llevarlos a la muerte.
Pero pongámonos en situación. El virus de las palabras nos lleva a un futuro cercano (posterior a 2016, aunque en ningun momento se nos da una fecha exacta) en la que las tecnologías dominan casi todas las facetas de la vida humana. La joven Anana Jonhson trabaja con su padre en la redacción del Diccionario Norteamericano de la Lengua Inglesa (NADEL), un trabajo anacrónico en un mundo tecnológico donde ya casi nadie lee libros impresos. En su.lugar, las personas están continuamente conectados a sus 'Meme', unos pequeños dispositivos portátiles que sirven desde para conectarse a internet, pedir un taxi o descargarse la última novedad musical, hasta para suministrar medicamentos a sus usuarios. El Iphone 20, vamos.
Todo empezará a volverse más siniestro a su alrededor el día que el padre de Anana desaparece sin dejar rastro, y ella tiene que embarcarse en su búsqueda mientras la ciudad de Nueva York y el resto del mundo empieza a sufrir un extraña enfermedad que amenaza con acabar con la comunicación humana: el "virus de las palabras".
En realidad, calificar de 'novela distópica' a El virus de las palabras me parece excesivo, porque su mundo se parece demasiado a nuestra realidad cotidiana donde la mayoría de nosotros estamos demasiado pendientes de los pequeños dispositivos tecnológicos que tenemos. La novela de Graedon solo va un paso más allá y se pregunta que ocurriría si esos dispositivos fueran utilizados por algun poder o corporación para su propio beneficio sin pensar en las consecuencias.
Esta mezcla temática de uso de tecnología avanzada y consecuencias discutibles en la humanidad hace que por momentos parezca que estemos leyendo una adaptación de un episodio de la recomendable serie inglesa Black Mirror. Ambas nos muestran los aspectos más controvertidos del avance tecnológico en nuestra sociedad, y ambas nos advierten de que estemos alerta. El mundo moderno es un mundo peligroso, aunque la mayoría de las veces ni siquiera seamos conscientes de ello gracias a la sobreexposición tecnológica. El virus de las palabras es una advertencia muy interesante sobre la excesiva dependencia de las nuevas (y muchas veces innecesarias) tecnologías.
La gran protagonista de la novela es Anana en la búsqueda de su padre (nuestra Alicia particular que nos guía por este "País de las Maravillas" que es un extraño reflejo de nuestra sociedad), con alguna que otra aparición de fragmentos del diario de Bart (amigo de Anana y su padre). Hay que reconocerle a Alena Graedon la habilidad para cambiar de voces narrativas, ambas muy bien diferenciadas y con su particular tono que ayuda a conocer mejor a estos dos personajes. Asimismo, los textos "infectados" que nos encontramos de vez en cuando pueden resultar de lo más pertubadorores y molestos para el lector (Si esa era la intención de Graedon, lo ha conseguido plenamente).
Toda la novela esta trufada de continuas referencias a Alicia en el País de las Maravillas o a la obra del gran Jorge Luis Borges, así que no es de extrañar que ciertas partes de la misma tenga un tono de sueño/pesadilla surrealista muy interesante. Como la misma idea base de que el lenguaje pierde su sentido, una pesadilla surrealista que hace que la sociedad se descomponga a ritmo acelerado en las páginas de la novela.
El tramo final de El virus de las palabras es el que me ha parecido más flojo de toda la novela, pero reconozco que no soy un fan de los thriller de misterios, y que cuando la historia parece desvelar todos sus secretos siento que algunas fragmentos están de más. Aún así, para ser una primera novela, tiene un buen ritmo de lectura que engancha al lector y disfruta de una narrativa mucho más cuidada de lo que suele ser habitual en este tipo de obras. Alena Graedon crea una interesante premisa que nos permite meditar sobre si la dependencia que tenemos de la tecnología es un privilegio o una carga.
Pero pongámonos en situación. El virus de las palabras nos lleva a un futuro cercano (posterior a 2016, aunque en ningun momento se nos da una fecha exacta) en la que las tecnologías dominan casi todas las facetas de la vida humana. La joven Anana Jonhson trabaja con su padre en la redacción del Diccionario Norteamericano de la Lengua Inglesa (NADEL), un trabajo anacrónico en un mundo tecnológico donde ya casi nadie lee libros impresos. En su.lugar, las personas están continuamente conectados a sus 'Meme', unos pequeños dispositivos portátiles que sirven desde para conectarse a internet, pedir un taxi o descargarse la última novedad musical, hasta para suministrar medicamentos a sus usuarios. El Iphone 20, vamos.
Todo empezará a volverse más siniestro a su alrededor el día que el padre de Anana desaparece sin dejar rastro, y ella tiene que embarcarse en su búsqueda mientras la ciudad de Nueva York y el resto del mundo empieza a sufrir un extraña enfermedad que amenaza con acabar con la comunicación humana: el "virus de las palabras".
En realidad, calificar de 'novela distópica' a El virus de las palabras me parece excesivo, porque su mundo se parece demasiado a nuestra realidad cotidiana donde la mayoría de nosotros estamos demasiado pendientes de los pequeños dispositivos tecnológicos que tenemos. La novela de Graedon solo va un paso más allá y se pregunta que ocurriría si esos dispositivos fueran utilizados por algun poder o corporación para su propio beneficio sin pensar en las consecuencias.
Esta mezcla temática de uso de tecnología avanzada y consecuencias discutibles en la humanidad hace que por momentos parezca que estemos leyendo una adaptación de un episodio de la recomendable serie inglesa Black Mirror. Ambas nos muestran los aspectos más controvertidos del avance tecnológico en nuestra sociedad, y ambas nos advierten de que estemos alerta. El mundo moderno es un mundo peligroso, aunque la mayoría de las veces ni siquiera seamos conscientes de ello gracias a la sobreexposición tecnológica. El virus de las palabras es una advertencia muy interesante sobre la excesiva dependencia de las nuevas (y muchas veces innecesarias) tecnologías.
La gran protagonista de la novela es Anana en la búsqueda de su padre (nuestra Alicia particular que nos guía por este "País de las Maravillas" que es un extraño reflejo de nuestra sociedad), con alguna que otra aparición de fragmentos del diario de Bart (amigo de Anana y su padre). Hay que reconocerle a Alena Graedon la habilidad para cambiar de voces narrativas, ambas muy bien diferenciadas y con su particular tono que ayuda a conocer mejor a estos dos personajes. Asimismo, los textos "infectados" que nos encontramos de vez en cuando pueden resultar de lo más pertubadorores y molestos para el lector (Si esa era la intención de Graedon, lo ha conseguido plenamente).
Toda la novela esta trufada de continuas referencias a Alicia en el País de las Maravillas o a la obra del gran Jorge Luis Borges, así que no es de extrañar que ciertas partes de la misma tenga un tono de sueño/pesadilla surrealista muy interesante. Como la misma idea base de que el lenguaje pierde su sentido, una pesadilla surrealista que hace que la sociedad se descomponga a ritmo acelerado en las páginas de la novela.
El tramo final de El virus de las palabras es el que me ha parecido más flojo de toda la novela, pero reconozco que no soy un fan de los thriller de misterios, y que cuando la historia parece desvelar todos sus secretos siento que algunas fragmentos están de más. Aún así, para ser una primera novela, tiene un buen ritmo de lectura que engancha al lector y disfruta de una narrativa mucho más cuidada de lo que suele ser habitual en este tipo de obras. Alena Graedon crea una interesante premisa que nos permite meditar sobre si la dependencia que tenemos de la tecnología es un privilegio o una carga.
VALORACIÓN: 6/10
FICHAEl virus de las palabrasAlena GraedonEdiciones B496 páginas20 euros
¡Hola!
ResponderEliminarMe gusta lo que cuentas, eso de la pesadilla surrealista me suena un poco a Gaiman en American Gods. Y desde luego el tema que utiliza la autora puede resultar muy perturbador.
Apuntado queda para lectura futura :)
¡Nos leemos!
¡Hola Inés!
EliminarTodavía tengo pendiente American Gods, pronto me pondré con Gaiman que le tengo muchas ganas :)