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jueves, 16 de enero de 2014

Reseña: El Héroe de las Eras, de Brandon Sanderson



SINOPSIS: Durante mil años los skaa han vivido esclavizados y sumidos en el miedo al Lord Legislador, que ha reinado con un poder absoluto gracias al terror y a la poderosa magia de la «alomancia». Kelsier, el Superviviente, el único que ha logrado huir de los Pozos de Hathsin, encuentra a Vin, una pobre chica skaa con mucha suerte. Los dos se unen a la rebelión que los skaa intentan desde hace un milenio y vencen al Lord Legislador. Pero acabar con el Lord Legislador es la parte sencilla. El verdadero desafío consistirá en sobrevivir a las consecuencias de su caída. En El héroe de las eras se comprende el porqué de la niebla y las cenizas, las tenebrosas acciones del Lord Legislador y la naturaleza del Pozo de la Ascensión. Vin y el emperador Elend buscan en los últimos escondites de recursos del Lord Legislador y descubren el peligro que acecha a la humanidad. ¿Conseguirán detenerlo a tiempo?

RESEÑA: Brandon Sanderson cierra con este volumen su trepidante trilogía de Nacidos de la Bruma y es todo un logro del autor no dejar ningún fleco colgando. El increíble mundo de cenizas, bruma y alomancia que el escritor americano ha ido desarrollando en los dos libros anteriores (El Imperio Final y El Pozo de la Ascensión) se cierra aquí con asombrosa perfección, encajando con sumo cuidado todos los detalles sin explicación que nos habíamos ido encontrando por el camino. Desde luego queda bastante patente para cualquier lector medianamente atento que Brandon Sanderson tenía la historia muy clara en su cabeza, y nos ha ido dejando multitud de pistas por el camino… aunque la mayoría nos hayan pasado casi desapercibidas.
Pero entremos en materia. Ha transcurrido un año desde los sucesos catastróficos narrados en El Pozo de la Ascensión. Vin y Elend, después de liberar la fuerza oscura conocida como Ruina, se han dedicado a buscar los almacenes ocultos del Lord Legislador convencidos de que en alguno de ellos encontrarán alguna pista que los ayude a derrotar a su enemigo. El mundo parece estar cada vez más cerca de su fin: los montes escupen mucha más ceniza que nunca, multitud de terremotos agitan la tierra y las brumas hacen enfermar y morir a la gente. Y contra esto nuestros dos héroes alománticos son incapaces de hacer nada.
La mayor parte de la trama de esta última parte de la saga transcurre en dos ciudades que no habíamos visto hasta ahora: Urteau y Ciudad Fadrex. En ambos lugares han triunfado dos realidades diferentes después de la caída del Lord Legislador: en la primera se han hecho con el poder los skaa, llevando a cabo una dura purga contra los nobles y sus familias; en la segunda un obligador, Yomen, mantiene la fidelidad al gobierno del desaparecido Lord Legislador y  ha logrado una cierta estabilidad anclada en el antiguo sistema.
Vin y Elend asedian Ciudad Fadrex con la intención de llegar al último depósito secreto del Lord Legislador, pero muy pronto descubren que aún con un numeroso ejército de koloss a sus órdenes la cosa no será fácil. Y todo gracias al ingenio de Yomen. Desde luego el obligador es uno de los grandes personajes de esta última entrega, llegando a poner en graves aprietos a la pareja de nacidos de la bruma. Es de agradecer que por fin exista un seguidor del Lord Legislador que esté a la altura intelectual de los antiguos miembros de la banda de Kelsier, aunque la verdad sea dicha Yomen cuenta con la ayuda inconsciente de un auténtico “dios”, Ruina.
Porque este es el verdadero enemigo de todos: Ruina, un ancestral poder de destrucción que ha estado esperando su momento para ser liberado, hasta que finalmente, después de milenios, logró que Vin acabara con el Lord Legislador y rompiera su prisión en el Pozo de la Ascensión. Sanderson logra que los momentos claves de la vida de Vin (sus grandes poderes alománticos, el lograr obtener fuerza de las brumas, etc…) cuadren a la perfección con las revelaciones más importantes que nos encontramos en El Héroe de las Eras, y de paso nos aclara multitud de pequeños datos que nos ha ido sirviendo a lo largo de la saga. Un auténtico maestro a la hora de encajar las piezas, sí señor. No me extraña nada que Sanderson fuera el elegido para terminar la titánica tarea de darle fin a la saga de La rueda del tiempo, del fallecido Robert Jordan.
Debo reconocer que las diversas revelaciones de El Héroe de las Eras me cogieron todas por sorpresa y que la forma de manejar la intriga de Sanderson es magistral, haciendo que el lector no pueda dejar de pasar un página detrás de otra. Pero sin embargo el final de la trilogía no me ha dejado tan buen sabor de boca como esperaba. Puede ser, quizás, por un excesivo recurso a lo sobrenatural y la religión para cerrar la trama pero tampoco es algo de lo que se le pueda culpar a Sanderson. Desde el principio hemos disfrutado de los asombrosos poderes alománticos y nos han hablado de religiones, profecías y dioses, así que tampoco resulta un final tan descabellado.
Eso sí, hubiera disfrutado más la lectura si los diversos sacrificios realizados durante la parte final no hubieran sido empalagosamente arreglados en las últimas páginas de la novela. Cierta carta y el mundo edénico con el que concluye todo estropean, en mi opinión, la lucha y el sacrificio en el mundo de cenizas y brumas que nos ha regalado Sanderson. Aun así merece bastante la pena meterse de lleno en esta trilogía que mezcla a la perfección los grandes personajes (como Vin o Kelsier), la acción, la intriga y la aventura.

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