SINOPSIS: Durante los últimos mil años, han caído
las cenizas y nada florece. Durante mil años, los skaa han sido esclavizados y
han vivido sumidos en un miedo inevitable. Durante mil años, el Lord Legislador
ha reinado con un poder absoluto gracias al terror y a su divina invencibilidad
por la poderosa magia de la "alomancia". Kelsier, el Superviviente,
el único que logró huir de los Pozos de Hathsin, encontró a Vin, una pobre
chica skaa con mucha suerte. Los dos, unidos a la rebelión que los skaa llevaban
adelante desde hacía mil años, han vencido al Lord Legislador, pero Kelsier ha
muerto y ahora hay que reinar sin la ayuda del héroe y sin disponer de los
poderes del Lord Legislador. Todo ello pone de manifiesto un hecho realmente
aterrador: matar al Lord Legislador fue la parte sencilla. Sobrevivir a las
consecuencias de su caída va a ser el verdadero desafío. Tomar el poder resultó
tal vez fácil (como en la revolución francesa o la soviética...), pero ¿qué
ocurre después?, ¿cómo se usa el poder? Una amena reflexión de estrategia
política y religiosa en el marco de una aventura épica.
RESEÑA: El Pozo de la Ascensión es la continuación
directa de los sucesos que Brandon Sanderson narraba en El Imperio Final. Si la
primera parte de la trilogía se podía leer como una obra totalmente
independiente con un final casi cerrado, El Pozo de la Ascensión es una segunda
parte en toda regla: una trama que continúa exactamente en el punto clave que
cerraba El Imperio Final y con un final que no es tal porque todo queda abierto
para una tercera parte con un montón de dudas por resolver (un Imperio
Contraataca narrativo de toda la vida, vamos).
Brandon Sanderson nos narra con mucha fidelidad y
realismo lo que es el día después de la victoria, algo que muy pocas veces
aparece en la literatura fantástica. En este género suele abundar el tópico de
que con la derrota de la fuerza maléfica de turno todo se vuelve pacífico y
seguro, pero el escritor americano nos muestra que nunca es así de fácil y que
el establecimiento de un nuevo orden de paz es algo casi imposible de lograr.
El problema de la paz utópica, ese el gran enemigo en esta segunda parte de
Nacidos de la Bruma.
Al iniciarse El Pozo de la Ascensión ha trascurrido
un año desde los sucesos de El Imperio Final y el noble Elend Venture ha sido
elegido rey del dominio central después del desmoronamiento del Imperio del
Lord Legislador (dividido ahora en multitud de pequeños reinos en lucha entre
ellos mismos), pero Elend es un rey parlamentario que intenta gobernar para
beneficio de los desfavorecidos skaa y con el apoyo de todas las facciones de
Luthadel… algo sumamente difícil en los tiempos de crisis que viven. La ciudad
se encuentra sitiada por varios ejércitos enemigos y no es el lugar más
apropiado para las intenciones utópicas de Elend, tal y como suele suceder en
el mundo actual: la dura realidad y los intereses de los más poderosos se
imponen a las buenas intenciones de los idealistas que intentan cambiar la
situación.
Mientras tanto Vin, la Nacida de la Bruma que acabó
con el Lord Legislador, ha vuelto a las andadas: se escabulle por las sombras
de la noche como guardaespaldas del nuevo rey de Luthadel, protegiéndolo de los
numerosos enemigos que intentan acabar con su vida. La paranoia de la antigua
ladrona callejera se ha adueñado completamente de ella, temerosa de que alguien
acabe con su amado Elend. En este libro Sanderson vuelve a deleitarnos con
complicados combates alománticos muy bien narrados y bastante entretenidos,
pero eso no quita que la primera parte de la novela tenga un ritmo bastante más
pausado, y que incluso pueda haber algún lector que la encuentre más aburrida
por la trama política de Luthadel y la amorosa de la relación Vin-Elend.
Además uno de los graves problemas de esta segunda
parte es que adolece de un personaje tan carismático como era Kelsier, con una
personalidad arrolladora y atrayente, y que se convertía en el punto central de
la acción en el primer volumen de la trilogía. El mismo autor es consciente de
su falta, pues todos los personajes de la banda de Kelsier están constantemente
echándolo en falta, algo de agradecer.
El hueco que deja Kelsier se intenta cubrir dándole
más protagonismo a varios personajes secundarios, como son Sazed (con un viaje
al sur en el que traerá nueva información sobre la leyenda del Héroe de las
Eras de suma importancia para la evolución de Vin y la propia trama de la
trilogía), el mismo Elend Venture,
Ham o Brisa, que lamentablemente no están a la altura del desaparecido
Superviviente de Hathsin. Te echaremos de menos Kelsier.
Otro secundario como Marsh, que por su conversión
en Inquisidor y sus conocimientos sobre los poderes alománticos podría aportar
mucho más a la trama, apenas aparece, aunque no cabe duda que en la tercera
parte tendrá bastante más relevancia en la historia. Sin duda el hermano de
Kelsier tiene que aclarar algunos de sus actos en El Pozo de la Ascensión, así
como muchos de los misterios que todavía envuelven a los Inquisidores y sus
poderes.
Por fortuna Sanderson nos regala un gran personaje
en Zane, un Nacido de la Bruma bastante inestable mentalmente que lucha a las
órdenes del rey Straff Venture y que intentará convencer a Vin de que acepte lo
que es: no una ladrona, ni una niña asustada, ni una falsa noble, sino una
Nacida de la Bruma que puede hacer lo que quiera con sus poderes. He de
reconocer que me encantan los personajes que están al límite (sea de la
justicia o de la razón) y Zane es una especie de Kelsier sin reparos morales y
con la cabeza un poco “tocada”.
A pesar del ritmo bastante lento de la primera
parte de la novela, el tramo final es una montaña rusa de acción con la batalla
por Luthadel. El pequeño y poco adiestrado ejército reunido por los miembros de
la banda de Kelsier tiene que enfrentarse a un temible y numeroso ejército de
koloss descontrolados (unas gigantescas bestias humanoides de color azul que
tienen el cerebro justo para cumplir con su oficio: asesinar y destruir).
Este último tramo es el que nos devuelva al mejor Sanderson,
con un ritmo imparable y vertiginoso que hace que sea imposible parar de leer.
La lucha en las murallas y las calles de Luthadel contra el poder imparable de
los koloss se convierte en una batalla desesperada en la que el autor no duda
en sacrificar algunos de los personajes que nos habían acompañado hasta ahora.
Sin embargo, en una nueva vuelta de tuerca en el último momento Vin consigue
cambiar el curso de la batalla y convertirse en la salvadora del pueblo skaa
que ya la adora como la nueva Héroe de las Eras (¿o deberían llamarla la
Heroína de las Eras?).
Y sin embargo, tal y como demuestra la última parte
de la novela, Vin todavía está muy lejos de serlo. Dejándose llevar por sus
mejores intenciones y tratando de evitar convertirse en un nuevo Lord
Legislador tiránico, Vin se adentra en el Pozo de la Ascensión (genial de nuevo
Sanderson, manejando y ocultando las cartas a su antojo, pues mil años de
dominación del Lord Legislador han cambiado muchas elementos de las supuestas
“leyendas” sobre el Héroe de las Eras) y acaba liberando un poder desconocido
que posiblemente sea la tan temida Profundidad. La situación se ha vuelto más
crítica que nunca y Vin, Elend, y el resto de miembros de la banda de Kelsier
lo van a tener muy difícil para sobrevivir. Pero para averiguar cómo se
enfrentan a este nuevo poder descontrolado, qué es y cuáles son sus intenciones
habrá que esperar a El Héroe de las Eras, tercera parte que cierra esta
trilogía de Nacidos de la Bruma.
Buenas! Suelo leer reseñas de este blog cuando me ibteresa un libro reseñado aquí, pero esta creo que te destripa todo el libro. Yo lo acabo de empezar y ya he leído auí que la novela termina con una btalla en Luthadel donde mueren varios personajes, Vin siendo la Heroína de las Eras, dándole la vuelta a la batalla y liberando la Profundidad... No sé, no es lo que espero encontrar en una reseña...
ResponderEliminar