SINOPSIS: El Superior Glokta tiene la misión de
defender una ciudad sitiada por el ejército gurko y minada por la traición,
además de descubrir que ocurrió con su predecesor desaparecido…
Los hombres del Norte han cruzado la frontera y han
entrado a sangre y fuego en territorio de la Unión. Para detenerlos no bastará
con el ejército del Rey…
Bayaz, el Primero de los Magos, conduce a un
heterogéneo grupo de aventureros en una peligrosa misión por las ruinas del
pasado…
RESEÑA: “Debemos perdonar a nuestros enemigos, pero
nunca antes de que los cuelguen”. Con la cita que abre su libro, segunda parte
de la trilogía La Primera Ley, Joe Abercrombie vuelve para demostrarnos que no
le van las medias tintas. De nuevo nos sumergimos en su mundo particular, un
lugar brutal, sangriento y donde la piedad brilla por su ausencia; quizá, en el
fondo, demasiado cercano al nuestro propio. Tanto que podríamos pensar que
Glokta o Logen Nuevededos podrían salir en nuestros televisores en cualquier
momento… y no precisamente en la sección de sociedad. Seguro que si en otra
mucho más sangrienta.
Sin embargo, tengo que reconocer que esta
continuación baja el nivel respecto a La voz de las espadas, que abría la
trilogía por la puerta grande, con momentos memorables del salvaje Logen o del
cínico inquisidor Glokta. En Antes de
que los cuelguen ambos pasan bastante más desapercibidos, algo que se le puede
perdonar a Logen ya que sus puntos de vista disminuyen en número en este libro,
pero no al inquisidor tullido que carga con gran parte de la trama durante el
asedio y la defensa de la ciudad de Dagoska, en tierras del peligroso Imperio
de Gurkhul.
Ambos aparecen bastante descafeinados, aunque aun
así logran destacar por encima de la media del resto de personajes. No
obstante, otros que en la primera parte parecían más aburridos alcanzan mayor
protagonismo e interés para el lector. Sobre todo destacaría los personajes de
Ferro (quizá el que más evoluciona en esta segunda parte y el que más hace
sonreír con su mal humor constante y sus frases cortantes como cuchillos) y el
grupo de salvajes que intenta sobrevivir en el Norte a las órdenes de
Tresárboles y Sabueso.
Estos últimos probablemente tienen las aventuras
más interesantes de toda la novela, continuando con su odisea para escapar del
odiado rey de los hombres del Norte, Bethod, y finalmente pasándose al bando de
la Unión para combatirlo. El contraste entre los salvajes Sabueso, Dow el
negro, Tul Duru y Hosco con los atildados nobles que rodean al príncipe Ladisla
da lugar a uno de los momentos más cómicos de la historia. Durante la huida de
los salvajes, el comandante West nos sirve como un excelente punto de
referencia, con el que es fácil identificarse. Quizá por eso mismo funciona tan
bien el momento en que el ‘civilizado’ West finalmente explota (y se gana el
apelativo de ‘Furioso’), y que hace que el lector hasta sienta ganas de
aplaudir su actuación frente al quejica y blando Ladisla (para mí uno de los
momentos más inesperados, pero no por ello de lo más deseados. Hacía mucho
tiempo que no veía caer a un príncipe en una novela de fantasía de una forma
tan sencilla).
La mayor decepción de este segundo libro, sin
ninguna duda, es el largo viaje al confín del mundo de Bayaz y su grupo de
“elegidos”. Parece como si Abercrombie no tuviera muy claro que hacer con estos
personajes y simplemente los puso a caminar (el recurso más antiguo de la
literatura fantástica, tampoco lo criticaré por ello). Hay un par de escenas
del viaje bastante entretenidas (el ataque en la colina de las antiguas
piedras, con Logen y Ferro haciendo lo que mejor saben hacer: acabar con sus
enemigos; o el viaje subterráneo por las ruinas de la ciudad de Aulcus, una
especie de revisión del capítulo de las minas de Moria en La Comunidad del
Anillo a través del particular prisma de Abercrombie). Pero si estas escenas
logran sostenerse es sencillamente porque el autor maneja con absoluta maestría
todos los momentos en que hay que desenvainar las espadas y pasar a la acción.
Sus descripciones de batallas y combates son siempre magistrales.
El terrible inquisidor Glokta. |
Sin embargo esto no hace más que agravar el hecho
de que al final el viaje no conlleve a nada. Si, después de página y páginas de
avanzar a través de tierras llenas de peligros resulta que la Semilla no está
allí donde Bayaz esperaba encontrarla y el viaje no ha sido más que una gran
pérdida de tiempo. Habrá que ver como soluciona Abercrombie semejante desaguisado,
que me parece una auténtica tomadura de pelo al lector. De hecho, resulta muy
fácil comprender el enfado de Ferro, Logen o Luthar, ya que es el mismo del
lector: ¡Todo esto para nada!
Glokta, por otra parte, nos sigue regalando algunos
momentos grandiosos durante la defensa de Dagoska paro muy por debajo de lo que
vimos en La voz de las espadas. Con el cambio de ambiente el inquisidor no
gana, a pesar de que sigue siendo el más listo de la clase y demuestre de nuevo
que ser un tullido destruido no es una desventaja para él, si no lo que le hace
más fuerte y peligroso.
En definitiva, Abercrombie baja el ritmo de la
pedalada en esta segunda parte, pero aun así las más de 700 páginas de libro se
pasan con gran rapidez, aunque solo sea porque los diálogos siguen estando
sembrados de un humor negro que es casi imposible de resistir. Solo espero que
en la tercera parte Abercrombie recupere el nivel, porque estamos sin duda ante
uno de los autores que mejores momentos nos puede regalar a los lectores de literatura
fantástica del siglo XXI.
Mmmmm a mi me gustó más este segundo tomo que el primero. Es cierto que las primeras entregas tienen algo de "ventaja" porque al ser todo nuevo para el lector casi que no hay expectativas que cumplir; caso contrario con las continuaciones en donde al menos tienen que mantener lo que erigieron en la presentación y porqué no sorprendernos nuevamente. Sin embargo coincido en que la mayor decepción que me llevé fue el viaje de Bayaz y compañía.
ResponderEliminarAlgo que destacaría de esta segunda parte son las batallas. En el primer tomo no se para de hablar de la guerra y sus consecuencias, pero no hay descripción de batalla alguna. Aquí por fin tenemos todo un desarrollo de las guerras en el norte, mientras en el sur el largo asedio da para mucho, con batallas más políticas que militares.
ResponderEliminarCierto que el viaje de la compañía de Bayaz se hace tedioso. Pareciera que es una excusa para desarrollar el world-building, que no deja de ser interesante.