viernes, 2 de septiembre de 2016

Nacidos de la Bruma: magia y épica en un mundo de cenizas

No es algo habitual que un escritor sea capaz de sorprender con una serie de sagas fantásticas paralelas, desarrollando en cada una de ellas mundos y tramas originales que despierten el asombro del lector en cada página. Claro que cada norma tiene su excepción, y en el mundo de la literatura fantástica actual esa excepción se llama Brandon Sanderson. El escritor de Nebraska lleva desde hace más de una década embarcado en la misión de dejarnos patidifusos con su asombroso Cosmere, un universo compartido por varias de sus sagas más conocidas y que no deja de crecer. Sin duda uno de los más espectaculares y asomobrosos es el de Nacidos de la Bruma, que encuadra hasta ahora un total de seis novelas, y que la próxima semana Nova empezará a editar en formato tapa dura con sobrecubierta y en edición revisada.
Nacidos de la Bruma, por Marc Simonetti.

Reconozco que guardo un especial cariño por la trilogía alomántica original ya que es lo primero que leí del autor de Nebraska (de hecho, si miráis la reseña que inauguró la andadura del blog es la de El Imperio Final), y como no puede ser de otra manera quedé completamente prendado de este mundo de brumas y magia desde el principio. Las tres primeras novelas ambientadas en Scadrial (El Imperio Final, El Pozo de la Ascensión y El Héroe de las Eras) forman un asombroso tríptico, repleto de aventuras, emociones y acción, además de presentar perfectamente al lector los principales puntos fuertes de la escritura de Brandon Sanderson. De hecho, yo lo recomendaría como primera lectura (antes incluso que el fundacional Elantris) ya que puede servir sin problemas de puerta de entrada al amplio universo compartido del Cosmere.
Para aquellos que todavía no habéis leído nada de Brandon Sanderson o que todavía no habéis comenzado esta asombrosa saga os dejo unos breves apuntes sobre los principales puntos a destacar de la trilogía original.



AMBIENTACIÓN  – El mundo donde transcurre la saga de Nacidos de la Bruma se llama Scadrial y llama la atención del lector desde el principio por sus particulares características geológicas, climáticas, biológicas y sociales. El Imperio Final  domina sobre un mundo donde siete gigantescos volcanes (los llamados Montes de Ceniza) se hallan siempre en actividad, expulsando continuamente grandes columnas de humo y ceniza a la atmósfera.

Como consecuencia de ello el cielo está completamente nublado (hasta el punto de que apenas se pueden ver las estrellas), el clima es frío y cualquier superficie (desde los campos de cultivo a las grandes ciudades) están siempre cubiertas de una capa de ceniza que hay que retirar una y otra vez. Además, la poca luz que atraviesa la capa de humo hace que las plantas necesiten muchos cuidados para sobrevivir, que ofrezcan pobres cosechas y sean de un triste color gris.

Kredik Shaw entre la bruma de Luthadel, por Hugo Thomas.
La misma sociedad del Imperio Final tampoco ayuda a que la vida sea más fácil. En la cima de la pirámide social se encuentra el Lord Legislador, dios todopoderoso y gobernador del Imperio Final durante mil años. Mantiene su opresivo y totalitario dominio sobre el resto del mundo gracias a su inmortalidad y sus grandes poderes alománticos, su devota casta sacerdotal (que lo adoran como supuesto salvador del mundo), a los despiadados funcionarios del Ministerio de Hierro, y sobre todo los terribles e inhumanos Inquisidores y los gigantescos ejércitos de brutales koloss.
El resto de la sociedad se encuentra dividida en dos castas muy diferenciadas: los nobles, que dominan las riquezas y el poder, y entre los cuales surgen los alománticos, de los que los más poderosos son los Nacidos de la Bruma; y los skaa, que en condiciones de esclavos realizan la mayor parte de los trabajos manuales y el  agotador cultivo de los campos. Durante mil años los skaa han sido oprimidos, y a pesar de las numerosas rebeliones que han intentado contra el poder del Lord Legislador han acabado siempre masacrados y devueltos a su condición de siervos sin derechos.
Para evitar que los oprimidos pueden tener ninguna ventaja las leyes del Lord Legislador obligan a que los nobles no tengan descendencia con los skaa; sin embargo son numerosos los bastardos y los frutos de uniones ilegales que logran crecer portando con ellos los asombrosos poderes alománticos y convirtiéndolos en Nacidos de las Brumas. Esto será aprovechado por aquellos que buscan poner fin al desigual e injusto sistema imperante en el Imperio Final.


A pesar de que este sistema de castas o clases sociales puede recordarnos a la más oscura Edad Media, en realidad Sanderson nos retrata la sociedad del Imperio Final de una forma que nos recuerda (tanto por el aspecto de sus ciudades como por la forma de vestir de sus habitantes) a la de una sociedad que da los primeros pasos hacia una temprana Revolución Industrial (de hecho sabemos que en Luthadel existen fábricas de conservas), lo que podríamos identificar con finales del siglo XVIII de nuestra historia. Sin embargo el mundo imaginado por el escritor de Nebraska lleva en ese mismo estado desde hace milenios, controlado por la mano conservadora del Lord Legislador... algo a lo que encontraremos respuesta a lo largo de la saga.
Otra característica distintiva de la saga de Sanderson es que tiene una ambientación principalmente urbana, con la capital Luthadel como corazón de la historia (aunque a lo largo de la saga recorreremos otros lugares del Imperio Final). Esta es una oscura ciudad cubierta de cenizas, por donde las brumas fluyen sin descanso envolviéndolo todo y con las grandes fortalezas de las casas nobles (con sus exquisitas vidrieras de colores) como telón de fondo de las lujosas fiestas de los más ricos. Este mundo de brumas, en el que la riqueza y la pobreza se mezclan, es donde se mueven los alománticos y los Nacidos de la Bruma, y donde la banda de ladrones de Kelsier dará el todo por el todo para tratar de cambiar el mundo.






HISTORIA ÉPICA - Uno de los grandes puntos fuertes de cualquier buena novela (si no el más importante) es que los personajes sean lo suficientemente potentes para mantener el interés del lector. De estos tenemos unos cuantos en Nacidos de la Brumas; empezando por su principal protagonista, la asustadiza y esquiva ladrona callejera Vin que se verá envuelta en un revolución para descubrir el poder oculto que guarda en su interior; siguiendo por Kelsier, el Superviviente de Hathsin, el alomántico que para vengarse pretende acabar de una vez por todas con el tiránico Lord Legislador y que tomará el papel de mentor poco convencional de la joven Vin, y continuando con la heterogénea banda de ladrones que se reúne a su alrededor.
Y es que la trilogía de Nacidos de la Bruma nos sumerge en una particular rebelión, encabezada por un grupo de ladrones bastante descreídos que bajo la excusa de dar un “golpe maestro” tratarán de hacer caer al injusto y brutal Imperio Final. Sin embargo, este trama ganará en importancia, resonancia y profundidad, y acabará por convertirse en una historia de supervivencia, de la lucha por salvar a todo un mundo de la extinción debido a una terrible amenaza de la que apenas se sabe nada.
Y para que esta historia y las tribulaciones de sus personajes nos lleguen hasta lo más profundo necesita hablarnos de temas que nos interesen. ¿Quién dice que la fantasía es principalmente evasión? Para dar una patada en la mesa Sanderson nos sumerge en una historia donde se reflexiona sobre qué es realmente el poder y las consecuencias de ostentarlo, donde asistimos a enrevesados juegos políticos, vemos las verdaderas consecuencias de gobernar un reino que se desmorona, sobre el significado profundo de la religión para las personas y las sociedades, o el sentido mismo de las distintas relaciones que establecemos (desde la simple amistad al amor). Como veis un completo repaso a temas de lo más actuales y diversos.



Vin, por Alex Allen.
SISTEMA MÁGICO - Una de las señas de identidad de Brandon Sanderson y el Cosmere es que cada saga o novela independiente tiene su propio sistema mágico. En Scadrial tenemos uno de los más interesantes y espectaculares, con la alomancia como principal seña de identidad. Gracias a sus habilidades los Nacidos de la Bruma y los brumosos (cada uno de ellos con sus poderes perfectamente descritos por el autor y con reglas muy estrictas para su funcionamiento) nos dejan algunas de las escenas de acción más impactantes y mejor narradas surgidas de la pluma de Sanderson. Los combates alománticos son muy superiores a los enfrentamientos de novelas anteriores (como Elantris o El aliento de los dioses) y en cierta manera prefiguran la espectacularidad que se desarrolla plenamente en el Archivo de las Tormentas.
Pero Brandon Sanderson no se queda solo en sorprender al lector con estos asombrosos poderes, porque establece una clara reglamentación de lo que se puede o no puede hacer a través de la alomancia, la ferruquimia o la hemalurgia; todo ello explicado de una forma realmente instructiva, hasta el punto de que no chirría nada mientras avanzamos en la lectura. Cada poder conlleva su propia limitación, cada acción genera una reacción; los poderes que vemos en Scadrial pueden ser espectaculares, pero cada hecho tiene su propia explicación dentro de las reglas establecidas estrictamente por el escritor.



MISTERIOS – Como en cualquier otra novela del Cosmere la trilogía nos deja una buena dosis de misterios que nos obligan a avanzar sin detenernos en la lectura para recibir las respuestas que ansiamos, pendientes de cada información nueva que nos van suministrando. Una vez más Brandon Sanderson demuestra tener todo bien atado desde el principio de la saga, y hasta el detalle más pequeño ocurrido en El Imperio Final tiene su importancia para la conclusión final a la que asistimos en El Héroe de las Eras.
En esta saga todo tiene su propio misterio. Desde las historias de los mismos personajes, como Kelsier, Vin o Sazed que poco a poco nos desgranan sus vidas, hasta los sucesos más importantes de la historia antigua y legendaria de Scadrial.  Y es que conforme avancemos en la lectura iremos descubriendo que no todo está tan claro como parece. ¿De verdad es el Lord Legislador un dios todopoderoso en la tierra? ¿Salvó el mundo hace mil años, como aseguran sus devotos y la fe oficial del Imperio Final? ¿Cuáles son los poderes de los alománticos? ¿Y de los terribles Inquisidores? ¿De donde surgen las brumas que cubren el mundo entero?
Como en un juego detectivesco, los personajes (y el lector a su lado) tienen que juntar las piezas que nos vamos encontrando a lo largo de la trilogía para descubrir las respuestas. La solución final puede gustar más o menos a cada lector, pero de lo que no se puede dudar es de la maestría con la que Sanderson ha ido colocando sus pistas y desarrollando la trama para que todo encaje; hasta el punto de que la relectura de las tres primeras novelas se convierte casi en una obligación para empaparse completamente del sentido de todo lo que ocurre en los tres tomos.

RESEÑAS 
El Imperio Final 
El Pozo de la Ascensión 
El Héroe de las Eras



¿Habéis leído la primera trilogía de Nacidos de la Bruma? ¿Qué es lo que más os gusta de esta saga del Cosmere?

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3 comentarios:

  1. Hace poco terminé la trilogía y sigo con el hype a todo lo que da. Sanderson es arriesgado, innovador y un maestro de los sistemas de magia. Se nota mucho que toda la trilogía la planeó bien antes de empezar a publicarlos, pues ese rompecabezas que se va atando de manera espectacular en el Héroe de las Eras no queda nada forzado. Quizá, lo único que le achaco, es que no me impacta emocionalmente tanto como otros escritores del género como Martin, a pesar de que sus personajes tampoco están mal desarrollados, pero en definitiva es una historia fundamental para la fantasía actual.

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    1. ¡Hola! Yo también pienso que el final no es tan redondo como podría haber sido (demasiado compasivo Sanderson) pero es una trilogía entretenidisima con grandes personajes y mucha acción ¿Qué más se puede pedir? Creo que es una puerta de entrada al Cosemre perfecta.
      Saludos! :)

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  2. acabo de conocer tu blog y la verdad me gusto mucho, de sanderson lo conoci con Steelheart y despues lo reencontre con Firefight. ambas me parecieron muy buenas y ligeras pero con Elantris tuve un nerdgasmo. Buscando en mi libreria local algunos libros de Abercrombie encontre el imperio final asi que vine a checar que tal estaba antes de comprarlo (que tampoco es que lo fuera dejear pasar)

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