martes, 12 de julio de 2016

Reseña: Tras el incierto horizonte, de Frederik Pohl

SINOPSIS: Continúa la exitosa saga de Los Anales de los Heechee con una verdadera obra de culto entre los aficionados a la ciencia ficción. Con ella Frederik Pohl obtuvo los premios Hugo, Nebula, Locus y John W. Campbell Memorial.
Robinette Broadhead, el héroe protagonista de Pórtico, financia una expedición a la Fábrica Alimentaria, una nave Heechee que vaga pedida por el espacio y es capaz de tratar los elementos básicos del universo para transformarlos en alimentos.
Frederik Pohl (1919-2013), uno de los grandes de la ciencia ficción, obtuvo los prestigiosos premios Nebula, Hugo, Locus, John W. Campbell Memorial y el National Book Award.



RESEÑA: Con Pórtico Frederik Pohl nos dejó una impresionante novela de ciencia ficción, que nos llevaba en una apasionante aventura más allá de los límites conocidos de la galaxia, y llena de personajes desesperados en busca de una segunda oportunidad en el misterioso asteroide conocido como Pórtico donde la civilización heechee había dejado abandonadas sus naves. Gracias a ella los osados prospectores podían probar suerte y tratar de hacerse ricos... o morir en el intento.
La segunda parte de Los Anales de los Heechee recupera el misterio que envuelve a la desaparecida civilización extraterreste para intentar darle una explicación a su destino y nos cuenta que fue del osado y descreído Robin Broadhead tras los sucesos finales de Pórtico. Su 'golpe de suerte' que le permitió hacerse multimillonario al tiempo que perdía en un agujero negro al amor de su vida hace que en Tras el incierto horizonte se convierta en el promotor de un viaje hacia la Factoría Alimentaria, una gigantesca nave heechee que vuela en los límites de nuestro sistema solar (en las cercanías de la Nube de Oort) y que puede ser la solución al acuciante problema de la escasez de alimentos que azota a la Tierra.
Y son los osados cosmonautas embarcados en esta misión (Paul, Lurvy, Janine y Payter, una familia poco convencional) los que comparten el protagonismo con Robin, ya que en Tras el incierto horizonte Pohl pasa del único punto de vista de la primera parte hasta casi diez POV que nos llevan en dos tramas entrecruzadas. Sin duda es esta segunda trama la que lleva el peso de la historia y la que despierta un mayor interés del lector, principalmente debido a que durante el viaje se encontrarán con el extraño y solitario Wan, un joven que a bordo de su propia nave heechee parece la puerta para comprender que o quiénes son estos extraterrestres desaparecidos... y si de verdad han desaparecido de la galaxia.
Si el lector quiere recibir respuestas sobre este misterio, en Tras el incierto horizonte las encontrará, y podrá tener una visión clara de que ha ocurrido antes en la galaxia y la amenaza que se cierne sobre los personajes. Sin embargo las respuestas nunca serán tan atractivas como las preguntas (o esa ha la sensación que me ha quedado al terminar la lectura), y de hecho Pohl no nos sale con una explicación demasiado original ni rompedora (aunque sienta las bases para un desarrollo interesante en siguiente novelas).
La mayor decepción de esta segunda novela se encuentra en la evolución del principal protagonista de la saga. El gran personaje que era el Robin Broadhead de Pórtico en esta nueva aventura está tan descafeinado que apenas resulta interesante. Esto también es una clara consecuencia de la situación mucho más acomodada que vive ahora, ya que mientras en Pórtico luchaba por su supervivencia diaria en Tras el incierto horizonte sus preocupaciones más graves van de sus problemas legales a los amorosos. Su placentera vida de millonario no resulta ni un cuarto de atrayente que sus anteriores aventuras como prospector desesperado, y cuando el personaje finalmente se pone en marcha estamos ya en el último tramo de la novela. El hecho de que se vayan intercalando los POV tampoco ayuda, porque me ha costado mucho pasar de la interesante exploración de los astronautas al aburrido día a día de Robin, en lo que es un problema de ritmo que no ayuda a la novela.
No obstante Frederik Pohl presenta unas cuantas ideas interesantes (principalmente la aparición de conciencias diferentes a la humana, el uso de una mezcla de máquina y vida inteligente como POV, o el regreso de IAs basadas en personajes históricos, en esta ocasión con la aparición estelar del mismísimo Albert Einstein pero esta última muy lejos de las vibrantes y divertidas conversaciones que tenía Robin con su droide psicoanalista Sigfrid von Shrink en la primera parte).
La segunda entrega de Los Anales de los Heechee no tiene ni la fuerza ni la garra de la imprescindible Pórtico, y el protagonismo de Robin se diluye en una trama mucho más global. Lo peor es que todo lo que tenía de interesante la psicología del prospector Broadhead en esta continuación se pierde en una anodina trama de la vida del millonario Broadhead, sus problemas con su nueva pareja y sus intereses encontrados. Aunque el viaje de los astronautas hacia la Factoría Alimentaria es sin duda mucho más interesante no logra atrapar como el inicio de la saga (quizá debido al salto continuo de una trama a otra que no le da mayor dinamismo a la novela), y aunque el encuentro con el extraño Paraíso Heechee guarda unas cuantas sorpresas para el lector interesado en el misterioso pasado de los extraterrestres Pohl acaba por desvelar todo el entramado y por desgracia las respuesta no tienen la misma fuerza que enigmas planteados en la primera parte. Espero que en próximas entregas Pohl sea capaz de recuperar esa maravillosa narración con la que deslumbró en Pórtico, y que Robin Broadhead se convierta de nuevo en un personaje interesante para relanzar de nuevo estos Anales de los Heechee.


VALORACIÓN 6/10

FICHA
Tras el incierto horizonte (Los Anales de los Heechee 2)
Frederik Pohl
Nova
268 páginas
8 euros

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