viernes, 28 de marzo de 2014

Ya podemos leer un adelanto de Half a King, el próximo libro de Joe Abercrombie

El escritor inglés Joe Abercrombie es uno de los máximos exponentes de la fantasía épica moderna, como ha demostrado con éxitos como la trilogía La Primera Ley o los libros autoconclusivas Los Héroes o La mejor venganza. También ayuda a ello la facillidad con la que 'da a luz' nuevos hijos literarios cada poco tiempo. No en vano desde que publicó su primera novela en 2006 ya lleva a sus espaldas un total de seis libros, todos ellos cargados de brutalidad, personajes inolvidables, un ritmo endiablado y un sentido del humor de lo más negro.
Si todo va según lo planeado por Joe Abercrombie a mediados de este año se publicará en Reino Unido y los EE. UU. su séptima novela titulada Half a King, y que será el inicio de una nueva trilogía. Según el propio autor esta nueva novela está enfocada a un público más juvenil que las anteriores, pero no por ello olvida las caracteristicas habituales de todas las novelas de Abercrombie. Half a King está ambientada en un mundo que el autor califica de 'vikingo' y escrita en un estilo extremadamente directo donde "cada página es como una bofetada".
Pues bien, preparando la próxima aparición en el mercado inglés de Half a King, Joe Abercrombie nos regala en su blog personal un extracto de los primeros siete capítulos de la novela (unas 12.000 palabras) para que podamos leerlo online o descargarlo en diversos formatos. El adelanto, evidentemente, está en inglés pero los más impacientes podéis pinchar aquí para empezar a disfrutar de lo nuevo de Joe Abercrombie.
La sinopsis de la novela, según la dió a conocer Abercrombie, es la siguiente:

Half a King es un clásico sobre "alcanzar la madurez" que tiene como protagonista a Yarvi, el hijo menor de un rey guerrero. Debido a que Yarvi nace con una mano discapacitada se le considera como "medio hombre" y todos creen que no podrá alcanzar las expectativas de su padre sobre lo que un verdadero hombre debe ser. Su intención es entrar en el ministerio en lugar de convertirse en un soldado o en heredero al trono, pero después de que su padre y su hermano sean asesinados, es empujado hacia el trono (el Trono Negro) donde tendrá que encontrar una manera de gobernar. Pero, por supuesto, su viaje no será fácil.

Capítulo traducido de Vientos de invierno: Mercy

Hace solo dos días George R. R. Martin nos sorprendía a todos colgando un nuevo capítulo de Vientos de invierno en su página web, y además uno totalmente nuevo ya que nunca lo había leído en ninguna convención a la que tan aficionado es de asistir. Pues bien, el capítulo generó tal densidad de tráfico en su página web que esta llegó a estar bloqueada durante un tiempo, lo que habla del interés que existe entre los lectores por saber más del sexto libro de Canción de Hielo y Fuego.
Ahora os traigo el capítulo en cuestión, titulado Mercy y que tiene por protagonista a uno de los personajes femeninos más queridos por los fans, que ha sido traducido con gran rapidez por la página Los Siete Reinos. El propio Martin ha reconocido en su blog (aquí) que este capítulo llevaba mucho tiempo escrito (un mínimo de 10 años) ya que lo escribió como el primer capítulo de Arya en Danza de dragones, cuando Danza iba a ser el libro siguiente a Tormenta de espadas y sus sucesos tendrían lugar tras un salto temporal de cinco años en los eventos de la saga. Como sabemos, finalmente Martin deshechó el salto temporal, y empezó a escribir Festín de cuervos, y este capítulo fue retrocediendo en la linea temporal hasta ser el primero de la joven Stark en Vientos de invierno, revisándolo y reescribiéndolo varias veces para ajustarlo a los cambios producidos en la trama.
Bueno, dejo de enrollarme y os dejo disfrutar de este capítulo totalmente nuevo de Vientos de invierno.




MERCY

Se despertó con un jadeo, sin saber quién era o dónde estaba.
El olor de la sangre era fuerte en su nariz… ¿o era esa su pesadilla, que persistía? Había soñado con lobos de nuevo, corriendo sobre algún oscuro bosque de pinos con una gran manada tras ella, siguiendo el rastro de una presa.
Una media luz llenó el cuarto, gris y sombrío. Temblando, se sentó en la cama y pasó la mano por su cabeza. Algunos pelos se erizaban contra su mano. Tengo que afeitarme antes de que Izembaro me vea. Mercy, soy Mercy, y esta noche seré violada y asesinada. Su verdadero nombre era Mercedene, pero Mercy (NOTA DEL TRADUCTOR: Misericordia en inglés) era como le llamaba todo el mundo…
Excepto en sueños. Respiró hondo para acallar el latido de su corazón, tratando de recordar más acerca de lo que había soñado, pero la mayoría se había ido. Había habido sangre, creía, y una luna llena, y un árbol que la observaba mientras corría.
Había corrido las cortinas para que el sol de la mañana le despertara. Pero no había sol fuera de la ventana del pequeño cuarto de Mercy, solo un muro de cambiante niebla gris. El aire se había vuelto fresco…y era bueno, pues si no podría haberse pasado el día durmiendo. Sería como si Mercy se durmiera durante su propia violación.
El vello cubría sus piernas. La colcha se enrollaba sobre ella como una serpiente. Ella la retiró, lanzó la manta al suelo de tablas y caminó desnuda hacia la ventana. Braavos estaba perdida en la niebla. Ella podía ver el agua verde del canal debajo, la calle con adoquines de piedra bajo su edificio, dos arcos del musgoso puente… pero el otro extremo del puente desaparecía en el gris, y de los edificios a lo largo del canal solo quedaban unas vagas luces. Oyó una suave salpicadura y un barco serpiente emergió del arco central del puente. “¿Qué hora?” llamó Mercy al hombre que estaba en la alzada cola de la serpiente, empujándola con su remo.
El marinero miró hacia arriba, en busca de la voz: “Cuatro, por el rugir del Titán”. Sus palabras resonaron huecamente en los remolinos de las aguas verdes y los muros de edificios ocultos.
No llegaba tarde, no todavía, pero no debía holgazanear. Mercy era un alma alegre y una trabajadora dura, pero raramente puntual. Eso no serviría hoy. El enviado desde Poniente se esperaba en la Puerta esta tarde, e Izembaro no estaría de humor para excusas, incluso si se las servían con una dulce sonrisa.
Había llenado el barreño con el agua del canal la noche anterior antes de irse a dormir, prefiriendo el agua salobre a la babosa  y verde agua de lluvia de la cisterna. Mojando un trapo áspero, se lavó de la cabeza a los pies, poniéndose a la pata coja para frotarse sus pies callosos. Tras eso encontró su navaja. Una cabeza desnuda ayudaba a las pelucas a entrar mejor, decía Izembaro.
Se afeitó, se puso su ropa interior y se pasó un vestido de lana marrón sobre su cabeza. Una de sus medias necesitaba remiendos, lo vio cuando se la subió. Pediría ayuda al Pargo; cosía tan miserablemente que el encargado de vestuario normalmente se compadecía de ella. O podría agenciarse un bonito par del vestuario. Pero eso sería arriesgado. Izembaro odiaba que los actores llevaran sus ropas en las calles. Excepto por Wendeyne. “Dale a la polla de Izembaro una pequeña mamada y una chica podía llevar cualquier ropa que quisiera”. Mercy no era tan tonta para ello. Daena se lo había advertido: “Las chicas que van por ese camino acaban en El Barco, donde cada hombre que acude sabe que puede tener cualquier cosa bonita que aparezca en el escenario, si su bolsa está lo suficientemente llena”.
Sus botas eran grumos de cuero viejo marrón moteadas con manchas de sal y agrietadas por su largo uso; su cinturón, un tramo de cuerda de cáñamo tintado de azul. Se lo ató sobre su cintura y colgó un cuchillo en su cadera derecha y un monedero en la izquierda. Por último se puso una capa sobre sus hombros. Era una verdadera capa real de actor, lana púrpura forrada de seda roja, con una capucha para protegerse de la lluvia, y tres bolsillos secretos. Ella escondió algunas monedas en uno, una llave de hierro en otro y una cuchilla en la última. Una cuchilla de verdad, no cuchillo de frutero como el que tenía en la cadera, pero que no pertenecía a Mercy, como el resto de sus otros tesoros. El cuchillo de frutero sí pertenecía a Mercy. Ella estaba hecha para comer fruta, sonreír y reír, trabajar duro y hacer lo que se le decía.
“Mercy, Mercy, Mercy,” cantaba mientras descendía por la escalera de madera hacia la calle. El pasamanos estaba astillado, los escalones empinados y había cinco tramos de escalera, pero eso es lo que hacía que el piso fuera tan barato. Eso, y la sonrisa de Mercy. Podría estar calva y delgada, pero Mercy tenía una bonita sonrisa y una cierta gracia. Hasta Izembaro estaba de acuerdo en que era agraciada. No estaba lejos de la Puerta para el vuelo de un cuervo, pero para chicas con pies en lugar de alas el camino era más largo. Braavos era una ciudad torcida. Las calles estaban torcidas, los callejones estaban torcidos y los canales estaban aún más torcidos.
La mayoría de los días prefería coger el camino largo, por el Camino del Trapero a lo largo del Puerto Externo, donde tenía el mar debajo y el cielo arriba, y una vista clara a través del Gran Largo del Arsenal y las laderas con pinares del Escudo de Sellagoro. Los marineros le alababan mientras pasaba por los muelles, llamándole desde alquitranados balleneros Ibbeneses y tripones barcos de Poniente. Mercy no siempre entendía sus palabras, pero sabía lo que le estaban diciendo. Alguna vez les devolvía la sonrisa y les decía que podrían encontrarla en la Puerta si tenían monedas. El camino largo también le hacía cruzar el Puente de los Ojos con sus caras de piedra talladas. Desde lo alto podía mirar a través de sus arcos y ver toda la ciudad: las cúpulas de cobre verde del Palacio de la Verdad, los mástiles erigiéndose como un bosque en el Puerto Púrpura, las torres altas de los poderosos, el rayo dorado que giraba en su espira sobre el Palacio del Señor del Mar… incluso los hombros de bronce del Titán, lejos sobre las oscuras aguas verdes. Pero eso era solo cuando el sol brillaba sobre Braavos. Si la niebla era espesa no había nada que ver salvo el gris, así que Mercy eligió la ruta más corta para ahorrar camino a sus pobres agrietadas botas.
La niebla parecía desaparecer ante ella y cerrarse cuando ella pasaba. Los adoquines estaban mojados y resbaladizos bajo sus pies. Oyó a un gato ronronear lastimeramente. Braavos era una ciudad buena para los gatos y vagaban por todas partes, especialmente de noche. En la niebla todos los gatos son grises, pensó Mercy. En la niebla todos los hombres son asesinos. Ella nunca había visto una niebla tan densa como esta. En los canales más grandes, los aguadores estarían moviendo sus barcos serpiente uno detrás de otro, incapaces de ver más que sombrías luces de los edificios a cada lado.
Mercy se cruzó con un viejo con una linterna que iba en dirección contraria, y envidió su luz. La calle estaba tan sombría que difícilmente podía ver por dónde pisaba. En las partes más humildes de la ciudad las casas, tiendas y almacenes se apiñaban, recostándose unos sobre otros como amantes borrachos, los pisos altos estaban tan cercanos que podías saltar de un balcón a otro. Las calles, debajo, se convertían en túneles oscuros donde resonaba cada pisada. Los pequeños canales tenían aún más obstáculos, pues muchas casas que se alineaban allí tenían sus excusados sobresaliendo sobre el agua. A Izembaro le encantaba recitarle el discurso de “La Melancólica Hija del Mercader” sobre cómo “aquí el último Titán se yergue, a horcajadas sobre sus hermanos” pero Mercy prefería la escena donde el gordo mercader cagaba en la cabeza del Señor del Mar cuando pasaba en su barcaza dorada y púrpura. Solo en Braavos podía pasar algo así, se decía, y solo en Braavos el Señor del Mar y el pescador se reirían igual al verlo.
La Puerta estaba cerca del final de Ciudad Ahogada, entre el Puerto Exterior y el Puerto Púrpura. Un viejo almacén se había quemado allí y la tierra se estaba hundiendo un poco más cada año, así que el espacio era barato. Sobre la inundada base del almacén, Izembaro había alzado su cavernoso teatro. El Domo y la Linterna Azul podrían tener entornos más elegantes, decía a sus titiriteros, pero aquí entre los puertos nunca le faltarían marineros y putas para llenar el patio de butacas. El Barco estaba cerca, llevando multitudes al muelle donde había morado durante veinte años, decía, y La Puerta prosperaría igual.
El tiempo le había dado la razón. El escenario de La Puerta se había inclinado mientras el edificio se asentaba, sus trajes eran proclives al moho y serpientes de agua tenían su nido en la inundada bodega, pero nada de eso importaba a los titiriteros mientras la casa estuviera llena.
El último puente estaba hecho de tela y toscos tablones, y parecía disolverse en la nada, pero eso era solo por la niebla. Mercy correteó por él, con sus tacones retumbando en la madera. La niebla se abría ante ella como una andrajosa cortina gris para revelar el teatro. Una mantecosa luz amarilla salía desde las puertas, y Mercy podía oír voces tras ella. Al lado de la puerta, Brusco el Grande había pintado sobre el título del último espectáculo y escrito en su lugar “La Mano Sangrienta” con grandes letras rojas. Estaba pintando debajo una mano sangrienta, para aquellos que no supieran leer. Mercy se detuvo a mirar. “Es una bonita mano”-le dijo. “El pulgar está torcido”. Brusco lo tocó con su cepillo. “El Rey de los Titiriteros estaba preguntando por ti”.
“Estaba tan oscuro que me quedé dormida”. Cuando Izembaro se había llamado a si mismo Rey de los Titiriteros, la compañía había gozado un extraño placer en ello, saboreando el enfado de sus rivales de El Domo y La Linterna Azul. Últimamente, sin embargo, Izembaro había empezado a tomarse su título demasiado en serio. “Solamente hace el papel de rey ahora”- dijo Marro, torciendo la mirada- “y si la obra no tiene ningún rey, él preferiría no representarla”.
La Mano Sangrienta ofrecía dos reyes, el gordo y el niño. Izembaro haría el papel del gordo. No sería una parte larga, pero tendría un buen discurso mientras estaba muriendo, y una espléndida lucha con un jabalí demoníaco antes. Phario Forel lo había escrito, y él tenía la pluma más sangrienta de todo Braavos.
Mercy encontró a la compañía reunida tras el escenario, y se deslizó entre Daena y el Pargo en la parte de atrás, esperando que su retraso fuera inadvertido. Izembaro estaba contando a todo el mundo que esperaba que La Puerta estuviera llena hasta la bandera esta tarde, pese a la niebla. “El Rey de Poniente ha mandado a su enviado a honrar al Rey de los Titiriteros esta noche”- dijo a su tropa. “No decepcionaremos a nuestro querido monarca”.
“¿Nosotros?”- dijo el Pargo, que hacía todos los trajes para los actores. “¿Hay más de uno ahora?”
“Está tan gordo como para contar por dos”- susurró Bobono. Toda tropa de titiriteros tenía un enano. Él era el suyo. Cuando vio a Mercy le echó una ojeada. “Ooh”- dijo- “aquí está. ¿Está la chica lista para su violación?”- dijo mientras se palmeaba sus labios.
El Pargo le dio una palmada en la cabeza: “Estate callado”.
El Rey de los Titiriteros ignoró la conmoción. Seguía hablando, contando a los actores lo magníficos que debían ser. Además del enviado de Poniente, habría responsables de llaves y cortesanas famosas también. No quería que se fueran con una mala opinión de La Puerta. “Le irá mal a todo hombre que me falle”, una amenaza que había tomado prestada del discurso que daba el Príncipe Garin en la batalla de “Ira de los Señores de Dragón”, la primera obra de Phario Forel.

jueves, 27 de marzo de 2014

Gigamesh inaugura mañana su nueva librería en Barcelona

Los seguidores de la literatura fantástica, la ciencia ficción y el terror conocéis de sobra el nombre de Gigamesh, editorial patria especializada en la difusión de estos tres géneros gracias a sus publicaciones. Pues bien  mañana, 28 de marzo abrirá sus puertas  en Barcelona (en la calle Bailén Nº 8) la nueva sede de la librería que esta editorial especializada en fantasía, ciencia ficción y terror ha estado remodelando durante los últimos meses. Según la propia Gigamesh se trata de la librería más grande de España y, muy probablemente, de Europa dedicada a estas temáticas. La librería Gigamesh ha fusionado sus dos antiguos locales en uno, haciendo que las nuevas instalaciones sumen más de 500 metros cuadrados dedicados a "vicio y subcultura", en palabra de la propia editorial. Hay que destacar el impresionante lienzo de 6 metros con el que el ilustrador Enrique Corominas (al que todos reconoceréis como el autor de las portadas españolas de Canción de Hielo y Fuego) ha decorado el interior de la libreria, todo una obra de arte digna de admirar en persona.
Afortunadamente para todos los seguidores de estas temáticas literarias la inauguración de la librería contará además con un programa equiparable al de cualquier festival, pues contará "con los autores más representativos de la literatura de género en castellano y muchas sorpresas más."  Aquí os dejo el programa al completo de estos dos días de celebración organizados por Gigamesh que reunirán a gran número de los escritores más destacados de España en literatura fantástica, ciencia ficción y terror, para todos lo que podáis acercaros a la nueva tienda de Barcelona.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Nuevo capítulo de Winds of winter: Mercy

Después de mucho tiempo sin apenas tener noticias sobre Winds of winter, el sexto libro de Canción de Hielo y Fuego, en una sola semana George R. R. Martin nos ha sorprendido con dos nuevos capítulos de la novela. Este nuevo capítulo ha sido colgado por el escritor en su página personal (aquí) y según cuenta fue escrito hace bastante tiempo pero nunca lo había leído en ninguna convención, así que es totalmente nuevo. Aunque está en ingles os lo dejo aquí para que disfrutéis con las aventuras de su protagonista, una de las más veteranas de la saga.

MERCY
She woke with a gasp, not knowing who she was, or where.
The smell of blood was heavy in her nostrils… or was that her nightmare, lingering? She had dreamed of wolves again, of running through some dark pine forest with a great pack at her hells, hard on the scent of prey.
Half-light filled the room, grey and gloomy. Shivering, she sat up in bed and ran a hand across her scalp. Stubble bristled against her palm. I need to shave before Izembaro sees. Mercy, I’m Mercy, and tonight I’ll be raped and murdered. Her true name was Mercedene, but Mercy was all anyone ever called her…
Except in dreams. She took a breath to quiet the howling in her heart, trying to remember more of what she’d dreamt, but most of it had gone already. There had been blood in it, though, and a full moon overhead, and a tree that watched her as she ran.
She had fastened the shutters back so the morning sun might wake her. But there was no sun outside the window of Mercy’s little room, only a wall of shifting grey fog. The air had grown chilly… and a good thing, else she might have slept all day. It would be just like Mercy to sleep through her own rape.
Gooseprickles covered her legs. Her coverlet had twisted around her like a snake. She unwound it, threw the blanket to the bare plank floor and padded naked to the window. Braavos was lost in fog. She could see the green water of the little canal below, the cobbled stone street that ran beneath her building, two arches of the mossy bridge… but the far end of the bridge vanished in greyness, and of the buildings across the canal only a few vague lights remained. She heard a soft splash as a serpent boat emerged beneath the bridge’s central arch. “What hour?” Mercy called down to the man who stood by the snake’s uplifted tail, pushing her onward with his pole.
The waterman gazed up, searching for the voice. “Four, by the Titan’s roar.” His words echoed hollowly off the swirling green waters and the walls of unseen buildings.
She was not late, not yet, but she should not dawdle. Mercy was a happy soul and a hard worker, but seldom timely. That would not serve tonight. The envoy from Westeros was expected at the Gate this evening, and Izembaro would be in no mood to hear excuses, even if she served them up with a sweet smile.
She had filled her basin from the canal last night before she went to sleep, preferring the brackish water to the slimy green rainwater stewing in the cistern out back. Dipping a rough cloth, she washed herself head to heel, standing on one leg at a time to scrub her calloused feet. After that she found her razor. A bare scalp helped the wigs fit better, Izembaro claimed.
She shaved, donned her smallclothes, and slipped a shapeless brown wool dress down over her head. One of her stockings needed mending, she saw as she pulled it up. She would ask the Snapper for help; her own sewing was so wretched that the wardrobe mistress usually took pity on her. Else I could filtch a nicer pair from wardrobe. That was risky, though. Izembaro hated it when the mummers wore his costumes in the streets. Except for Wendeyne. Give Izembaro’s cock a little suck and a girl can wear any costume that she wants. Mercy was not so foolish as all that. Daena had warned her. “Girls who start down that road wind up on the Ship, where every man in the pit knows he can have any pretty thing he might see up on the stage, if his purse is plump enough.”
Her boots were lumps of old brown leather mottled with saltstains and cracked from long wear, her belt a length of hempen rope dyed blue. She knotted it about her waist, and hung a knife on her right hip and a coin pouch on her left. Last of all she threw her cloak across her shoulders. It was a real mummer’s cloak, purple wool lined in red silk, with a hood to keep the rain off, and three secret pockets too. She’d hid some coins in one of those, an iron key in another, a blade in the last. A real blade, not a fruit knife like the one on her hip, but it did not belong to Mercy, no more than her other treasures did. The fruit knife belonged to Mercy. She was made for eating fruit, for smiling and joking, for working hard and doing as she was told.
“Mercy, Mercy, Mercy,” she sang as she descended the wooden stair to the street. The handrail was splintery, the steps steep, and there were five flights, but that was why she’d gotten the room so cheap. That, and Mercy’s smile. She might be bald and skinny, but Mercy had a pretty smile, and a certain grace. Even Izembaro agreed that she was graceful. She was not far from the Gate as the crows flies, but for girls with feet instead of wings the way was longer. Braavos was a crooked city. The streets were crooked, the alleys were crookeder, and the canals were crookedest of all. Most days she preferred to go the long way, down the Ragman’s Road along the Outer Harbor, where she had the sea before her and the sky above, and a clear view across the Great Lagoon to the Arsenal and the piney slopes of Sellagoro’s Shield. Sailors would hail her as she passed the docks, calling down from the decks of tarry Ibbenese whalers and big-bellied Westerosi cogs. Mercy could not always understand their words, but she knew what they were saying. Sometimes she would smile back and tell them they could find her at the Gate if they had the coin.
The long way also took her across the Bridge of Eyes with its carved stone faces. From the top of its span, she could look through the arches and see all the city: the green copper domes of the Hall of Truth, the masts rising like a forest from the Purple Harbor, the tall towers of the mighty, the golden thunderbolt turning on its spire atop the Sealord’s Palace… even the Titan’s bronze shoulders, off across the dark green waters. But that was only when the sun was shining down on Braavos. If the fog was thick there was nothing to see but grey, so today Mercy chose the shorter route to save some wear on her poor cracked boots.
The mists seemed to part before her and close up again as she passed. The cobblestones were wet and slick under her feet. She heard a cat yowl plaintively. Braavos was a good city for cats, and they roamed everywhere, especially at night. In the fog all cats are grey, Mercy thought. In the fog all men are killers.
She had never seen a thicker fog than this one. On the larger canals, the watermen would be running their serpent boats into one another, unable to make out any more than dim lights from the buildings to either side of them.

domingo, 23 de marzo de 2014

Capítulo traducido de Vientos de invierno: Tyrion (2)

Ayer colgaba el nuevo capítulo de Vientos de invierno que ha visto la luz en EE. UU., y hoy os dejo la traducción del mismo (realizada por la gente de Los Siete Reinos). Como ya comenté es el segundo POV de Tyrion y hasta ahora solo teníamos del mismo un resumen, así que ya podemos disfrutar de el en toda su extensión.


TYRION

En algún lugar a lo lejos, un hombre muriéndose estaba acordándose de su madre. “¡A los caballos!”, exclamaba el hombre en Ghiscari, en el campamento más cercano al norte del de los Segundos Hijos. -¡A los caballos! ¡A los caballos!-. Alta y estridente, su voz venía desde lejos gracias al aire de la mañana, desde más allá de su propio campamento. Tyrion sabía el Ghiscari suficiente para entenderlo, pero el miedo en su voz habría sido evidente en cualquier lengua. Sé cómo se siente.
Era la hora de encontrar su propio caballo, lo sabía. Tiempo para ponerse la armadura de algún hombre muerto, abrocharse al cinturón una espada y una daga, y dejar caer su yelmo sobre su cabeza. Había llegado la mañana y una miaja del sol naciente asomaba detrás de los muros y torres de la ciudad, cegadoramente brillante. Hacia el oeste las estrellas se iban apagando, una tras otra. Sonaban las trompetas entre los del Skahazadhan, respondían los cuernos desde los muros de Meereen. Un barco se estaba hundiendo en la boca del río, en llamas. Hombres muertos y dragones se movían por el cielo, mientras barcos de guerra chocaban en la Bahía de los Esclavos. Tyrion no les podía ver desde ahí, pero podía oír las voces: los choques de casco contra casco mientras los barcos se golpeaban, los profundos sonidos de los cuernos de los Hijos del Hierro y los extraños silbidos de los de Qarth, el batir de los remos, los gritos de batalla, el impacto de las hachas en las armaduras, espada contra escudo, todos mezclados con los lamentos de los hombres heridos. Muchos de los barcos estaban aún lejos de la bahía, así que sus sonidos parecían desvanecerse lejos, pero sabía que todos eran iguales. La música de la matanza.
A trescientas yardas de donde se encontraba se alzaba la Hermana  Malvada, con su largo brazo lanzando un puñado de cadáveres – CHUNK ¡PUM! – y allí volaban, desnudos e inflados, pájaros pálidos muertos dando vueltas como si no tuvieran huesos a través del aire. Los campamentos de asedio resplandecían con un aura chillón de rosa y oro, pero las famosas pirámides de Meereen destacaban negras a través del brillo. Algo se estaba moviendo sobre una de ellas, pudo ver. Un dragón, ¿pero cuál? A esta distancia, podría fácilmente haber sido un águila. Un águila muy grande.
Tras días escondido dentro de las rancias tiendas de los Segundos Hijos, el aire exterior olía fresco y claro. Aunque no podía ver la bahía desde donde él estaba, el gusto a sal le indicaba que estaba cerca. Tyrion llenó sus pulmones de él. Un buen día para una batalla. Desde el Este el sonido de tambores llegaba a través de la abrasada llanura. Una columna de hombres montados se destacaron tras La Bruja, portando los estandartes de Los Hijos del Viento.
Un hombre más joven lo habría encontrado excitante. Un hombre más estúpido pensaría que era grandioso y glorioso, justo antes de que algún horrendo soldado esclavo yunkio con anillos en sus pezones plantara un hacha entre sus ojos. Tyrion Lannister lo sabía mejor- Los dioses no me crearon para llevar una espada-  pensó- entonces, ¿por qué siguen poniéndome en el medio de batallas?
Nadie le escuchó. Nadie le respondió. A nadie le importaba.
Tyrion se encontró pensando en la que fue su primera batalla. Shae había sido la primera en despertarse, debido a las trompetas de su padre. La dulce ramera que le había complacido durante media noche estaba temblando en sus manos, como un niño asustado. -O había sido todo eso también mentira, una estrategia para hacerme sentir bravo y brillante?  Vaya máscara debería estar llevando-. Cuando Tyrion había llamado a Podrick Payne para que le ayudara con su armadura, se encontró al niño dormido y roncando. -No era el chico más ágil que he conocido, pero al final era un escudero decente. Espero que encuentre un hombre mejor a quien servir.
Era extraño, pero Tyrion recordaba el Forca Verde mucho mejor que Aguasnegras. -Fue mi primera. Tú nunca olvidas la primera-. Recordaba la niebla arrastrándose desde el río, avanzando sobre las cañas como pálidos dedos blancos. Y la belleza de ese amanecer, también lo recordaba: las estrellas cubrían un cielo púrpura, la hierba centelleando como espejos por el rocío de la mañana, un esplendor rojo en el este. Recordaba el toque de los dedos de Shae mientras ella ayudaba a Pod con la desemparejada armadura de Tyrion. -Ese maldito yelmo. Como un cubo con una púa-. Esa púa le había salvado, pensó, le había hecho ganar su primera batalla, pero Groat y Penny nunca debieron parecer ni la mitad de ridículos que como él debía lucir aquel día. Shae le había llamado “temible” cuando le vio en su armadura, recordó. -¿Cómo pude haber sido tan ciego, tan sordo, tan estúpido? Debería haber sabido hacer algo mejor que pensar con mi polla.
Los Segundos Hijos estaban ensillando sus caballos. Lo hicieron de forma calmada, sin prisas, de manera eficiente: no era nada que no hubieran hecho cien veces antes. Algunos estaban pasando un pellejo de mano, aunque no sabía decir si era vino o agua. Bokkoko estaba besando a su amante sin complejos, sobando las nalgas del chico con una de sus grandes manos, la otra enredada en su pelo. Tras ellos, Ser Gribald estaba cepillando la melena de su gran caballo. Kem estaba sentado en una roca, mirando la tierra… recordando a su hermano muerto, quizás, o soñando con su amigo en Desembarco del Rey. Martillo y Clavo se movían entre los hombres,  comprobando espadas y lanzas, ajustando armaduras, afilando las cuchillas que lo necesitaban. Snatch masticaba una hoja, haciendo bromas y rascando sus bolas con su mano con un garfio. Algo sobre sus maneras le recordaba a Tyrion a Bronn. -Ser Bronn de Aguasnegras ahora, salvo que mi hermana le haya matado. Eso no sería tan fácil como ella podría pensar-. Se preguntó cuántas batallas habrían luchado estos Segundos Hijos. -¿Cuántas escaramuzas, cuantas incursiones? ¿Cuántas ciudades han asediado, cuantos hermanos han enterrado o dejado atrás pudriéndose?-. Comparado con ellos, Tyrion era un chico aún verde, sin probar, aunque había contado más años que la mitad de la compañía.
Esta sería su tercera batalla. -Maduro y determinado, estampado y sellado, un guerrero probado, eso soy yo. He matado algunos hombres y herido a otros, he recibido yo mismo heridas y vivido para contarlo. He liderado cargas, oído a hombres gritar mi nombre, cortar a hombres más grandes y mejores, incluso saborear un poco de gloria… ¿y no era ese un rico vino para los héroes, y no querría yo probarlo de nuevo?-. A pesar de todo lo que había hecho y visto, el prospecto de otra nueva batalla le hacía que se le helara la sangre. Había viajado por medio mundo a través de palanquines, barcos y cerdos, había navegado en barcos esclavistas y galeones comerciales, había montado putas y caballos, mientras se decía todo el tiempo que no le importaba vivir o morir… solo para darse cuenta que al final le importaba bastante.
El Extraño había cabalgado su yegua pálida y estaba cabalgando hacia ellos con la espada en la mano, pero a Tyrion Lannister no le importaba encontrarse  con él de nuevo. No ahora. No todavía. No hoy. -Qué fraude eres, Gnomo. Dejaste que un centenar de guardias violaran a tu esposa, disparaste a tu propio padre con una saeta, apretaste una cadena dorada sobre la garganta de tu amante hasta que su cara se puso negra, y aún así piensas que mereces vivir.
Penny ya tenía puesta su armadura cuando Tyrion entró en la tienda que compartían. Ella se había puesto armaduras de madera durante años para su espectáculo; las armaduras verdaderas de malla y metal no eran tan distintas una vez que has dominado todas los cierres y hebillas. Y si el acero de la compañía esta destintado aquí y oxidado allá, arañado, manchado y descolorado, no importaba. Aún debería ser lo suficientemente bueno como para detener a una espada.
La única parte que no se había puesto era el casco. Cuando entró, ella le miró:
-Todavía no te has puesto la armadura. ¿Qué está pasando?
-Lo habitual. Barro, sangre y heroísmo, matanzas y muertes. Hay una batalla luchándose en la bahía, otra bajo los muros de la ciudad. Adónde quiera que giren los Yunkios, tienen un enemigo detrás . Lo batalla más cercana aún está lejos de nosotros, pero estará aquí pronto. En un lado o en el otro.
Los Segundos Hijos estaban listos para otro cambio de maestros, Tyrion estaba casi seguro de ello… aunque había un abismo entre “seguro” y “casi seguro”. -Si he malinterpretado a mi hombre, estamos perdidos-.
-Ponte el casco y asegúrate de que los cierres estén enganchados. Me quité el mío una vez para no ahogarme y me costó la nariz-. Tyrion se señaló a su cicatriz.
-Necesitamos que te pongas tu armadura primero.
-Si quieres, el coleto primero. El cuero, con los tacos de hierro. La malla anillada después, al final la gola-. Miró la tienda. -¿Hay vino?
-No.
-Teníamos media garrafa que nos sobró de la cena.
-Era un cuarto y te la bebiste.
Suspiró. -Vendería a mi hermana por una copa de vino.
-Venderías a tu hermana por una copa de orín de caballo.
Fue tan inesperado que le hizo reír. -¿Es mi gusto por el orín de caballo tan conocido o es que has conocido a mi hermana?
-Sólo la vi aquella vez, cuando hicimos justas por el niño rey. Groat pensó que era hermosa.
-Groat era un deforme y pequeño parásito con un nombre estúpido-. Solo un necio cabalga a la batalla sobrio. -Plumm tendrá algo de vino. ¿Qué pasará si muere en la batalla? Sería una pena desperdiciarlo.
-Sujeta tu lengua. Tengo que abrocharte esta hebilla.

sábado, 22 de marzo de 2014

Nuevo capítulo de Winds of winter: Tyrion (2)

Como muchos sabréis se había anunciado la publicación de un nuevo capítulo de Vientos de invierno, el futuro sexto libro de la saga Canción de Hielo y Fuego, para este mes de marzo. El capítulo salió ayer a la luz y tal y como avisamos en este blog es el segundo POV de la novela protagonizado por Tyrion, y que ya fue leído por el propio George R. R. Martin el pasado 30 de agosto de 2013 en la Worldcon de San Antonio (Tejas). Del capítulo sólo teníamos hasta ahora un resumen realizado por los fans que asistieron al evento, así que os lo dejo aquí entero, aunque por desgracia solo en inglés. Tan pronto como exista una traducción EL CABALLERO DEL ÁRBOL SONRIENTE la publicará también.


TYRION II

Somewhere off in the far distance, a dying man was screaming for his mother. "To horse!" a man was yelling in Ghiscari, in the next camp to the north of the Second Sons. "To horse! To horse!" High and shrill, his voice carried a long way in the morning air, far beyond his own encampment. Tyrion knew just enough Ghiscari to understand the words, but the fear in his voice would have been plain in any tongue. I know how he feels.
It was time to find his own horse, he knew. Time to don some dead boy's armor, buckle on a sword and dagger, slip his dinted greathelm down over his head. Dawn had broken, and a sliver of the rising sun was visible behind the city's walls and towers, blindingly bright. To the west the stars were fading, one by one. Trumpets were blowing along the Skahazadhan, warhorns answering from the walls of Meereen. A ship was sinking in the river mouth, afire. Dead men and dragons were moving through the sky, whilst warships crashed and clashed on Slaver's Bay. Tyrion could not see them from here, but he could hear the sounds: the crash of hull against hull as ships slammed together, the deep-throated warhorns of the ironborn and queer high whistles of Qarth, the splintering of oars, the shouts and battle cries, the crash of axe on armor, sword on shield, all mingled with the shrieks of wounded men. Many of the ships were still far out in the bay, so the sounds they made seemed faint and far away, but he knew them all the same. The music of slaughter.
Three hundred yards from where he stood rose the Wicked Sister, her long arm swinging up with a clutch of corpses—chunk-THUMP—and there they flew, naked and swollen, pale dead birds tumbling boneless through the air. The siege camps shimmered in a gaudy haze of rose and gold, but the famous stepped pyramids of Meereen hulked black against the glare. Something was moving atop one of them, he saw. A dragon, but which one? At this distance, it could as easily have been an eagle. A very big eagle.
After days spent hidden inside musty tents of the Second Sons, the outside air smelled fresh and clear. Though he could not see the bay from where he stood, the tang of salt told him it was near. Tyrion filled his lungs with it. A fine day for a battle. From the east the sound of drumming rolled across the parched plain. A column of mounted men flashed past the Harridan, flying the blue banners of the Windblown.
A younger man might have found it all exhilarating. A stupider man might have thought it grand and glorious, right up to the moment when some arse-ugly Yunkish slave soldier with rings in his nipples planted an axe between his eyes. Tyrion Lannister knew better. The gods did not fashion me to wield a sword, he thought, so why do they keep putting me in the midst of battles?
No one heard. No one answered. No one cared.
Tyrion found himself thinking back on his first battle. Shae had been the first to stir, woken by his father's trumpets. The sweet strumpet who'd pleasured him for half the night had trembled naked in his arms, a frightened child. Or was all that a lie as well, a ploy she used to make me feel brave and brilliant? What a mummer she might have been. When Tyrion had shouted out for Podrick Payne to help him with his armor, he'd found the boy asleep and snoring. Not the quickest lad I've ever known, but a decent squire in the end. I hope he found a better man to serve.
It was queer, but Tyrion remembered the Green Fork much better than the Blackwater. It was my first. You never forget your first. He remembered the fog drifting off the river, wending through the reeds like pale white fingers. And the beauty of that sunrise, he remembered that as well: stars strewn across a purple sky, the grass glittering like glass with the morning dew, red splendor in the east. He remembered the touch of Shae's fingers as she helped Pod with Tyrion's mismatched armor. That bloody helm. Like a bucket with a spike. That spike had saved him, though, had won him his first victory, but Groat and Penny had never looked half as silly as he must have looked that day. Shae had called him "fearsome" when she saw him in his steel, mind you. How could I have been so blind, so deaf, so stupid? I should have known better than to do my thinking with my cock.

viernes, 21 de marzo de 2014

La portada inglesa de Half a King, el inicio de la nueva trilogía de Joe Abercrombie

No voy a esconder la predilección que siento por el escritor inglés Joe Abercrombie. Me encantan sus libros donde la brutalidad más despiadada se mezcla con lo peor y lo mejor de cada ser humano, donde cada página está llena de personajes memorables y dialogos ingeniosos, todo ello cubierto con una cáustica capa de humor negro que hace imposible no soltar una carcajada. Pues bien, afortunadamente para aquellos que ya hemos terminado lo último del inglés, Tierras rojas, podemos empezar a contar los días que faltan para que aparezca su siguiente libro: Half a King.
Por el momento sabemos que con esta novela Joe Abercrombie empezará una nueva trilogía, enfocada a un público más adolescente y que según el propio autor está ambientada en un mundo que califica de 'vikingo' y asegura que su estilo es extremadamente directo. "Cada página —dice Abercrombie— es como una bofetada", y asegura que resulta increíblemente adictiva, algo que comparte con las otras obras del autor inglés.
Pues bien, en su página personal, aquí, el escritor ha compartido con todos sus lectores la que será la portada de su obra en Reino Unido (la imagen de la izquierda que encabeza esta entrada) y además ha señalado que en un futuro no muy lejano dará a conocer "un considerable extracto" de la misma.
La sinopsis de Half a King, que previsiblemente saldrá a la venta en inglés el 8 de julio de 2014, es la siguiente:

Half a King es un clásico sobre "alcanzar la madurez" que tiene como protagonista a Yarvi, el hijo menor de un rey guerrero. Debido a que Yarvi nace con una mano discapacitada se le considera como "medio hombre" y todos creen que no podrá alcanzar las expectativas de su padre sobre lo que un verdadero hombre debe ser. Él espera entrar en el ministerio en lugar de convertirse en un soldado o en heredero al trono, pero después de que su padre y su hermano son asesinados, es empujado hacia el trono (el Trono Negro) donde tendrá que encontrar una manera de gobernar. Pero, por supuesto, su viaje no será fácil.

En este blog ya compartimos con vosotros hace tiempo un breve extracto de la novela que publicó una página web de EE.UU (en inglés, obviamente). Si queréis podéis leerlo pinchando aquí.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Cuarto tráiler de Juego de tronos

Anoche se celebró en la ciudad Nueva York la 'premiere' de la cuarta temporada de Juego de tronos emitiendo en exclusiva el primer episodio titulado "Two swords" para un público de siete mil personas que asistieron al evento en el teatro Cushman & Wakefield de Brooklyn. Entre los asistentes estuvieron el creador de la saga George R. R. Martin, así como la mayoría de los actores protagonistas principales y secundarios de la serie luciendo sus mejores galas.
Pues bien al final del evento se emitió un nuevo tráiler de la serie (que recordemos que regresa el 6 de abril) y que la HBO ha compartido en redes sociales para que todos podamos verlo. Incluye algunas escenas nuevas que todavía no habíamos visto.

lunes, 17 de marzo de 2014

Portadas que son obras de arte (3): Joe Abercrombie

La mayoría de lectores coincidimos en que las novelas del escritor inglés Joe Abercrombie son brutales, sucias y sangrientas, duras y frías como el acero que empuñan sus protagonistas. Así pues las portadas de las mismas no podían sino mostrarnos este mezcla sensaciones primarias que uno siente el sumergirse en sus páginas. Quizás las portadas de La Primera Ley, la trilogía con la que el inglés debutó en la literatura fantástica moderna, no sean lo suficientemente llamativas ni espectaculares para aparecer en esta sección pero las de sus siguientes obras sí.
Estoy hablando de las portadas de las ediciones inglesas de La mejor venganza, Los Héroes y Tierras rojas, los tres libros de lectura independiente ambientados en el mismo mundo que La Primera Ley. Las ilustraciones son obra de Dave Senior, que con gran maestría y sencillez recoge distintos elementos que abundan en los libros de Abercombie como pueden ser las armas en todas su extensa gama cortante: las espadas, los cuchillos ("Nunca se tienen suficientes cuchillos", que decía un experto en la materia) o las hachas; las monedas que ejemplifican la avaricia que mueve a muchos de sus personajes (como el ubicuo Nicomo Cosca); ademas de la sangre que siempre acaba salpicando de una forma u otra a todos los implicados en la narración. Todo ello colocado sobre un mapa de la región donde transcurre el libro, mapas que tienen un maravilloso aspecto antiguo. Estas tres portadas fueron también las que sabiamente utilizó la Alianza Editorial en su colección Lee Runas para publicar en España las citadas tres obras de Joe Abercrombie.
 Un caso bastante espectacular es el de la portada americana de Los Héroes. Esta edición limitada corre a cargo de Subterranean Press, que eligió al ilustrador Raymond Swanland para realizarla. Swanland, que tiene a sus espaldas portadas como las de la cuarta edición del juegos de rol Dungeons & Dragons (principalmente Reinos Olvidados) e ilustraciones para World of Warcraft o Eberron, eligió como no podía ser de otra manera para una novela que narra tres días de batalla continua, uno de dichos enfrentamientos. En la magnífica ilustración podemos ver como se enfrentan los ejércitos de salvajes norteños de Dow el Negro contra los de la Unión, mientras de fondo los observan Los Héroes, los antiguos monolitos del campo de batalla que dan nombre a la que es posiblemente la mejor novela de Joe Abercrombie.

sábado, 15 de marzo de 2014

Citas célebres (24)

-Mi padre solía decir que hay dos tipos de gente en el mundo -susurró Kaladin, la voz rasposa-. Decía que estaban los que quitaban vidas. Y los que las salvaban. Pero yo pensaba que estaba equivocado, que había un tercer tipo. Gente que mataba para salvar. Fui un necio. Hay un tercer grupo, uno grande, pero no es el que yo pensaba.
-¿Qué grupo?
-La gente que existe para que la salven o para que la maten. El grupo del medio. Los que no pueden hacer más que morir o ser protegidos. Las víctimas. Eso es todo lo que soy. Existimos para que nos maten. Si no estamos muertos ya.

Kaladin en El camino de los reyes, de Brandon Sanderson.

viernes, 14 de marzo de 2014

Reseña: Mareas de medianoche, de Steven Erikson

SINOPSIS: Tras años de guerras intestinas, las tribus de los tiste edur se hallan bajo el mando del rey hechicero. La paz se logró a un precio terrible: un pacto con un poder oculto cuyos motivos son, en el mejor de los casos, sospechosos; en el peor, mortales. Al sur, el reino de Lether, que desea que se cumpla el papel que profetizaron para él largo tiempo atrás como imperio renacido, ha esclavizado a todos sus vecinos menos civilizados salvo a los tiste edur. El destino ha decretado que también ellos han de caer. La lucha que librarán estos dos pueblos será un pálido reflejo de un conflicto más primitivo. Antiguas fuerzas se unen y con ellas la herida abierta de una vieja traición y un ansia de venganza...



RESEÑA: El quinto libro de Malaz: el Libro de los Caídos es un salto al vacío, una nueva vuelta de tuerca en la locura teledirigida que es la trama de las novelas de Steven Erikson. Solo el autor canadiense sería capaz de coger a sus lectores y arrojarlos sin previo aviso a un quinto libro que es un precuela de mucho de los sucesos que hemos visto hasta ahora y protagonizado por absolutos desconocidos (salvo honrosas excepciones). Sería algo nuevo si no fuera porque en la primera parte de la saga, Los jardines de la luna, ya nos lanzaba sin piedad en mitad de toda la trama sin paracaídas, y si en entregas anteriores no hubiéramos conocido nuevas tramas y continentes que no tenían nada que ver con lo que habíamos leído hasta el momento. Pero así es Malaz, una montaña rusa de giros inesperados y continuas sorpresas, de sucesos que solo logramos entender a medias… y reconozcámoslo, eso es lo que nos encanta de Erikson: que nos vuelva locos.
Mareas de medianoche nos lleva a un nuevo continente y un nuevo conflicto, el que enfrenta al expansionista y avaricioso reino de Lether contra el reino en decadencia de los tiste edur, un pueblo de glorioso pasado (aunque ese pasado se haya construido sobre la mentira y la traición, como pronto descubrirán varios de los personajes principales). Ambos reinos viven una precaria tregua, pero diversos poderes harán todo lo posible por romperla y sacar beneficio del terrible y destructivo conflicto.
Erikson sigue siendo un experto en esconder a ojos del lector lo que ocurre de verdad, manejando con habilidad los hilos de la tramoya que se esconden tras el escenario, contándonos las cosas a medias y generando cinco enigmas por cada uno que resuelve, por lo que siempre vamos a remolque de la situación. Como ya dije en una reseña anterior de la saga, Malaz es una obra que exige mucho al lector debido a la multitud de referencias cruzadas que maneja, por lo kilométrico de su compleja trama y los numerosos personajes que pueblan sus páginas.
En esta quinta novela Erikson juega a convertir a los personajes en un juego de opuestos, un juego de reflejos enfrentados. Los hermanos Sengar de los tiste edur y los hermanos Beddict de Lether representan en sus dos mundos las diferentes formas en que las personas encaran las situaciones complejas a las que se ven arrojados en un mundo sin lógica ni piedad. Por eso mismo no es difícil identificarse con alguno de ellos: la fe inquebrantable en el líder que muestra Temor Sengar, las ansias de venganza que consumen a Casco Beddict, las dudas constantes que atormentan a Trull Sengar, el cinismo que sirve de escudo a Tehol Beddict,… todas son facetas de un mismo conflicto.
Como ya viene siendo habitual en la saga algunos de los personajes más humildes e irrelevantes se revelan al final como seres de gran poder e importancia que acaban decantando la situación. Dioses ancestrales y ascendientes se ocultan tras la imagen poco amenazadora de personas sin importancia para manejar desde más cerca los hilos de la historia, asegurando unas cuantas sorpresas al desprevenido lector.
Por otra parte Lether quizá sea el reino imaginario de una novela de fantasía que menos me ha costado ver como real (aparte de los altamente realistas e históricos Siete Reinos de Poniente, claro). Su sociedad solo preocupada por conquistar y aumentar sus beneficios explotando al resto de sociedades, su falsa moral que les sirve de escudo para realizar sus conquistas tiránicas y racistas sin sentirse unos opresores, su casta de endeudados condenados a pagar cueste lo que cueste durante generaciones,… son elementos demasiados cercanos a cualquier habitante de la civilización occidental actual como para resultar ajena al lector. De esta manera la ‘revolución anti-sistema’ de Tehol Beddict y Bicho intentando derribar desde dentro la propia sociedad Lether cuenta desde el principio con toda la simpatía del lector, que desea que ambos triunfen en su loca ambición de cambiar el mundo. Además ambos personajes, Tehol y Bicho, merecen destacarse por el magnífico dúo cómico que forman, quizá el mejor de todos los que pueblan las páginas de Malaz. (¿Habrá encontrado Bicho por fin tiempo para limpiar?).
El último tramo de la novela se convierte, una vez más, en un feroz despliegue de batallas, enfrentamientos mágicos y descubrimientos inesperados desarrollándose a una velocidad de Fórmula 1 que no dejan un momento de respiro al lector. Erikson sigue con su técnica narrativa de cambiar continuamente de personajes para darle este ritmo tan endiablado al final de sus novelas, y sigue logrando que resulte de lo más atractivo.
Sin embargo, como único punto negativo, debo decir que Mareas de medianoche me ha parecido el libro menos redondo de la saga, hasta el punto que no llega a cerrarse del todo. Erikson, a pesar de construir una saga que se continúa de libro en libro, siempre ha conseguido darle a cada parte de Malaz un final bastante autoconclusivo pero en Mareas no me ha parecido que lo haya logrado plenamente. Deja demasiados enigmas abiertos, demasiados cabos sueltos que es de esperar que encontrarán solución en las siguientes entregas del Libro de los Caídos.

jueves, 13 de marzo de 2014

George R. R. Martin anuncia la publicación de Rogues, una nueva antología de relatos

Solo unos días después de que George R. R. Martin echara por tierra nuestras esperanzas de ver termindo Vientos de invierno este año, el escritor americano anuncia la publicación el próximo 17 de junio de una antología de relatos fantásticos titulada genericamente Rogues (Pícaros). La obra será co-editada por George R. R. Martin y Gardner Dozois (como ya hicieron con la pasada antología Dangerous Woman) y contendrá relatos de varios de los escritores actuales más importantes del género como Joe Abercrombie, Neil Gaiman, Patrick Rothfuss o Scott Lynch.
Lo más interesante es que también incluirá un relato del propio Martin, titulado The Rogue Prince, or, the King’s Brother (El Príncipe Pícaro o el hermano del Rey), una historia ambientada antes del comienzo de la guerra civil de la Danza de los dragones. El propio George Martin lo explica así:

La Princesa y la Reina, el relato abreviado del archimaestre Gyldayn de la Danza de los dragones, tuvo una gran respuesta por parte los lectores que lo leyeron en Dangerous Woman, por lo que vamos a sumergirnos de nuevo en las pilas un poco desorganizadas de pergaminos y manuscritos del archimaestre sacando a luz otro pedazo de sus historias. The Rogue Prince, or, the King’s Brother contará la historia de los años previos a los eventos narrados en The Princess and the Queen durante el reinado del rey Viserys I Targaryen, con especial atención al papel que desempeña el hermano del rey, el Príncipe Daemon, un verdadero pícaro, si alguna vez hubo uno.
Y sí, por desgracia, The Rogue Prince también es un relato abreviado. Para tener la versión completa , tendréis que esperar algunos años, hasta que publiquemos la historia completa de la Casa Targaryen en el GRRMarillion … que,  a propósito, he decidido que lo voy llamar Fire and Blood, ya que la broma de GRRMarillion me parece un poco rancia ahora.

Como vemos el relato pretende ser una precuela de La princesa y la reina, la historia publicada el año pasado en la que se narraba la Danza de los dragones. Ademas George Martin sigue adelante con el proyecto que llamó en broma el GRRMarillion (una obra mucho más amplia que la enciclopédica The World of Ice and Fire, ya que recogerá una extensa historia de Poniente y Essos y que ahora tiene por nombre Fire and Blood, el lema de la casa Targaryen), aunque avisa que no saldrá a la luz hasta dentro de varios años. Conociendo el ritmo de escritura del creador de Poniente, seguro que habrá que esperar bastante para verlo finalizado.
Además del relato de George Martin, cabe destacar la inclusión una historia escrita por Patrick Rothfuss ambientada en el mundo de El nombre del viento. El propio Rothfuss ya había hablado de este relato, titulado The Lightning Tree (El árbol del relámpago) (del que ya hablamos aquí), y por eso sabemos que su protagonista sera Bast, el compañero de Kvothe en la trilogía Crónica del Asesino de Reyes, y que tendrá una extensión de unas 22.000 palabras.
En fin, que no faltan razones para esperar con ganas la llegada del 17 de junio. Aquí os dejo el listado completo de relatos que incluirá la antología Rogues:

George R.R. Martin - Everybody Loves a Rogue (Introduction)
Joe Abercrombie - Tough Times All Over
Gillian Flynn - What Do You Do?
Matthew Hughes - The Inn of the Seven Blessings
Joe R. Lansdale - Bent Twig
Michael Swanwick - Tawny Petticoats
David Ball - Provenance
Carrie Vaughn - The Roaring Twenties
Scott Lynch - A Year and a Day in Old Theradane
Bradley Denton - Bad Brass
Cherie Priest - Heavy Metal
Daniel Abraham - The Meaning of Love
Paul Cornell - A Better Way to Die
Steven Saylor - Ill Seen in Tyre
Garth Nix - A Cargo of Ivories
Walter Jon Williams - Diamonds From Tequila
Phyllis Eisenstein - The Caravan to Nowhere
Lisa Tuttle - The Curious Affair of the Dead Wives
Neil Gaiman - How the Marquis Got His Coat Back
Connie Willis - Now Showing
Patrick Rothfuss - The Lightning Tree
George R.R. Martin - The Rogue Prince, or, the King’s Brother

martes, 11 de marzo de 2014

George R. R. Martin descarta que Vientos de invierno salga este año

Malas noticias para Poniente. Aunque no existían muchas posibilidades algunos todavía esperábamos con un hilo de esperanza ver publicado en 2014 el sexto volumen de Canción de Hielo y Fuego. Sin embargo el creador de la saga, George R. R. Martin ha acabado con esta opción en una entrevista concedida al periódico brasileño O Globo y que en nuestro país ha recogido El País en su edición digital (aquí). Preguntado por el periodista sobre Vientos de invierno y su posible fecha de publicación en EE. UU. esta ha sido la respuesta de Martin:

-¿Hay alguna posibilidad de que el sexto volumen de "Canción…" salga este año?
-El año que viene, tal vez. Este año, lo dudo.

Hacía bastante tiempo que George Martin no hablaba sobre el proceso de escritura de Vientos de invierno ni el trabajo que había adelantado durante los últimos tres años (desde que en 2011 se publicó Danza de dragones), razón por la que algunos todavía  esperábamos que el escritor nos sorprendiera a finales de año con el anuncio de haber terminado el sexto libro de la saga. Sin embargo, con estas declaraciones parece que como muy temprano el libro estará listo para 2015 en EE. UU, algo bastante lógico ya que seguramente Vientos de invierno será un libro tan extenso como Danza, si no más grande.

lunes, 10 de marzo de 2014

Aegon y la conquista de los Siete Reinos

El pasado domingo el escritor George R. R. Martin anunciaba en su blog personal que por fin había terminado de escribir The World of Ice and Fire, el libro que pretende ser una enciclopedia histórica de los Siete Reinos, el mundo imaginario donde se desarrolla su saga Canción de Hielo y Fuego. Los textos del libro en cuestión estarán escritos desde el punto de vista de los maestres, aquellas personas que atesoran más conocimiento en Poniente, y a través de ellos podremos aclarar muchos periodos oscuros de la historia anterior a los sucesos de Juego de tronos, motivo por el que todos los seguidores de Canción esperamos que el libro llegue pronto a las librerias.

Pues bien, a pesar de que el libro no se publicará hasta el próximo otoño George Martin ha leído fragmentos del mismo en distintas convenciones de literatura fantástica y las transcripciones de sus lecturas han aparecido publicadas en internet. Hoy os traigo la traducción que el forero Jon Nieve de Asshai.com realizó del resumen de la lectura que hizo Martin en la Worldcon de 2012. El escritor aprovechó el evento para presentar la narración de uno de los eventos más importantes de la historia de Poniente: la conquista de los Siete Reinos por Aegon el Conquistador. Recuerdo que el texto es solo un resumen de lo que leyó Martin, así que lo que encontraremos en The World of Ice and Fire será mucho más extenso y detallado.



AEGON Y LA CONQUISTA DE LOS SIETE REINOS
El relato comienza explicando que hay una controversia acerca del comienzo del reinado de Aegon. Los años anteriores constan como BC= Before Conquest (Antes de la Conquista) y los posteriores como AC= After Conquest (Después de la Conquista). De todas maneras, hay un lapso de tiempo de dos años entre que Aegon desembarca en el Aguasnegras y que es coronado en Antigua por el Septon Supremo. El debate continúa sobre cuándo debería comenzar el nuevo calendario.
En Valyria, había dos grandes Casas rivales que luchaban por el poder. La Casa Targaryen, de todas maneras, no era considerada una familia poderosa. Daenys la Soñadora, la hija del señor de la Casa Targaryen, predijo la Maldición y convenció a su padre para abandonar Valyria. Su padre, Aenar, llevó a su familia a Rocadragón junto con sus 5 dragones. En Valyria fue visto como una señal de debilidad. La Maldición ocurrió 12 años después de que Aenar marchara a Rocadragón.
Los Targaryen gobernaron Rocadragón durante los siguientes 100 años, los cuales fueron llamados los Años de Sangre. Cuatro de los dragones murieron en Rocadragón, dejando sólo a Balerion. De todas formas, dos huevos eclosionaron y nacieron Vhagar y Meraxes. Su hijo Gaemon el Glorioso (hermano y marido de Daenerys) gobernó después de Aenar y fue seguido por:
* Aegon y Elena: Hijos de Gaemon, que gobernaron juntos.
* Maegon: Hijo de Aegon y Elena.
* Aerys: Hermano de Maegon.
* Aelix, Baelon y Daemon: Hijos de Aerys.
* Aerion: Hijo de Daemon.
El año 27 BC, Aegon el Conquistador nació de la unión de Lord Aerion Targaryen y Lady Valaena de la Casa Velaryon. Más tarde se casó con sus dos hermanas, Visenya y Rhaenys. Esto fue considerado inusual, aunque algún precedente había de ello. Las historias a menudo cuentan que Aegon jamás puso pie en Poniente antes de la Conquista, pero hay evidencias de que viajó al sur e incluso podría haber visitado Lannisport.
En esta época, había guerras en las tierras de los ríos y el Dominio. Los dos Señores más beligerantes eran Harren el Negro (gobernante de las Islas del Hierro) y Argilac el Arrogante. Harren estaba a punto de acabar la construcción de su enorme castillo y se decía que estaba preparado para nuevas conquistas. Argilac había empezado a temer a Harren, así que propuso una alianza a Aegon. Se dice que pretendía crear una zona de contención entre él y Harren. Ofreció a Aegon la mano de su hija, además de tierras como dote. Aunque algunas de esas tierras estaban en esos momentos en poder de Harren el Negro. Aegon rechazó la oferta y en cambio ofreció la mano de su mejor amigo y hermano bastardo, Orys Baratheon. Argilac tomó la respuesta como un grave insulto y cortó las manos del mensajero. Se las envió a Aegon con un mensaje: "Estas son las únicas manos que recibirás". Aegon convocó a sus vasallos y tuvo un Consejo con ellos y con sus hermanas. Cuando acabaron enviaron cuervos a cada uno de los gobernantes en los Siete Reinos. Les informó que "Sólo habrá un único rey" y que aquellos que doblaran la rodilla mantendrían sus tierras y títulos. Los que no lo hicieran así, serían destruidos.
En ese momento los siete gobernantes eran los siguientes:
Torrhen Stark, Rey en el Norte.
Ronnel Arryn, Rey del Valle, un joven cuya madre, Sharra Arryn, gobernaba como Regente.
Harren Hoare, Rey de las Islas del Hierro y las tierras de los ríos.
Lorren Lannister, Rey de las tierras del oeste.
Mern IX Gardener, Rey del Dominio.
Argilac Durrendon, Rey de las tierras de la tormenta.
Mariya Martell, Princesa de Dorne, una mujer vieja y calva de 80 años, conocida como el Sapo Amarillo.
El ejército que partió de Rocadragón se cree que era de alrededor de 3.000 hombres. Otros creen que podría haber sido de unos pocos cientos. Desembarcaron en el Aguasnegras, en un lugar que cientos de reyes de la antigüedad habían reclamado. No había reyes ahora, sólo unos pocos pequeños señores vivían cerca y eran gobernados por Harren, a quien amaban poco. Aegon envió a sus hermanas a las cercanas Rosby y Stokeworth, que se rindieron sin derramamiento de sangre. Los Darklyn de Valle Oscuro y los Mooton de Poza de la Doncella optaron por luchar. Orys lideró al ejército mientras Aegon montaba en Balerion en las alturas. Conquistaron una fácil victoria.
La hermana mayor de Aegon, Visenya, era una guerrera que se sentía más cómoda con cota de mallas que con sedas. Esgrimía una espada de acero valyrio llamada Hermana Oscura. Se la describía como poseedora de una belleza de rasgos duros, y se rumoreaba que se interesaba en la brujería. Su hermana menor Rhaenys era todo lo que no era Visenya. Alegre y curiosa, interesada en la música y la poesía. De todas formas, le gustaba montar en su dragón Meraxes y dedicaba el doble de tiempo a montar que sus hermanos. Se rodeaba de hombres jóvenes y atractivos, y había rumores de que se divertía con ellos mientras Aegon estaba con Visenya. Aunque se ha de decir que Aegon pasaba diez noches con Rhaenys por cada una con Visenya.
Aegon el Conquistador y sus hermanas.
El propio Aegon era un misterio. Era una persona solitaria cuyo único amigo era Orys. Era un gran guerrero que empuñaba una espada llamada Fuegoscuro pero que sólo montaba en su dragón cuando iba a una batalla y jamás participaba en torneos. Se mantuvo fiel a sus dos hermanas y dejó el gobierno en sus manos, interviniendo solamente cuando era necesario. Mientras era duro con quienes le desafiaban, era generoso con quienes doblaban la rodilla.
Después del desembarco, un fuerte de madera fue construido en una de las colinas que dominaban el Aguasnegras, la que luego se conocería como Colina Alta de Aegon. Nombró a Daemon Velaryon Consejero naval, a Tristan Massey Consejero de leyes, y a Crispian Celtigar como Consejero de la moneda. A Orys Baratheon le nombró "Mi escudo, mi leal y fuerte mano derecha" y Orys se convirtió en la primera Mano del Rey. Visenya coronó a Aegon y Rhaenys le aclamó como Rey. Los señores y caballeros le aplaudieron, pero los que más fuerte lo hicieron fue el populacho.
En los Siete Reinos, los reyes izaron sus estandartes e hicieron alianzas. Dorne ofreció una alianza a los Targaryen, pero sólo como iguales. El Pequeño Rey Ronnel Aryn también ofreció una alianza. Aegon no respondió a ninguna. Todos esperaron a ver hacia dónde marchaban los Targaryen. Daemon Velaryon lideraría la flota hacia el norte donde se enfrentaría con la flota de los Arryn, que vencerían la batalla hasta la llegada de Visenya en su dragón, que quemó los barcos enemigos. Velaryon murió en la batalla. Orys sufrió una derrota, aunque fue capaz de llegar a Bastión de Tormentas sin bajas importantes. Aegon y Balerion abrasaron a los hijos de Harren en sus barcoluengos y acabaron con todos ellos. Las rebeliones empezaron a surgir. Los hombres de las Tres Hernanas se rebelaron contra el Valle, y fueron seguidos por los señores de los ríos. Edmyn Tully de Aguasdulces unió sus fuerzas a Aegon y otras grandes casas le siguieron: Mallister, Bracken, Blackwood y Frey entre ellas. Marcharon hacia Harrenhal, que fue sitiada. Las murallas eran enormes, y las reservas de agua y provisiones eran ilimitadas.
Aegon llegó y propuso un parlamento con Harren. Había maestres presentes que escribieron la conversación.
Aegon:" Ríndete ahora y te nombraré Señor de las Islas del Hierro. Tengo 8.000 hombres aquí"
Harren: "¿Qué son 8.000 hombres? ¡Yo tengo murallas!"
Aegon: "Yo tengo dragones."
Harren: "La piedra no arderá"
Aegon: "Al anochecer, tu linaje desaparecerá"
Aegon montando a Balerion, el Terror Negro.
Harren ofreció una gran recompensa al hombre que matara al dragón. Aegon montó en Balerion y subió muy alto en el cielo. De pronto, descenció a gran velocidad y aterrizó tras las murallas. Balaerion desencadenó su fuego. La piedra puede no arder, pero la madera, la paja y los hombres sí lo hicieron. La piedra se agrieta, de todas maneras, y las enormes torres pronto parecieron velas. Harren y su linaje perecieron. Las espadas, ennegrecidas y combadas, fueron enviadas en carretas hacia el fuerte de Aegon en Desembarco. Al día siguiente, Edmyn Tully juró lealtad a Aegon y fue nombrado Señor del Tridente.